La Jornada de COVITE y el OIET, celebrada el 23 de noviembre, finalizó con una mesa redonda en la que se puso de manifiesto la importancia de la narrativa de las víctimas para deslegitimar a los terroristas. El escritor y antropólogo Mikel Azurmendi, la periodista y directora del OIET María Jiménez y la eurodiputada, activista y promotora del Libro blanco y negro del terrorismo en Europa Maite Pagazaurtundúa pusieron el broche final a una jornada en la que el papel de las víctimas del fue uno de los focos principales de análisis en la lucha antiterrorista.
Para Mikel Azurmendi, el relato sirve para entender la acción humana y significarla: creencias, motivaciones, fines… “ETA es una intención de separar Euskadi de España. Explicar todo lo que ha hecho ETA es un relato, una acción sola no significa nada”. “Sin el relato de las víctimas del terrorismo de ETA no conseguiremos entender lo que está pasando en otras partes del mundo”, reflexionó el escritor.
María Jiménez expuso un extenso estudio empírico que demuestra la eficacia de los testimonios de las víctimas del terrorismo ETA a la hora de prevenir futuras radicalizaciones violentas. La primera parte de la investigación consistió en encuestar a 225 universitarios sobre aspectos como la preocupación que sienten por el terrorismo de ETA, la información que disponen sobre el daño que hizo la banda terrorista y qué opinión les merece la actividad de ETA a lo largo de sus casi seis décadas de terror; todo ello sin haberles proporcionado acceso a testimonios de víctimas de ETA para la realización de la encuesta. Una vez obtenidas las respuestas, María mostró, en diferentes formatos, cinco testimonios de víctimas: el de María José Rama, viuda del cabo de la Guardia Civil Juan Carlos Beiro Montes; el de Marina Salvá, hermana del guardia civil Diego Salvá; el de José Ignacio Ulayar, hijo del exalcalde de Etxarri-Aranatz Jesús Ulayar; el de Mari Carmen Belascoáin, madre del joven Alfredo Aguirre; y el de Íñigo Pascual, hijo del ingeniero de Lemóniz Ángel Pascual.
A continuación, la periodista realizó la misma encuesta, comprobando que las respuestas de los estudiantes variaron notablemente tras conocer los testimonios de las víctimas: un 63,1% de los encuestados reconoció que había cambiado su percepción del terrorismo y de las víctimas, resaltando la necesidad de que los testimonios alcancen visibilidad, así como la empatía que les había generado el dolor y la incomprensión sufrida por las víctimas. Por tanto, pudo concluir en la presentación de su estudio que dar a conocer los testimonios de víctimas del terrorismo es muy eficaz a la hora de sensibilizar a la población acerca del sufrimiento que provoca el terrorismo y de la necesidad de rechazarlo. La periodista sintetizó sus conclusiones en siete puntos: la opinión sobre la actividad de ETA empeora después de acceder a testimonios de víctimas; la percepción del apoyo social a las víctimas en general se reduce después de acceder a los testimonios; la visión del apoyo social a las víctimas de ETA en particular se modifica después de acceder a los testimonios; el 90% de los universitarios nunca había accedido a un testimonio de una víctima; el testimonio que más impresionó a casi el 50% fue el de una madre; el 39% de los universitarios cree que el medio audiovisual es el más eficaz para transmitir los testimonios; las reacciones a los testimonios son primero emocionales y después racionales.
“La obra Hiroshima, del periodista estadounidense John Hersey, dio a conocer los efectos de la bomba nuclear en Hiroshima a través de la perspectiva de quienes los sufrieron, lo que provocó un cambio en la percepción que tenía la población acerca de este acontecimiento. Se ha convertido en el gran relato de Hiroshima”, destacó María Jiménez. “Nuestro objetivo [el de COVITE] es que el gran relato del terrorismo de ETA sea también el de las víctimas”.
Por su parte, Maite Pagazaurtundúa indicó que el problema del terrorismo no es sólo policial, sino de “batalla de ideas”. En palabras de la eurodiputada, hay que llegar hasta el fondo de lo que va contra nuestra democracia. “La tolerancia de lo que no debe ser tolerado no es una opción, es algo necesario. Es una batalla en la que les tiene que quedar claro [a los terroristas] que no van a ganar. Hay que mandarles el mensaje de que estamos defendiendo la democracia y las libertades que nos quieren arrebatar, y de que no lo van a conseguir. Lo contrario del terrorismo no es la paz y la libertad, es la ley y la libertad”.
Maite Pagaza clausuró la última mesa redonda de la Jornada de COVITE y el OIET con un mensaje contundente: “En la lucha antiterrorista es necesario tener voluntad que no se vaya a doblegar, contar la verdad y ser constantes. Tener claro el norte: el respeto a nuestros seres queridos y la dignidad –un elemento de la calidad democrática–. Hay gente suficiente con capacidad para tirar hacia delante en esta lucha y dejar el testigo a la siguiente generación”.