Actividad yihadista en el Magreb y el Sahel, enero 2023

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Casos de estudio Magreb y Sahel enero 2023

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El primer mes de 2023 deja el mayor nivel de violencia yihadista registrado hasta el presente en las regiones de África Occidental y el Magreb (134 atentados[1]). El número de víctimas mortales asciende a 415, la cifra más alta de los últimos seis meses, pero que sí fue superada en tres ocasiones durante la primera mitad de 2022. Si se considerasen los miembros de grupos terroristas muertos durante la perpetración de atentados o a lo largo del desarrollo de operaciones de seguridad, esta cifra ascendería a 613.

 

Las claves del mes:

  • En todos los países en los que se ha registrado violencia yihadista—a excepción de Nigeria—la tendencia ha sido al alza respecto a los datos de diciembre de 2022.
  • Sahel Occidental: máximos históricos en Burkina Faso, cuyo gobierno pide la salida de las tropas francesas.
  • Cuenca del Lago Chad: aumenta la tensión entre miembros de ISWAP y antiguos militantes de Boko Haram.

 

 

Análisis de las regiones de estudio

A continuación, se ofrece un análisis pormenorizado de la actividad de carácter yihadista en cada una de las zonas de estudio a lo largo del mes de enero de 2023.

 

Sahel Occidental

Además de ser, una vez más, el país que lidera la comparativa regional, los 60 atentados registrados en Burkina Faso suponen la cifra más alta de violencia yihadista hasta el presente. Pese a que hay una incipiente presencia del Estado Islámico en el Sahel (EIS), en el país predomina la actividad de la coalición JNIM, afín a Al Qaeda. Son, precisamente, miembros de este grupo los que perpetraron el atentado más mortífero registrado en el mes de enero, considerado de impacto medio[2], en el que 15 civiles murieron en Comoé después de que los terroristas interceptasen los autobuses en los que viajaban (caso de estudio 125).

Precisamente el mes en el que se cumplía una década del despliegue de la Operación Serval en Mali—posteriormente devenida en Barkhane—, donde la presencia francesa finalizó el pasado mes de agosto, el gobierno de transición africano ha tomado una decisión similar a la de su país vecino, pidiendo la salida de las alrededor de 400 tropas galas aún presentes en su territorio.

En segunda posición se encuentra Mali, con 36 ataques constatados. En este caso, la actividad de la coalición JNIM supone más del 80% registrado en enero. El atentado de mayor gravedad tuvo lugar el 10 de enero en el eje entre Dia y Diafarabé (caso de estudio 38), donde un grupo de terroristas colocó minas y, posteriormente, procedió al ataque armado de la zona. Al menos 14 militares fallecieron.

Por otro lado, destaca la aparición del líder de JNIM, Iyad Ag Ghaly, en Ménaka, región fronteriza con Níger. En una grabación publicada por el grupo, Ag Ghaly figuraba acompañado de dirigentes de comunidades de etnia tuareg, que habrían jurado lealtad a la coalición yihadista que él dirige.

El país continúa siendo testigo de la salida de socios europeos, tras el aumento de las tensiones políticas entre estos y el gobierno transicional militar. En este caso, la ministra española de Defensa, Margarita Robles, ha confirmado la retirada de gran parte de las tropas españolas, que pasarán de 500 a 160. No obstante, EUCAP Sahel Mali, misión de entrenamiento civil a las fuerzas de seguridad malienses, sí ha sido renovada hasta el 31 de enero de 2025.

 

 

Asimismo, en cuanto a los países del Golfo de Guinea monitorizados—Costa de Marfil, Ghana, Benín y Togo—, se han registrado atentados yihadistas en estos dos últimos, presuntamente perpetrados por miembros de la coalición JNIM. En el primero de ellos (caso de estudio 5), en la localidad de Karimama, la detonación de un IED mató a dos civiles. Por otro lado, en el caso de Togo, la actividad yihadista se centra en la región septentrional de Kpendjal: en el primero de los ataques registrados se hizo uso de Dispositivos Explosivos Improvisados (IED, por sus siglas en inglés), que acabaron con la vida de tres militares (caso de estudio 11); y otro atentado de similares características no llegó a consumarse al producirse la explosión durante la instalación del dispositivo (caso de estudio 89). Por último, presuntos miembros de la coalición JNIM habrían atacado la localidad de Djoatou, degollando a dos hombres (caso de estudio 72).

Por último, en Níger, la tendencia vuelve a ser ascendente, tras el breve alivio registrado en el mes de diciembre. En la zona de la Triple Frontera con Mali y Burkina Faso, la predominancia corresponde al EIS. Todos los atentados registrados en el país serían de impacto bajo.

 

Lago Chad

Tal y como se indicaba en la introducción, Nigeria es el único país que muestra una tendencia positiva respecto al mes de diciembre[3]. En tres de los siete incidentes de los que se tiene constancia, se trataría de enfrentamientos entre los dos principales grupos que operan en la zona: Boko Haram y el Estado Islámico en África Occidental (ISWAP, por sus siglas en inglés). Precisamente este último habría reivindicado un intento de atentar contra la vida del presidente del país, Muhammadu Buhari, a finales de diciembre. El presidente Buhari no se encontraba en el lugar en el momento de la explosión, pero otras cuatro personas murieron.

En cuanto a las luchas de poder entre ambos grupos terroristas, recrudecidas desde el fallecimiento de Shekau, líder de Boko Haram, en junio de 2021, algunas fuentes apuntan hacia la expulsión de antiguos miembros de este grupo, asimilados a las filas de ISWAP tras la muerte de su dirigente, acusados ahora de colaborar con la facción de Boko Haram encabezada por Bakura Doro, que ha acumulado numerosos éxitos en los últimos meses.

 

 

Por último, en Camerún se han registrado once atentados a lo largo del mes. En la mayoría de ellos no se dispone de datos suficientes que permitan dilucidar si se trata de miembros de Boko Haram o de ISWAP. Todos ellos son de baja intensidad y dirigidos contra civiles.

 

Magreb

Por primera vez en seis meses, se ha registrado un ataque terrorista de carácter yihadista en la localidad argelina de Boudkhar, en Khenchela, mediante IED, que mató a cuatro cazadores a su paso por la carretera (caso de estudio 60).

 

Perspectiva regional

En el Sahel Occidental, resulta llamativa la presencia de Iyad Ag Ghaly, que no suele mostrarse en público ni en grabaciones del grupo; de hecho, esta sería su primera aparición desde 2020, cuando el gobierno maliense excarceló a cientos de presos de JNIM como parte de un trato por el que liberaron a varios rehenes europeos. Además, el lugar resultaría simbólico: en vez de tratarse de la región de Kidal, tradicional bastión del movimiento separatista tuareg, en esta ocasión la grabación es en la región de Ménaka, donde predomina el Estado Islámico en el Sahel, rival de JNIM, y con el que se han recrudecido recientemente los enfrentamientos. Este mensaje, por tanto, podría interpretarse como una muestra de poder en esa zona sobre la que, por tanto, continuarán disputándose el poder.

Esta creciente tensión entre ambos coincide con la salida de numerosos socios europeos de Mali y Burkina Faso, así como con el consecuente aumento de la violencia terrorista que están experimentando ambos países, cuyos ejércitos no se han mostrado, por el momento, capaces de luchar contra el terrorismo yihadista en solitario.

Por otro lado, en la cuenca del Lago Chad, se aprecia una tendencia similar, con un evidente aumento de la tensión entre los dos principales grupos yihadistas que, previsiblemente, continuarán protagonizando enfrentamientos durante los próximos meses.

 

[1] Los atentados registrados en el presente Observatorio son aquellos de los que se deriva al menos una muerte, ya se trate de civiles, personal de seguridad o miembros de grupos terroristas.

[2] Se consideran atentados de bajo impacto aquellos que causan menos de 10 víctimas mortales; medio impacto, entre 10 y 29 muertes; alto impacto, 30 o más víctimas.

[3] De los que han registrado actividad yihadista en enero.