Casos de estudio Magreb y Sahel febrero 2022
Febrero finaliza mostrando una tendencia muy similar a la del mes anterior: los 102 atentados registrados suponen el cuarto peor valor del que se tiene constancia en las regiones del Magreb y África Occidental. Por su parte, el número de víctimas mortales (315), ha aumentado notablemente—en más de un 30% respecto a enero—, y la mortalidad media de los atentados ascendería hasta 3.
Las claves del mes:
Análisis de las regiones de estudio
A continuación, se realiza un análisis pormenorizado de la actividad de carácter yihadista en las zonas de estudio.
Sahel Occidental
Como se indicaba en la introducción, Burkina Faso vuelve a registrar los niveles más altos de terrorismo yihadista de la región de estudio. Dichos ataques, todos ellos de bajo impacto[1], afectan a la práctica mayoría del país: la mayoría se concentran aún en la mitad norte, en la zona entre las fronteras del país con Malí y Níger, aunque un número cada vez mayor de acciones terroristas afectan a la mitad inferior, especialmente en las fronteras con Costa de Marfil, Togo y Benín.
La actividad predominante continúa siendo de la coalición JNIM, afín a al Qaida, aunque la filial de Dáesh, el EIGS[2], predomina en la zona cercana a Níger. En febrero, el atentado más mortífero fue el cometido entre Sollé y Piwogdo, en el norte de país, donde un grupo de Voluntarios por la Defensa de la Patria (VDP), milicia civil de autodefensa, se enfrentaron a un grupo de atacantes. Siete de ellos murieron, y otro resultó herido (caso de estudio 135).
En segundo lugar, Malí se mantiene en los niveles de violencia que venía registrando durante los últimos meses (23 atentados). No obstante, el único atentado considerado de alto impacto ha tenido lugar en su territorio, en la localidad de Ansongo, donde al menos 30 hombres de etnia tuareg murieron en un enfrentamiento con el EIGS (caso de estudio 59). Este grupo terrorista, que, tras fuertes enfrentamientos con JNIM a lo largo de 2019 y 2020, había centrado sus acciones en territorio nigerino y burkinés, habría redoblado sus esfuerzos en Malí a lo largo del mes de febrero, y se encontraría detrás de al menos seis de los ataques registrados en su territorio, todos ellos perpetrados contra civiles (un total de 50 personas habrían fallecido como consecuencia de estos). En este contexto, también se ha producido un mayor número de enfrentamientos entre ambos grupos terroristas que, según la información disponible, habrían sido dominados por la coalición JNIM (casos de estudio 2, 22, 23, 29, 31 y 76).
Por otro lado, continúa la inestabilidad política y el deterioro de las relaciones entre los
Ejecutivos maliense y francés. Pocos días después de la expulsión del embajador galo, el presidente Macron anunció el traslado de las bases de las operaciones Barkhane y Takuba fuera de Malí, dando inicio a su traslado a Níger, principalmente. Por el momento, tanto la misión de las Naciones Unidas (MINUSMA), como la liderada por la Unión Europea (EUTM[3]) se mantienen sin cambios, aunque esta última ha condicionado su continuidad a las decisiones que el gobierno maliense tome respecto a cooperación internacional. Por su parte, el gobierno maliense se ofreció a firmar acuerdos bilaterales de cooperación con los países europeos que conforman la fuerza Takuba.
Respecto a los países del golfo de Guinea, en esta ocasión, solo Benín ha sufrido ataques terroristas en su territorio. Ambos habrían sido perpetrados en la localidad de Karimama por JNIM, y dirigidos contra militares benineses. En el primero de ellos, tras la explosión de un IED al paso del convoy, un grupo mixto de guardias forestales y militares fue atacado con lanzagranadas. Un total de ocho personas—seis militares y dos civiles—fallecieron a consecuencia del mismo (caso de estudio 34). En el segundo atentado registrado, una patrulla de reconocimiento—que circulaba por la zona en labores de vigilancia tras el atentado descrito anteriormente—hizo explosionar un IED escondido en la carretera (caso de estudio 43).
En Costa de Marfil, que no ha sido objeto de actividad de grupos terroristas en el mes de febrero, Estados Unidos lideró los ejercicios conjuntos Fintlock, en los que también participaron efectivos de Ghana, Camerún y Níger, y que contaron con el apoyo de Francia, Gran Bretaña, Canadá, Austria y los Países Bajos.
Por último, en Níger, los niveles de violencia descienden considerablemente. En el extremo suroeste del país, el EIGS habría perpetrado tres atentados que habrían acabado con la vida de cinco militares y 20 civiles (casos de estudio 54, 93 y 109) en la región de Tilláberi. Por otro lado, JNIM se encontraría detrás de un ataque mediante IED en la frontera con Malí: si bien esta zona ha sido tradicionalmente dominada por el EIGS, ya en enero, la coalición afín a al Qaida reivindicó un ataque de estas características en la misma zona (caso de estudio 93).
Por otro lado, en la región de Diffa, en la parte oriental del país, un grupo afín al Boko Haram de Shekau habría atacado el campo de desplazados de Gamgara: una persona falleció y otras 16 fueron secuestradas (caso de estudio 40).
Lago Chad
En términos generales, la cuenca del Lago Chad, el otro principal foco de terrorismo yihadista de la región de estudio, también muestra menores niveles de violencia que en el mes de enero.
Por un lado, en Nigeria prácticamente se ha registrado la mitad de la actividad terrorista, reduciéndose el número de atentados de 19 a 11. No obstante, el número de víctimas ha aumentado notablemente (90 víctimas mortales), siendo esta la mayor cifra de los últimos cinco meses. ISWAP ha continuado dirigiendo su violencia contra población civil: destaca la muerte de 24 granjeros en un ataque contra varias aldeas de Damboa (caso de estudio 140), pero también el ataque perpetrado en Abadan contra el ejército nigeriano, en el que murieron al menos 20 de sus efectivos (caso de estudio 18).
Otro de los atentados de impacto medio de los que se tiene constancia tuvo lugar en la localidad de Muya, en el estado de Níger, en el centro del país: un grupo de individuos, presuntamente ligado a Boko Haram o ISWAP, habrían matado a 17 agricultores y secuestrado a al menos tres mujeres. Por el momento, no se ha obtenido reivindicación oficial de ninguno de los dos grupos, y la policía negó la existencia de este incidente (caso de estudio 26).
La filial de Dáesh habría sido también la responsable de los cuatro atentados registrados en Chad, todos ellos en los alrededores del lago homónimo, en los que han muerto cinco militares y 14 civiles (casos de estudio 79, 98, 99 y 113).
En último lugar, Camerún también ha registrado casi el doble de violencia yihadista respecto al mes de enero. Un total de 17 civiles habrían muerto como consecuencia de los mismos que, en su mayoría, habrían sido perpetrados por grupos afines a Boko Haram. No obstante, en numerosas ocasiones resulta prácticamente imposible distinguir entre Boko Haram e ISWAP, por lo que la autoría no queda clara en todos los casos.
Magreb
En esta ocasión, no se tiene constancia de ningún ataque yihadista en los países del Magreb. No obstante, las operaciones antiterroristas han continuado: en Argelia, 16 presuntos miembros de una célula fueron detenidos en la frontera con Malí (caso de estudio 94), y otros siete murieron en una operación en la ciudad de Skikda (caso de estudio 101). Por otro lado, el ejército de Túnez detuvo a un hombre en Sidi Bouzid por su presunta conexión con Dáesh (caso de estudio 9). Además, en Libia, donde en enero tuvieron lugar tres atentados en la región sur, otro supuesto miembro de un grupo terrorista habría sido detenido en Trípoli (caso de estudio 6).
Perspectiva regional
A pesar del mínimo descenso en las cifras de violencia yihadista en el mes de febrero, África Occidental sigue registrando niveles muy altos, cercanos al máximo histórico de atentados (109) del pasado enero.
En este sentido, se observa cómo Burkina Faso continúa posicionándose como el epicentro de este tipo de terrorismo, superando holgadamente a Malí, cuyas cifras son prácticamente la mitad que las de aquel. Además, los enfrentamientos entre ambos grupos terroristas—la coalición JNIM y el EIGS—han aumentado a lo largo de las últimas semanas en la zona de la Triple Frontera entre Malí, Burkina Faso y Níger.
En términos de contraterrorismo, la creciente presencia de miembros de Wagner, así como la menor cobertura por parte de las tropas francesas en territorio maliense, motivada por el desplazamiento de sus bases a territorio nigerino, podrá deteriorar el contexto de seguridad del país, donde se espera que la coordinación se dificulte.
Por otro lado, en la cuenca del Lago Chad, la disminución de la violencia en Nigeria se ha visto contrarrestada por un aumento de los atentados (4) en Chad, donde no se tenía constancia de ningún incidente desde el pasado mes de septiembre.
[1] Se consideran atentados de bajo impacto aquellos que causan menos de 10 víctimas mortales; medio impacto, entre 10 y 29 muertes; alto impacto, 30 o más víctimas.
[2] Estado Islámico en el Gran Sáhara.
[3] European Union Training Mission