Observatorio de violencia y terrorismo de extrema derecha: enero 2020

 1.Metodología

Este observatorio pretende reflejar el nivel de intensidad de la actividad violenta asociada a la extrema derecha en países occidentales, entendida según los parámetros que aparecen a continuación:

• “Actividad violenta” se refiere a toda violencia física contra personas, incluyendo
  • atentados terroristas o tentativas frustradas de atentado,
  • agresiones físicas con lesiones o tentativas frustradas de agresión,
  • amenazas de muerte,
  • violencia e instigación a terceros a cometer actos violentos.

Esta definición no incluye:

• • delitos de daños contra infraestructuras (grafitis, aparición de banderas o pegatinas asociadas a movimientos de extrema derecha);
  • incidentes de violencia no física contra personas (insultos, abuso verbal);
  • incidentes relacionados con la extrema derecha en los que no exista riesgo concreto e inmediato de violencia (membresía de grupos terroristas, publicaciones en internet).
• “Asociada a la extrema derecha” se refiere a aquella actividad que está ligada claramente a una ideología de extrema derecha, identificada a través de:
  • membresía de organizaciones extremistas o terroristas, o
  • reivindicación del ataque como inspirado por dicha ideología, o
  • vínculos directos o indirectos con organizaciones o individuos que representen dicha ideología;
  • admiración de regímenes fascistas, incluidas menciones a Hitler o el Holocausto.

Esta definición no incluye:

• delitos de odio que no incluyan una referencia clara a una ideología de extrema derecha, pese a que estén motivados por prejuicio.

Este observatorio recoge tanto actos de violencia que ocurran a lo largo del mes como detenciones por tentativas de atentados o incitación a la violencia.

2. Análisis

Enero se cierra con seis incidentes violentos relacionados con la extrema derecha, entre ellos una agresión neonazi a un expolítico italiano y una amenaza de muerte a un político alemán en Halle. Asimismo, en este mes las fuerzas de seguridad han redoblado sus esfuerzos contra grupos neonazis: Estados Unidos ha detenido a siete personas afiliadas con la organización neonazi La Base, mientras que Alemania ha proscrito el grupo neonazi Combat 18 y ha llevado a cabo una serie de redadas.[1]

El 60% de los incidentes codificados en la base de datos este mes conllevaron a amenazas de violencia o preparación de ataques violentos, mientras que un 20% fueron actos de violencia y un 20% trataron de incitar a terceros a cometer violencia.

El neonazismo es la ideología predominante detrás de los ataques y tentativas este mes, y está presente en alguna medida en todos los incidentes registrados. No obstante, en algunos casos dicha ideología aparece influenciada por tendencias aceleracionistas, que postulan que es necesario cometer actos de violencia para provocar caos en la sociedad y acelerar el derrocamiento del orden estatal existente. Los postulados aceleracionistas se pueden entender como una táctica o incluso como una ideología en sí misma, y no pertenecen exclusivamente a la extrema derecha, ya que otros grupos marxistas y anarquistas han recurrido a ella a lo largo de la historia.[2]

En otros casos más inusuales, la ideología neonazi se ha llegado a intercalar con tendencias satánicas. Además de los incidentes violentos, durante este mes han finalizado tres juicios contra individuos que habían comenzado en 2018. Entre ellos destaca el caso de un menor de Durham, Inglaterra, que ha sido condenado a prisión por planear un ataque terrorista con cócteles molotov contra sinagogas. El menor estaba convencido que su ideología satánica le ayudaba a programar su mente para no sentir culpa a la hora de matar. La policía británica, que ha detenido ocho tentativas de atentados de extrema derecha desde 2017, confiesa que la ideología adoptada por el menor de Durham es la “más extrema de todas”, las que inspiran a los detenidos hasta la fecha.[3]

Como ideología, la extrema derecha no tiene una serie de dogmas rígidos, sino que en su seno confluyen diversos movimientos, desde ideologías que beben del fascismo de Hitler y el supremacismo blanco hasta movimientos más recientes como corrientes misóginas o grupos incel.[4] A nivel de grupos, los partidarios de los distintos movimientos no necesariamente están de acuerdo entre sí, lo que inevitablemente ha desembocado en constantes luchas internas dentro de la extrema derecha.

No obstante, los detenidos en las operaciones este mes muestran una clara conflagración de ideologías, con muchos de ellos admirando a figuras y grupos pertenecientes a diferentes corrientes ideológicas dentro de la extrema derecha. Por ejemplo, algunos de los acusados presentan admiración por el régimen nazi, pero también alaban constantemente el ataque del noruego Anders Breivik, que suele ser enmarcado en la corriente “antiyihad”.[5] La flexibilidad de los conspiradores a la hora de elegir y combinar a su antojo elementos del abanico de ideas de extrema derecha se puede deber a la inexistencia de organizaciones estructuradas que guíen su activismo violento, como en el caso de sus contrapartes yihadistas con Al Qaeda y Estado Islámico.

En cuanto al modus operandi de los ataques y tentativas, los conspiradores parecen tener más claro a quiénes quieren atacar antes que dónde y mediante qué tipo de arma. Entre un 22% y un 28% de individuos no había elegido lugar o arma para cometer el ataque en el momento de ser arrestados, frente a un 100% que sí había identificado a las víctimas potenciales. Es posible que la facilidad a la hora de elegir objetivos venga también determinada por la propia ideología, ya que la existente descentralización entre grupos, movimientos e individuos en la extrema derecha se traduce en un menor grado de apoyo operativo disponible.

La mayoría de victimas pertenecen a grupos étnicos o religiosos o son asociados con la izquierda. Muchas veces estas identidades pueden estar superpuestas en la mente de los conspiradores. Por ejemplo, a finales de enero un político alemán en Halle, Alemania, recibió una amenaza de muerte firmada por un grupo neonazi que alababa a Hitler y se hacía llamar “los Músicos de la Orquesta de Cuerda del Estado”. El político Karamba Diaby está afiliado con el partido Social Demócrata Alemán, posicionado en la izquierda del espectro político, y es negro. Ambos colectivos constan como objetivos clave de movimientos neonazis.

Los detenidos muestran una preferencia clara por armas de alto coste, incluyendo fantasías sobre “descarrilar trenes” o “envenenar las reservas de agua” por parte de miembros del movimiento neonazi y aceleracionista “La Base” en Estados Unidos. Consecuentemente, los detenidos han ignorado por completo la utilización de armas de bajo coste como vehículos o cuchillos, aunque algunos de los ataques registrados incluyen agresiones físicas con lesiones, normalmente acompañadas de insultos y reivindicaciones ideológicas.

3. Base de datos

[1] López, M.P. (2020, Ene 23). Alemania prohíbe el grupúsculo neonazi Combat 18. La Vanguardia, https://www.lavanguardia.com/internacional/20200123/473090701794/alemania-prohibe-grupusculo-neonazi-combat-18.html

[2] Beckett, A. (2017, May 11). Accelerationism: how a fringe philosophy predicted the future we live in. The Guardian, https://www.theguardian.com/world/2017/may/11/accelerationism-how-a-fringe-philosophy-predicted-the-future-we-live-in

[3] De Simone, D. (2019, Nov 22). Durham teen neo-Nazi became ‘living dead’. BBC News, https://www.bbc.co.uk/news/uk-england-tyne-50397477

[4] Hoffman, B., Ware, J. (2020). Incels: America’s newest domestic terrorism threat. Lawfare, https://www.lawfareblog.com/incels-americas-newest-domestic-terrorism-threat

[5] Hegghammer, T. (2011, Jul 30). The rise of the macro-nationalists. The New York Times,  https://www.nytimes.com/2011/07/31/opinion/sunday/the-rise-of-the-macro-nationalists.html