Carlos Igualada y Javier Yagüe
Fragmento de grabación en la que miembros del grupo filipino Abu Sayyaf juraron fidelidad al Estado Islámico. Fuente: Long War Journal.
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Resumen
La práctica de la bay’ah (voz femenina en árabe: juramento de fidelidad) es uno de los procedimientos clásicos a la hora de formalizar las relaciones entre individuos u organizaciones dentro del mundo musulmán. Este concepto ha ganado un peso trascendental en el fenómeno yihadista global, siendo un elemento clave para entender el establecimiento y desarrollo de diferentes alianzas entre los diversos actores que componen el movimiento en la actualidad. Mediante el empleo de la bay’ah, las dos principales organizaciones salafistas-yihadistas, al-Qaeda (AQ) y el Estado Islámico (EI), han logrado expandirse globalmente después de establecer relaciones de lealtad con decenas de grupos alrededor del mundo, razón por la cual es importante analizar el funcionamiento de este mecanismo y la instrumentalización que se hace de él.
Palabras clave: bay’ah, lealtad, yihadismo, al-Qaeda, Estado Islámico.
Introducción
La bay’ah tiene un peso incuestionable dentro de la tradición islámica, fundamentado sólidamente a partir de su presencia en pasajes del Quran y de la Sunnah. No obstante, es cierto que el origen y el significado de este término no es del todo preciso, y puede tener diferentes interpretaciones en función de las fuentes clásicas utilizadas, algunas de las cuales retroceden a tiempos preislámicos, como es el caso de Hilf al-Mutayyabin que alude a un juramento de fidelidad realizado entre diferentes clanes de la tribu de los Quraysh, el cual sería tomado como referencia posteriormente por el Profeta. Sus raíces también pueden encontrarse en la tradición árabe con en el apretón de manos que dos personas se daban al finalizar un acuerdo o una transacción.
En el Quran, la primera mención que se hace sobre la bay’ah se corresponde al año 627-628, momento en el que el Profeta viajó a la Ka’aba con sus seguidores, quienes allí le rindieron pleitesía, formalizándose este acuerdo físicamente con la unión de manos entre los creyentes y el Profeta: “Ciertamente Allah se complació con los creyentes cuando te juraron lealtad [oh Mahoma], bajo el árbol, y Él sabía lo que había en sus corazones, por lo que Él envió tranquilidad sobre ellos y los recompensó con una conquista inminente”.[1]
En este pasaje se interpreta el juramento de fidelidad realizado como una sumisión y muestra de obediencia hacia una autoridad representada en la figura de un líder, siendo esta interpretación de la bay’ah la más reconocida en el mundo islámico. Este ejemplo fue seguido por los califas herederos de la obra política y religiosa del Profeta, a quienes la comunidad musulmana rendía pleitesía una vez que este había demostrado cumplir las condiciones para ser nombrado como tal.[2]
A medida que avanzaron los siglos, el rol del califa como líder político fue deteriorándose, siendo asumidas sus competencias por los diferentes gobernadores locales que ejercían su autoridad de forma efectiva sobre los territorios que regían, dando paso así la figura del sultán. De esta forma, los sultanes fueron usurpando progresivamente el poder califal y se lo apropiaron completamente para ellos mismos[3], siendo el Imperio Otomano la época histórica que mejor refleja una realidad en la que el califa tuvo un papel nominal en su deber como gobernador.[4]
Pese a que los sultanes no cumplían los requisitos clásicos como para ser nombrados califa, entre ellos el descender del clan de los Quraysh, continuaron utilizando la fórmula tradicional de la bay’ah. Una vez que se desintegró el califato otomano en 1923, la idea de rendir fidelidad al califa quedó obsoleta y el significado de la bay’ah adquirió una aplicación más flexiva, siendo aprovechado por algunos dirigentes para legitimar su gobierno.[5]
Dentro de la tradición islámica, existen dos tipos de bay’ah[6]. La primera es denominada al-bay’at al-mutlaqah, y es considerada como una promesa irrevocable, que solo se aplica al Profeta. Según el credo islámico, los profetas y mensajeros de Allah son confiables, veraces, sabios y divinamente guiados y protegidos de la violación de las leyes de Dios. Esto garantiza que no se hará nunca un mal uso de la bay’ah dada al Profeta para cometer actos que violen las doctrinas y preceptos religiosos. La otra promesa es denominada al-bay’at al-muqayyadah, y es una promesa condicional dada a una persona que no sea un profeta o mensajero de Dios. Esta bay’ah está sujeta a la condición que dicta un hadith de que “no hay obediencia a ningún ser humano si está implica la desobediencia hacia Allah“. La promesa no es absoluta y es revocable si involucra la comisión de pecados o actos que vayan en contra Allah y sus preceptos. Por tanto, todas las bay’ah prestadas a distintos grupos y sus emires o califas entrarían dentro de esta segunda acepción del término y concepto. Adicionalmente a estas dos definiciones, también existiría el término bay’ah uzma[7], que significa “gran promesa”, refiriéndose a que es un tipo de promesa permanente y no una de carácter temporal.
La bay’ah, bajo esta concepción moderna en cuanto a su interpretación, fue implantada por distintas agrupaciones del islamismo en sus distintas vertientes, desde los Hermanos Musulmanes, quienes repetían el juramento de fidelidad tras cada reunión a la que asistían sus miembros[8], hasta grupos radicales, como es el caso actual de al-Qaeda o IS, que hacen uso de ella como un instrumento para expandir su influencia globalmente al establecer relaciones de fidelidad con otras organizaciones que actúan bajo el influjo de la ideología del salafismo yihadista.
En la actualidad, existen diferentes contribuciones de relevancia que abordan la importancia que tiene la bay’ah de cara a comprender el desarrollo del actual fenómeno yihadista mundial, tales como la de Wagemakers[9], Milton y Al-Ubaydi[10]. Sin embargo, este es un tema que todavía no ha sido suficientemente tratado a partir de otras contribuciones pese a su importancia, por lo que es necesario analizar con detenimiento la forma en la que la bay’ah ha evolucionado durante las últimas décadas y cómo a día de hoy la existencia de un juramento de fidelidad es un elemento imprescindible para poder formalizar una alianza entre distintas organizaciones yihadistas.
La bay’ah en el movimiento salafí-yihadista
Todo grupo terrorista depende de la escenificación de su ideología o agenda, y los grupos salafí-yihadistas no son menos en este sentido, y el uso de la bay’ah es una inteligente forma de demostrar el poder del grupo, tanto entre sus acólitos, como entre sus enemigos. Además, no se puede olvidar el carácter escenográfico de todo el ritual asociado con la bay’ah, pues actualmente, se ha convertido en una especie de rito iniciático en el cual, tanto el que la presta, como el que la recibe, obtienen distinto beneficio por ello.
Ser el receptor de la bay’ah, otorga al individuo que la recibe un aura de misticismo y simbolismo, aspectos ambos muy importantes en cuanto a la imagen del califa o del grupo al que representa (aunque se pueden encontrar voces discordantes en este sentido al ser considerado por algunos eruditos como cierto tipo de idolatría (shirk), siendo este considerado el peor de los pecados que pueden cometerse dentro de la ideología salafí-yihadista). Además, como se comentaba anteriormente, es en sí mismo un acto de sumisión, que refuerza el poder del receptor, siendo un poderoso elemento propagandístico y una útil herramienta para el proselitismo (da’wa).
En cuanto al individuo o grupo que presta la bay’ah, pueden tener distintos motivos o consideraciones para hacerlo, pero si nos ceñimos a la actualidad, las causas, principalmente, serían las que siguen: por un lado, el individuo o grupo queda afiliado al grupo receptor, lo que puede aportarles acceso a distintos recursos, imagen, adeptos, o territorios, entre otros elementos, lo que siempre es interesante desde un punto de vista económico (entendiendo aquí economía en su acepción de resolución de necesidades).
Se puede considerar que la recitación de la bay’ah como una especie de protocolo de iniciación (más allá de su consideración como práctica tradicional islámica mediante la cual un individuo muestra sumisión frente a una autoridad, individual o grupal) fue adoptada por AQ en Afganistán en los años 90, si bien carecía de implicaciones formales, ya que era una elección que se daba a título individual, y no suponía, o mejor dicho, no dependía de su recitación, el poder acceder a los distintos campamentos, programas de entrenamiento, salario, o incluso ascensos en el grupo. Un ejemplo de ello se puede observar en el caso de Khalid Sheikh Mohammed, más conocido como KSM, que, pese a ser considerado como el cerebro de los ataques del 11 de septiembre de 2001, “afirma que se negó a prestar un juramento formal de lealtad a Bin Laden, conservando así un último vestigio de su preciada autonomía”.[11]
El caso contrario, el dotar de importancia a nivel personal a un formalismo que entonces no se consideraba obligatorio como se comentaba anteriormente, ni con tanta trascendencia como parece tener hoy en día en la escena yihadista, podemos observarlo en la bay’ah prestada por Nasser al-Bahri, más conocido como Abu Jandal[12] en 1998 a Bin Laden, y que, según sus propias palabras[13], consistió en el siguiente acto: “Bin Laden me entregó un mensaje de texto, y al leerlo, juré lealtad. Aunque, hasta entonces, había sido miembro de facto de al-Qaeda, me apegué a este ritual, que se lleva a cabo sin mucha ceremonia. Levante la mano ante Bin Laden declarando: «Juro ante Dios asistirte y apoyarte, sin considerar mi interés personal ni mis propias ideas, en los buenos y malos momentos, olvidando mi bienestar personal, y te prometo no desafiar tu liderazgo.» Aunque esto no cambia nada en mi vida diaria, sí afecta mi estado de ánimo.”
Por otra parte, prestar la bay’ah significa también la posibilidad de adhesión a un grupo más grande y/o poderoso, lo que aporta status, el cual puede significar igualmente una mayor proyección ideológica o bélica sobre otros grupos, individuos o áreas de interés, al pasar a formar parte de un todo, simplificando enormemente los recursos destinados a la organización y ejecución de acciones, al pasar a ser un ente ejecutivo más que un ente decisor-ejecutivo en un buen número de casos.
Si bien es cierto que existe cierta independencia en cuanto a la planificación y comisión de acciones, también lo es que la maquinaria de medios, recursos y propaganda guardan una estrecha relación a nivel grupal, y mantienen un carácter de centralidad que, en parte, es lo que buscan tanto el que presta la bay’ah, como el que la recibe: un acuerdo satisfactorio para ambas partes, del que ambas salen beneficiadas, aprovechando los puntos fuertes y reduciendo los puntos débiles.
La denominada jihad “glocal” también puede entenderse en los términos y consecuencias derivados de la bay’ah: grupos que actúan de manera local, bajo una bandera e ideología global, lo cual es una poderosa imagen y una herramienta de propaganda muy potente.
El dilema de la bay’ah
Desde el año 2014, AQ e IS son dos las principales opciones que tienen los grupos locales a la hora de sumarse al movimiento global[14], ya que en función del interés personal y su afinidad ideológica pueden alinearse con una u otra. Hasta la aparición de IS, el panorama global estaba liderado por AQ, siendo respaldado su proyecto por grupos que mostraban apoyo y simpatía por la causa. Es importante remarcar que hasta la mencionada aparición del IS, y desde la bay’ah prestada por parte de Osama bin Laden al Mullah Omar en 2001 (de la que se hablará más adelante), no existen demasiadas evidencias de otras bay’ah[15], ni relacionadas con AQ, ni de otros grupos yihadistas, como fórmula de adhesión a un grupo, más allá de alguna otra forma testimonial como por ejemplo la prestada por Omar Hammami (también conocido como Abu Mansoor al-Amriiki, norteamericano de origen que llegaría a ser líder de al-Shaabab) en Somalia allá por el año 2006 hacia Xasan Turky (Hassan Abdullah Hersi al-Turki), quien era considerado entonces (de manera errónea) como el líder de AQ en la zona.[16]
Con el surgimiento de IS y el establecimiento del califato yihadista, el panorama cambió en gran medida. Así, algunos grupos que hasta entonces solamente mostraban sus simpatías o apoyos de manera más indirecta, decidieron ir un paso más allá y pronunciar la bay’ah.[17] Distintos grupos, que hasta la fecha habían mostrado afines a AQ, decidieron apostar por la que era la opción más ventajosa a sus ojos en aquel momento, IS, aunque lo cierto es que esta tendencia se observó generalmente en agrupaciones de menor relevancia, ya que las grandes franquicias regionales de AQ en el Magreb Islámico (AQIM), la Península Arábiga (AQAP) y la creada en septiembre de 2014 en el Subcontinente Indio (AQIS), no faltaron a su lealtad. El impacto de la irrupción de IS fue menor en estas organizaciones, aunque es cierto que en el seno de alguna de ellas se produjo escisiones encabezadas por líderes de cierta relevancia, seguidos de algunos de sus subordinados, que decidieron rendir pleitesía a IS, como fue el caso en septiembre de 2014 de Jund al-Khilafa, grupo argelino escindido de AQIM. [18]
Lo cierto es que IS ha nutrido sus filas a partir de numerosos grupos que han tenido su origen en terrenos fértiles que tradicionalmente han sido favorables al influjo de la ideología de AQ. Ejemplos de ello son la aparición de Wilayah Khorasan[19], The Islamic State in the Greater Sahara (ISGS)[20], Islamic State of East Asia (ISEA)[21], o Boko Haram[22].
Un requisito indispensable a la hora de formalizar esta unión es que la pleitesía sea aceptada por el grupo que la recibe, siendo solo entonces cuando pueda considerarse que existe una relación de fidelidad entre dos organizaciones. No existen plazos establecidos en cuanto a la duración de este proceso, ya que desde que se emite la bay’ah hasta que esta es aceptaba públicamente puede transcurrir apenas días (cinco fueron los que transcurrieron exactamente en el caso de Boko Haram desde que Abubakar Shekau la pronunció el día 8 de marzo de 2015, hasta su aceptación el día 13 del mismo mes por parte del entonces portavoz de IS, Abu Muhammad al-Adnani, a través de un audio, aceptación que posteriormente sería ratificada mediante la publicación de la aceptación en el número 8 de Dabiq), o prolongarse durante casi año y medio, como fue el caso de la bay’ah pronunciada por Adnan Abu Walid al-Sahraoui en representación de ISGS en mayo de 2015 a través de la agencia mauritana de noticias al-Akhbar, cuya respuesta se hizo esperar hasta octubre de 2016, fecha en la que Amaq reconoció públicamente esta lealtad, junto a un vídeo en el que al-Sahraoui leía el comunicado de la bay’ah.[23]
Algunos juramentos de fidelidad realizados a Abu Bakr Al-Baghdadi y publicados en medios oficiales del Estado Islámico. Fuente: Elaboración propia.
Mediante el sistema de la bay’ah tanto al-Qaeda como IS han podido organizar y distribuir territorialmente a sus grupos y franquicias, consiguiendo de esta forma expandir sus siglas y su marca más allá de sus áreas de influencia originales. Mientras que al-Qaeda lo ha hecho a través del establecimiento de distintas franquicias regionales y alianzas con grupos consolidados a escala regional, como es el caso al-Shabaab, IS ha creado numerosas provincias (wilayat) que copian el modelo organizativo y funcional a pequeña escala del califato sirio-iraquí.
Asimismo, como ya se ha comentado, ambas han obtenido un enorme rédito propagandístico al reivindicar como propios atentados ocurridos en regiones tan dispares como Europa, el Sahel o el Sudeste Asiático. Por la otra parte, el objetivo que persiguen estos grupos que rinden pleitesía es el de incrementar sus recursos económicos, logísticos o humanos, aunque esto es algo difícilmente de cuantificar en no pocas ocasiones. La realidad es que el desarrollo que presentan los diferentes grupos terroristas que prestan la bay’ah a AQ o IS es dispar. Existen grupos que durante los últimos años han incrementado sus capacidades notablemente, como es el caso de la agrupación egipcia Jama’at Ansar Bayt al-Maqdis, grupo más conocido como Wilayah Sinai desde que fue aceptada su fidelidad en noviembre de 2014, o el conjunto del movimiento yihadista en el Sudeste Asiático, liderado por Abu Sayyaf y el Maute Group. En cambio, existen otros grupos que apenas han mejorado su situación pese a ser aceptada en su día formalmente su bay’ah, como podría ser el caso del Estado Islámico en Somalia o la Wilayah Khorasan. En ambos casos, dichos grupos surgieron como escisión de otros ya existentes, siendo estos al-Shabaab y Tehrik-i-Taliban, respectivamente, pero la alianza con IS no les ha permitido incrementar los recursos lo suficiente como para arrebatar el liderazgo a la organización de la que se escindieron en su día. Algo similar podría decirse en este caso de AQIS, la cual desde su creación en 2014 no ha llevado a cabo ataques de gran envergadura[24], ni tampoco ha conseguido hacer frente a la influencia de IS en el sur de Asia.
Algunos juramentos de fidelidad realizados a Abu Ibrahim Al- Hashimi Al-Qurayshi publicados en medios oficiales de Estado Islámico. Fuente: elaboración propia.
La bay’ah para Al-Qaeda y Daesh: distintas aproximaciones para un mismo asunto. Algunos ejemplos.
En términos generales podría decirse que AQ tradicionalmente se ha mostrado más exigente en cuanto a los requisitos y objetivos establecidos de cara a establecer una alianza formal con un determinado grupo, así como también para crear una franquicia regional.
Sin embargo, en el caso de IS se ha observado que existe una mayor complacencia o permisividad en cuanto a las condiciones exigidas. Pese a que existen unas claras directrices en el número 5 de la revista Dabiq que rigen el establecimiento de una wilayah, se ha visto cómo a medida que ha avanzado el tiempo estos requisitos no siempre se han tenido en cuenta a la hora de aceptar la bay’ah y establecer diferentes provincias en India[25], Turquía[26], o República Democrática del Congo[27], algo que ha ocurrido especialmente una vez que IS comenzó a perder territorios.
Es importante remarcar que AQ e IS también han mostrado diferentes criterios en cuanto a los motivos de aceptación o valoración de las bay’ah recibidas. AQ fue reacia en muchas ocasiones a que su nombre fuese utilizado fuera de sus principales zonas de operaciones, de forma que sus organizaciones satélites no fuesen señaladas como objetivos al ser asociadas con AQ central, más aún tras las operaciones englobadas dentro de la GWOT (Global War On Terror) que se dieron contra AQ en Afganistán principalmente. Esto también sucedió porque AQ siempre ha sido una organización más jerárquica, y el “ceder” su nombre a organizaciones que no siempre podían ser totalmente controladas a distancia desde la cúpula o el consejo de la Shura, en diversos sentidos, no era un aspecto alineado con su estrategia a nivel operacional, de imagen, y/o de seguridad.
Por el contrario, el IS decidió, en rasgos generales, aglutinar y aceptar a un mayor número de grupos o grupúsculos que decidiesen prestarles bay’ah, aprovechando el momentum de máximo esplendor. Para IS, por tanto, prácticamente cualquier bay’ah es bienvenida, pues supone más presencia, más territorio, más imagen exterior, más publicidad, y, por tanto, mayor número de adeptos. Podría así determinarse, que, a nivel comparativo, IS ha dado más importancia a la bay’ah de lo que lo ha hecho al-Qaeda, convirtiendo esta práctica en un tipo de formalismo importante, sobre todo en cuanto a la escenificación que conlleva, como ha podido observarse especialmente en las últimas bay’ah que fueron presentadas desde las wilayat y grupos simpatizantes de IS a Abu Ibrahim al-Hashimi al-Quraysh tras su nombramiento como nuevo califa el 31 de octubre de 2019, siendo Wilayah Sinai la primera en hacerlo, el 3 de noviembre de 2019, y la de un pequeño grupo de adeptos en Azerbaiyán la última en ser publicada, el 30 de noviembre del mismo año. En todas ellas, a excepción de la prestadas por el Cyber Caliphate Shield, CCS, o por algunos simpatizantes a través de Telegram, se optó por un ritual similar, mediante gestos de juntar las manos y fórmulas de recitación idénticas, lo que aportó una mayor sensación y percepción externa de unidad de las distintas wilayat respecto al juramento, como si fuese un procedimiento articulado de algún modo o que contaba con unas instrucciones determinadas a priori, no como un acto espontáneo, lo cual podría entenderse como una maniobra diseñada desde la cúpula de IS para otorgar mayor legitimidad al nuevo califa al mostrar en los videos publicados estas bay’ah en canales oficiales del grupo un acto estandarizado, regulado, y alineado con el considerado como slogan del grupo: Dawlat al Islam Baqiyah wa Tatamaddad, (“El Estado Islámico permanece y se expande”).
Ciertas diferencias pueden apreciarse en cuanto al contenido de las bay’ah entre ambas organizaciones receptoras, así como en función de la organización o individuo que presta el juramento de fidelidad, ya que no existe una norma establecida en cuanto al contenido, longitud o fórmula de la misma, si bien existen algunas coincidencias en cuanto al formato entre unos y otros grupos a la hora de prestar el juramento de fidelidad.
Se pueden observar distintas fórmulas de recitación para el juramento entre AQ e IS. La forma es más o menos estandarizada en el caso de este último grupo, siendo el que aparece a continuación un modelo de ello: “Prestamos bay’ah a Amirul-Muminin[28], el Khalifah de los musulmanes, Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurashi, comprometiéndonos a escuchar y obedecer, en tiempos de deleite y disgusto, y en tiempos de dificultad y tranquilidad, y hacerlo desinteresadamente; y no disputar el mandato de los que tienen autoridad a menos que veamos un kufr[29] flagrante, con respecto a lo cual tenemos pruebas de Allah, ¡y Allah es testigo de lo que dijimos”.[30]
En cuanto a la ceremonia y recitación utilizada en el caso de AQ, podemos añadir como ejemplo la prestada por Abu Abbas al-Sharqui, también conocido como Aimen Dean, a Osama bin Laden en septiembre de 1997. En palabras del autor: “… Extendió su mano derecha con la palma abierta hacia arriba y tomó la mía. Noté lo largos que eran sus dedos y lo suave que era su piel … Al-Ghamdi … me pidió que repitiera cada cláusula después de él. Recuerdo mis palabras exactas mientras miraba solemnemente a los ojos del fundador de al-Qaeda. «Le presto lealtad para obedecer, seguir órdenes durante los buenos y los malos tiempos sin desobedecer a Allah en el camino de la yihad. Lucho a tu lado cuando declaras la guerra y hago la paz cuando tú haces la paz. Y Allah es testigo de lo que he declarado»”.[31]
La misma fórmula es la empleada, con algunos matices, en una de las últimas bay’ah recibida por AQ, en este caso de una de sus más importantes franquicias, al-Qaeda in the Arabian Peninsula (AQAP), en la cual el actual líder del grupo, Khalid Batarfi, también conocido como Abu al-Miqdad al-Kindi, rinde pleitesía y presta juramento a Ayman al-Zawahiri, emir de AQ, mediante el siguiente mensaje en audio: “A nuestro jeque y emir, Abu Muhammad Ayman al-Zawahiri, le prometo lealtad, le obedeceré en todo momento y no disputaré sus órdenes. Y me comprometo a la yihad por la causa de Allah, para establecer la ley de Allah en la tierra, y esta lealtad es de mi parte de la de todos mis hermanos en Al-Qaeda en la Península Arábiga”.[32]
La estructura habitual suele presentar a modo de inicio una o varias citas al Quran o a algún hadith, para pasar posteriormente a la presentación personal del emisor de la bay’ah, e indicar en nombre de qué grupo habla. Tras esto, se suele desarrollar el motivo o motivos que han llevado a la emisión de la bay’ah, así como mostrar la disposición hacia el receptor de la misma. Habitualmente, la bay’ah finaliza con algún tipo de loa hacia el receptor, alguna cita adicional al Quran, la inclusión de algún hadith, o alguna fórmula clásica de despedida islámica.
Una de las bay’ah más importantes, por varios motivos, es la que prestó Osama bin Laden al Mullah Omar en la primavera de 2001. La bay’ah de Bin Laden no se hizo pública hasta el año 2014, cuando al-Sahab, el brazo mediático de AQ, decidió publicarla el 13 de julio para dar más fuerza argumental a Ayman al-Zawahiri en su crítica a Abu Bakr al-Baghdadi, quien se declaró califa sin tener legitimidad ni autoridad para ello, según la visión de AQ.[33] Hablando de legitimidad, la propia bay’ah de Osama bin Laden fue controvertida en su día, y el mismo emir de AQ fue reacio a prestarla, pues el Mullah Omar no tenía ascendencia en el linaje Quraysh, siendo este un requisito obligatorio para poder ser califa según algunos eruditos árabes y su interpretación literal de varios textos islámicos. Así, parece ser que la ceremonia de esta bay’ah fue prestada físicamente en su día mediante “proxy”, ya que el mismo Bin Laden renunció a reunirse con el Mullah Omar para este asunto, delegando la prestación de la bay’ah en su nombre a Mustafa Amid, a.k.a. Abu’l-Walid.[34] El mismo Bin Laden defendió el derecho del Mullah Omar a asumir el título de amir al-mu’minim (Amirul-Muminin, Líder de la Fe) aunque este no perteneciera a la tribu Quraysh, la tribu originaria del Profeta. [35]
En su juramento, Osama Bin Laden utiliza una cita del Profeta que dice “el que muere sin haber jurado pleitesía muere en la ignorancia”. Este mismo hadith sería también empleado posteriormente por Ayman al-Zawahiri para iniciar su bay’ah al líder taliban Mawlawi Haibatullah, mediante el uso del video en el que Bin Laden lo utiliza para su juramento al Mullah Omar.[36]
Ese mismo hadith sería utilizado, en su propia versión, por Abubakar Shekau el 7 de marzo de 2015, cuando este prestó bay’ah a Abu Bakr al-Baghdadi, como puede observarse en el siguiente extracto de su juramento: “Desde su hermano en Allah, Abu Muhammad Abubakar bin Muhammad al-Shekawi, el líder del JASDJ, hasta el Califa de los musulmanes, Abu Bakr Ibrahim b. ´Awad b. Ibrahim al-Husayni al-Qurashi. Les estamos enviando este mensaje, siguiendo lo que Allah dijo en el Corán: «Y aférrense al vínculo de Allah, todos ustedes, y no se desmoronen» (Q3: 103) Y lo que dijo el Profeta: «Quien muere sin haber jurado lealtad a un iman (Califa) muere en la ignorancia (jahiliyya)»”.[37]
En esa misma bay’ah de Shekau, también podemos observar que la fórmula empleada en cuanto al juramento de fidelidad, es similar a la utilizada en otras ocasiones por otros individuos o grupos:
“Anunciamos nuestra lealtad al Califa de los musulmanes Ibrahim b. ´Awad b. Ibrahim al-Husayni al-Qurashi (Abu Bakr al-Baghdadi) y lo escucharemos y obedeceremos en tiempos de dificultad y prosperidad, en dificultades y comodidad, y soportaremos la discriminación por ello, sin discutir sobre las decisiones de los que están en el poder, excepto en caso de evidente incredulidad con respecto a lo que exista una prueba de Allah.”[38]
Por último, una buena parte de los atentados que ha sufrido Europa durante los últimos años han tenido como autores de los mismos a individuos que han actuado por cuenta propia. Pese a no tener vinculación directa con ninguna organización terrorista, y recibiendo únicamente la influencia ideológica de estas, algunos de ellos decidieron pronunciar la bay’ah hacia IS a través de vídeos grabados por ellos mismos previamente a llevar a cabo sus atentados. Tales son los casos de Anis Amri, autor del ataque en el mercado navideño de Berlín en 2016 o más recientemente de Kujtim Fejzulai, quien en noviembre de 2020 acabó con la vida de cuatro personas en la capital de Austria. En ambos casos, IS hizo públicos estos vídeos a través de Amaq y calificando a ambos como “soldados del califato”, a pesar de que estos no recibieron ni órdenes directas desde la organización ni respaldo de ningún tipo a la hora de llevar a cabo los atentados.
Conclusiones
A lo largo de los siglos, la bay’ah ha sido un mecanismo utilizado frecuentemente dentro del mundo islámico, siendo fundamental comprender su uso y sus diferentes interpretaciones y formas en el desarrollo de las relaciones establecidas entre aquellas personalidades u organizaciones que toman parte de ella.
En el seno del movimiento yihadista, tanto AQ como IS, han instrumentalizado su uso como una forma de expandir su marca más allá de sus tradicionales áreas de influencia, estableciendo mediante la bay’ah alianzas perdurables en el tiempo con otros grupos de ideología yihadista. La bay’ah ha acabado por convertirse en un indicador clave de cara a conocer las dinámicas globales y la interrelación que se da dentro del movimiento yihadista actual, especialmente en lo que concierne a la relación entre las dos grandes franquicias con sus grupos afiliados. Igual que a partir de la segunda mitad del año 2014 se pudo constatar, a partir de las numerosas prestaciones de juramentos de fidelidad, la capacidad expansiva y el interés despertado por IS, no hay duda de que, en el momento en el que se produzca una mutación de estas, nos encontraremos ante un nuevo paradigma.
Observando el uso y el número de bay’ah recibidas por uno y otro grupo, puede determinarse que AQ, como es habitual y manteniéndose en línea con su comportamiento general, mantiene el mismo “perfil bajo” en cuanto al uso de la bay’ah, no renunciando a ella, pero tampoco exigiéndola o haciendo de esta ceremonia un motivo de propaganda y publicidad en sí mismo como viene haciendo IS. Así, este grupo no escatima en medios y planificación para hacer, sino un requerimiento, sí una especie de rito iniciático respecto a la necesidad de recibir bay’ah, y transmitirlas a través de sus medios oficiales a nivel global. Esto es perfectamente observable en los momentos clave del grupo, y así por ejemplo, ocurrió tras la publicación el 29 de abril de 2019 del video titulado “In the hospitality of the Emir of the Believers”, en el cual pudo verse, años después de su anterior aparición, a Abu Bakr al-Baghdadi, entre otras cosas, examinando documentación de distintas wilayat, que, a lo largo de los siguientes meses, y de manera claramente orquestada desde la dirección de IS, fueron renovando la bay’ah una tras otra, o prestándola por primera vez en el caso de las nuevas wilayat o bilad (áreas, territorios), como ocurrió con Azerbaiyán o Turquía, en la serie de videos titulados “And the best outcomes is for the pious”, que fueron publicados a lo largo de los meses de junio y julio de 2019. Esto mismo ocurrió a lo largo del mes de noviembre de 2019, tras el nombramiento de Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi, donde distintas wilayat prestaron juramento al recién nombrado Califa, de nuevo manteniendo una puesta en escena, un guion, y unos recursos visuales prácticamente idénticos, lo que hace pensar que dichas bay’ah estaban orquestadas, y no fueron algo espontáneo.
Un posible abuso en cuanto a la bay’ah, puede acabar convirtiéndose en una debilidad más que en una fortaleza, ya que viendo que se ha convertido en una especie de performance visual en aras de buscar el mayor impacto propagandístico, puede darse la situación de que la prestación de este juramento, termine siendo interpretado por algunos como cierta muestra de idolatría y adoración (shirk) hacia el Califa, o el grupo que este representa, lo cual sería el mayor de los pecados dentro de la misma ideología que defienden los grupos salafí-yihadistas.
[1] Quran, Surat Al-Fath 48:18.
[2] Para saber más acerca de estos requisitos, consultar: Rosenthal, E.I.J, “Political Thought in Medieval Islam: An introductory outline”, Cambridge University Press, 2009.
[3] Wagemakers, Joas. “The Concept of Bay’a in the Islamic State’s Ideology”, Perspectives on Terrorism, Vol.9 2015, no.4, pp.98-106.
[4] Black, Anthony. “The History of Islamic Political Thought: From the Prophet to the Present”, Routledge, New York 2001, pp.143-144.
[5] Wagemakers, Joas. “The Concept of Bay’a in the Islamic State’s Ideology”, Perspectives on Terrorism, Vol.9 2015, no.4, pp.100.
[6] Saiful Alam Shah Bin Sudiman, Muhammad. “IS Misconception of Bay’at: Nuances in Oath of Allegiance”, Nanyang Technological University, RSIS Rajaratnam School of International Studies, RSIS Commentary n. 188, October 2017.
[7] Stenersen, Anne. “Al-Qaida in Afghanistan”, Cambridge University Press, July 2017, pp. 94.
[8] Carl Brown, Leon. “Religion and State. The Muslim Aproach to Politics”, Columbia University Press, New York 2000.
[9] Wagemakers, Joas. “The Concept of Bay’a in the Islamic State’s Ideology”, Perspectives on Terrorism, Vol. 9, No. 4, 2015.
[10] Milton, Daniel & Al-Ubaydi, Muhammad. “Pledging Bay’a: A Benefit or Burden to the Islamic State?” CTC Sentinel, Vol. 8, 2015, No. 3.
[11] Bergen, Peter L. “The Osama Bin Laden I Know: An Oral History of al-Qaeda´s Leader”, Free Press, New York 2006, pp. 301.
[12] Nasser al-Bahri, a.k.a. Abu Jandal, fue uno de los guardaespaldas de Osama bin Laden. Una breve reseña biográfica sobre su persona puede ser consultada en este artículo: https://www.timesofisrael.com/bin-ladens-former-bodyguard-dies-in-yemen/, y una entrevista (en francés) que le fue realizada en 2009 puede ser escuchada aquí: https://www.franceculture.fr/emissions/l-heure-du-documentaire/abu-jandal-aux-noms-du-jihad
[13] al-Bahri, Nasser & Malbrunot, Georges. “Dans l’ombre de Ben Laden: révélations de son garde du corps repenti”, ed. Michel Lafon, Neuilly-sur-Seine, 2010, pp. 158.
[14] Berger, J.M. “The Islamic State vs.al Qaeda. Who’s Winning the War to Become the Jihadi Superpower?” Foreign Policy, September 2014, disponible en: https://foreignpolicy.com/2014/09/02/the-islamic-state-vs-al-qaeda/
[15] Hegghammer, Thomas. “Jihadi Culture”, Oxford University Press, July 2017, pp. 198-199.
[16] al-Amriiki, Abu Mansoor. “The Story of an American Jihaadi – part one”, pp. 69-70. https://media.al.com/live/other/The-Story-of-an-American-Jihaadi.pdf
[17] Milton, Daniel & Al-Ubaydi, Muhammad. “Pledging bay’a: A Benefit or Burden to the Islamic State?”, CTC Sentinel, vol.8 2015, no.3, pp.1-7.
[18] Porter, Geoff. “What to Make of the Bay’a in North Africa?”, CTC Sentinel, vol.8 2015, no.3, pp. 14-17.
[19] Rassler, Don. “Situation in the Emergence of the Islamic State of Khorasan”, CTC Sentinel, vol.8 2015, no.3, pp.7-11.
[20] Le Roux, Pauline. “Exploiting Borders in the Sahel: The Islamic State in the Greater Sahara”, Africa Center for Strategic Studies, 2019, disponible en: https://africacenter.org/spotlight/exploiting-borders-sahel-islamic-state-in-the-greater-sahara-isgs/
[21] Gunaratna, Rohan. “The Islamic State’s Northward Expansion in the Philippines”, Counter Terrorist Trends and Analyses, vol.9 2017, no.5, pp.1-4, disponible en: https://www.jstor.org/stable/26351516?seq=1#metadata_info_tab_contents
[22] Milton, Daniel & Al-Ubaydi, Muhammad. “Pledging bay’a: A Benefit or Burden to the Islamic State?”, CTC Sentinel, vol.8 2015, no.3, pp.5-7.
[23] United Nations Security Council, “Islamic State in the Greater Sahara”, 23 February 2020, disponible en: https://www.un.org/securitycouncil/content/islamic-state-greater-sahara-isgs
[24] Sinan, Mohammed. “Al Qaeda in the Indian Subcontinent: comparing the movement in India and Bangladesh”, Journal of Policing, Intelligence and Counter Terrorism, vol.15 2020, nº1.
[25] Reuters, “Islamic State claims ‘province’ in India for first time after clash in Kashmir”, 11 May 2019, disponible en: https://www.reuters.com/article/us-india-kashmir-islamic-state/islamic-state-claims-province-in-india-for-first-time-after-clash-in-kashmir-idUSKCN1SH08J
[26] Postings, Robert. “Islamic State Turkey province video claims new wilayah in old turf”, The Defense Post, 11 July 2019, disponible en: https://www.thedefensepost.com/2019/07/11/islamic-state-turkey-province-bayah-video/
[27] Perkins, Brian. “The Emerging Triad of Islamic State Central Africa Province”, Terrorism Monitor, The Jamestown Foundation, 11 March 2020, disponible en: https://jamestown.org/program/the-emerging-triad-of-islamic-state-central-africa-province/
[28] Amir al-Mu’minim es un título en árabe que significa “Líder de la Fe”, y es el nombre dado a los califas según la tradición sunita.
[29] Kufr es uno de los términos árabes utilizado para definir a los infieles y a los incrédulos.
[30] Juramento de lealtad publicado por el medio no oficial Ash-Shaff Media Foundation, ente asociado a la wilayah del este asiático del Daesh, en relación al nombramiento de Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi como el nuevo Califa del Estado Islámico.
[31] Dean, Aimen, Cruickshank, Paul & Lister, Tim. “Nine Lives. My Time as MI6´s Top Spy Inside Al-Qaeda”, One World Publications Ltd., 2018, pp. 92-96.
[32] Esta bay’ah fue emitida por el brazo mediático oficial de AQAP, Al-Malllaham, en un audio publicado el 19 de marzo de 2020.
[33] Para más información sobre la bay’ah de Osama bin Laden, así como poder consultar extractos originales de la misma, junto con un análisis de su uso como argumento contra el nombramiento de Abu Bakr al-Baghdadi como califa, puede consultarse el artículo de Thomas Joscelyn: “Analysis: Al Qaeda attempts to undermine new Islamic State with old video of Osama bin Laden”, Foundation for Defense of Democracies Long War Journal, July 15, 2015, disponible en: https://www.longwarjournal.org/archives/2014/07/osama_bin_laden_disc.php
[34] Brown, Vahid. “The Façade of Allegiance: Bin Ladin´s Dubious Pledge to Mullah Omar”, CTC Sentinel, January 2010, Vol. 3, Issue 1, pp. 1-6.
[35] Stenersen, Anne. “Al-Qaida in Afghanistan”, Cambridge University Press, July 2017, pp. 94.
[36] Hoolbrok, Donald. “Al-Qaeda 2.0: A Critical Reader”, Oxford University Press, 1st edition January 15th 2018, pp. 269-274.
[37] Kassim, Abdulbassit & Nwankpa, Michael. “The Boko Haram Reader. From Nigerian Preachers to the Islamic State”, Oxford University Press, 2018, pp. 408.
[38] Ibídem, pp. 408.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en la revista Perspectives on Terrorism, estando disponible aquí.