Casos de estudio Magreb y Sahel noviembre 2022
El mes de noviembre deja, en lo que a terrorismo yihadista se refiere, el tercer registro más bajo de 2022 para las regiones de África Occidental y el Magreb (99). Por otro lado, del número total de bajas (215), 123 se corresponderían a civiles y las 92 restantes a personal militar o fuerzas policiales. Si se considerasen los miembros de grupos terroristas muertos durante la perpetración de atentados o a lo largo del desarrollo de operaciones de seguridad, esta cifra ascendería a 470.
Las claves del mes:
Análisis de las regiones de estudio
A continuación, se ofrece un análisis pormenorizado de la actividad de carácter yihadista en cada una de las zonas de estudio a lo largo del mes de octubre de 2022.
Sahel Occidental
En esta ocasión, Mali vuelve a registrar el mayor número de atentados de carácter yihadista de la comparativa regional (36). Destaca uno de ellos, considerado de impacto medio[1], que tuvo lugar en la región de Gao, donde miembros del Estado Islámico en el Sahel (EIS) atacaron un campo de desplazados internos, matando a, al menos, 11 de ellos (caso de estudio 82).
Por otro lado, en la frontera este del país, colindante con Níger, han continuado los enfrentamientos entre miembros del EIS y de la coalición JNIM (caso de estudio 5), que también han tenido lugar en suelo burkinés. Esto se debe a la creciente presión ejercida por aquellos desde principios de año, que ha provocado el recrudecimiento de dichos choques.
En cuanto a las misiones internacionales, Reino Unido ha comunicado el cese de su participación en la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí (MINUSMA), señalando directamente al Grupo Wagner y a sus buenas relaciones con el gobierno maliense como causa de esta decisión. Días después, el gobierno alemán anunció la retirada de sus tropas a finales de 2023.
Asimismo, la relación entre los gobiernos ruso y maliense continúa estrechándose: a mediados de noviembre, ambos países firmaron un acuerdo de cooperación en materia de seguridad, y aquel se ha comprometido a continuar enviando combustible, fertilizantes y alimentos en las próximas semanas. Además, el ejecutivo maliense ha prohibido las actividades de ONGs que cuenten con cualquier tipo de financiación, apoyo técnico o material por parte de Francia.
Burkina Faso ocupa el segundo lugar de la comparativa con 30 atentados yihadistas registrados. Como en Mali, predomina la actividad de la coalición JNIM y, en este caso, no se tiene constancia de ningún atentado de medio o alto impacto. el presidente transicional Ibrahim Traoré firmó un nuevo acuerdo con su homólogo maliense, Assimi Goïta, para la cooperación de ambos países en la lucha contra el terrorismo. Los gobiernos de ambos países han sido acusados de exacciones ilegales, que están siendo investigadas por la ONU y organizaciones como Amnistía Internacional.
La coalición JNIM también predomina en los países del Golfo de Guinea—Costa de Marfil, Ghana, Togo y Benín—, ya que miembros de este grupo se encontrarían detrás de los cinco atentados registrados a lo largo de noviembre. Por un lado, en Benín se tiene constancia de tres: el primero de ellos, en la frontera con Níger (caso de estudio 42), en las inmediaciones del Parque Nacional W; el segundo, cerca de la frontera con Burkina Faso (caso de estudio 90); y el tercero en la frontera con Nigeria (caso de estudio 91). Por otro, en Togo se habrían producido dos atentados, uno de ellos de impacto medio (caso de estudio 89) perpetrado en la localidad de Tiwoli, cerca de Burkina Faso, por miembros de JNIM.
Es precisamente en Accra, capital de Ghana, donde los líderes de siete países de África Occidental—Ghana, Togo, Malí, Burkina Faso, Níger, Benín y Costa de Marfil—se reunieron a finales del mes de noviembre para elaborar una estrategia común contra el creciente terrorismo en la región, incluyendo a los países costeros. En la misma, no solo pretenderían identificar desafíos a abordar, sino también generar una agenda de posibles soluciones que aborden brechas de desarrollo en comunidades vulnerables.
Por último, en Níger se ha registrado un menor número de ataques terroristas en comparación con el mes de octubre, aunque supone el segundo valor más alto del 2022. Los atentados se producen de forma generalizada en las regiones de Tillabéri y Dosso y, por primera vez, se ha registrado un atentado en Maradi, que colinda con la región nigeriana de Katsina.
Lago Chad
En cuanto al otro foco de violencia yihadista de la región de estudio, la cuenca del Lago Chad, el número de atentados registrados se mantiene en niveles bajos. En Nigeria se tiene constancia de ocho ataques, que habrían acabado con la vida de 30 personas. Dos de ellos serían considerados de impacto medio: en el primero, 10 mujeres habrían sido degolladas por miembros de Boko Haram (caso de estudio 40), mientras que, en el segundo, un grupo perteneciente al Estado Islámico en África Occidental (ISWAP, por sus siglas en inglés) habría atacado durante la noche la base militar de Malam Fatori, donde al menos 10 miembros de las fuerzas de seguridad fallecieron (caso de estudio 69).
Además, en Chad se habría registrado un atentado contra el ejército en la localidad de Kaiga, en el que murieron 12 militares (caso de estudio 81).
Magreb
Por cuarto mes consecutivo, no se ha registrado ningún atentado yihadista en los países del Magreb. No obstante, las autoridades tunecinas y marroquíes sí han llevado a cabo sendas operaciones antiterroristas. En el primero de ellos, un terrorista fue detenido en la ciudad de Mareth (caso de estudio 24). Por otro lado, el BCIJ marroquí detuvo a un hombre de 22 años en la ciudad de Salé, por su presunta implicación con grupos yihadistas (caso de estudio 63).
Perspectiva regional
Pese al alivio numérico que noviembre ha supuesto en la región de África Occidental, continúan mostrándose tendencias cualitativas negativas, especialmente relacionadas con la expansión territorial de los grupos terroristas.
Por un lado, los atentados en regiones fronterizas, alejadas de los bastiones tradicionales de los grupos yihadistas, continúan en numerosos puntos geográficos: el oeste de Malí, las regiones norte de los países costeros, y de manera generalizada por el norte de Nigeria, llegando a nuevas regiones del sur de Níger que, hasta ahora, no habían registrado ningún incidente de este tipo.
Por otro, el recrudecimiento de los enfrentamientos entre el EIS y la coalición JNIM en el norte de Mali, donde la estrategia expansiva de aquellos está adquiriendo mayor notoriedad en los últimos meses. En este caso, la salida de los socios europeos del gobierno maliense, entre los que destaca Francia, ha conllevado una disminución de la presión antiterrorista, ahora liderada por el ejército de Mali y efectivos del Grupo Wagner, lo que ha permitido el aumento de estos choques.
[1] Se consideran atentados de bajo impacto aquellos que causan menos de 10 víctimas mortales; medio impacto, entre 10 y 29 muertes; alto impacto, 30 o más víctimas.