VERA-2R: aproximación a la evaluación de riesgos asociados a la radicalización

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El denominado sistema VERA, Violent Extremist Risk Assessment fue diseñado como herramienta de evaluación de riesgos asociados al extremismo político de signo violento. La idea pasaba por convertirlo en un instrumento estructurado de base empírica para fundamentar juicios profesionales. Para ello se identificaron aquellos factores de riesgo válidos para el CVE en relación con las evaluaciones de riesgos asociados a la violencia ya existentes como el canadiense HCR-20 (Historical Clinical Risk Management-20) o el protocolo SAVRY (Structured Assessment of Violence Risk in Youth).

La herramienta se estructura en cinco categorías. El primero de ellos hace referencia a la actitud, los pensamientos o creencias que hacen más probable el extremismo político violento. El segundo de ellos, son los llamados elementos contextuales, en el que se examina el impacto del entorno social del individuo y los vínculos sociales con grupos extremistas. El tercero de ellos, los elementos históricos apelan a la biografía o antecedentes en cuanto a la participación en hechos violentos o signos de aprobación. La cuarta categoría, elementos de protección, indica la existencia o no de mecanismos de afrontamiento o prevención en los diversos aspectos de la vida de los sujetos. La quinta categoría, los datos demográficos, incluye el sexo, la edad, el estado civil etc.

La herramienta fue modificada posteriormente a ser puesta en marcha en base a un enfoque consultivo y a la inclusión de los comentarios de diversos usuarios como analistas, expertos y agentes judiciales. Se incluyeron 25 factores de riesgo en cuatro categorías: creencias y actitudes, contexto e intención, historia y capacidad, y compromiso y motivación. A estos 25 factores de riesgo se le sumarían seis de protección, ampliándolo a posibles experiencias en programas de des-radicalización y el apoyo familiar y comunitario. Los cambios introducidos en la herramienta trajeron consigo una nueva denominación, el VERA-2.

Otra modificación posterior dio paso al VERA-2R, la versión revisada y más ambiciosa que el anterior en cuanto a su ámbito de aplicación.  El VERA-2 aspira únicamente a constituirse en herramienta complementaria al sistema penitenciario de cara a la evaluación de aquellos internos radicalizados o en vías de radicalización. Por el contrario, el VERA-2R es utilizado especialmente en Holanda como complemento de las herramientas de evaluación de riesgos existentes por profesionales del poder judicial, los centros penitenciarios, las autoridades policiales y los servicios de seguridad.

Holanda parece tener un papel de liderazgo en la aplicación de dicha herramienta, la cual se encontraría ya incluida como instrumento dentro de la legislación a lo largo del proceso judicial. El VERA-2R parece incluir indicadores dinámicos, pudiendo realizar un seguimiento de sujeto abierto a cambios, con la consiguiente reevaluación de los riesgos asociados a su peligrosidad, cuestión que deviene en sumamente interesante.

La herramienta VERA-2R posee 34 indicadores divididos en cinco categorías cuya división se asemeja a sus anteriores versiones. El hecho más interesante, estaría por tanto en los 31 indicadores adicionales basados ​​en la literatura e investigaciones académicas sobre violencia, radicalización y terrorismo que deben a su vez catalogarse como baja, media y alta y que tocan aspectos relacionados con la biográfica del sujeto, sus antecedentes o rasgos de personalidad.

En la Unión Europea es el Instituto Holandés de Psiquiatría y Psicología Forense quien a puesto a disposición de quien así lo requiera la herramienta VERA-2R. El instituto, obtuvo una subvención del Ministerio de Justicia holandés para su implementación durante el periodo 2017-2019 tanto en Francia, Suecia o Bélgica adaptándola a las necesidades y usos específicos. Fuera de Europa, se estaría utilizando en países como Canadá, Australia, Indonesia y Filipinas. Su programa de puesta a disposición de incluye dentro de la Colección RAN.

Las herramientas de evaluación no son de nuevo cuño. Su uso, como herramienta complementaria es habitual dentro del sistema penitenciario. Su aplicación en otros ámbitos, como son los servicios antiterroristas, puede poseer elementos de interés dado que pondera en función de los posibles riesgos asociados a la radicalización a unos individuos sobre otros. Partiendo del hecho de que existen mas individuos radicalizados de los que se puede monitorizar y que muchas de las condenas por terrorismo lo son en el marco de la doctrina de la alerta temprana, la introducción de este tipo de herramientas bien podría constituir un apoyo en la elección de prioridades y análisis de grafos. Además, la introducción de variables que hagan de la evaluación un hecho dinámico se convierte en algo esencial. Ello incluye información relativa a determinados trámites, tanto judiciales como asociados a biografía del individuo, como ordenes de expulsión, tramites de divorcio, termino de ayudas sociales o de prestación de empleo, empadronamientos etc.

Ahora bien, dado que constituye una herramienta de apoyo para la evaluación se ha de tener presente que carece de cualquier tipo de espíritu predicativo, limitándose en todo caso al ámbito de la probabilidad. Una solución relativa, ante un horizonte de abundancia de objetivos.