Actividad yihadista en el Magreb y el Sahel, noviembre 2024

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Casos de estudio Magreb y Sahel noviembre 2024

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Se mantiene la actividad yihadista (100) durante el mes de noviembre, aumentando los índices de letalidad (496) si se comparan con las 476 víctimas mortales derivadas de las 103 acciones durante el mes anterior. En la recta final de 2024 se registran unos indicadores de violencia estabilizados en términos interanuales durante los últimos dos años, a pesar de la intensa actividad contraterrorista desplegada en varios países de África Occidental.

 

Las claves del mes:

  • Mayor letalidad de los ataques yihadistas al compararse con el análisis anterior. El área de lago Chad mejora sus niveles de seguridad en comparación con el Sahel Occidental.
  • La “Operación Haskanite” en Chad cosecha un éxito militar significativo, pero también supone una fuente de tensión regional.
  • Nigeria advierte sobre el grupo Lakurawa, movimiento que pasa de proteger a atacar civiles y fuerzas de seguridad en el noroeste del país.

 

 

Análisis de las regiones de estudio

A continuación, se ofrece un análisis de la actividad de carácter yihadista en cada una de las zonas de estudio a lo largo del mes de noviembre de 2024.

 

Sahel Occidental

Se intensifica ligeramente la actividad yihadista en Burkina Faso durante el mes de noviembre, alcanzando un total de 43 ataques que han acabado con la vida de al menos 286 personas.

Una de las series de acciones más letales tuvo lugar en la provincia de Kossi. El 5 de noviembre, elementos de Ansarul Islam (JNIM) atacaron varios pueblos y vehículos a lo largo de la carretera RN14 entre Dédougou y Djibasso (caso de estudio #17), provocando 10 víctimas mortales a su paso, para poco después asesinar a más de 20 civiles y dejar otros tantos heridos en la localidad de Konankoira (caso de estudio #23).

Sin embargo, el ataque de mayor impacto registrado tuvo lugar el 24 de noviembre en Bani (Seno) a manos de JNIM contra una posición de los milicianos VDP. Al menos 33 personas, entre milicianos y soldados, fueron asesinadas, incautando además tres vehículos, armas (entre ellas 38 Kalashnikovs) y varios otros elementos, además de hacerse con el control de la posición (caso de estudio #83). Un día antes, también yihadistas de JNIM reclamaron haber tomado una base militar en Komadougou (Fada Ngourma), avanzando la ofensiva en la zona noreste y este del país.

La actividad yihadista se ha visto parcialmente paliada con la acción de las fuerzas antiterroristas burkinesas. A principios de mes se registraba una contraofensiva área de las fuerzas burkinesas a los ataques de JNIM en Zogore (Yatenga), permitiendo neutralizar a al menos 37 de ellos.

Sin embargo, el entorno de seguridad ha atravesado uno de sus momentos más complicados en esta ocasión, agravándose todavía más hacia finales de mes. Entre el 22 y el 25 de noviembre, varias localidades alrededor de Solenzo (Banwa) fueron objeto de ataques por parte de JNIM, dejando un balance de 15 milicianos (VDP) y 10 civiles asesinados, y provocando sendos desplazamientos alrededor de la zona. Ese mismo 25 de noviembre, la tensión en Solenzo alcanzó un punto crítico cuando los residentes y los desplazados internos intentaron manifestarse para exigir una mayor seguridad, un episodio de tensión y violencia social que se saldó con una fuerte represión militar, hiriendo a varios de ellos. La gravedad de la situación llevó al gobierno a enviar una delegación de alto nivel a Solenzo el 26 de noviembre, imponiendo un toque de queda que ha durado hasta el 9 de diciembre.

Similar a la situación de seguridad burkinesa, las dinámicas en Mali también han crecido tanto en volumen de ataques (29) como en víctimas mortales (119) con respecto al análisis anterior.

Entre las acciones a destacar se incluye la emboscada contra una patrulla de mercenarios del grupo Wagner el 21 de noviembre a manos de la Katiba Macina (JNIM) entre Bandiagara y Bankass, cerca de Djiguibombo, en Mopti. Al menos 8 mercenarios rusos murieron en el ataque, aunque algunas fuentes elevan la cifra a 63, por lo que el dato exacto todavía permanece incierto (caso de estudio #73). Los yihadistas se hicieron con los dos vehículos blindados ligeros, difundiendo imágenes de los cuerpos de los mercenarios.

El ataque en Djiguibombo se produce en un contexto de creciente inseguridad en el País Dogon (Mopti), donde varias localidades han sido atacadas o extorsionadas en los últimos tres meses a pesar de la presencia de fuerzas armadas y milicias locales como Dan Na Ambassagou. Precisamente esta milicia armada ha sido objetivo directo de varios de los ataques de JNIM durante este mes. El 11 de noviembre, nueve de ellos perdían la vida en una acción de JNIM en la localidad de Pansandougou, junto a diez civiles, convirtiéndose en el ataque de mayor letalidad ejecutado en el país en esta ocasión (caso de estudio #49).

 

 

Por su parte, Níger mantiene unas dinámicas de violencia en constante disminución (5) con respecto a análisis anteriores, tanto en índices de letalidad como en volumen de ataques. Todas las acciones han sido de impacto bajo y dos de ellas han tenido como objetivo a civiles, destacando la incursión en Kokorou (Tera, Tillaberi) ocurrida a mediados de mes (22/11), que se saldó con la muerte de siete civiles (caso de estudio #74). Si bien Estado Islámico en el Sahel ha reclamado la mayoría de estas acciones (3), merece la pena destacar la emboscada a la posición militar de Gouiwa (Gaya, Dosso) por parte de JNIM, que terminó dejando dos bajas militares y dos civiles heridos, además de la quema de varios vehículos y la incautación de varias armas y equipamiento (caso de estudio #58).

 

Lago Chad

En el caso de Nigeria, las dinámicas de seguridad muestran un alivio comparativo tanto en ataques (6) como en víctimas mortales (35), lo cual rinde buena cuenta del éxito operativo por parte de las fuerzas de seguridad. El 6 de noviembre, la Fuerza Aérea de Nigeria lanzó ataques aéreos contra campamentos de ISWAP, lo que trajo como resultado la neutralización de más de setenta combatientes en el campamento de Kwallaram y las islas Arainna Ciki cerca de Jibilarram, en la zona de Marte (Borno).

También es destacable la continua rivalidad entre Boko Haram e ISWAP en su pugna por el control territorial de sus respectivas áreas de influencia, como el ocurrido alrededor del 6 de noviembre cerca del Bosque de Sambisa, que se saldó con la muerte del Jefe Naval de ISWAP y otros 50 combatientes.

De las seis acciones registradas para esta ocasión, la única que ha sido de impacto medio tuvo lugar a manos de ISWAP el 16 de noviembre contra las fuerzas de seguridad en la localidad de Kareto/Karetu (Mobbar, Borno). A través de atentados suicidas y coches bomba, los yihadistas consiguieron destruir vehículos militares y una excavadora. Los atacantes también se apoderaron de cuatro todoterreno, armas y ametralladoras pesadas de las tropas nigerianas. Si bien la Fuerza Aérea, junto con la terrestre, neutralizó a varios militantes y forzó su retirada, la acción terminó con un balance de 15 víctimas mortales en las filas militares (caso de estudio #62).

Por otro lado, ISWAP reivindicó un ataque contra una importante base militar en Kukawa (Borno) el 25 de noviembre, publicando material propagandístico y su uso de vehículos suicidas con bombas (SVBIED) además de numerosos combatientes en motocicletas (caso de estudio #87). El grupo afirmó haber acabado con la vida de más de 30 soldados con esta acción, aunque el ejército nigeriano mantuvo que el ataque fue repelido por tropas del 101º batallón de fuerzas especiales de la operación Hadin Kai, con apoyo de drones de la fuerza aérea. El comunicado afirmó haber neutralizado a 12 combatientes y confirmó únicamente la muerte de tres soldados durante el ataque.

Finalmente, el ejército nigeriano puso en aviso el 7 de noviembre la posible amenaza del grupo Lakurawa, conocido localmente desde hace varios años. Este grupo, compuesto por hombres armados presuntamente provenientes de Mali y Níger, supuestamente habría pasado de proteger a los residentes contra bandidos a atacar a las fuerzas de seguridad y civiles en los estados de Sokoto y Kebbi. Se destaca su acción del 8 de noviembre en la localidad noroeste de Mera (Augie, Kebbi), cuando combatientes del grupo Lakurawa quitaron la vida a 15 residentes en una incursión que provocó represalias contra la comunidad Fulani de la aldea, acusada de tener vínculos con este grupo. La aparición de Lakurawa como una nueva posible amenaza, si bien puede ser un riesgo prematuro compararlo con la actividad de otros grupos en la zona, puede suponer un nuevo actor a considerar en el actual panorama de inseguridad en el país.

Con respecto a Camerún, las dinámicas de violencia se han visto reducidas a uno de los datos más bajos del año (13), pero aumentan los índices de letalidad (37). Todos los casos registrados, excepto uno, habrían sido de impacto bajo, y casi todos ellos dirigidos contra objetivos civiles. El ataque más letal ocurrió el 12 de noviembre en Ldamang, subdivisión de Mokolo (Mayo-Tsanaga), donde 11 civiles, incluidas 3 mujeres, fueron asesinados en un ataque que previsiblemente tuvo el objetivo de sustraer comida, ropa y ganado (caso de estudio #52). Además de la violencia yihadista, el país todavía sigue padeciendo las consecuencias de las inundaciones de los meses de septiembre y octubre, que llegaron a afectar a unas 400.000 personas, además de un brote de cólera en Maroua declarado por el ministerio de salud a principios de mes.

Llegando al caso de Chad, es destacable la operación “Haskanite”, una ofensiva militar contra Boko Haram e ISWAP en respuesta al ataque de Boko Haram el 27 de octubre que resultó en la muerte de al menos 40 soldados chadianos en Barkaram, mencionado en el anterior análisis. Esta operación se habría iniciado el 8 de noviembre, con la base logística establecida en Kaïga Kindjira, desembocando en un violento enfrentamiento apenas un día después entre las fuerzas de seguridad chadianas y yihadistas de Boko Haram.

Según el comunicado oficial del General Issakha Acheikh, portavoz del ejército, al menos 15 soldados chadianos habrían perdido la vida y otros 36 resultaron heridos, mientras que el balance por parte de los yihadistas habría sido sustancialmente superior: al menos 96 de ellos habrían sido neutralizados y muchas de sus armas incautadas. Días después, también se arrestaría a posibles colaboradores de Boko Haram por su presunta implicación en el ataque de Barkaram.

La operación, con un alto coste entre las filas chadianas, incluyendo altos mandos, ha sido considerada un éxito por parte de las Fuerzas Armadas chadianas, si bien sus actuaciones han generado también tensiones sociales y una fractura en la confianza chadiana con otras coaliciones regionales (Fuerza Multinacional Mixta o Multinational Joint Task Force, MNJTF) e internacionales.

Por su parte, Benín parece mantener unos volúmenes bajos de violencia con víctimas mortales (dos acciones en esta ocasión) y un todavía menor número de fallecidos (3), que si se comparan con las víctimas registradas en anteriores análisis arrojan un balance positivo de cara a final de año.

El 7 de noviembre, un soldado falleció a consecuencia de un artefacto explosivo plantado por JNIM en el distrito de Birni Lafia, (Karimama, Alibori). Un par de días después se arrestó a dos individuos presuntamente conectados con este incidente (caso de estudio #33). El segundo evento tuvo lugar ese mismo 9 de noviembre, cuando combatientes de JNIM asesinaron a dos refugiados (probablemente burkineses) cerca de Doga (Materi, Atacora) (caso de estudio #42).

Finalmente, es necesario incluir la red de Estado Islámico desmantelada en Abiyán (Costa de Marfil) y Madagascar el pasado mes de julio que sacó a la luz el periódico francés de Le Monde a finales de noviembre. Durante el trascurso de la operación, seis individuos sirios e iraquíes habrían sido arrestados por su implicación y ayuda en el traslado de miembros de Estado Islámico desde Oriente Medio hacia Europa en un intento de atentar durante la celebración de los Juegos Olímpicos en París. Esta sería la primera información públicamente confirmada con respecto a la presencia de elementos yihadistas de Oriente Medio en suelo marfileño.

 

 

Magreb

No se ha registrado ningún ataque yihadista en el Magreb.

 

Perspectiva regional

En Mali, el Primer Ministro Choguel Kokalla Maïga fue destituido el 20 de noviembre tras criticar públicamente a los militares en el poder por la falta de transparencia y el fracaso en la organización de elecciones. El gobierno nombró al General Abdoulaye Maïga como su reemplazo, con la complicada tarea de crear condiciones para elecciones “transparentes y pacíficas” que pongan fin a la etapa de transición.

El país se prepara para una eventual llamada a elecciones generales en un contexto cargado con fuertes críticas por su incapacidad para hacer frente a las amenazas que asolan al país. Las fuerzas armadas y sus socios de seguridad continúan sucumbiendo sin cesar a constantes oleadas de violencia yihadista, como la registrada el 21 de noviembre contra una patrulla de mercenarios Wagner a manos de la Katiba Macina (JNIM) cerca de Djiguibombo, que se saldó con la muerte de al menos cinco mercenarios rusos. Las condenas a sus actuaciones se extienden cada vez más entre la comunidad civil, acusando a las fuerzas de seguridad de asesinar a civiles en varias zonas del norte en un intento de paliar una amenaza rebelde que lleva cosechando éxitos considerables a lo largo de este año.

Estos grupos rebeldes, por su parte, también se encuentra reconfigurando su fuerza: el 30 de noviembre se anunciaba la disolución del CSP-DPA y la creación del Frente de Liberación del Azawad (FLA), unificando a varios movimientos separatistas tuareg. El mismo día, las autoridades malienses respondían atacando con drones turcos AKINCI a varias posiciones rebeldes, terminando con la vida de varios jefes militares y políticos del CSP-DPA. Entre ellos se encontraba Fahad Ag Almahmoud, ex secretario general del GATIA Imghada y peso pesado que previsiblemente iba a desarrollar un papel muy importante en la nueva configuración rebelde del FLA. Con Almahmoud fuera de juego, el camino para controlar la tribu tuareg de Imghada se le facilita a la junta militar en Bámako, que solo necesitará influir sobre el ya aliado Al Haji Gamou.

En términos diplomáticos, las relaciones en el entorno regional tampoco atraviesan su momento más estable. La proyección francesa sobre África Occidental, en particular, sufre uno de sus peores periodos en la historia de las relaciones con los países de la región. La disconformidad de los gobiernos con la presencia gala es la tónica que ha discurrido desde el pasado año y Chad, principal socio de seguridad para Francia ante una creciente animadversión del resto de su vecindario, ha formalizado finalmente un rechazo que ya se sentía en los últimos tiempos, a la vez que opta por acercarse a nuevos socios. El 29 de noviembre, Chad anunciaba el fin del acuerdo de cooperación en materia de defensa con Francia, un giro que se agilizó por la supuesta falta de ayuda francesa en la Operación Haskanite. El presidente senegalés Bassirou Diomaye Faye, también declaraba el mismo día que la presencia de bases militares francesas era incompatible con “la soberanía nacional”. Níger iniciaba una semana antes esta estela de rechazo francés y occidental, imponiendo sanciones a individuos cercanos al depuesto presidente Bazoum, revocando licencias de ONG francesas y danesas y acusando al embajador europeo (22/11) de una supuesta mala gestión de la ayuda europea en el país, lo que provocó su retirada a Bruselas al día siguiente.