Casos de estudio Magreb y Sahel agosto 2023
El terrorismo yihadista vuelve a aumentar en África Occidental a lo largo del mes de agosto. Si bien los 139 atentados registrados en los países de estudio[1], que habrían causado la muerte de 505 civiles y 144 militares, quedan lejos del máximo de 172, esta cifra supone el tercer valor más alto de 2023. Si además se considerasen los miembros de grupos terroristas muertos durante la comisión de atentados o a lo largo del desarrollo de operaciones de seguridad, la cifra ascendería hasta 1072.
Las claves del mes:
Análisis de las regiones de estudio
A continuación, se ofrece un análisis pormenorizado de la actividad de carácter yihadista en cada una de las zonas de estudio a lo largo del mes de agosto de 2023.
Sahel Occidental
Las diferencias cuantitativas entre Burkina Faso y el resto de países de estudio continúan siendo notorias. El país, que con 51 atentados registra uno más que en el mes de julio, continúa mostrando una situación de relativo alivio respecto a la primavera, donde se llegaron a rozar los 80 ataques de carácter yihadista.
El incidente de mayor gravedad tuvo lugar en la localidad de Foutouri, cerca de la frontera con Níger, por parte de miembros de la coalición JNIM, contra una base mixta de militares, gendarmes y voluntarios civiles, nueve de los cuales fallecieron junto a 23 civiles de la localidad (caso de estudio 125).
Además, se habrían registrado otros cinco atentados de medio impacto[2], que habrían causado la muerte de 101 civiles y 12 militares. Buena parte de estos se habrían perpetrado en la zona sur, en localidades fronterizas con Togo y Costa de Marfil, en su mayoría por miembros de la coalición JNIM—que, por el momento, continúa siendo el grupo más consolidado en el país.
En el segundo lugar de la comparativa, Mali muestra valores similares al del resto de 2023, aumentando, eso sí, respecto al mes de julio, tal y como se aprecia en la figura 1. De los cinco atentados de impacto medio registrados, tan solo uno habría sido cometido por miembros del Estado Islámico en el Sahel (EIS), cuyos miembros habrían matado a al menos 10 militares en una emboscada en Assaylal (caso de estudio 12). El resto habrían sido obra de la coalición JNIM, todos ellos en la región central del país (casos de estudio 26, 40, 93 y 143).
En Níger, tras el golpe de Estado acaecido el pasado 26 de julio, el registro de ataques terroristas ha aumentado—tal y como se indicó en el último Observatorio—, alcanzando el nivel máximo de 2023 (16 atentados).
El general Tchiani, antiguo jefe de la Guardia presidencial y líder del CNSP, anunció la apertura de un diálogo nacional para conducir el periodo transicional—que durará un máximo de tres años—y una “nueva vida constitucional”. En cuanto a las reacciones internacionales, en Burkina Faso continúan mostrando su total apoyo al golpe. Tanto es así, que las autoridades llegaron a suspender las emisiones de Radio Oméga por la difusión de una entrevista con Ousmane Abdoul Moumouni, líder de un movimiento político-social que pretende restaurar al presidente Bazoum en el poder. Como consecuencia de estas acciones, Francia habría suspendido las ayudas económicas y al desarrollo destinadas no solo a Níger, sino a territorio burkinés también. Por su parte, Reino Unido habría cancelado su asistencia a Níger.
Por otro lado, tanto Rusia como Argelia se habrían mostrado contrarias a la potencial intervención militar de la CEDEAO, algo que sí apoyan potencias como Estados Unidos. Ante la posibilidad de este escenario, las autoridades golpistas nigerinas han lanzado una campaña de reclutamiento masivo de “Jóvenes Voluntarios para la Defensa de la Patria” (VDN, por sus siglas en francés).
En último lugar, de los países monitorizados del Golfo de Guinea, Costa de Marfil, Ghana, Togo y Benín, solo este último se habría visto afectado por la violencia yihadista: los tres atentados registrados habrían sido cometidos, en la región norte, por miembros de la coalición JNIM. Todos de han sido considerados de bajo impacto (casos de estudio 16, 37 y 45).
Lago Chad
Nigeria registra, como la mayoría de países de estudio, un nuevo aumento de la actividad yihadista, que asciende de ocho (julio) a trece atentados. El atentado de mayor gravedad tuvo lugar en Bambi, en los alrededores de Maiduguri, capital del estado de Borno, donde miembros del Estado Islámico en África Occidental (ISWAP, por sus siglas en inglés) habrían atacado a una milicia civil, matando a 10 de sus miembros (caso de estudio 22).
Los enfrentamientos internos y entre grupos terroristas han continuado durante el mes de agosto. De hecho, se habrían producido más de 200 muertes entre sus filas, derivadas de choques producidos en las ciudades de Kukawa y Marte (casos de estudio 78, 84, 98 y 115).
Camerún rompe con la tendencia alcista y registra un menor nivel de violencia que en el mes de julio (dos atentados menos que entonces). A diferencia del Observatorio anterior, todos habrían sido de impacto bajo.
Magreb
En esta ocasión, no se tiene constancia de atentados u operaciones antiterroristas en los países del Magreb.
Perspectiva regional
La reducción de la actividad del EIS en territorio maliense resulta notoria, lo que podría reflejar la prosperidad de algún tipo de acuerdo entre el grupo terrorista y las autoridades del país. Por el contrario, la actividad de la coalición JNIM aumenta sin cesar, prácticamente monopolizando la violencia yihadista registrada en Mali.
En cuanto a Níger, las cifras registradas resultan preocupantes, ya que los atentados se han multiplicado por más del doble respecto a julio. Este aumento se debería a diversos factores: por un lado, muestra el efecto del debilitamiento de la atención de las autoridades en la lucha contra el terrorismo tras el golpe de Estado, pero se ve también afectado por complicaciones adicionales, generadas por la salida de tropas internacionales y por la falta de coordinación con los países vecinos, que rechazan al gobierno implantado por el CNSP. Se prevé que el contexto de seguridad continúe empeorando durante los próximos meses, especialmente si la situación política se mantiene en la línea actual.
[1] Los atentados registrados en el presente Observatorio son aquellos de los que se deriva al menos una muerte, ya se trate de civiles, personal de seguridad o miembros de grupos terroristas.
[2] Se consideran atentados de bajo impacto aquellos que causan menos de 10 víctimas mortales; medio impacto, entre 10 y 29 muertes; alto impacto, 30 o más víctimas.