Noticia 8/2021
El pasado domingo, el autodenominado Ejército Nacional Libio (LNA, por sus siglas en inglés) anunció el arresto de uno de los líderes más relevantes de Daesh en Libia en la ciudad de Ubari. El arresto de Mohamed Miloud Mohamed, también conocido como Abu Omar, vino enmarcado en una ofensiva de las tropas del general Jalifa Haftar por capturar a uno de los mayores protagonistas de la toma de la ciudad costera de Sirte en el año 2015, la cual trató de consolidarse como bastión de la rama de Daesh asentada en suelo libio.
Desde la Guerra de Libia hace ya una década y su posterior guerra civil en 2014, la inestabilidad y los conflictos internos no han dejado de cesar en el país. Las consecuencias económicas, políticas y humanitarias que llevan años sacudiendo Libia fueron y siguen siendo el caldo de cultivo idóneo para que milicias rebeldes y grupos yihadistas se asienten en su territorio, sobre todo en la gran masa desértica y deshabitada del país. La recuperación de Sirte en 2016 a manos de combatientes libios y apoyados por las del Gobierno del Acuerdo Nacional (gobierno de transición respaldado por las Naciones Unidas) provocó un punto de inflexión en la influencia de Daesh en el país. Desde entonces, el grupo ha tenido que dispersarse a lo largo del territorio libio, refugiándose sobre todo en zonas desérticas del sur y este del país o camuflándose entre la población civil, mientras era cercado constantemente por las tropas de Haftar.
Por su parte, Abu Omar ha sido responsable de muchos de los ataques acaecidos tanto en territorio libio como en la vecina Túnez, teniendo un papel decisivo en la toma de Sirte y en el despliegue del músculo yihadista de Daesh en el país bajo el mando de Abu Moaz al-Iraqi. De hecho, el LNA también se atribuyó la muerte de este último en septiembre de 2020, por lo que de confirmarse supondría un avance para la estabilidad en un contexto de negociaciones por el alto al fuego entre los dos gobiernos rivales en el país.