La estrategia glocal de los grupos yihadistas del Sahel

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Beatriz de León Cobo

 

Captura de imagen de un vídeo propagandístico emitido por la productora audiovisual de JNIM.

Tras la revolución tuareg de 2012 en Mali, el terrorismo yihadista aprovechó la situación de debilidad del gobierno para expandirse por la región del norte y el centro de Mali. El espacio relativamente protegido antes por la administración central se ha convertido así en un espacio vacío de funcionarios del gobierno en el que los grupos yihadistas encuentran la oportunidad para ocupar los roles del Estado e instaurarse en la región. En algunas ocasiones, incluso, cuentan con el beneplácito de la población local ya que los yihadistas se ofrecen a protegerles de los Tuareg u otros grupos armados y contaban con el apoyo de Al Qaeda del Magreb Islámico en 2012 por su proximidad geográfica a Argelia. Ocho años después de estos acontecimientos, el terrorismo se ha expandido por la región del norte de Burkina Faso y del este de Níger, conocida como la zona de Liptako Gourma, con nuevos actores sobre el terreno ligados a grupos yihadistas locales malienses y a Daesh.

Sin embargo, a pesar de las conexiones con la yihad mundial, los líderes de los grupos yihadistas de Mali antes de radicalizarse eran líderes de sus comunidades. Algunos ejemplos son el caso de Iyad Ag-Ghali, líder de Ansar Dine, que era un líder de la revolución tuareg; y de Amadou Koufa, líder de Katiba Macina, que era un poeta peul y erudito del Corán. El haber sido líderes comunitarios les permite conocer los problemas de la población civil de la región y explotar las tensiones intercomunitarias para reclutar y captar seguidores. A su vez, el pertenecer a una red yihadista mundial les permite estar apoyados logísticamente y tener un impacto mayor en sus acciones. La relación de los grupos yihadistas locales y globales se ha convertido en una relación de dependencia y utilidad. Por ello, la estrategia de estos grupos es glocal, término acuñado por Barbara Walter[1] que explica la naturaleza particular de los grupos yihadistas en el Sahel. Por un lado, éstos son capaces de extenderse por un territorio gracias a las alianzas locales y a la defensa de los intereses de las minorías, explicándoles que su única salida para encontrar justicia es adhiriéndose a la causa yihadista. Por el otro, una vez que están asentados, esto les permite aumentar su poder a nivel transnacional ya que controlan mucho más territorio, son capaces de adoctrinar a más población y, en los lugares con poca presencia estatal, son capaces de traspasar fronteras teniendo un poder regional. Esto es exactamente lo que ha ocurrido en la zona de Liptako Gourma. Estos conflictos tienden a propagarse por los estados vecinos (Burkina Faso y Níger) porque normalmente estos tienen problemas sociales y desafíos políticos similares a los del país afectado. En estos conflictos los grupos yihadistas transnacionales llegan a conseguir una cierta influencia sobre parte de la población, sobre todo en las zonas más remotas, que sin la ayuda de los grupos locales no hubieran podido conseguir de otro modo.

En este artículo se estudiará la conexión de grupos yihadistas locales del centro como es Katiba Macina con la yihad mundial de Daesh y Al-Qaeda. Siguiendo las tesis de Walter, esto permitirá identificar si los motivos por los que actúan los grupos yihadistas son globales, y por ende, con una agenda política global, o locales, por lo que los intereses principales están relacionados con el ámbito local.

 

Los grupos yihadistas del Sahel y sus relaciones entre ellos y con la yihad mundial

La relación entre los grupos yihadistas globales y locales es evidente. Los primeros atentados en la región del centro de Mali fueron reivindicados por Al Qaeda y por Katiba Macina.[2] A diferencia de lo que ocurre en el Golfo Pérsico, la relación entre los grupos yihadistas hasta finales de 2019 era pacífica y de colaboración. Uno de los motivos de la buena relación es que muchos de los jefes yihadistas en la región tienen vínculos consolidados entre ellos desde hace años, como es el caso de Koufa y Ag Ghali. De hecho, la existencia de tantos grupos en una región tan pequeña corresponde a que su creación es debido a las peleas internas provocadas por la falta de espacio para todos los dirigentes yihadistas en las organizaciones. Por ejemplo, el sobrino de Ag Ghali es el que llevaba la facción de AQMI en Mali. Aunque Ag Ghali decide crear su propio grupo, Ansar Dine mantiene estrechas relaciones con su sobrino. Además, MUJAO, que se convierte en Al- Mourabitoun, a su vez nació de una escisión entre dos dirigentes de AQMI. Por último, el emir de Al Mourabitoun, al-Sahraoui, dividiría este grupo terrorista entre los que juran lealtad al Estado Islámico y los que no. Los que juran lealtad al Estado Islámico, siguiendo al-Sahraoui, terminarían por crear el Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS, por sus siglas en inglés) en 2015.

Aunque conviven de manera relativamente pacífica en la zona de Liptako Gourma, los grupos terroristas han sido capaces de dividir su esfera de influencia. El delta del Níger y la región de Seeno está controlado por Katiba Macina, la región de Gourma por ISGS, Almansour por Ansar Dine, Jelgooji y Agacher por Ansaroul Islam (en la frontera con Burkina Faso) y el Valle de la Serpiente por Ansar Dine y Katiba Macina.[3]

 

En 2017 se forma Jama’at Nusrat al Islam wal Muslimeen (JNIM) con Iyad Ag Ghali a la cabeza. JNIM es una nueva red terrorista conformada por grupos terroristas locales del centro y norte de Mali, a saber, AQMI, Al Mourabitoun (antiguo MUJAO, excluyendo a los que se han unido a ISGS), Ansar Dine y Katiba Macina. El único grupo terrorista yihadista que no se une es ISGS, su competidor, con el que mantiene una tregua no oficial por la que ambos grupos no se enfrentan por el territorio[4]. Uno de los propósitos de esta red es que no existan peleas por el territorio entre los propios grupos yihadistas.[5] Por otro lado, su compleja estructura organizacional permite a los grupos yihadistas seguir manteniendo su marca, y por lo tanto su esencia, pero pertenecer al mismo tiempo a una red que le dota de medios materiales. El continuar teniendo una marca propia como es el caso de Katiba Macina también les permite tener un perfil relativamente bajo internacionalmente, atrayendo menos atención mediática cuando los atentados no los reclama JNIM. De hecho, sólo ha sido a partir del 4 de febrero de 2020 cuando se ha metido a Koufa en la lista de sancionados por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Otros personajes, como Iyad Ag Ghali, fueron incorporados en 2013, e incluso JNIM fue incorporado en 2018.[6]

Esta nueva marca de la yihad ha conectado dos mundos que hasta entonces no convivían, la yihad global con la guerrilla local, con todo lo que ello implica en términos de recurso, equipamiento, armas y visibilidad política y mediática. Si bien los grupos terroristas del norte siempre estuvieron conectados a Al-Qaeda del Magreb, formando parte de la red mundial de Al-Qaeda, la entrada de Katiba Macina implica la mundialización de un contexto local como es el discurso social y político de los peul. En palabras de un líder de AQMI, “el pretender ser un movimiento local que tiene sus propias causas, ayuda a que no se le considere como un proyecto expansionista yihadista ligado con Al-Qaeda”[7]. Ello les dio una gran ventaja al principio, ya que gracias al discurso peul de Katiba Macina, han estado durante muchos años fuera del radar internacional contraterrorista. A partir de 2017 es cuando verdaderamente se empezó a conocer la extensión de la amenaza. ISGS está muy presente también en Níger, y Ansaroul Islam, la facción burkinabé de Katiba Macina, en Burkina Faso.[8] Esta expansión del terrorismo por la zona de Liptako Gourma ha convertido una amenaza nacional en regional.

Con respecto al grupo ISGS, este grupo se ha convertido en el más mortal de los grupos terroristas yihadistas del Sahel. Su líder Al-Sahraoui, ha estado involucrado con la yihad desde que creó la MUJAO en el norte de Mali en 2011. Tras la revolución tuareg de 2012, MUJAO, a pesar de no ser más de 500 combatientes, se expandió rápidamente por el norte de Mali, llegando hasta las regiones del centro. Mantuvo combates contra el MNLA y ayudó a defender a aquellos grupos armados que estaban combatiendo contra los tuaregs. Tras la reconquista de Gao por la operación Serval, MUJAO decidió replegar su ofensiva y decide unirse a otro grupo yihadista de la región: Los signatarios por la Sangre, dirigido por Mokhtar Belmokhtar para formar el nuevo grupo terrorista de Al-Mourabitoun (los almorávides). El 14 de mayo de 2015, al- Sahraoui emite un comunicado, como líder de Al-Mourabitoun, en el que jura lealtad a Daesh. Dos días más tarde, Mokhtar Belmokhtar lo desmiente, argumentando que esa decisión no provenía del consejo de la Sharía. Al- Sahraoui decide montar su propio grupo yihadista, el Estado Islámico del Gran Sáhara (EIGS), siendo el primer líder de la región en jurar lealtad a Daesh. [9] De esa manera, el grupo consiguió gran apoyo entre la población local. Se le vincula con el 26% de todos los eventos terroristas ocurridos y 42% de todas las muertes ocurridas por grupos yihadistas en 2018 en el Sahel[10]. Este grupo también es el ejemplo de lo que supone una amenaza verdaderamente transfronteriza puesto que su actividad de extiende 800km en el este de Mali/ oeste de Níger y 600km en la frontera de Burkina con Níger. El 90% de los atentados ocurren en los 100km de estas fronteras. Este grupo comenzó en la región de Gao y en el norte de Mopti, donde sus combatientes provenían por su pertenencia a MUJAO pero rápidamente se extendieron a la región de Tillabéri en Níger y la región de Liptako Gourma en el este de Mali y el norte de Burkina.[11]

A su vez, ISGS tiene una relación no sólo con Daesh sino también a nivel más próximo territorialmente con ISWAP, que es el Estado Islámico de África Occidental. Este grupo terrorista, que está mayoritariamente ubicado en Níger, Nigeria y las fronteras limítrofes, es una escisión de Boko Haram que juró lealtad a Daesh en 2015.[12]

En Burkina Faso, el grupo Ansaroul Islam es una de las consecuencia de este movimiento pan-peul yihadista. Hasta 2016 que apareció Ansaroul Islam, Burkina nunca en su historia había tenido un movimiento islamista[13]. El proceso de radicalización de su fundador, Ibrahim Malam Dicko, es muy similar al de Koufa, siendo este último su mentor. Antes de convertirse en el jefe de un movimiento terrorista, Dicko fue Imam de Sorum, una ciudad a la frontera con Mali y estudió en escuelas coránicas de Mali y Níger. Durante la década del 2000, consiguió muchos seguidores, siendo un gran orador, con un discurso anti-establishment que propagaba en los dos programas de radio local que tenía. Entre sus quejas están las mismas que las de Koufa en Mali: el sistema establecido por las estructuras tradicionales y líderes religiosos es injusto e ilegítimo. Durante la década del 2010, comenzó a establecer una relación de amistad con Koufa, que se convirtió en su mentor. Ansaroul Islam y Katiba Macina han coordinado ataques a lo largo de la frontera.[14]

 

Retórica global y local de los grupos yihadistas:

El discurso de los grupos yihadistas en el Sahel está lleno de referencias locales. Este discurso no es exclusivamente religioso, es también social y político. Los líderes yihadistas como Koufa (líder de Katiba Macina en Mali) y Ibrahim Mallam Dicko (líder de Ansaroul Islam en Burkina Faso) critican el sistema de castas peul y la falta de justicia social. Acusan a las élites, que tienen grandes propiedades, poder y riqueza de no repartirlo.[15] Entre la juventud que no tiene trabajo ni medios, este discurso profundamente social les cautiva. Por otro lado, también están en contra los derechos costumbristas que tienen algunas comunidades y castas por utilizar y explotar los recursos naturales[16]. Este discurso social cuasi político tiene poco que ver con la yihad, pero es muy inteligentemente utilizado para justificar una yihad igualitaria. En cada pueblo, estos grupos utilizan las frustraciones de la población local para justificar la yihad como única alternativa a un modelo social injusto. Este discurso igualitario refuerza la idea de que la yihad es la única manera de romper las barreras socioeconómicas y adquirir una igualdad. La yihad, por tanto, es mitificada y se convierte en una manera de ascender socialmente rompiendo el orden tradicional y creando uno en el que los hombres de fe estén por encima de las castas.

El mantener este discurso local previamente explicado y a la vez hablar de la yihad global puede dar lugar a discursos esquizofrénicos y contradictorios. Conciliar ambos discursos, la yihad global con los problemas específicos a la etnia peul, da lugar en ocasiones a discrepancias en la narrativa.[17]  Esta idea es desarrollada en un discurso por el segundo líder de Katiba Macina, donde específicamente menciona a la relación entre los Peul y otras etnias. “Nuestra lucha no es una lucha en nombre de los Peul, los árabes, los Tuareg o los Bambara. ¡No! Nuestra lucha es una lucha entre la fe y la incredulidad, la democracia y el libro de Alá, la idolatría y el monoteísmo. (…) No estamos luchando para que los Peul sean superiores a los Bambara. (…) Todos los grupos étnicos tienen que dejar de lado sus rivalidades, porque no tenemos nada que ver con ello y no queremos oír hablar de ello. Tienen que dejar de odiarse mutuamente.” [18] Como se puede comprobar, este discurso demuestra el interés de Katiba Macina en intentar superar la organización social en etnias para organizar la sociedad en dos categorías, los que luchan haciendo la yihad para instaurar la Dina y los que son combatidos por ser infieles. Sin embargo, en otro discurso, Koufa, el líder de Katiba Macina, se dirige exclusivamente a los Peul, intentando convencerles de que, menos los grupos yihadistas, todo el mundo esta contra ellos, incluidos los árabes.  “¡Oh, Peul! Han visto desde el principio de nuestra yihad y hasta el día de hoy lo que los malhechores han hecho a los Peul: masacres y exterminio a la vista de Francia, las Naciones Unidas y los árabes. Los franceses pusieron a otros en contra de los Peul porque hemos izado la bandera del Islam y queríamos someternos una vez más al juicio de Dios (él es el Todopoderoso). (…) Mis hermanos Peul, dondequiera que estén, recuerden esta palabra, vengan y apoyen su religión”.[19] En esta clase de discurso se muestra perfectamente su preferencia por los grupos Peul. Las comunidades Peul nómadas que eran musulmanas tradicionales y no naturalmente radicales están empezando a apoyar la causa yihadista al ver la violencia étnica contra ellos, bien porque les atacan directamente, bien porque no les protege el Estado.[20]

ISGS también aprovecha la marginalización de los Peul para reclutar, ofreciéndoles protección de su ganado y de ellos mismos a cambio de la simpatía o unión con ISGS. Uno de los ejemplos de dicha protección fue los enfrentamientos entre los grupos armados Tuareg y ISGS en 2017 y 2018. ISGS amenazó a grupos armados tuareg como GATIA y MSA de que, si no dejaban de colaborar con ellos, habría represalias. El Estado Islámico organizó múltiples ataques terroristas en mercados y pueblos donde había presencia tuareg. Como consecuencia, los combatientes de GATIA contratacaron matando a locales Peul y uniéndose a la ofensiva conjunta con los gobiernos de Mali, Níger y Burkina. En abril de 2018, ISGS respondió a la matanza de los peul orquestando la masacre de 40 tuaregs de la tribu de Daoussahak. Posteriormente, al igual que lo hizo Katiba Macina, convenció a los Peul seguidores de su causa, que el verdadero enemigo no eran los Tuareg sino los que les perseguían, es decir, el Estado, y los colonizadores de la Operación Barkhane. Desde entonces sus atentados se han centrado en las fuerzas armadas nacionales e internacionales.[21] Ese cambio en la narrativa, de los Tuareg a las fuerzas internacionales, es un ejemplo del cambio del discurso yihadista, de local a internacional.

 

Conclusión

Como se puede observar las conexiones con la yihad maliense y la global existen, pero hasta qué punto las mismas son a nivel logístico o es solamente a nivel ideológico es difícil de determinar. De hecho, ISGS fue durante un año y medio un grupo terrorista no reconocido por Daesh como propio, desde abril de 2015 hasta la declaración de Abubakr al-Baghdadi en octubre de 2016. [22] El ejemplo de ISGS ilustra una posible falta de conexión logística con la yihad en un comienzo, pero esa conexión ha ido creciendo con el tiempo, al igual que ocurrió con ISWAP.

Esta relación entre los grupos locales y globales muestra perfectamente cómo un conflicto que comenzó siendo una amalgama de intereses particulares de grupos locales, se está convirtiendo en una causa política yihadista regional que puede llegar a mantener vivo el conflicto, aunque se resuelvan las disputas locales en Mali, Níger o Burkina Faso. Ahora que el gobierno de Mali está barajando la posibilidad de negociar con líderes yihadistas locales como Koufa, es crucial focalizar los esfuerzos de la comunidad internacional en cortar la conexión con la yihad internacional. De esa manera, si se consigue desmovilizar a los líderes yihadistas locales con fuertes vínculos en la comunidad, el conflicto podría terminar, al igual que ocurrió con los tuaregs en 2015, o con otras milicias armadas.

 

[1] Barbara F. Walter. The New New Civil Wars. Annual Review of Political Science No. 20. 2017. p. 469–486.

[2] Adam Thiam, Central Mali: Stakes and Dangers of a Neglected Crisis, Macina Institute, Humanitarian Dialogue (HD), March 2017. p. 29

[3] Adam Thiam. Chronique d’Adam Thiam : la crise du Centre expliquée… aux nuls. Bembere. 29 mai 2019. p.4

[4] Esa tregua terminará a finales de 2019, cuando yihadistas de Katiba Macina y de EIGS fueron los protagonistas de varios episodios violentos.

[5] Pauline Le Roux, Ansaroul Islam: The Rise and Decline of a Militant Islamist Group in the Sahel. Spotlight. 29 julliet 2019. African Center for Stategic Studies. p.2.

[6] Para ver las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU : www.un.org/securitycouncil/content/amadou-koufa. https://www.un.org/securitycouncil/sanctions/1267/aq_sanctions_list/summaries/individual/iyad-ag-ghali

[7] Pauline Le Roux. Confronting Central Mali’s Extremist Threat. Africa Center for Strategies Studies. Spotlight. Février 2019, p.2

[8] Bréma Ely Dicko. Ségou et Mopti, le Nouveau Foyer de l’extrémisme violen au centre du Mali. Recherches Africaines. Université des lettres et sciences humaines de Bamako. Revue Semestrelle. Nº20. 2018. p.19.

[9] Beatriz de León Cobo ¿Quién es Adnan Abu Walid al-Sarhaoui, líder de Daesh en el Sahel? Atalayar. 2020.

[10] Philip Obaji Jr. Mali Attack Demonstrates Growing Strength of the Islamic State in Africa. IPI Global Observatory. 11 noviembre 2019 y en Pauline Le Roix. Exploiting Borders in the Sahel… (op.cit).

[11] Pauline Le Roix. Exploiting Borders in the Sahel: The Islamic State in the Greater Sahara. African Center for Strategic Studies. Junio 10, 2019. p.2

[12] En marzo de 2015, el grupo de Abubakar Shekau Jama’atu Boko Haram, juró lealtad al Estado Islámico y cambió el nombre del grupo por el de Estado Islámico de la Provincia del África Occidental (ISWAP). El EI  aceptó, emitiendo un mensaje de apoyo pidiendo a sus muyahidines internacionales que si no les era posible viajar a Iraq o Siria lo hicieran a África occidental para luchar en ISWAP. En agosto de 2016, EI nombró a al-Barnawi como líder de ISWAP, lo que Shekau se negó a aceptar. Debido a las luchas internas, el ISWAP se dividió en dos, una la facción de al-Barnawi que continuó siendo ISWAP y otra la de Shekau que volvió a llamarse Boko Haram. Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas resolución 2368 (2020).

[13] Benoît Beucher. Burkina Faso : « Le pays pensait ne jamais vivre ça » Entretien de Marlène Panara.  Le Point Afrique. 8 Noviembre 2019. https://www.lepoint.fr/afrique/burkina-faso-le-pays-ne-pensait-jamais-vivre-ca-08-11-2019-2346143_3826.php# Consultado el 15 de mayo de 2020.

[14] Pauline Le Roux, Ansaroul Islam: The Rise and Decline of a Militant Islamist Group in the Sahel. Spotlight. 29 julliet 2019. African Center for Stategic Studies. p.1.

[15] FIDH, Dans le centre du Mali,les populations prises au piège du terrorisme et du contre- terrorisme, Rapport d’enquête, novembre 2018 / N° 727f., p. 28

[16] Internacional Crisis Group. Central Mali: an uprising in the making? Africa Report No. 238, July 2016.p.15

[17] International Crisis Group. Speaking with the “Bad Guys”: Toward Dialogue with Central Mali’s Jihadists

Africa Report N°276. 28 May 2019. p.14

[18] Boukary Petal, el segundo ideólogo más vocal de Katiba Macina después de Koufa. Grabación de audio en posesión de Crisis Group, 2015. op.cit. p.7

[19] Video JNIM, “Light or Heavy, March to Battle“, 29 septiembre 2018.

[20] Bréma Ely Dicko. Ségou et Mopti, le Nouveau Foyer de l’extrémisme violente au centre du Mali. Recherches Africaines. Université des lettres et sciences humaines de Bamako. Revue Semestrelle. Nº20. 2018. p.19.

[21] Pauline Le Roix. Exploiting Borders in the Sahel: The Islamic State in the Greater Sahara. African Center for Strategic Studies. June 10, 2019. p.

[22] Pauline Le Roix. Exploiting Borders in the Sahel… op. cit. p.3