La caída definitiva de Raqqa y la muerte de líder de Abu Sayyaf en Filipinas han supuesto dos duros golpes al terrorismo yihadista, cuyos atentados han descendido de forma considerable en septiembre.
Un total de 25 países, 7 de ellos europeos, han sido escenarios de atentados yihadistas que se han cobrado más de 700 víctimas. Los ataques más graves se han perpetrado en Afganistán.
Al tiempo que el terrorismo yihadista volvía a golpear a España trece años después, Daesh continuaba centrando su actividad en Afganistán e Irak, escenario de la mitad de sus atentados.