Análisis jóvenes investigadores 3/2020
Silvia de Francisco Gil
Durante el periodo primaveral Daesh se pronunció en varias ocasiones acerca de la crisis del coronavirus en aras de su beneficio, potenciando su mensaje con la intención de ganar más adeptos y amedrentar a la población. En su revista semanal Al-Naba, manifestaron que el impacto de la COVID-19 en lugares occidentales como Estados Unidos o Europa les era favorable, basándose en los problemas que está causando más allá de los sanitarios, como por ejemplo las dificultades económicas de diversas familias. En relación también a Occidente, proclamaron que la población de estos territorios se encontraba atemorizada ante la posibilidad de que sucediese un atentado en una gran ciudad, ya que los hospitales estaban colapsados por la pandemia y la falta de personal sanitario. La organización terrorista sabía que un atentado en este contexto aumentaría de forma indirecta el número de víctimas, al no haber recursos suficientes para hacer frente a todas los afectados de la misma forma que se haría en una situación normal1. Igualmente, mostraron su alegría porque el personal militar de diversos países tuvo que replegarse en zonas de conflicto para ayudar a la contención de la COVID-19 en la medida de lo posible, y, a consecuencia de ello, han adquirido mayor libertad para realizar las actividades propias de la organización terrorista2. Como punto a favor para los intereses terroristas, cuentan con el hecho de que al haber más efectivos orientados a la contención y cumplimiento de las nuevas normativas relativas a movilidad y seguridad, la posibilidad de detección e identificación de adeptos y seguidores se ha visto mermada temporalmente.
Con ello, podemos observar que Daesh está capacitado para seguir dos estrategias diferentes: por un lado, respecto al repliegue de militares en zonas de conflicto o la disminución de autoridades policiales orientadas a lucha antiterrorista, pueden retomar sus intenciones de conquistar diferentes territorios o de cometer atentados, ya que las probabilidades de éxito aumentan. Y, por otro, los problemas económicos y sociales a los que se exponen los ciudadanos confinados de diversos países pueden derivar en un aumento del riesgo de captación, especialmente mediante internet y las redes sociales.
Juventud y tecnologías: un peligro real
La empresa Qustodio, orientada al control parental en nuevas tecnologías, ha desarrollado diversos estudios3 en los que alerta que, durante el estado de alarma, los jóvenes y menores en España aumentaron en un 180% su actividad online. De la misma forma, señala que, en las plataformas de videojuegos, ha crecido entre un 30% y un 45% su número de usuarios, y en cuánto al tiempo dedicado a videojuegos, éste se ha incrementado un 45% en la época estival4. El primer dato se explica mediante la necesidad de mantener ocupados a los jóvenes dentro del hogar ante la imposibilidad de salir a la calle, más aún cuando los adultos a su cargo se encuentran teletrabajando, por lo que necesitan tenerles entretenidos y distraídos durante su jornada. Respecto al segundo y tercero, a pesar de que en verano flexibilizaron la movilidad y ya se podía salir del hogar, hay que poner de manifiesto que, gracias a la incertidumbre, las restricciones en otros territorios y los problemas económicos derivados de la crisis de la COVID-19, no son pocos los individuos que no han podido irse de vacaciones ni salir de los entornos ya conocidos. Por ello, los jóvenes y menores se han visto abocados a seguir conectados a internet y pasar el tiempo con videojuegos o redes sociales.
¿Y qué problemática encontramos bajo este supuesto? No olvidemos que las organizaciones terroristas aprovechan redes sociales, aplicaciones de mensajería instantánea (como WhatsApp o Telegram), videojuegos e internet en general como un caldo de cultivo perfecto para buscar nuevos adeptos a la organización entre los jóvenes y menores. Y aquí interviene un factor clave: la edad. En la etapa de la adolescencia y la juventud, los individuos se ven inmersos en un proceso de transición hacia la vida adulta, por lo que se encuentran en pleno desarrollo de la madurez y se convierten en un objetivo clave para las organizaciones terroristas gracias a su facilidad de manipulación. Es en esta fase, donde la persona emprende su propio camino mientras trata de lidiar con cuestiones como su identidad e independencia personal, el sentimiento de pertenencia a un grupo, la integración en la sociedad adulta o la búsqueda de proyecciones de futuro. Además, son mucho más influenciables y las emociones se llevan a la máxima expresión, por lo que psicológicamente son más vulnerables que los adultos.
Esto es conocido por las organizaciones terroristas, que han llegado a desarrollar estrategias de captación orientadas a este grupo de edad e incluso divididas por sexos, como puede ser aquella dirigida exclusivamente a mujeres jóvenes y solteras. Esta táctica consiste en conocer a chicas adolescentes (ya sea de forma online o presencial) y comenzar a ganarse su confianza, hasta tal punto de emprender una relación amorosa. Es aquí, donde se empieza a idealizar la yihad bajo una visión completamente romántica y beneficiosa para la pareja con todos los lujos posibles, con el objetivo de que la mujer se case antes de volar a zonas de conflicto o una vez que llega allí. Sin embargo, esta idealización está completamente alejada de la realidad, y cuando ya está inmersa en el proceso, es muy difícil lograr escapar.
Por otro lado, hay que prestar atención al grupo de iguales y la férrea influencia que puede tener en esta etapa de la vida. Se busca ser alguien, ser popular o ser el líder del grupo y, ante todo, gustar a los demás. A causa de ello, existe la problemática de que, si un referente del grupo cae en las redes de la radicalización, es muy probable que el resto siga ese camino, tal y como explica Peter Neumman5 sobre la relación entre juventud y presión grupal.
Como podemos apreciar, jóvenes y menores son uno de los grupos más vulnerables a la captación y radicalización al permanecer en internet con mayor frecuencia y, por ende, están más expuestos a los agentes reclutadores de organizaciones terroristas. Por consiguiente, se deben tomar medidas específicas para evitar que puedan sucumbir a ello, especialmente en épocas de alta actividad online como casos de confinamientos.
El impacto de la Covid-19: de palabras a hechos
‘Los terroristas ya están aprovechando la disrupción y las dificultades económicas causadas por la pandemia del coronavirus para difundir miedo, odio y dividir, radicalizar y reclutar nuevos seguidores6’. Son palabras de Vladimir Voronkov, el jefe de la Oficina de Naciones Unidas contra el Terrorismo. Y es que aparte de la edad y la facilidad de influencia en determinados casos, se añaden otras complicaciones a causa del COVID- 19 que agravan los factores potenciadores del riesgo de ser captados. La pandemia ha causado la paralización, disminución e incluso destrucción de la actividad empresarial en todo tipo de sectores, con las nefastas consecuencias que eso conlleva, especialmente con personas que han visto mermados sus ingresos económicos y que pueden verse arrastradas a estas redes por pura necesidad económica para sobrevivir ellas mismas o sus familias. El modus operandi de las organizaciones terroristas como el Daesh, es mediante los agentes reclutadores, que ofrecen cantidades muy altas de dinero por irse a luchar al frente, como si de un salario mensual se tratase. En muchas familias, son cantidades y ofertas difíciles de rechazar en plena situación de desesperación, por lo que acaban aceptando, pensando que es una solución temporal.
Del mismo modo nos encontramos con el incremento durante el confinamiento de la sensación de desarraigo de aquellos jóvenes inmigrantes de segunda generación. Jóvenes que no se sienten parte del país de su familia, pero tampoco del territorio donde se encuentran actualmente, y que, a través de los medios de comunicación, tienen más presente situaciones de racismo por un lado y de bullying o aislamiento por otro, concretamente por parte del grupo de iguales y a través de las redes sociales (la forma de comunicación principal durante el periodo de restricciones de movilidad). Hacia este colectivo el Daesh dirige parte de su propaganda mediante su productora oficial Al- Hayat, intentando despertar en ellos la sensación de que son víctimas de Occidente y que es en estas sociedades donde se les margina7, por lo que deben tomar parte en el asunto y emprender las acciones correspondientes a la yihad.
Con relación a ello, no podemos olvidar que el tiempo empleado en navegar por la red se ha disparado en todas las edades durante el confinamiento, por lo que ya no es sólo estar más tiempo expuestos en la red a ser captados por un agente reclutador, sino que también pueden agravarse aquellos procesos de radicalización que comenzaron cierto día. Siguiendo la teoría de Fathali M. Moghaddam8, podemos decir que a medida que iba pasando el tiempo de confinamiento y el individuo que en un principio era simpatizante, navegaba en la red más horas visualizando contenido, ha ido subiendo escalón a escalón su grado de radicalización, llegando a eliminar el rechazo que en un principio sentía a cometer actos violentos.
Asimismo, Daesh ha incitado recientemente a estos individuos a cometer atentados allá donde se encuentren9, por lo que no es necesario que la persona viaje a territorios de conflicto, sino que puede emprender actos terroristas en su propio país con lo que tenga más a mano (armas blancas, furgonetas, drones…), residiendo aquí uno de los grandes problemas a los que nos enfrentamos: los conocidos como terroristas autónomos. Durante el confinamiento, y tras el mismo, hemos conocido casos de personas que han alcanzado un punto álgido en su radicalización, gracias al aumento de horas en contacto con contenido o agentes reclutadores, inclusive han llegado a mostrar sus intenciones de cometer atentados en sus propias ciudades.
Un ejemplo de ello lo encontramos con Mohamed Yassin Amrani, un yihadista detenido en Barcelona en mayo de 2020 que había manifestado mediante mensajes ideas de atentados tales como ‘apuñalar infieles en la cola del supermercado o del metro’ o ‘adosar una bomba a un dron y hacerlo estallar en el Camp Nou‘. Desde 2015 mostraba signos de radicalización, pero nada relevante hasta que, en marzo de 2020, se ve sin trabajo a causa de la COVID-19. Es en este punto donde dedica todo su tiempo a interactuar y entablar conversaciones diarias con aquellos radicales que están en la zona de conflicto o incluso buscar posibles objetivos por la ciudad de Barcelona, según investigadores de la Guardia Civil10, lo que deriva en su detención inmediata al ser un caso altamente preocupante.
Pero no ha sido el único caso. En Madrid, también se detuvo a otro individuo cuya radicalización yihadista se disparó en el confinamiento11 y, a nivel internacional, un adolescente de 14 años simpatizante de DAESH ha sido arrestado en Reino Unido tras comenzar a realizar bombas caseras durante el mismo periodo12. Y es que, aunque no seamos conscientes de ello, el fenómeno del terrorismo yihadista permanece y se agrava con situaciones de esta índole. Conjuntamente, a causa de las restricciones de movilidad entre países, los agentes reclutadores ya no sólo buscan fundamentalmente a individuos que quieran viajar a los territorios de conflicto, sino que ahora se centran en convertirlos en figuras conocidas como ‘soldados virtuales’, dedicados a captar a otras personas, a producir, traducir o difundir propaganda o labores de conseguir financiación o recursos, además de terroristas autónomos o lobos solitarios, como ya hemos mencionado.
La importancia de la prevención
Tras este breve análisis del impacto de la COVID-19 en cuanto a captación y radicalización, no podemos dejar a un lado la prevención, ya que conforma uno de los elementos clave para luchar contra el terrorismo.
De cara a hacer frente a los problemas económicos y sociales que incrementan el riesgo de captación, sería conveniente promover planes de integración y de empleo para aquellos colectivos que presentan dificultades. Esto es, fomentar puestos laborales en barrios con altas tasas de paro, con unos salarios y unas condiciones laborales dignas que permitan un nivel de vida adecuado, evitando así que sucumban en la desesperación económica por la cual podrían ser atraídos hacia la yihad. En cuanto a lo social, sería recomendable promover charlas y más específicamente en el ámbito educativo, ya que albergan a grandes números de jóvenes, uno de los grupos más vulnerables a la captación y radicalización. Tratar cuestiones como el racismo o el bullying debería dejar de ser un tabú en muchos centros puesto que, en ocasiones, son la raíz de problemas más graves como los que venimos reflexionando en este artículo.
En cuanto a prevención de la captación y la radicalización en sí misma, se podrían establecer proyectos de formación y educación en redes sociales orientados a esta problemática. En la actualidad, los jóvenes y adultos son conscientes de los peligros de la red en cuanto a estafas, fraudes, pederastia, etc. Sin embargo, apenas se habla de la existencia de agentes reclutadores que fácilmente pueden contactar con otros usuarios en redes sociales tan conocidas y utilizadas como Twitter o Facebook, por lo que son una figura de peligro real que deberían entrar en los planes de educación y uso responsable de redes sociales.
No obstante, la radicalización online es algo relativamente difícil de detectar en otras personas, pero hay diferentes signos que pueden dar lugar a sospecha. Según una entrevista realizada a Nik Adams13, superintendente jefe del departamento antiterrorista de la policía de Reino Unido, algunos de estos indicadores podrían ser:
Por lo tanto, sería beneficioso impulsar programas de formación tanto a familias como a profesorado de instituciones docentes para que supieran detectar estos casos a tiempo, y poder ponerlos en conocimiento de las autoridades lo antes posible. Por otra parte, en los últimos años, se ha ido desarrollando un software específico que permita identificar y eliminar contenido radical, mensajes sospechosos y/o propaganda que pueda suponer una amenaza o delitos de odio. Un ejemplo lo encontramos con INVISO14, una herramienta capaz de detectar estos contenidos de carácter radical además de analizar el comportamiento en internet de los usuarios y establecer una probabilidad de radicalización de un individuo en particular. Este tipo de avances cada día son más necesarios, ya que las organizaciones terroristas, a su vez, están haciendo uso de nuevas plataformas más pequeñas o de reciente creación15 (además de las más conocidas), para evitar ser detectados y que el contenido permanezca en la red.
El coronavirus está provocando sin duda una crisis a nivel mundial en multitud de aspectos, además de afectar indirectamente a otros fenómenos problemáticos como es el caso del terrorismo. Podemos concluir que la COVID-19 y el confinamiento que este ha supuesto, ha provocado un aumento de horas en la red con los peligros de captación y exposición a agentes reclutadores que esto conlleva, especialmente en los más jóvenes, que, por aburrimiento y falta de estímulos externos a su hogar, conforman uno de los grandes grupos de riesgo. Pero no son los únicos, ya que hemos visto casos de detenidos en nuestro país de más edad que han agravado su grado de radicalización en tiempo récord durante esta pandemia. Por ello, debemos seguir en la línea establecida por el Plan Estratégico Nacional de Lucha Contra la Radicalización Violenta (PEN-LCRV) y reforzar las medidas específicamente en el plano virtual, al ser el entorno clave para la captación y radicalización de los jóvenes y no tan jóvenes. Consecuentemente, endurecer las políticas de contenido inapropiado en redes sociales y promover el desarrollo de software que permita identificar contenidos de carácter yihadista no debería ser visto como un gasto, sino como una inversión, de cara a evitar que se sigan difundiendo por la red o que acaben en los ordenadores de los colectivos más vulnerables.
Además, es importante mantenerse alerta a cambios de conducta o comportamientos sospechosos en nuestro entorno, y concienciar a la ciudadanía de la existencia de herramientas para poner en conocimiento de la autoridad sus sospechas. Quizá la sociedad mantiene la idea equivocada de que la lucha antiterrorista recae únicamente en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, por lo que es conveniente impulsar la colaboración ciudadana y que se sepa que en esta labor la sociedad es tan imprescindibles como las autoridades.
1 Altuna Galán, Sergio, y García-Calvo, Carola, ¡Castigo de Alá! El movimiento yihadista global ante la crisis del COVID-19., ARI 52/2020, Real Instituto Elcano, 2020. Recuperado de: http://www.realinstitutoelcano.org/wps/wcm/connect/fdeb62a7-f5b3-4472-980b- a0d6f1592eaf/ARI52-2020-Altuna-GarciaCalvo-Castigo-de-Ala-movimiento-yihadista-global- ante-crisis-COVID-19.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=fdeb62a7-f5b3-4472-980b- a0d6f1592eaf
2 Snapshot: How extremist groups are responding to Covid-19, Tony Blair Institute for Global Change, 2020, p.3. Recuperado de: https://institute.global/sites/default/files/2020- 05/Snapshot%203%20COVID19%20V02.pdf
3 Nota de prensa publicada el 24/03/2020, Qustodio. Recuperado de: https://qweb.cdn.prismic.io/qweb/d6bffee3-b2dd-4198-933b- 8d65e7289cbd_200324+NP_Tras+el+cierre+de+los+colegios+el+consumo+de+Internet+de+lo s+menores+espa%C3%B1oles+ha+aumentado+un+180%25.pdf
4 Nota de prensa publicada el 27/08/2020, Qustodio. Recuperado de: https://qweb.cdn.prismic.io/qweb/f44dde01-7468-47c3-ba46- cee1b2fecc75_20200827+NP+Aumenta+en+un+45%25+el+tiempo+que+pasan+los+menores+ espa%C3%B1oles+en+apps+de+videojuegos+este+verano+.pdf
5 Bernard, Philippe, Comment le djihad recrute de jeunes Européens, Le Monde, 14 de diciembre de 2014. Recuperado de: https://www.lemonde.fr/europe/article/2014/12/11/comment-le-djihad- recrute-de-jeunes-europeens_4538753_3214.html
6 Voronkov, Vladimir., Virtual counter-terrorism week: visibility report, United Nations Office of Counter-terrorism (UNCCT), 2020, p.6. Recuperado de: https://www.un.org/counterterrorism/sites/www.un.org.counterterrorism/files/20200925_virtual_c t_wk_visbility_report.pdf
7 Frieyro, Miguel, Evolución y estrategias del terrorismo yihadista. Mecanismos de captación y medidas para combatirlo, documento de opinión 29/2019, Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), 2019, p.10. Recuperado de: http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2019/DIEEEO29_2019MIGFRI-yihadismo.pdf
8 Moghaddam, Fathali M., The staircase to terrorism: a psycologhical exploration, American Psychologist, Vol. 60, No. 2, pp. 161–169, American Psychological Association, February-March 2005. Recuperado de: http://fathalimoghaddam.com/wp- content/uploads/2013/10/1256627851.pdf
9 La Guardia Civil detiene en Barcelona a un seguidor del Daesh que quería cometer un atentado, RTVE, 08 de mayo de 2020. Recuperado de: https://www.rtve.es/noticias/20200508/guardia- civil-detiene-barc/2013607.shtml
10 Rendueles, Luis, y Lozano, Vanesa, El yihadista que iba a matar en Barcelona, un camarero que se radicalizó cuando se quedó sin trabajo por el covid, El Periódico, 18 de mayo de 2020. Recuperado de: https://www.elperiodico.com/es/politica/20200518/yihadista-barcelona- detenido-matar-maquina-picar-carne-coronavirus-7964858
11 A prisión el yihadista detenido en Madrid radicalizado en la pandemia y que veía en el virus “un castigo de Alá”, EuropaPress, 05 de junio de 2020. Recuperado de: https://www.europapress.es/nacional/noticia-juez-acuerda-prision-provisional-pertenencia- organizacion-terrorista-yihadista-detenido-madrid-20200605141045.html
12 Weston, Katie, Schoolboy, 14, ‘tried to make homemade bombs during Covid lockdown and researched ISIS online’, DailyMail, 29 de septiembre de 2020. Recuperado de: https://www.dailymail.co.uk/news/article-8785901/Schoolboy-14-tried-make-homemade-bombs- Covid-lockdown-researched-ISIS-online.html
13 Adams, Nik, Abordar la radicalización y la preparación en línea durante la crisis de COVID-19 y más allá, Internet Matters, 28 de mayo de 2020. Recuperado de: https://www.internetmatters.org/es/hub/news-blogs/tackling-radicalisation-and-online-grooming- during-the-covid-19-crisis-and-beyond/
14 INVISO Intelligence Platform, desarrollado por INSIKT Intelligence. Más información en: https://www.insiktintelligence.com/our-solutions/inviso-intelligence-platform/
15 Centro Criptológico Nacional (CCN-CERT), Ciberamenazas y tendencias – Edición 2020, CCN-CERT IA-13/20, p.13. Recuperado de: https://www.ccn-cert.cni.es/informes/informes-ccn- cert-publicos/5377-ccn-cert-ia-13-20-ciberamenazas-y-tendencias-edicion-2020/file.html
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