Atentado contra una comisaría de policía en El Arish en 2015. Fuente: Muhamed Sabry/AP
Análisis de jóvenes investigadores
Carolina Collado
Introducción
Las ambiciones de creación de un califato que se extendiese por múltiples países y tomara unas dimensiones interregionales supusieron la formación de diversas filiales durante el culmen de la organización terrorista Dáesh en Irak y Siria. Estas ramificaciones, entre ellas las situadas en la ciudad de Sirte, Libia, y en la Península del Sinaí, Egipto, eran grupos yihadistas ya operativos que juraron lealtad a Dáesh y fueron aceptados e incorporados por la organización matriz para llevar a cabo ese proyecto de expansión. Este fenómeno tomó la forma de efecto dominó, pues numerosos grupos yihadistas en Oriente Próximo y en África forman parte del entramado descentralizado de Dáesh, aunque no todos fueron anexionados a la organización como parte del territorio oficial que los dirigentes alegaban pertenecer a su autoproclamado califato. Sin embargo, el territorio controlado por Dáesh en Sirte y en la península egipcia sí pasó a formar parte de las 34 provincias (wilayat)[1] que la organización declaró unilateralmente bajo su control.
Si bien el control de Sirte por Dáesh duró unos meses, la franquicia del Estado Islámico de la Península del Sinaí, conocida como Wilayat Sina, sobrevivió a la pérdida de territorios de la organización central en Irak y Siria, y continúa estando activa especialmente en el norte de la península. La importancia de esta filial – denominada Ansar Bayt al-Maqdis (ABM) antes de su incorporación al entramado de Dáesh – era tal que el propio Al-Baghdadi, entonces líder de la organización, la nombró después de Irak en un discurso mediante el cual enumeraba las provincias que formaban parte de la extensión territorial del Califato[2]. Esta importancia se corresponde con la localización y la geopolítica del territorio, pues están directamente vinculadas con la capacidad de actuación de sus miembros.
Mientras que la tasa de incidencia de Dáesh en el Sinaí es reducida en comparación con las zonas de mayor concentración de actividad yihadista en el mundo, como son el Sahel, Mozambique o Afganistán, la organización entraña un peligro para la seguridad de la península, de Egipto y también de la región de Oriente Próximo y el Golfo Pérsico.
El análisis DAFO, que examina las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades de un determinado fenómeno, es una herramienta útil para establecer medidas preventivas y reactivas en la lucha contra el terrorismo. Por ello, a continuación, se estudian algunas características DAFO relacionadas con el contexto geopolítico y social. Posteriormente, se centra una especial atención en las fortalezas (a nivel interno) mediante el análisis de la operatividad de Wilayat Sina, analizando el modus operandi y la base de sus reclutamientos y, especialmente, las oportunidades (a nivel externo) de la organización en el plano geoestratégico.
La península del Sinaí, rodeada por el Mar Mediterráneo y el Mar Rojo, se encuentra en un enclave estratégico, ya que conecta el continente africano con Oriente Próximo y ha constituido tradicionalmente un lugar de paso de importantes rutas del comercio mundial y regional. Su situación geográfica comprende tanto la cercanía al golfo y Canal de Suez al oeste y la salida al Mediterráneo en el norte, como la conexión en su flanco sur al Mar Rojo y el Golfo de Aqaba, que sirve de frontera natural con Arabia Saudí y Jordania y, en su frontera oriental, colinda con el desierto del Negev en Israel y la franja de Gaza.
Pareciera que el aparente aislamiento de Wilayat Sina por las características geográficas que constituyen la península, en especial por estar rodeado de mar y por compartir frontera con Israel, unido a la presión militar de este país y de Egipto, pudiera limitar las posibilidades de actuación de la organización (amenaza). Sin embargo, a pesar de que el nivel de incidencia y la capacidad de actuación es mucho menor desde finales del 2017, lo que se refleja en la dificultad que experimentan para cometer atentados de gran letalidad (debilidad), los ataques continúan caracterizándose por la brutalidad propia de Dáesh. Al mismo tiempo, probablemente debido a la presión militar, se ha producido un desplazamiento de sus miembros hacia la capital del país (fortaleza), El Cairo, traduciéndose en un aumento de las operaciones antiterroristas en la ciudad[3]. Ya desde el año 2016 las células de la organización se extendían por El Cairo, ciudades en el norte del Sinaí como El Arish, Jabal Halal, Sheikh Zuweid o Rafah, y el sur de la península, además de otras ciudades como Ismailía, Dakahlia, Qalyubia y Matrouh[4]. Esta expansión de la organización supone una clara amenaza para la seguridad del país que, tras haber sido la cuna de una de las primeras organizaciones salafistas yihadistas – la Yihad Islámica Egipcia – cuenta con una amplia tradición en la lucha antiterrorista (amenaza). No obstante, las misiones militares en la última década contra Ansar Beit al-Maqdis (ABM) y posteriormente contra Wilayat Sina en la península, no han impedido la supervivencia y actuación de la organización.
En un contexto de agitación política y social, la exaltación del islamismo radical y violento en el Sinaí ya había comenzado a revitalizarse en el 2011 a raíz de la Primavera Árabe egipcia y el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak. Si bien esta serie de manifestaciones populares comenzaron siendo pacíficas, engendraron algunos fenómenos violentos, como “el surgimiento de milicias tribales”, que “se aceleró con el colapso de las fuerzas policiales egipcias”[5]. Aumentó así la falta de control estatal, que se materializó en enfrentamientos entre la policía y la población civil, llegando incluso los insurgentes a saquear comisarías y depósitos de armas (fortaleza). Otro factor que ha restringido el control del Estado durante años es la fuerte presencia tribal en la zona[6], estando la población marginada del resto del país, impidiendo un sentimiento de identidad nacional. Esto ha provocado dificultades para llevar a cabo políticas antiterroristas enfocadas a la prevención, condicionando también las reacciones ofensivas (oportunidad).
En aquel entonces, tuvo lugar una fusión de los grupos salafistas yihadistas existentes en el país, conocida como Ansar Bayt al-Maqdis, que juró lealtad a Dáesh unos años más tarde, en el 2014. Mediante el derrocamiento de Morsi un año antes, liderado por al-Sisi, y la sucesiva oleada de violencia en las calles de El Cairo, tanto los Hermanos Musulmanes como ABM, y posteriormente Wilayat Sina, vieron legitimada su causa, aprovechando ese periodo de exaltación del islamismo radical y la situación de violencia para hacer calar su mensaje en mayor profundidad (fortaleza). En el año 2017, la organización perpetró un atentado que se saldó la vida de más de trescientas personas[7] en una mezquita en la localidad de Bir al-Abed. Ante esta situación de inseguridad y de crecimiento de la organización, el ejército egipcio reaccionó con el uso de la fuerza contra la población civil y contra ABM.
Como resultado de las ofensivas militares, ha podido observarse una disminución en el número de ataques en los tres últimos años, en comparación con los años 2015, 2016 y 2017, así como en el número de combatientes y en la eliminación de algunos de sus líderes y miembros destacados (debilidad). Sin embargo, los ataques contra la población civil en forma de destrucción sistemática de hogares[8] y de tierras de cultivo mediante los bombardeos de las fuerzas militares egipcias han sentado las bases para una mayor deslegitimación del Estado en la región. En efecto, las acusaciones de violación de derechos humanos por el ejército, como sucede en otros países de África y Oriente Próximo, otorgan una cierta legitimidad a los grupos yihadistas, contribuyendo a determinados niveles de aceptación o connivencia por parte de la población local con los yihadistas.
El norte del Sinaí se ha convertido en el principal teatro de operaciones de Wilayat Sina, estando muy activa en la localidad costera de El Arish, a escasos kilómetros de la frontera con Gaza. Además, la ciudad fronteriza de Rafah, entre Egipto y Gaza, y El Cairo, donde la organización cuenta con células operativas y durmientes, son dos enclaves estratégicos para el impacto de su operatividad. Por un lado, Rafah se encuentra en la frontera con Gaza y ha sido tradicionalmente utilizada por las organizaciones criminales y yihadistas para el contrabando a través de sus túneles. Por otro lado, El Cairo ostenta la importancia a nivel político por ser la capital del país.
Los yihadistas han transmitido un sentimiento de miedo a base de ejecuciones atroces contra la población civil, en especial contra aquellos acusados de espionaje para el gobierno egipcio o los cristianos coptos – la minoría más numerosa en el país[9] –, contra los militares y los miembros y líderes tribales que no aceptan el control yihadista. Las últimas ejecuciones perpetradas el 19 de abril de tres cristianos coptos han sido grabadas y posteriormente diseminadas a través de sus canales de Telegram y Rocket Chat[10], llegando incluso a figurar estas grabaciones en medios occidentales. En este sentido, el grupo lleva a cabo una estrategia de propaganda organizada, probablemente influenciada por la de Dáesh en Irak y Siria.
En cuanto a las posibilidades de reclutamiento, la población civil rechaza la violencia, siendo además reconocida y alabada por el gobierno la ayuda de las tribus beduinas en operaciones antiterroristas mediante la transmisión de información y la colaboración en operaciones especiales[11]. De hecho, la eliminación de al-Hamadin, uno de los líderes más antiguos de la organización, se produjo en el marco de una de estas[12]. No obstante, algunos miembros de las tribus beduinas han podido integrarse en la organización, considerando su tradicional exclusión de la vida política, social y económica por parte del Estado[13], además del reducido desarrollo económico en la zona, ralentizado por la crisis sanitaria.
En 2020, aparte de las ejecuciones a la población civil, los ataques fueron dirigidos contra el ejército en puestos militares, algunos de ellos por francotiradores, y en carretera al paso de aparatos explosivos improvisados. Aunque el modus operandi de la organización es variado y se caracteriza por su amplia definición no solo de víctimas sino también de objetivos materiales, especialmente desde el pasado año se augura un cambio en su línea de acción mediante la cual han pasado de tener una estrategia de defensa, ante las incursiones del ejército, a una estrategia ofensiva[14]. Además, los integrantes de la organización cuentan con capacidades operativas, habiendo recibido en algunos casos entrenamiento en Siria o Irak.
Solo entre enero de 2020 y abril de 2021, ambos meses incluidos, 17 civiles y 34 soldados y policías han sido asesinados por la franquicia de Dáesh en el Sinaí en un total de 16 atentados[15]. Por ello, si bien es cierto que los niveles de actividad yihadista no se asemejan al elevado índice de ataques y víctimas que tuvo la organización durante los años más sangrientos, las cifras actuales y el modus operandi muestran la capacidad de adaptación, la voluntad de continuar ejerciendo la violencia y de explotar las vulnerabilidades sociopolíticas.
Tanto la supervivencia como el crecimiento de la organización se basan en la explotación geoestratégica de recursos y oportunidades. La geoestrategia está vinculada a “la necesidad del dominio del territorio”, siendo esto perseguido por medio de una línea de acción concreta basada en el conocimiento de las “fronteras terrestres, el espacio aéreo” y “las aguas territoriales”[16]. Mientras que este concepto suele acuciarse al comportamiento de actores estatales en el ámbito militar, es perfectamente aplicable a la lógica yihadista, pues también explotan las “potencialidades físicas, humanas y económicas” de los lugares en los que operan. En el caso de Wilayat Sina, el control territorial forma parte de esa línea de acción por la cual lograr sus objetivos de implantación de la sharía más estricta bajo el yugo del salafismo.
3.1 Gaza e Israel, fronteras terrestres
El conflicto palestino-israelí se ha reactivado en el mes de mayo con una escalada de la violencia que no se registraba desde la anterior crisis en 2014. En este contexto y teniendo en cuenta la cercanía geográfica, se teme que Wilayat Sina pueda comenzar a explotar sentimientos y oportunidades derivadas de este conflicto local en la Franja de Gaza mediante la colaboración con otras organizaciones terroristas. Sin embargo, a pesar de que los bombardeos israelíes y la elevada densidad de población contribuyen al hacinamiento en los campos de refugiados palestinos, donde la voluntad de huir de la violencia es más que evidente, Gaza ha sido durante muchos años un territorio altamente blindado.
No obstante, la existencia de túneles entre la frontera egipcia y Gaza – presuntamente destruidos durante las diferentes incursiones militares egipcias en la última década y que podrían ser localizados por las fuerzas israelíes dada su experiencia, tecnología militar y capacidades de inteligencia – podrían facilitar las comunicaciones entre otras organizaciones terroristas y Wilayat Sina. De esta forma, constituirían un canal de flujo de armamento en ambas direcciones, pudiendo contribuir también a la incorporación de miembros de organizaciones yihadistas sunitas palestinas a la filial de Dáesh. Esto se justificaría mediante el elevado número de miembros de Hamás y la Yihad Islámica Palestina eliminados por Israel, por lo que salir de Gaza y hacer valer su causa aun en un ostracismo de su lucha se vuelve una posibilidad, en caso de romperse la tregua acordada.
Ciertamente, las conexiones entre Hamás e Irán, siendo este último su principal proveedor de armas y financiación, tornan altamente improbable la colaboración entre esta organización y Wilayat Sina. Cabe especificar que Irán, como máximo exponente del chiismo, segunda rama más popular del islam, es un claro enemigo para Dáesh, que califica a los chiitas de infieles (takfirismo). Sin embargo, existen otros grupos yihadistas sunitas en la franja de Gaza que, a pesar de no ostentar la misma legitimidad en la sociedad palestina ni las mismas capacidades logísticas, financieras, humanas y materiales que Hamás, ambicionan un aumento de tales capacidades. Entre ellos destacan la Yihad Islámica Palestina y Jaysh al-Ummah, habiendo reivindicado este último ser el primer grupo en atacar con cohetes Israel a comienzos de la última crisis[17]. Durante esta, también ha llevado a cabo una importante actividad propagandística de captación, incitación al terrorismo y adquisición de armamento[18]. Este grupo yihadista suní, cuyo nombre se traduce en “Ejército de la Comunidad” o “Ejército de la Nación”, se identifica con el ideario de Al-Qaeda.
Si bien las diferencias estratégicas e ideológicas han originado profundas disputas y divisiones en la yihad global, causando enfrentamientos armados entre Dáesh y Al-Qaeda en diversos puntos del planeta, no sería la primera vez que dos grupos leales a ambas organizaciones matrices colaboran. El contexto político, social y militar, las oportunidades coyunturales y la visión estratégica de estos grupos subyacen a este tipo de colaboraciones, aunque sean de carácter temporal.
Por otra parte, la reapertura de las fronteras entre Egipto e Israel a raíz del levantamiento de las restricciones impuestas para frenar la COVID-19 podría dar lugar a la comisión de ataques contra intereses y ciudadanos israelíes por parte de Wilayat Sina, en un contexto de reciente agitación de la causa palestina. No obstante, si bien es cierto que la organización no ha declarado a Israel como un enemigo explícito, Dáesh central sí que ha incitado a cometer ataques en su contra. De hecho, aunque el perfil de las víctimas de Dáesh es muy variado, indiscriminado, el perfil del israelí presenta una serie de características más propensas a la victimización: apóstata (religión judía), colaboración con enemigo lejano (Estados Unidos), y es visto como un Estado colonizador. Así, Israel puede llegar a convertirse en un objetivo recurrente en sus ataques, teniendo en cuenta además su colaboración con el gobierno egipcio, uno de los principales objetivos de WS, en la lucha antiterrorista.
Si bien es cierto que Dáesh tardó en un principio en comunicar su apoyo al pueblo palestino, se han realizado llamamientos mediante distintos canales de mensajería instantánea y redes sociales, además de un mensaje de apoyo a través de la revista Voice of Hind, “que podría considerarse como heredera de Dabiq y Rumiyah”[19] [19]. El aumento de los ataques contra objetivos israelíes podría responder a un deseo de luchar contra un actor considerado como enemigo del islam, Israel; de aumentar los niveles de violencia y conflictividad social ante una oportunidad geoestratégica y contextual que se presenta; o simplemente ser una consecuencia de la presión por parte de las fuerzas de seguridad egipcias; o todas a la vez. En este mismo contexto, el gobierno egipcio, que medió entre Israel y Hamás para la consecución de la tregua y ha enviado ayuda humanitaria por vía terrestre a la franja de Gaza[20], puede verse directamente y una vez más en el punto de mira de Wilayat Sina.
A continuación, se realiza un breve estudio comparativo de diversas hipótesis con el fin de evaluar las posibilidades de que estos escenarios puedan llegar a materializarse, analizando las potenciales vulnerabilidades geopolíticas y estratégicas vinculadas a las fronteras terrestres del Sinaí con Israel y Gaza. La actual crisis y la tendencia a la escalada de la violencia a lo largo de los años, la ayuda egipcia a los palestinos y la cultura tradicional, a nivel informal y transfronterizo, de comercio entre Israel y Egipto son factores contextuales de especial interés.
Concepto:
Geoestrategia de Wilayat Sina (WS) en la frontera oriental del Sinaí
Variables estudiadas:
Esfuerzos contraterroristas en Egipto
Cooperación antiterrorista Egipto-Israel
Relaciones entre Al-Qaeda y Dáesh a nivel global
Evolución del conflicto palestino-israelí
Evolución de la crisis sanitaria
Políticas socioeconómicas en el Sinaí
H1 | Si se rompe la tregua, WS envía armas y combatientes a organizaciones yihadistas sunitas en Gaza para luchar contra Israel |
H2 | Si se rompe la tregua, grupos yihadistas sunitas de Gaza se refugian en el Sinaí |
H3 | Si se reabren las fronteras entre Egipto e Israel, WS aumenta sus ataques contra objetivos/intereses israelíes en el Sinaí |
H4 | Si Egipto continúa enviando ayuda humanitaria a través del ejército a los palestinos en la frontera con Gaza, WS aumenta su actividad contra el ejército |
Figura 1. Hipótesis. Fuente: elaboración propia
E1 | Los canales de comunicación y propaganda de Dáesh han sido utilizados para realizar llamamientos a hacer la yihad en Palestina y contra Israel |
E2 | La ideología entre WS y algunas organizaciones yihadistas sunitas en Gaza, como Jaysh al-Ummah, es similar |
E3 | Las fuerzas armadas egipcias y la población local son los principales objetivos de WS |
E4 | Israel, Hamás e Irán (apoyo principal de Hamás) son enemigos comunes de Dáesh y las organizaciones yihadistas sunitas en Gaza |
E5 | Existen túneles que conectan la franja de Gaza con el norte de la Península del Sinaí |
E6 | Las capacidades de inteligencia y tecnología militar israelí permiten el control efectivo de las fronteras palestinas |
E7 | Hay más presencia y control militar egipcio en el Sinaí desde 2017 |
E8 | Jaysh al-Ummah y otras organizaciones yihadistas sunitas en Gaza ejercen y llaman a la lucha activa desde los territorios palestinos |
E9 | Israel ha eliminado a una parte importante de la cúpula de Hamás, organización mejor dotada y organizada que Jaysh al-Ummah, por ejemplo |
E10 | Se ha reforzado la cooperación en asuntos de seguridad e inteligencia, especialmente en materia antiterrorista, entre Egipto e Israel |
E11 | Existen intereses israelíes en el Sinaí, contra los que ya se ha atentado, como la tubería de gas natural desde Egipto hasta Israel |
E12 | WS realiza parte de su actividad terrorista en zonas cercanas a la frontera con Gaza e Israel |
Figura 2. Evidencias. Fuente: elaboración propia
H
E |
H1 | H2 | H3 | H4 |
E1 | + | – | + | N/A |
E2 | + | + | N/A | N/A |
E3 | – | N/A | – | + |
E4 | + | + | + | N/A |
E5 | + | + | N/A | N/A |
E6 | – | – | N/A | N/A |
E7 | – | – | – | – |
E8 | + | – | N/A | N/A |
E9 | N/A | + | N/A | N/A |
E10 | – | – | – | – |
E11 | N/A | + | + | N/A |
E12 | + | + | + | + |
4 en contra | 5 en contra | 3 en contra | 2 en contra |
+ Valor predictivo positivo
– Valor predictivo negativo N/A No aplicable |
Figura 3. Resultados. Fuente: elaboración propia
Breve análisis de resultados
La hipótesis más probable, es decir, aquella que cuenta con menos evidencias en contra, es la cuarta: “si Egipto envía ayuda humanitaria a través del ejército a los palestinos en la frontera con Gaza, Wilayat Sina aumenta su actividad contra el ejército”. Esto se correspondería con la recurrencia a los ataques contra el ejército y las fuerzas de seguridad que la organización lleva a cabo en el Sinaí desde su creación, siendo estos un objetivo por su importante papel para evitar el control territorial que ambicionan los yihadistas. Además, como se ha estudiado, la zona norte del Sinaí, cercana a la frontera con Gaza, comprende el ámbito de actuación de Wilayat Sina. Según puede deducirse de los resultados de la comparación de hipótesis, las posibilidades de cooperación con otras organizaciones yihadistas sunitas no sería el escenario más probable o realizable por la organización y, por tanto, la defensa del pueblo palestino, en este caso recibiendo ayuda humanitaria de Egipto, tampoco sería un impedimento para atacar a las fuerzas armadas. Es decir, la explotación arbitraria, y en beneficio propio, del conflicto palestino-israelí se podría llevar a cabo como alternativa en un contexto de escasa posibilidad de actuación de Wilayat Sina contra sus objetivos principales, en caso de ver sus recursos extremadamente debilitados, y de contar con reducidos apoyos sociales.
De hecho, las hipótesis menos probables con cuatro y cinco evidencias en contra, respectivamente, son la primera y la segunda: “si se rompe la tregua, Wilayat Sina envía armas y combatientes a organizaciones yihadistas sunitas en Gaza para luchar contra Israel”; “si se rompe la tregua, grupos yihadistas sunitas de Gaza se refugian en el Sinaí”. Así, si tuviera lugar, la cooperación entre Wilayat Sina y otros grupos terroristas de Gaza se limitaría a una acción puramente estratégica de supervivencia o a una forma de expandir su área de influencia. Si bien es cierto que el número de combatientes de la organización se ha visto debilitado y que el gobierno reconoce la amenaza que supone la franquicia de Dáesh, la experiencia, know how y capacidad de adaptación del grupo terrorista hacen posible su crecimiento sin necesidad de acudir a la causa palestina.
La tercera hipótesis – “si se reabren las fronteras entre Egipto e Israel, WS aumenta sus ataques contra objetivos o intereses israelíes en el Sinaí” – cuenta con tres evidencias en contra, siendo la segunda hipótesis más probable de las que han sido analizadas. El ataque indirecto contra intereses israelíes, como evidencia el cometido contra el gasoducto, la cercanía a la frontera, la escalada del conflicto palestino-israelí y el apoyo mostrado por Dáesh en canales y revistas como Voice of Hind, además de la cooperación antiterrorista entre este país y Egipto, podrían contribuir a ello.
Se eliminan las evidencias número 7 y 10 al ser todas negativas: “Hay más presencia y control militar egipcio en el Sinaí desde 2017”; y “se ha reforzado la cooperación en asuntos de seguridad e inteligencia, especialmente en materia antiterrorista, entre Egipto e Israel”. Esto quiere decir que las políticas antiterroristas nacionales y la cooperación entre ambos países sirven de elemento disuasorio y de contención del terrorismo, evitando la expansión del ámbito de actuación de los grupos y el control territorial. Sin embargo, la E12 – “Wilayat Sina realiza parte de su actividad terrorista en zonas cercanas a la frontera con Gaza e Israel” – tiene un valor positivo para las cuatro hipótesis, lo que subraya la importancia del área fronteriza donde opera la organización tanto en un nivel táctico como estratégico.
3.2 El espacio aéreo
Por otra parte, la localización geográfica de la península la convierte en un lugar de actividad aérea desde Europa y Asia hacia África y Oriente Medio, y viceversa, especialmente teniendo en cuenta las restricciones a la hora de sobrevolar territorio israelí para los países árabes, aunque, a raíz de los Acuerdos de Abraham, esto se está empezando a revertir. En este contexto, los vuelos y los aeropuertos han suscitado desde hace años el interés de las organizaciones terroristas[21] precisamente por la magnitud de los atentados que pueden llegar a cometer (propaganda por el hecho). En efecto, la modernización y el aumento de las capacidades a nivel técnico de los grupos yihadistas son consecuencia del desarrollo de las tecnologías y de la globalización, produciendo una ventaja respecto del aparato estatal, a pesar de que ostenten medios y capacidades más limitadas (amenaza asimétrica).
Así, no solo se encuentra el secuestro de vuelos en su agenda, sirviendo como fuente de inspiración los atentados del 11-S, sino también el derribo de aeronaves y la infiltración de explosivos. De hecho, el atentado contra el avión de la compañía rusa Metrojet en el año 2015, que salió desde El Cairo y sobrevolaba la Península del Sinaí en el momento del siniestro, fue posteriormente reivindicado por Wilayat Sina[22] y publicado en la revista principal de Dáesh, Dabiq. No obstante, ni las autoridades rusas ni egipcias confirmaron la autoría de esta filial, sino que anunciaron la pertenencia de un trabajador del aeropuerto a Dáesh.
Si bien Egipto era uno de los países más turísticos del mundo árabe, la violencia en el Sinaí, que se expande progresivamente de manera latente hacia la capital y otras zonas del país, forma parte de la estrategia de la organización para debilitar al Estado atacando una de las principales fuentes de inversión extranjera que constituye el turismo. De hecho, tras el atentado contra el vuelo de la compañía Metrojet y tras la desaparición en el Mediterráneo de un vuelo París-El Cairo, cuya causa todavía se desconoce, Moscú vetó el turismo ruso en la zona prohibiendo vuelos al país. De la misma forma, la presencia de periodistas se ha visto reducida considerablemente, llegando algunos medios a hablar de un apagón informativo en la región.
3.3 Otros objetivos sensibles
Asimismo, los recursos naturales, los puntos turísticos y las infraestructuras críticas, transportes y carreteras, especialmente aquellos de valor internacional, son vulnerables a la acción yihadista. En noviembre de 2020, por ejemplo, Dáesh en el Sinaí reivindicó un ataque contra un gasoducto en El Arish, que transporta gas desde Egipto hasta Israel[23]. Indudablemente, estos objetivos son atractivos para la organización puesto que, por un lado, el comercio ilegal y explotación de los recursos naturales sirve como fuente de autofinanciación y, por otro lado, debilitan la imagen del Estado por su incapacidad de proteger infraestructuras críticas ante actos de sabotaje, suponiendo también un perjuicio económico.
Además, el Canal de Suez, por ejemplo, resulta un posible objetivo para la organización, pues constituye un punto crítico de gran trascendencia para el comercio mundial, como pudo comprobarse con la paralización de la actividad del canal tras el encallamiento de un carguero en marzo de 2021. De esta forma, los objetivos marítimos en general también constituyen una oportunidad para Wilayat Sina, teniendo en cuenta que ya hubo un ataque contra un buque del ejército egipcio en el año 2015 en la costa septentrional del Sinaí, aunque no ocasionó víctimas mortales.
Además, de la misma forma que la región del Sinaí es un enclave geoestratégico para el comercio, también lo es para el flujo de tráficos ilícitos, siendo las principales fuentes de financiación de Wilayat Sina el tráfico de personas hacia Israel y de estupefacientes como el cannabis. El sur del Sinaí, de hecho, se ha convertido en un importante enclave no solo para el comercio interregional de cannabis sino también para su plantación[24]. En esta misma zona se pretende reactivar la economía del sur del Sinaí y la ribera del mar Rojo a través de la promoción de un turismo seguro en un contexto de crisis sanitaria, por lo que se han dedicado esfuerzos a la aceleración del proceso de vacunación de los trabajadores hoteleros[25]. Sin embargo, las zonas turísticas pueden convertirse en un objetivo de Wilayat Sina, considerando además la red de células de la organización, que se extiende hasta el extremo meridional de la península.
Conclusión
El contexto sociopolítico y la respuesta antiterrorista por parte del Estado egipcio, caracterizada por ser represiva con la población civil y con los derechos humanos de los sospechosos de terrorismo, han podido contribuir en los últimos años a un aumento de la legitimidad de los grupos yihadistas y del islamismo radical en general. El descontento de la población civil, el fuerte componente tribal, el golpe de Estado para derrocar a Morsi y la posterior jura de lealtad de Ansar Beit al-Maqdis a Dáesh – apreciándose con ello una clara deriva más radical, si cabe, que la afinidad anterior con el ideario de al Qaeda – propiciaron que Dáesh encontrara en el Sinaí un espacio para extender el autoproclamado califato de Irak y Siria. Tanto las características sociopolíticas y las incursiones militares en el territorio como la red previa de células en múltiples ciudades, además de su capacidad propagandística al anexionarse como provincia de Dáesh, con fines de captación y reclutamiento, han contribuido a su diseminación, especialmente hacia la capital.
Sin embargo, si bien los ataques se han visto reducidos en número, la península del Sinaí presenta una serie de características geopolíticas que podrían ser instrumentalizadas por Wilayat Sina en una estrategia ofensiva y de expansión de la organización. De hecho, son numerosas las oportunidades geoestratégicas que se derivan del enclave en el que se halla la península del Sinaí, teniendo en cuenta las fronteras terrestres, el espacio aéreo y marítimo, además de otros objetivos críticos.
En primer lugar, es posible que, en un contexto de reciente escalada del conflicto palestino-israelí y de violencia en Gaza, el ejército egipcio se convierta en un objetivo incluso más visible y accesible para la organización, pudiendo aumentar sus ataques contra este durante la provisión de ayuda humanitaria a Gaza. Además, considerando la futura progresiva reapertura de las fronteras entre Egipto e Israel, los intereses, las fuerzas de seguridad y los ciudadanos israelíes podrían convertirse en un objetivo para Wilayat Sina. Si bien los objetivos de Dáesh en el Sinaí son especialmente miembros de las fuerzas de seguridad egipcias y civiles acusados de espionaje, diversos mensajes propagandísticos de la organización alientan a atacar a Israel, pues aparte de poder instrumentalizar la violencia contra los palestinos para justificar estos ataques, el país coopera con Egipto en la lucha antiterrorista. En base a esto, no debe ignorarse las posibilidades de cooperación entre organizaciones yihadistas sunitas en la franja de Gaza, como Jaysh al-Ummah, y la filial de Dáesh en la península, especialmente si sus recursos se vieran extremadamente debilitados.
Por otra parte, la red de células y capacidad operativa de Wilayat Sina podrían permitir atacar objetivos aéreos, teniendo en cuenta la previa reivindicación por parte de la organización de este tipo de ataques, además de su impacto directo sobre el turismo de la región. En un intento de debilitar al gobierno, de ganar terreno y adeptos en el Sinaí y de explotar los recursos naturales y geopolíticos de la península, también corren un riesgo los objetivos marítimos, el gasoducto que transporta gas hasta Israel, el canal de Suez y la zona turística del sur de la península. Al mismo tiempo, el tráfico de personas y la plantación y el comercio ilegal de cannabis suponen una oportunidad de autofinanciación.
Puede concluirse, por ende, que, a pesar de haberse visto debilitada en los últimos años, Wilayat Sina constituye una amenaza para Egipto, cuyas connotaciones podrían afectar no solo a Oriente Próximo sino también a los países del Magreb, el cuerno de África y la Península Arábiga. Tanto la capacidad de adaptación y resiliencia de la organización frente a las ofensivas de las fuerzas armadas y de seguridad del país, como su pericia a la hora de explotar las vulnerabilidades sociopolíticas, los recursos naturales y los factores geopolíticos, auguran futuros intentos de expansión. De esta forma, las autoridades egipcias no deben ahorrar esfuerzos en la lucha antiterrorista a nivel operativo y de inteligencia, pero tampoco deben descuidar la península del Sinaí en lo que a las políticas sociales y económicas se refiere.
[1] Servitja, X. (8 de septiembre de 2015). El Estado Islámico y la organización administrativa del califato a nivel provincial. Seguridad Internacional. Recuperado de: https://www.seguridadinternacional.es/?q=es/content/el-estado-isl%C3%A1mico-y-la-organizaci%C3%B3n-administrativa-del-califato-nivel-provincial
[2] González, L. A. (2016). Wilayat Sayna: la ‘provincia’ de Daesh en el Sinaí egipcio. Instituto Español de Estudios Estratégicos. Recuperado de: http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2016/DIEEEO81-2016_Wilayat_Sayna_Daesh_L.AntonioGlezFco.pdf
[3] Igualada, C. (19 de octubre de 2020). Observatorio de atentados yihadistas de septiembre de 2020. OIET. Recuperado de: https://observatorioterrorismo.com/analisis/observatorio-de-atentados-yihadistas-de-septiembre-de-2020/
[4] Rahmani, B. y Tanco, A. (19 de febrero de 2016). ISIS Growing Caliphate: Profiles of Affiliates. Wilson Center. Recuperado de: https://www.wilsoncenter.org/article/isiss-growing-caliphate-profiles-affiliates
[5] Sánchez de Rojas, E. (2017). Sinaí: ¿una bomba de relojería a punto de estallar? En Panorama Geopolítico de los Conflictos 2017, Instituto Español de Estudios Estratégicos, p.64. Recuperado de: http://www.ieee.es/Galerias/fichero/OtrasPublicaciones/Nacional/2018/ESRD_PGC2017_Cap3-Sinai_ene2018.pdf
[6] Blog La Aproximación Indirecta. (29 de junio de 2016). El yihadismo en Egipto: la Península del Sinaí. Recuperado de: https://laaproximacionindirecta.blogspot.com/2016/06/el-yihadismo-en-egipto-la-peninsula-del.html
[7] Aguilera, A., Ariza, C., Castro, R., De la Corte, L., Díaz, D., Gaviria, I., Igualada, C., Méndez, I., Summers, M., y Yagüe, J. (2021). Anuario del terrorismo yihadista. OIET. ISSN: 2697-0848. Recuperado de: https://observatorioterrorismo.com/eedyckaz/2021/03/Anuario-del-Terrorismo-Yihadista-2020.pdf
[8] Human Rights Watch. (17 de marzo de 2021). Egypt: Massive Sinai Demolitions Likely War Crimes. Recuperado de: https://www.hrw.org/news/2021/03/17/egypt-massive-sinai-demolitions-likely-war-crimes
[9] Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación. (2020). Ficha país Egipto. Oficina de Información Diplomática. Recuperado de: http://www.exteriores.gob.es/Documents/FichasPais/EGIPTO_FICHA%20PAIS.pdf
[10]Counter-Extremism Project. (11 de enero de 2021). Extremist content online: ISIS releases new propaganda video. Recuperado de: https://www.counterextremism.com/press/extremist-content-online-isis-releases-new-propaganda-video
[11] Tahrir Institute for Middle East Policy. (28 de noviembre de 2018). TIMEP Brief: Sinai tribes in Egypt’s war on Terror. Recuperado de: https://timep.org/reports-briefings/timep-brief-sinai-tribes-in-egypts-war-on-terror/
[12] OIET. (31 de marzo de 2021). La muerte de uno de los dirigentes de Wilayat Sina se suma a la lista de líderes regionales de Dáesh abatidos. Recuperado de: https://observatorioterrorismo.com/noticias/la-muerte-de-uno-de-los-dirigentes-de-wilayat-sina-se-suma-a-la-lista-de-lideres-regionales-de-daesh-abatidos/
[13]Ruiz Miralles, C. (2015). La Península del Sinaí: De la ocupación al terrorismo. Instituto Español de Estudios Estratégicos, núm. 113. Recuperado de: http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2015/DIEEEO113-2015_PeninsulaSinai_CeliaRuizMiralles.pdf
[14] Naveh, T. y Schweitzer, Y. (3 de diciembre de 2020). Islamic State Province in Sinai Changes its Strategy: Are Israel and the Suez Canal in the Crosshairs? The Institute for National Security Studies. Recuperado de: https://www.inss.org.il/publication/sinai-isis/
[15] Igualada, C. (2020). Atentados yihadistas 2020. OIET. Recuperado de: https://observatorioterrorismo.com/category/atentados-yihadistas-2020/
[16] Ministerio de Defensa. (2010). Estrategia, Geoestrategia, Geopolítica. Instituto Español de Estudios Estratégicos, núm. 8, pp. 15-16. Recuperado de: http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2010/DIEEEA08-2010EstrategiaGeoestrategiaGeopolitica.pdf
[17] MEMRI Jihad and Terrorism Threat Monitor. (12 de mayo de 2021). Al-Qaeda-aligned Gaza-based Jaysh al-Ummah claims “honor” of being first group to carry out rocket attacks on Israeli targets. Recuperado de: https://www.memri.org/jttm/al-qaeda-aligned-gaza-based-jaysh-al-ummah-claims-honor-being-first-group-carry-out-rocket
[18] Jawad al-Tamimi. (12 de mayo de 2021). Jaysh al Ummah Statements and Materials on Jerusalem and al-Aqsa Mosque. Recuperado de: https://www.aymennjawad.org/2021/05/jaysh-al-ummah-statements-and-materials
[19] Igualada, C. (20 de mayo de 2021). La instrumentalización de la narrativa yihadista en el conflicto entre Israel y Palestina. OIET. Recuperado de: https://observatorioterrorismo.com/actividades/la-instrumentalizacion-de-la-narrativa-yihadista-en-el-conflicto-entre-israel-y-palestina/
[20] ABC News. (20 de mayo de 2021). Mediating in Gaza conflict, Egypt seeks broader influence. Recuperado de: https://abcnews.go.com/International/wireStory/mediating-gaza-conflict-egypt-seeks-broader-influence-7780325
[21] Méndez, L. (8 de enero de 2021). Terrorismo y aviación civil. Amenazas emergentes y reemergentes. OIET. Recuperado de: https://observatorioterrorismo.com/actividades/terrorismo-y-aviacion-civil-amenazas-emergentes-y-reemergentes/#_ftn12
[22] Gil, J. y Lorca, A. (2016). El Sinaí: un pivote esencial para el control del Mediterráneo sur. Instituto Español de Estudios Estratégicos, núm. 127. Recuperado de: http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2016/DIEEEO127-2016_Sinai_Mediterraneo_GilFuensanta_Lorca.pdf
[23] The Jordan Times. (3 de febrero de 2020). Daesh claims attack on Egypt gas pipeline. Recuperado de: https://www.jordantimes.com/news/region/daesh-claims-attack-egypt-gas-pipeline
[24] Mikhail, G. (7 de octubre de 2020). Al-Azhar coordinates with army to fight drugs in South Sinai. Al-Monitor. Recuperado de: https://www.al-monitor.com/originals/2020/10/egypt-sinai-drug-use-traficking-al-azhar-state-fight.html
[25] Reuters. (30 de mayo de 2021). Egypt lifts coronavirus restrictions from June 1, cabinet says. Recuperado de: https://www.reuters.com/world/africa/egypt-lifts-coronavirus-restrictions-june-1-cabinet-says-2021-05-30/