Actividad yihadista en el Magreb y el Sahel, diciembre 2020

La estrategia glocal de los grupos yihadistas del Sahel
15/01/2021
Observatorio de atentados yihadistas de diciembre de 2020
19/01/2021

 

Casos de estudio Magreb y Sahel diciembre 2020

Versión disponible en PDF (312 KB)

El 2020 finaliza con los peores datos nunca registrados en la región. 345 personas[1] han perdido la vida en diciembre como consecuencia de los 99 atentados terroristas acaecidos. Esta cifra ascendería hasta 689 si se contabilizasen las muertes de los miembros de grupos terroristas durante el desarrollo de los ataques o con ocasión de operaciones de las fuerzas de seguridad.

  • Nuevo máximo histórico registrado respecto de ataques (99), que han superado en uno al mes de julio, que hasta ahora marcaba el récord (98).
  • Víctimas mortales: vuelven a ascender, superando los niveles registrados en octubre. En 2020, esta cifra solo fue superada en el mes de enero, donde se registraron 502 muertes.
  • Enfrentamientos entre grupos terroristas: pese a que las cifras registradas continúan mostrando una ventaja de la coalición JNIM sobre el Estado Islámico en el Gran Sáhara, este habría obtenido victorias en la zona del Gourma maliense, cercana a la frontera con Burkina Faso y Níger.
  • Boko Haram reivindica haber participado en el secuestro de más de 300 estudiantes en una escuela del estado de Katsina, al norte del país. Esta zona queda lejos de su actual área de operaciones, pero evidencia la intención del grupo de expandirse más allá del estado de Borno.
  • Fuerza Barkhane: fallecen cinco militares franceses en Malí, consecuencia de dos ataques mediante IEDs. La coalición JNIM reivindica uno de ellos.
  • Reino Unido envía a 300 efectivos a Malí, que formarán parte de la MINUSMA, que trata de fortalecer sus acciones en la región de Kidal.

Análisis de las regiones de estudio

A continuación, se realiza un análisis pormenorizado de la actividad de carácter yihadista en las zonas de estudio.

 

 

 

Sahel Occidental

En esta ocasión, Malí vuelve a registrar los peores datos del Sahel Occidental, quedando solo por detrás de Nigeria en la comparativa regional. No obstante, los 19 atentados de diciembre aún quedan lejos del máximo de 24, que tuvo lugar en el mes de julio. Todos ellos han sido de bajo impacto—menos de 10 víctimas mortales causadas—y han tenido lugar en zonas usuales: Gourma maliense, zona centro de Mopti y Círculo de Segou. Este último, a poco más de 200 kilómetros de la capital Bamako, ha sufrido un aumento de la actividad terrorista durante este año, y es precisamente donde ha tenido lugar el ataque más mortífero de diciembre, en el que murieron nueve personas (caso de estudio 75). A excepción de dos ataques perpetrados en la zona este del país, fronteriza con Níger (casos de estudio 89 y 110), el resto habría sido obra de miembros de la coalición JNIM, afín a al Qaeda y predominante en el país. No obstante, en diciembre se han registrado datos sobre la creciente presencia de combatientes extranjeros del Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS en adelante), rama local de Daesh, en la zona.

Como se indicaba en la introducción, la misión de estabilización de las Naciones Unidas (MINUSMA) ha desplegado misiones de “control urbano” en las localidades de Kidal, Tessalit y Aguelhok, en el noreste del país, con el objetivo de evitar nuevos ataques contra sus tropas o la población civil en la zona.

Por el contrario, Burkina Faso ha mostrado una drástica disminución de la actividad terrorista en su territorio, que se ha reducido hasta casi el 50% respecto al mes de noviembre. Nuevamente, predominan los atentados reivindicados por la coalición JNIM, relegando al EIGS a un segundo plano.

De los 16 atentados registrados en Níger, ocho de ellos han tenido lugar en la región occidental, todos ellos de bajo impacto, manteniendo por tanto los niveles de noviembre. En este caso, prevalece la actividad de miembros del EIGS, que habrían reivindicado seis de los ocho ataques, acabando con la vida de 16 personas—ocho civiles y ocho militares—. Sin embargo, una vez más, miembros de JNIM han perpetrado un ataque contra un puesto militar situado en los alrededores del Parque Nacional W (caso de estudio 10). Este parque pertenece al conjunto WAP de reservas naturales, del que también forman parte Arly y Pendjari, y por tanto ocupa territorios de Burkina Faso, Benín y Níger.

 

Lago Chad

Sin duda, una de las principales causas de las imponentes cifras regionales de diciembre es la degradación de la situación en Nigeria, que solo en el último mes ha sufrido tantos ataques como en el primer trimestre del año (38). Pese a que ningún atentado ha llegado a la gravedad del de Zabarmari en noviembre, en el que murieron cerca de 80 personas, sí se han registrado cinco de ellos de impacto medio (casos de estudio 26, 37, 70, 100 y 102). El más mortífero de ellos tuvo lugar en Kukawa (caso de estudio 100), en los alrededores del Lago Chad, donde miembros del Estado Islámico en África Occidental (ISWAP en adelante) atacaron haciendo uso de un Dispositivo Explosivo Improvisado (IED, por sus siglas en inglés) para atacar a una patrulla del Ejército de Nigeria. Finalmente, al menos 14 militares fallecieron.

En términos generales, predomina la actividad de ISWAP respecto a Boko Haram, aunque el grupo no queda exento de problemas internos: a mitad de diciembre se registraron enfrentamientos entre sus miembros, ya que parte de ellos rechazaban el reciente nombramiento de su nuevo líder en la zona del lago, Ami Aliyu Chakkar. Estas disputas se habrían saldado con la muerte de al menos 50 terroristas.

Ambos grupos aumentaron su actividad contra población en los días cercanos a la celebración de Navidad. El mismo 25 de diciembre tuvieron lugar dos ataques en aldeas, en los que fallecieron 13 personas (casos de estudio 98 y 99). Pocos días después, el 27 de diciembre, ISWAP llevó a cabo un triple ataque en las aldeas de Shafa, Azare y Tashan Alade, donde fallecieron otros 10 ciudadanos (caso de estudio 102).

Sin embargo, si algo ha atraído la atención internacional durante el mes de diciembre en Nigeria, ha sido el secuestro de Kankara, en el septentrional estado de Katsina. Durante la madrugada del sábado 12 de diciembre, decenas de atacantes a bordo de motocicletas invadieron una escuela secundaria masculina, raptando a más de 300 estudiantes. Esta zona es lugar tradicional de actividades de grupos relacionados con vandalismo y bandidaje y se encuentra lejos de la actual área de influencia de Boko Haram—que durante los últimos años se ha circunscrito al estado de Borno, principalmente—, pero a lo largo de 2020 se han cometido ataques cuyo modus operandi se asemeja al del grupo yihadista, difiriendo del de estos grupos criminales, tal y como se ha alertado en anteriores Observatorios. Finalmente, pocos días después del secuestro, el líder de Boko Haram, Abubakar Shekau, se atribuyó la autoría del ataque a través de un vídeo en el que mostraba a los chicos durante su cautiverio. No obstante, numerosas fuentes apuntan a que la ejecución no habría sido llevada a cabo por miembros de Boko Haram, sino por miembros de estas bandas organizadas locales, que habrían por tanto reforzado sus lazos con el grupo terrorista. Finamente, el 17 de diciembre todos los estudiantes fueron liberados por el Ejército de Nigeria, sin que conste información contrastada sobre si tuvo lugar el pago de un rescate, algo que las autoridades niegan.

El número de atentados registrados en Camerún ha descendido levemente respecto al mes de noviembre, aunque las víctimas mortales se han disparado, rozando las 80 y superando el máximo registrado hasta el momento, que era de 42. Esto se debe a la gravedad del ataque perpetrado en la localidad de Darak (caso de estudio 97), una pequeña isla en el Lago Chad, donde al menos 50 pescadores fueron asesinados. Ningún grupo terrorista ha reivindicado la acción, aunque por la zona podría tratarse de la facción de Boko Haram liderada por Mallam Bakura[2].

 

Magreb

La región del Magreb cierra el año con dos víctimas mortales del yihadismo, uno en Argelia y otro en Túnez. En el primero de los casos, un militar falleció en El Ancer durante el curso de una operación antiterrorista (caso de estudio 8). Las autoridades argelinas llevan a cabo constantes despliegues para luchar contra el yihadismo en el país, y durante los dos operativos de los que se tiene constancia en el mes de diciembre, han neutralizado a ocho terroristas. Además, durante el desarrollo de una de ellas, el Ministerio de Defensa afirmó haberse incautado de parte del rescate pagado en octubre por el gobierno maliense a cambio de la liberación de Soumalia Cissé y otros tres civiles occidentales.

Por otro lado, en Túnez se encontró el cadáver de un pastor de la región de Kasserine, que habría sido decapitado por miembros afines a Daesh (caso de estudio (86). Se ha tenido también constancia del ataque contra una comisaría de la ciudad de Túnez durante la madrugada del día de Navidad, en el que un individuo arremetió contra un policía portando un cuchillo.

En último lugar, la Oficina de Investigaciones Judiciales (BCIJ, por sus siglas en francés) de Marruecos desarticuló una célula de tres personas relacionadas con Daesh que se había establecido en la ciudad de Tetuán (caso de estudio 16).

 

 

Perspectiva regional

En Malí y la zona de la triple frontera, la llegada de combatientes extranjeros que se unan a las filas del EIGS podría inclinar la balanza a favor del grupo, especialmente en la zona del Gourma, dificultando el mayor control territorial que JNIM ostenta actualmente. La posibilidad de que estos miembros procedan de Nigeria supondría un dato realmente preocupante, ya que probaría la incipiente existencia de un puente entre dos de los principales focos del terrorismo en la región: el Sahel Occidental y la cuenca del Lago Chad.

Por otro lado, la reducción de los atentados en Burkina Faso no implica una menor presencia terrorista en la zona. Uno de los principales ejemplos de esto es la constante información sobre el control de los grupos yihadistas de las minas artesanales de oro de la provincia de Soum, donde habrían impuesto la ley islámica a la población. La información disponible no permite confirmar si se trata de miembros de JNIM o del EIGS, aunque la actividad en esa área es fundamentalmente de la coalición afín a al Qaeda. Por tanto, la probabilidad de que estos niveles bajos se mantengan en el tiempo es muy baja.

En cuanto al otro de los grandes lugares afectados por el yihadismo, la cuenca del Lago Chad, sucesos como el secuestro de los estudiantes de Kankara confirman nuevamente la estrategia de expansión que está llevando Boko Haram. No obstante, el haber contado con una importante participación de miembros de grupos criminales locales indica que el grupo no cuenta aún con fuerza operativa suficiente fuera del estado de Borno, aunque sí prueba una alianza entre ambas partes, que puede repetirse en el futuro para perpetrar nuevos atentados.

 

[1] Tal y como puede apreciarse en el gráfico 1, del total de las 375 víctimas mortales, 110 eran militares y 265 civiles.

[2] Este subgrupo habría sido el autor del ataque en la península de Boma en marzo, donde asesinaron a 98 militares chadianos. Este atentado ha sido uno de los peores registrados en 2020.