El terrorismo yihadista dejó al menos 10.598 víctimas mortales en todo el mundo en 2018

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Observatorio de Atentados Yihadistas de febrero de 2019
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  • Se han registrado 1.571 ataques terroristas yihadistas en 37 países
  • Los grupos talibán fueron los terroristas más letales durante 2018: sus ataques terroristas se cobraron la vida de al menos 2.493 personas
  • Afganistán se ha convertido, con diferencia, en el país con mayor número de atentados y víctimas como consecuencia principalmente del incremento de poder de los grupos talibán

Presentación Anuario Terrorismo YihadistaEl Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo (OIET) ha presentado hoy su Anuario del Terrorismo Yihadista 2018, una publicación que recopila datos en torno al fenómeno yihadista relativos a 2018, entre ellos los atentados cometidos y sus correspondientes víctimas, la actividad terrorista desarrollada en el Magreb y el Sahel, la lucha policial antiyihadista, el ciberterrorismo de perfil yihadista, los patrones de la radicalización yihadista y la inteligencia como estrategia contraterrorista. De acuerdo con esta investigación, en 2018 se han registrado al menos 1.571 ataques terroristas yihadistas que han dejado un saldo de 10.598 víctimas mortales. Esto implica que 37 de los 191 países del mundo –el 19%– han sido escenario de al menos un atentado yihadista. El 38,3 % de las víctimas mortales del terrorismo yihadista sufrieron atentados en países del centro o el sur de Asia; el 33,8% de las víctimas lo fueron en países del Medio Oriente y el Norte de África (MENA); el 25,2% en África Subsahariana; y Europa Occidental registró el 0, 08% de los fallecidos. La presentación del Anuario –acompañado de un resumen ejecutivo de este– del OIET, entidad que depende de COVITE, ha contado con la intervención de su presidenta Consuelo Ordóñez, del experto en terrorismo yihadista Luis de la Corte, del analista Moussa Bourekba y del director del OIET, Carlos Igualada.

Los cinco países más afectados

Afganistán, Irak, Somalia, Siria y Nigeria han sido los cinco países más afectados por el terrorismo yihadista durante el año 2018. El 79% de las víctimas mortales del yihadismo –7.741 de un total de 10.598 – se concentran en estos cinco países. Este porcentaje no difiere apenas del de 2017, en el que el 77% de las víctimas del terrorismo se concentraban en los cinco países más afectados de ese año, que eran los mismos, solo que en distinto orden: Irak, Afganistán, Nigeria, Somalia y Siria. Es decir, al igual que el año pasado, tres de cada cuatro víctimas del terrorismo fallecieron en los cinco países más afectados por el fenómeno terrorista Afganistán es el país que más pérdidas humanas ha tenido como consecuencia de este fenómeno, siendo al menos 3.589 las personas que han perecido. Esto supone que el 34% de las víctimas del terrorismo islamista a nivel mundial se han producido en un solo país. Este año Afganistán ha desbancado a Irak como país con mayor número de víctimas a causa del terrorismo yihadista.

Los atentados con más víctimas

En los diez atentados terroristas con más víctimas de 2018 fallecieron al menos 972 personas, lo que supone el 10% de las víctimas de todo el año. Cuatro de los ataques acumulan un saldo de más de un centenar de muertos. Los países que componen la lista de los atentados terroristas con más víctimas de 2017 son Pakistán, Nigeria, Afganistán y Siria. No están en esta lista, sin embargo, ni Somalia ni Irak, dos de los países que integran la lista de los cinco países más afectados por el terrorismo yihadista. El atentado más sangriento de 2018 fue el perpetrado en la localidad de Baluchistán, en Pakistán, que dejó un saldo de 149 personas asesinadas, y cuya autoría es de Wilayat Khorasan, la filial de Daesh en la región.

Europa ha sido escenario únicamente de seis atentados de inspiración yihadista, cuando en 2017 hubo quince. De la misma forma, la cifra de personas asesinadas ha disminuido drásticamente hasta las trece, lo que supone una reducción de un 79% respecto al periodo anterior y un descenso todavía mayor si se toma como referencia los años anteriores.

Los Talibán, el grupo terrorista más letal

Los Talibán son el grupo terrorista causante del mayor número de víctimas. El año pasado asesinó a 2.493 personas, lo que supone un 23,5% del total de víctimas a nivel mundial, seguido por Daesh Central (Siria e Irak) –responsables de 1.745 muertes, casi el 16%– y de Boko Haram –1.225 víctimas mortales, un 11% del total–.

Mauritania y Senegal, nuevos focos del terrorismo yihadista en el Sahel

2018 ha visto cómo, mientras a duras penas Túnez y Argelia conseguían mejorar la seguridad de sus respectivos países, el resto de las naciones de la región avanzaban en mayor o menor medida hacia la desestabilización fruto de factores tales como la presión demográfica, las rivalidades étnicas, el cambio climático, y sobre todo e influido por estas, el yihadismo. Países hasta ahora estables como Mauritania o Senegal han sufrido las primeras amenazas serias en su territorio. Marruecos, pese a una frenética labor policial de desarticulación de células yihadistas, ha sido testigo de un horrendo ataque que acabó con la vida de unas turistas nórdicas y países como Níger o Burkina Faso han contemplado como en cuestión de meses en diversas regiones del país se implantaban y actuaban repetidamente grupos yihadistas, lo que forzó a dichos países a declarar el estado de emergencia.

Libia no consigue que una de las diferentes facciones que se disputan el poder se imponga definitivamente sobre el resto, lo que permite a los grupos yihadistas usar el país como base desde donde actuar, mientras que Mali y Nigeria, tras unos prometedores resultados en la lucha anti yihadista de coaliciones militares internacionales, ven como estos últimos recuperan el terreno gracias a las rivalidades étnicas, la falta de pericia de las fueras militares nacionales y sus abusos a los derechos humanos de la población civil.

23 operaciones policiales antiyihadistas en España y 58 detenidos

La de 2018 es la cuarta cifra de detenciones más elevada de toda la década, encabezada por los 102 arrestados de 2015, seguida de los 84 de 2017 y los 76 de 2016. De las 58 personas detenidas en operaciones policiales antiyihadistas, 29 se radicalizaron en el entorno de las prisiones.

El 64% de los detenidos tenía nacionalidad marroquí, siendo la española la segunda nacionalidad dada con mayor frecuencia (20%). El resto eran ciudadanos sirios, a los que es preciso añadir el caso de un ciudadano holandés, un argelino y otro senegalés.

De la cifra total de 58 detenidos, 57 son hombres y 1 es mujeres. De los 58 detenidos, el de mayor edad es un individuo de 58 años y la más joven es la mujer, de 19 años.

Las ilusiones ópticas de la radicalización yihadista: de los patrones a los detalles

El analista Moussa Bourekba ha expuesto que, en el ámbito del análisis de la radicalización violenta, los conflictos en la zona de Oriente medio y del Norte de África (MENA), y en particular el auge del autoproclamado Estado Islámico (EI) entre 2014 y 2016, parecen haber consolidado dos tendencias contraproducentes: por una parte, atribuir a Al Qaida cualquier forma de violencia política cometida por los musulmanes llevó in fine a multiplicar su poder de atracción a escala global (creaciones de ramas locales) mientras que, por otra parte, el poder de atracción de la organización terrorista reforzó el mito de un apoyo social masivo de buena parte de los musulmanes hacía esas organizaciones.

Si bien se dispone cada vez de más datos cuantitativos y cualitativos para analizar este fenómeno, el abanico de debates científicos sobre las motivaciones, los factores y los canales que favorecen el proceso de radicalización sigue ampliándose ad infinitum. Sin embargo, por muy diversos y contextualizados que sean los procesos de radicalización, el analista ha puesto en evidencia la recurrencia de cinco factores y dinámicas que intervienen sistemáticamente en dichos procesos: la existencia de agravios (polarización, conflictos, tensiones sociales) que provocan frustración, marginalización o exclusión social; las necesidades del individuo (sentimiento de pertenencia, ser parte de un proyecto o de una familia, etc.); la ideología en tanto que permite explicar de manera simplista el origen de los agravios y proporciona una solución igualmente simplista a dichos agravios (acción violenta); el rol de las personas, redes y dinámicas grupales (la radicalización como proceso de socialización) y la acción violenta (acción terrorista, delito de odio, etc.).

Prospectiva 2019: ¿Habrá una nueva oleada de atentados terroristas yihadistas en Europa?

De acuerdo con el análisis realizado en el Anuario, y con la exposición del experto Luis de la Corte durante su presentación, se ha reducido en más de un 83% las víctimas del terrorismo yihadista y en un 46% los atentados terroristas yihadistas. La reducción ha podido deberse, ha asegurado el autor, a la reducción de la actividad propagandística de Daesh debido a la descentralización de este grupo terrorista y a su pérdida de poder territorial, que ha sido, a su vez, un factor de desmovilización.

De acuerdo con lo manifestado por De la Corte, es poco probable que el presente año 2019 transcurra sin la ocurrencia de uno o varios ataques de inspiración yihadista. Ha asegurado que, si tomamos como referencia la tendencia de 2018 y asumimos que nada importante cambiará respecto a ese año, lo que cabría esperar es un terrorismo yihadista de baja intensidad, vinculado a atentados más bien rudimentarios y con pocas víctimas, realizados en espacios urbanos abiertos, dirigidos contra población civil o contra responsables de la seguridad (policías o militares) y preferentemente perpetrados por personas que se habrían radicalizado en solitario, principalmente influidas por las soflamas y contenidos radicales distribuidos por internet y redes sociales, que carecerían de ningún adiestramiento, pues no habrían tenido oportunidad de viajar a Siria ni a ninguna otra zona de conflicto y que carecerían de vínculos directos con ningún gran entramado u organizaciones terrorista. El impacto causado por ataques de ese tipo realizados por individuos con ese perfil tendería a ser mínimo, siempre y cuando su número no creciera de forma significativa respecto de los que se produjeron en 2018.

“Pero la predicción del futuro mediante una simple extrapolación de tendencias del pasado es siempre arriesgada, pues los escenarios donde opera el fenómeno a predecir y el fenómeno mismo pueden experimentar alteraciones decisivas”, ha afirmado el experto. “El dinamismo y la capacidad de cambio que ha caracterizado al fenómeno yihadista aconseja no descartar sorpresas ni dar por supuesto que, de un año para otro, todo seguirá igual”.

Para frenar el terrorismo yihadista es preciso actuar contra él desde todos los niveles, afrontando sus dimensiones macro, grupal e individual. Y para ello hace falta la confluencia, en este fin común, de toda la sociedad unida, especialmente a la hora de prevenir, identificar y poder frenar procesos de radicalización, que seguirán produciéndose. Se precisa el desarrollo de una cultura de seguridad, que haga a todos los actores corresponsables en la medida de sus posibilidades. Clave en esta línea es la involucración del ámbito municipal, y de servicios educativos, sanitarios y de servicios sociales.

Resumen ejecutivo ANUARIO DEL TERRORISMO YIHADISTA 2018

Anuario del Terrorismo Yihadista 2018