Análisis jóvenes investigadores 4/2020
Daniel Pérez
La era digital en la que vivimos es una época de incertidumbre, volatilidad y, especialmente, desinformación. Es el signo de los tiempos. En la campaña global por dirigir la narrativa, los grupos terroristas se profesionalizan cada vez más y hacen de la comunicación y la propaganda elementos fundamentales en su estrategia del terror. En el caso del grupo libanés, Hezbolá, cuentan con un conglomerado de medios y un despliegue propagandístico muy poderoso e influyente internacionalmente.
Es fundamental para los movimientos terroristas comunicar sus acciones, pues gracias a ello sobredimensionan su poder real al crear una percepción distorsionada de su capacidad de daño. Tal es así, que el impacto mediático y el miedo que infunden en la población son enormes. Podemos observar cómo cada vez van más de la mano la guerra psicológica y la de la información.
El daño percibido es siempre mayor que el daño objetivo. Esto es un éxito comunicativo de muchos grupos terroristas y forma parte troncal de su estrategia informativa. Los grupos terroristas construyen su narrativa a partir de los hechos, y no al revés. Por estas razones, la propaganda se sitúa como elemento definitorio y distintivo de la concepción actual de terrorismo, junto con la violencia política y una lógica propia sobre la que se razonan y autojustifican. Aunque, a día de hoy, los márgenes entre los distintos tipos de movimientos insurgentes y violentos sean cada vez más difusos y difíciles de diferenciar.
Buena puesta en práctica de lo que hablamos es el caso de la organización libanesa Hezbolá, que ha conseguido construir todo un imperio mediático para difundir su narrativa de resistencia islámica frente a los poderes extranjeros. Según Reporteros Sin Fronteras, el grupo chií cuenta con uno de los mayores grupos de comunicación que existen en el Líbano1.
La profesionalización comunicativa y la importancia que la organización le da a este ámbito llega hasta el punto de que el Secretario General de Hezbolá, Hasán Nasralá, cuente con un departamento adjunto -la Unidad de Relación con los Medios- que coordina todo el aparato multimedia y dirige la comunicación del grupo libanés. El conglomerado mediático de Hezbolá lo constituyen principalmente su canal de televisión, Al-Manar; su emisora de radio, Al-Nour; su agencia de noticias, Al-Ahed; y su revista Baqiyyatullah. Así, como una amplia presencia en redes sociales. Todos estos medios se dirigen tanto al público libanés como al internacional emitiendo en árabe, español, francés, inglés y hebreo. Este factor es fundamental para la expansión y fortalecimiento de su batalla psicológica y manipulación informativa2.
Este formato dista mucho del de otros grupos terroristas como Daesh, con un planteamiento general de las campañas mediáticas mucho más agresivo y violento, clandestino y alejado de buscar un perfil institucional o político como en el caso de Hezbolá3. No hay que olvidar el papel de la organización chií como actor clave en el encaje parlamentario y ejecutivo del Líbano.
Cobertura mediática y multimedia
Las campañas de propaganda, desinformación y ciberactivismo se han convertido en una de las mayores amenazas híbridas a la que los Estados y organizaciones internacionales tienen que hacer frente. En este ámbito, Hezbolá también ha demostrado una extensa amplitud de medios para sobresalir. Su principal arma propagandística es su canal televisivo, Al-Manar. Desde la cadena pro Hezbolá se difunde la imagen de la organización hacia el mundo, reforzando el liderazgo e influencia de su Secretario General. Asimismo, promociona la ideología del grupo libanés, fomentando los valores de la revolución islámica iraní y siendo la principal plataforma mediática de la organización chií en los conflictos en los que está presente.
Si bien su emisión vía satélite está prohibida en muchos lugares, es sencillo acceder a sus páginas webs y contenidos online, así como obtener la señal de retransmisión en directo. Ahí reside parte del éxito de su difusión. Desde Al-Manar se busca propagar la actividad y mensaje de la resistencia islámica a través de un aparentemente convencional portal de noticias, pese al claro sesgo y manipulación de la información que ofrecen.
Su presencia mediática se extiende más allá de los medios convencionales y Hezbolá ha diversificado bastante sus plataformas multimedia, siendo capaz de evitar las prohibiciones y restricciones impuestas por muchos países y sitios web. Por ejemplo, la propia cadena Al-Manar posee un perfil oficial de difusión en la red social Telegram. El canal cuenta actualmente con más de 25.000 subscriptores desde el que envía diariamente mensajes acerca de las últimas noticias y publicaciones de la cadena libanesa en distintos idiomas.
Toda esta presencia mediática, y en redes, responde a la voluntad de propagación del mensaje de resistencia islámica adaptada a los nuevos tiempos de la inmediatez y el consumo masivo de información. Hezbolá no solo se desenvuelve con soltura en medios formales, sino que el grupo libanés cuenta con miles de perfiles anónimos en redes sociales como Twitter, Facebook o Instagram. Continuamente suben mensajes acerca de las acciones de la organización, los discursos del ayatolá Jamenei o proclamas antisionistas. En redes como Twitter o Facebook, su difusión está más limitada por unos términos de uso y filtros más restrictivos hacia la incitación al odio y la exaltación del terrorismo. Aun así, siempre encuentran huecos en estas plataformas. En concreto, es impactante lo viral de las publicaciones relacionadas en Instagram. Si realizamos una búsqueda con el hashtag “#hezbollah”, aparecen casi 70.000 publicaciones relacionadas con El Partido de Dios.
Más allá de sus propios medios, Hezbolá también tiene un importante trampolín propagandístico en otros medios afines. Este, relativamente, es el caso de Hispan TV, el medio de comunicación iraní con edición en castellano para España y América Latina. La cadena emite a través de satélite, desde su página web y desde Youtube. Desde este canal se han publicitado importantes eventos recientes como acuerdos de Hezbolá con otras organizaciones terroristas. Véase el comunicado de colaboración con Yihad Islámica en Palestina4. O también, la difusión de un vídeo que circuló en Twitter mostrando los entrenamientos de Radwan, las fuerzas de operaciones especiales de Hezbolá5.
La originalidad y diversidad de medios multimedia del grupo terrorista no acaba ahí. Para atraer a un público más joven y fomentar el alistamiento a sus filas, Hezbolá ha llegado a desarrollar su propio videojuego, siguiendo el estilo del conocido Call of Duty. En Holy Defense el jugador puede combatir virtualmente como un mujahidín contra los enemigos de la organización libanesa, principalmente fuerzas israelíes y Daesh. Este juego se popularizó entre comunidades de jóvenes libaneses de confesionalidad chií, resultando un éxito en el reclutamiento de nuevos miembros6.
Propaganda en tiempos de crisis
En esta estrategia comunicativa, uno de los eventos históricos más relevantes lo encontramos en la Guerra del Líbano de 2006. Durante la contienda, Hezbolá lanzó un misil contra una corveta de las fuerzas armadas israelíes. El ataque no cambiaría el curso del conflicto, pero sí tendría una gran influencia psicológica. Este efecto no se debió al daño directo en sí, sino a la reacción al impactante reportaje con el que Al- Manar abriría sus informativos. En el vídeo, aparece el Secretario General de Hezbolá narrando las imágenes de la trayectoria del misil contra el navío israelí. Una pieza relatada en tono épico y victorioso justificando dicha acción ante los ataques a sus infraestructuras y residencias de civiles. Una clara acción propagandística con un fondo de transferencia de la culpa para excusar su violencia, supuestamente amparada, en la legítima defensa. Con la capacidad de difundir sus mensajes en múltiples idiomas, incluidos el hebreo, y con unos números de visualizaciones durante el conflicto parecidos a los de Al-Jazeera, medio de comunicación referente en el mundo árabe e islámico, estas acciones fueron de gran impacto psicológico para la población en el curso del enfrentamiento7.
Seguimos viendo que, para la obtención de objetivos políticos, los grupos terroristas optan por formas alternativas que trascienden de la violencia clásica. Esto es algo que tiene bien integrado en su funcionamiento híbrido el grupo terrorista chií y la pandemia del COVID-19 no ha sido para menos. Ante las carencias del Estado libanés para hacer frente a la crisis sanitaria, Hezbolá movilizó a 25.000 personas entre las que se encontraban médicos, enfermeros y voluntarios, y facilitó las instalaciones de cuatro hospitales privados totalmente equipados para dar salida a los estragos del virus. De no saber o conocer los antecedentes de Hezbolá, podría verse casi como una acción caritativa. Realmente, con lo que nos encontramos es con una clarísima acción de blanqueamiento de imagen del grupo terrorista. De ello es prueba el tour mediático, al que asisten corresponsales internacionales, organizado por el propio grupo chií para dar fe de sus “bondadosas” iniciativas8.
Y hay más. El enésimo ejemplo de este despliegue mediático y propagandístico son las declaraciones del Secretario General de Hezbolá tras la explosión del almacén de amonio en el puerto de Beirut, el pasado 4 de agosto. En la declaración transcrita a varios idiomas, como de costumbre, el líder del grupo terrorista pide una investigación para demostrar el vínculo de Israel con el suceso en la capital libanesa. Sin darle o quitarle la razón a falta veredictos oficiales, la organización establece previamente su posicionamiento sobre los hechos y aprovecha para relacionar el evento con su enemigo acérrimo, Israel, y anunciar consecuencias al respecto9.
En conclusión, la guerra en el siglo XXI se combate en muchos escenarios de manera simultánea. Vivimos en un mundo en el que cada día es más fácil el acceso a la información y en el que observamos un gran salto cualitativo en la comunicación de movimientos terroristas e insurgentes. El fundamentalismo solo baraja dos opciones: la conversión o la destrucción de aquellos no adeptos a la noble y justa causa. Es por ello que se esmerará en conseguir tanto la una como la otra, atrayendo o atacando. Esta estrategia propagandística y mediática es otro, de los muchos, caminos para conseguir llegar a más población, expandir su mensaje y conseguir más seguidores y fieles.
La batalla psicológica y de desinformación crece enormemente en importancia y necesidad de respuesta. Las grandes organizaciones de política exterior y defensa, así como las estrategias de seguridad nacional de muchos países, prestan cada vez más atención a las campañas mediáticas y propagandísticas de organizaciones como Hezbolá o Daesh. No hay libro blanco de defensa que se precie sin mención a este tipo de amenazas híbridas. La desinformación y la manipulación digital son, sin lugar a duda, de los mayores peligros de nuestro tiempo.
1 Reporteros sin Fronteras. (2017) Perfil de Al-Manar TV, Líbano. Recuperado de: https://lebanon.mom-rsf.org/en/media/detail/outlet/al-manar/
2 Centro General Meir Amit de información sobre inteligencia y terrorismo. (2019). Hezbollah’s media empire. pp. 1-20. Recuperado de: https://www.terrorisminfo.org.il/app/uploads/2019/09/Ef_189_19.pdf
3 Rey, P. Rivas, P. Sánchez, O. (2017). Propaganda, radicalismo y terrorismo: la imagen del Daesh. Estudios sobre el Mensaje Periodístico. 23 (1), pp. 209-221. Recuperado de: https://revistas.ucm.es/index.php/ESMP/article/view/55592/50450
4 Hispan TV. (3 de junio de 2020). Hezbolá y Yihad Islámica refuerzan su alianza contra Israel. Recuperado de: https://www.hispantv.com/noticias/el-libano/467744/hezbolayihad-islamica- eeuu-israel
5 Hispan TV. (26 de mayo de 2020). Vídeo: Hezbolá ostenta ante Israel su alta preparación militar. Recuperado de: https://www.hispantv.com/noticias/ellibano/467035/hezbola-guerra- israel
6 Clarke, C. (2017). How Hezbollah Came to Dominate Information Warfare. The Rand Blog. Rand Corporation. Recuperado de: https://www.rand.org/blog/2017/09/howhezbollah-came- to-dominate-information-warfare.html
7 Heath, R.L. y O’Hair, H.D. (2009). Handbook of Risk and Crisis Communication. Routledge, pp. 639.
8 Sancha, N. (7 de abril de 2020). La nueva mutación de Hezbolá: Un ejército contra el virus. El País. Recuperado de: https://elpais.com/internacional/2020-04-06/la-nueva-mutacion-de- hezbola-un-ejercitocontra-el-virus.html
9Al-Manar TV. (8 de agosto de 2020). Sayyed Nasralá: Pedimos una investigación completa. Hezbolá denuncia a los mentirosos que intentaron vincularlo con las explosiones. Recuperado de: https://spanish.almanar.com.lb/450067
*El Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo no se hace responsable de las opiniones vertidas por los autores de los artículos publicados.