El pasado 2 de enero cumplió usted cinco años al frente de la Dirección General de Apoyo a Víctimas del Terrorismo. ¿Cuáles eran los problemas a los que debía enfrentarse la Dirección entonces y cuáles son ahora?
En 2012 y 2013, la aplicación de la ley 29/2011 [Ley de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas del Terrorismo], porque cuando se inició la legislatura la ley estaba recién aprobada a finales de la legislatura anterior. Pusimos en marcha la elaboración del reglamento y todas las medidas que suponía. Ahora, con el reglamento prácticamente ejecutado, aunque siempre hay ayudas e indemnizaciones que estamos tramitando, el reto de esta legislatura es afianzar más las políticas de memoria y de reconocimiento a las víctimas. Este es el gran objetivo estratégico de la Dirección General.
¿Qué proyectos concretos están sobre la mesa?
El primero es el proyecto educativo. Una vez que conseguimos introducir en la LOMCE los desarrollos curriculares, contenidos de valores frente al terrorismo y el papel de las víctimas, hemos comprobado que las editoriales no habían traducido esos contenidos que habíamos propuesto y que gracias al Ministerio de Educación habían podido aprobarse. Con lo cual, hemos iniciado con el Ministerio de Educación una colaboración para ofrecer a las editoriales de manera gratuita materiales educativos oficiales y de calidad, formación a los docentes y testimonio de las víctimas. No sólo pretendemos que ese testimonio sea presencial, sino también que sea a través de los medios de comunicación, Internet y redes sociales. Consideramos que hay muchísimos materiales que son útiles y en los que están trabajando las asociaciones de víctimas del terrorismo y al propia Fundación de Victimas. Queremos ir de la mano con las entidades.
Al margen de la educación, ¿qué líneas de actuación se van a promover en lo referente a la memoria?
Es fundamental la línea internacional, en el ámbito de la concienciación. Nos hemos dado cuenta de que todavía queda mucho por hacer. Efectivamente, los países de nuestro entorno están sufriendo la lacra del terrorismo yihadista en su generalidad. Pero es verdad que no tienen la experiencia que España, por desgracia, viene arrastrando en la atención a las víctimas por nuestro terrorismo, primero nacional de más de cincuenta años. Cuando acudimos a los foros internacionales vemos que todavía la concienciación en torno a cuál debe ser el papel que deben ocupar las víctimas en la lucha contra el terrorismo no está al nivel que en España consideramos que debe estar. Por lo tanto, impulsar el estatuto internacional de víctimas que ya dejamos segmentado en los primeros cimientos en Naciones Unidas y también avanzar en que haya un reconocimiento de memoria es otro de los objetivos que nos fijamos.
¿Qué medidas prevén impulsar en el marco internacional?
Tenemos que aprovechar que cada pocos años se revisa la estrategia global contra el terrorismo. Ha sido revisada en 2016 y tenemos la próxima revisión en 2018. Una de las cosas que echo en falta en el seno de Naciones Unidas es que no hay un día internacional de la memoria de las víctimas del terrorismo. Vemos que en el calendario de homenajes que hacen están las víctimas del Holocausto, víctimas de genocidio, víctimas de accidentes de tráfico… Una buena propuesta podría ser que España liderase que hubiese un día internacional en homenaje a las víctimas del terrorismo, que podría ser, aunque no podríamos descartar otros, el 11 de marzo, en coincidencia con el día internacional europeo.
¿Se va a impulsar esa propuesta por parte de su Dirección General?
Sí. Se va a impulsar. Nos parece una buena iniciativa. Existen la necesidad de que haya una cultura de paz y de valores. Creo que lo que en España vamos a hacer a nivel interno también es muy exportable a Naciones Unidas y en otros organismos internacionales. También se revisa en mayo de este año por parte del Consejo de Europa las directrices de protección a las víctimas as del terrorismo. Se revisaron por última vez en 2005. Hemos propuesto una serie de avances. Esta semana tenemos una reunión con Exteriores y Justicia para llevar un documento y que, en esas directrices, como anexo, figure el modelo español. No hablo sólo del asunto de la reparación, hablo del acceso a la justicia, que es muy importante. Todas estas pequeñas actuaciones redundan en la memoria y la concienciación internacional.
Con respecto al modelo español, y dado que uno de los objetivos de esta Dirección es la colaboración con las Administraciones públicas en materia de asistencia y apoyo a las víctimas del terrorismo, ¿cómo se están enfrentando a los problemas derivados del culto al terrorista que se suceden diariamente en el País Vasco y Navarra?
Por una parte, la propia ley 29/2011 condena los homenajes y exaltaciones públicas a miembros de organizaciones terroristas. Ahí la labor, en la legislatura anterior, de la delegación del Gobierno en el País Vasco interponiendo recursos contra todo este tipo de actos y homenajes ha sido ímproba. Y creo que se va a seguir así. No tenemos que olvidar que de Interior dependen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Estado, que están muy pendientes de cualquier tipo de actuación. Desde aquí se vive con una actitud de total seguimiento y condena de ese tipo de actuaciones.
Sin embargo se siguen produciendo. Hace escasos días en San Sebastián las calles se cortaron para recibir al etarra Balerdi Ibarguren, autor de siete asesinatos. ¿Tendría que impulsarse una mayor implicación por parte del Ejecutivo vasco y por parte de las administraciones locales en la persecución de delitos que se producen a nivel local?
Tenemos un órgano de relación con las comunidades autónomas que creamos la legislatura pasada. Hemos convocado este órgano para el 9 de febrero. En el orden del día, además de cuestiones asistenciales, vamos a plantear de qué manera conjunta podemos tratar no sólo las políticas de apoyo a las víctimas sino las políticas de memoria. Primero vamos a escuchar que tienen que decir. El Gobierno, por ejemplo, ha recurrido la ley que se denomina coloquialmente de abusos policiales de Navarra. Todavía no ha finalizado el plazo para la presentación del recurso contra la ley vasca también denominada de abusos policiales. Creo que en los distintos ámbitos se está trabajando. ¿Que podemos hacer más? Yo me imagino que para las víctimas nunca será suficiente. Es muy doloroso ver que desde determinados pueblos o ayuntamientos se legitima este tipo de actos de recibimiento y de homenaje. Pero los instrumentos están ahí, estamos en un Estado de derecho y confío.
¿Hay que revisar los instrumentos del Estado de derecho al constatar que los homenajes no cesan?