Colombia: de las FARC a la FARC, un proceso que continúa

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El logo de la guerrilla (izq.) y el logo del partido político (der.)

El logo de la guerrilla (izq.) y el logo del partido político (der.)

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ahora Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, han dado un giro y desde los Acuerdos de Paz han dejado las armas. Sin embargo, países como Canadá y Estados Unidos siguen considerando al grupo una organización terrorista. El último en retirarlos de sus registros fue la Unión Europea. Las FARC han sido la guerrilla más antigua y han pasado a ser un partido, aunque empezó como un grupo de autodefensa campesina. Muchos autores coinciden que la lucha no es cosa nueva en el sur del continente: hay una tendencia a las armas, incluso desde las guerras de Independencia.

Una vista hacia atrás

Desde finales del siglo XVIII, las guerras, dictaduras, conflictos y revoluciones no han cesado en Latinoamérica. Los años 60 no iban a ser una excepción, y las guerrillas empezaron ser parte de la realidad. En Cuba, la revolución había surgido con una base guerrillera en la frontera por la desigualdad social. El mismo Che Guevara, en su paso por Colombia, escribió una carta a su madre en la que relataba: “este país (Colombia) es el que tiene más suprimidas las garantías individuales de todos los que hemos recorrido, la policía patrulla las calles con fusil al hombro y exigen a cada rato el pasaporte, que no falta quien lo lea al revés, es un clima tenso que hace adivinar una revuelta dentro de poco tiempo. Los llanos están en franca revuelta y el ejército es impotente para reprimirla, los conservadores pelean entre ellos y no se ponen de acuerdo y el recuerdo del 9 de abril de 1948 pesa como plomo en todos los ánimos, resumiendo, un clima asfixiante, si los colombianos quieren aguantarlo allá ellos, nosotros nos rajamos cuanto antes”.

Otros países siguieron el ejemplo y las ideas marxistas, con logos que a la vista podrían ser los mismos. En Guatemala se crearon la FAR (Fuerzas armadas rebeldes) en 1962 y en Venezuela se fundaron en 1963 las FALN (Fuerzas Armadas de Liberación Nacional), mientras que en Nicaragua la FSLN y en El Salvador la FMLN.

El Che Guevara identificaba en su carta una situación que, a pesar de que gran parte del continente también la enfrentaba, para Colombia era especialmente complicado. Álvaro Villarraga, ex directivo del Centro Nacional de Memoria Histórica, identificaba tres elementos para el origen del conflicto: faltas de garantías para ejercer la política junto con ausencia de la pluralidad, que existía una tendencia a la violencia en el poder y la política, y por último una clara falta de resolución en cuanto a la propiedad de la tierra en el campo.

La tierra generaba una gran desigualdad social y no sorprende que estos grupos aspiraran a una reforma rural agraria. Defender la tierra oponiéndose a prácticas que se asemejan a la colonización por parte de grupos de gran poder económico era el día a día de muchos campesinos. Como explica Pecaut, es de aquí de dónde nacen las FARC-EP como una prolongación de estas defensas. Con la muerte de Jorge Eliecer Gaitan, Colombia se separó y el conflicto empezó. Antes, entraban en la definición de autodefensas de campesinos, pero el punto de inflexión se produjo con la operación que ocurrió en Marquetalia. Una zona que se declaraba República independiente en contra de los gobiernos conservadores, el del presidente Guillermo León Valencia, con ayuda del Plan LASSO, lideró la Operación Soberanía hacia la cuadrilla de Tirofijo (Marulanda) y Jacobo Arenas, primeros líderes del grupo de defensa. Después de este sangriento suceso, se establece el nombre de las FARC y definen seis núcleos para expandir su lucha hasta convertirla en ejército.

Así, pasan a estar bajo la tutela del Partido Comunista en Colombia. La unión con el PCC no durará siempre y a pesar de haber sido su brazo armado, las FARC-EP deciden apostar exclusivamente por las armas. Para tomar esta decisión no hubo oposición dentro de la guerrilla, porque era un grupo con una gran homogeneidad social, lo que les permitió una base fuerte, como afirma Pino Montoya. Su uniformidad les permitió tomar decisiones fácilmente, pero también les ha supuesto estancarse en ideas establecidas que no les han permitido actuar frente a nuevas demandas o dinámicas.

 

El establecimiento

FARC y sus mujeres. (Silvia Andrea Moreno)

FARC y sus mujeres. (Silvia Andrea Moreno)

Durante los primeros años, establecerse no era sencillo, porque los jefes no eran considerados ni tratados como líderes nacionales. Aun así, se fueron posicionando poco a poco como líderes locales con un gran apoyo campesino. Esto les permitió darse a conocer y crear vínculo con las comunidades. Con un terreno ya ganado y sin ingresos, las FARC-EP empezaron a buscar formas de financiarse. Las Juntas Acción Comunal presentaban programas sociales en las tierras de campesinos, las FARC recolectaban impuestos en forma de jabón u objetos de higiene que iban a parar a servicios de salud o escuelas. Ellos tenían cómo sobrevivir e iban logrando que a pesar de las subidas de precio en gasolina o medidas del gobierno que, según ellos, perjudicaban a la sociedad, se hicieran débiles.

Pero no podían vivir solo de eso y el dinero era necesario no solo para comer, sino para el armamento. Las drogas se presentaron como un camino viable, que no solo corrompieron a la sociedad civil, sino al anti-sistema. Con una filosofía Marxista-Leninista se dejaron llevar por una producción zambullida en una industria de carácter capitalista. Incluso, y sin tapujos, en el año 2000 la guerrilla organizó una Conferencia Internacional en drogas ilegales y medioambiente. Asimismo, mientras el Ejército de Liberación Nacional (ELN), otro grupo guerrillero, encontraba fuentes de financiación en los secuestros, las FARC-EP tomaron el ejemplo y con esto continuaron su actividad.

Los secuestros son lo más sonado de la actividad delictiva de las FARC, nombres como Ingrid Betancourt o Clara Rojas han perdurado en el imaginario colectivo. También atentados como la explosión de bombas formaron parte del modus operandi de la organización, con bajas civiles, una técnica llamada caza-bobos para causar la mayor cantidad de bajas civiles. Siempre se apoyaban en un fin ideológico para ocasionar estas masacres, lo que buscaban era derogar alguna ley o un mal trato a trabajadores. Así, el conflicto se fue urbanizando a partir de los años 80 y surge la Unión Patriótica, un partido que es el primer intento de su parte para entrar en la política afiliandose a él con base en los Acuerdos de la Uribe con el gobierno, que abrieron la puerta a esta incursión sin salirse de la legalidad.

Sin embargo, muchos miembros de este partido político fueron amenazados y victimizados por la extrema derecha. Con todo esto, es necesario comprender que no solo las FARC han generado violencia en Colombia, sino que hay muchos actores armados, el Ejército de Liberación Nacional que sigue en pie, el ejército nacional, y a su vez todos los grupos paramilitares de derechas. Hubo mucho dolor detrás del miedo que generaron las FARC, lo que llevó a una reacción igual de fuerte del otro lado como comenta Stephen Ferry.

 

El otro lado

Con este temor surgen las fuerzas paramilitares lideradas y apoyadas por las Autodefensas Unidas de Colombia, organización contrainsurgente y de extrema derecha. Ellos se beneficiaron de un decreto del gobierno en 1984 que autorizaba las cooperativas armadas civiles. La idea era que ejercieran como grupos de vigilancia ante la guerrilla. Pasaron a llamarse Convivir, iniciativa apoyada por el entonces gobernador de Antioquia, Álvaro Uribe, pues las FARC habían asesinado al padre de quién sería presidente de Colombia. Uribe las consideraba un brazo ante la guerrilla. Es más, las AUC son el grupo terrorista con más víctimas en Colombia: 94.754 asesinatos atribuidos, el doble que la guerrilla, hasta que en 2006 la última persona del grupo fue desmovilizada.

Sus técnicas eran terroríficas y una de las cuestiones más comentadas, tratadas y puestas en debate en el gobierno de Colombia. Las investigaciones judiciales sacaron a relucir casos de “falsos positivos”. Se refiere a que las víctimas eran engañadas por reclutadores, detenidas por las fuerzas de seguridad, en sus casas, en las calles para ser trasladados a municipios alejados. Allí, los mataban y dejaban el cuerpo con trajes camuflados y armamento. Así, podrían decir que había caído uno, lo que les proporcionaba más beneficios de vacaciones o mejores sueldos, igual que a los superiores podían ascenderles.

Marcha Contra las FARC en Medellín Colombia. 4 de febrero 2008. (medea_material)

Marcha Contra las FARC en Medellín Colombia. 4 de febrero 2008. (medea_material)

En una línea que parecía no tener fin, se hicieron muchos intentos de parar el control de la guerrilla. Incluso, se propusieron muchas reformas agrarias que no fueron llevadas a cabo. Álvaro Uribe ganó la presidencia del país en 2002 y prometió luchar contra el miedo que la guerrilla estaba provocando, entonces justo durante ese proceso, la candidata Ingrid Betancourt fue secuestrada, esto provocó que la motivación para eliminar la guerrilla creciera.

Este mismo año, la Unión Patriótica perdió su fuerza y su estatus legal. Con este impulso para el gobierno, en 2005 se aprobó la Ley de Justicia y Paz, que pretendía proteger a las víctimas, su derecho a la memoria y la verdad. Todo para recordar a las generaciones del futuro lo que ocurrió y tener un mejor porvenir. La memoria empieza a tener su protagonismo, y luego de la aprobación de la ley se lograron desmovilizar 30.000 tropas de las AUC.

Los años de gobierno de Uribe fueron años de violencia que parecían no parar, a pesar de intentos como la Operación Fénix para matar al líder guerrillero con el apoyo de su Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos. El mismo que en el año 2010 fuera elegido presidente de Colombia. Las disputas entre Uribe y Santos empezaron desde el primer momento, cuando el segundo restableció las relaciones con Venezuela, después de que Uribe las hubiera cortado por la presencia de guerrilleros en el país vecino.

 

El proceso de paz

Los procesos del presidente Juan Manuel Santos para la búsqueda de la paz empezaron después de un ataque terrorista por parte de las FARC a la televisión Caracol, el presidente amenazó y organizó la Operación Sodoma de la que el jefe del grupo guerrillero no salió con vida. Después de estos encuentros, en el 2011 empezaron los primeros acercamientos para buscar la paz.

Se iniciaron unas reuniones exploratorias, el miedo no había cesado y nada ocurría en Colombia. Las primeras reuniones fueron en Oslo y el proceso de conversaciones que empezó después se hizo en La Habana, Cuba. La instalación formal de las conversaciones fue el 15 de noviembre de 2012 en la isla. El primer tema que se trató fue la reforma agraria y al empezar esta fase las FARC dejaron las armas. Ya en 2013 el jefe de la delegación de gobierno, Humberto de La Calle, comunicaba que “mientras veamos una oportunidad de alcanzar el fin del conflicto mediante el diálogo, estamos convencidos de que hacerlo es una obligación moral del Estado. Pero conocemos nuestros límites: no es una paz a cualquier precio ni unos diálogos sobre todos los temas que a la guerrilla se le ocurran”. Con un gran apoyo internacional, los procesos casi acaban en 2016 con la aceptación de la conversión a partido de la guerrilla.

Se convocó a un plebiscito con la pregunta, “¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?” y el NO fue la respuesta ganadora, liderado por Álvaro Uribe. Para Timochenko, líder de la guerrilla, fue considerado una victoria para ellos, pero que no echaría para atrás todo lo firmado. Aun así, las conversaciones entre la oposición colombiana al documento de La Habana y el presidente Santos empezaron y el acuerdo de paz continuó.

Es interesante tomar en cuenta algunos de los aspectos que se tomaron en cuenta en el acuerdo de paz. Se estableció que se iban a implementar Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) para buscar la transformación del campo con una equidad con respecto a la ciudad para la protección de la variedad y la pluriculturalidad, junto con planes para una Reforma Rural Integral. Asimismo, se evaluó la participación política, con la Creación de un Sistema Integral de Seguridad para ejercer teniendo un cuidado a los líderes de movimiento y un Gran Acuerdo Político Nacional para que todos los partidos participen en las reformas y los retos que la paz requiera.

Por último, el Acuerdo sobre el Fin del Conflicto, tiene tres sub-acuerdos:

  1. Acuerdo sobre Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo y Dejación de las Armas entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP
  2. Acuerdo sobre reincorporación de las FARC a la vida civil –en lo económico, lo social y lo político- de acuerdo con sus intereses
  3. Acuerdo sobre garantías de seguridad y lucha contra las organizaciones criminales responsables de homicidios y masacres o que atenten contra defensores/as de derechos humanos, movimientos sociales y políticos, incluyendo a las organizaciones sucesoras del paramilitarismo y sus redes de apoyo, y la persecución de las conductas criminales que amenacen la implementación de los acuerdos y la construcción de la paz.

También se incluyen distintos acuerdos para la finalización del tráfico de drogas ilícitas, procesos en los que las FARC-EP estuvieron especialmente involucrados, preguntándose: ¿qué es lo que necesita un campesino para que deje la coca voluntariamente y se pase a otro cultivo?

Ceremonia de la Firma de la Paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC E.P. (Gobierno de Chile)

Ceremonia de la Firma de la Paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC E.P. (Gobierno de Chile)

Con el fin de proteger a las víctimas, se crea el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición que tendrá su componente de justicia en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) con el fin de esclarecer los conflictos para que en el 2033 se pueda prescindir de ella. Todavía existen detractores, a Álvaro Uribe le parece que la JEP podría eliminarse, y han surgido grupos de activistas para eliminarla a los que Iván Duque, protegido de Uribe y actual presidente, se refiere como “iniciativas que son ciudadanas se respetan, y como tal son procesos que tendrán que surtirse conforme lo establece la Constitución y la ley”.

 

El presente de Colombia

Colombia sigue dividido, y como dijo Juan Manuel Santos en su discurso al recibir el premio Nobel de la Paz: “la paz es un proceso que nos depara muchas sorpresas”. Hace unos días, el líder Jesús Santrich de la FARC llegó abucheado a la Cámara de Representantes después de haber sido acusado por tráfico de drogas y que la JEP suspendiera su extradición a Estados Unidos. Con los acuerdos para la restauración del sistema, las FARC han pasado a ser un partido político que tiene asegurados cinco puestos en el Senado y otros cinco más en la Cámara de Representantes.

Los problemas para el partido de la FARC siguen surgiendo: Iván Márquez, uno de los senadores por el partido no apareció para aceptar su curul. Sigue en paradero desconocido, desde allí se ha manifestado por las redes sociales apoyándose en el caso Santrich y arrepintiéndose de haber entregado las armas. No solo no se presentó al senado, sino que tampoco acudió a su cita con las JEP y el Consejo de Estado declaró su muerte política.

Las disidencias ante el Acuerdo de Paz no son una sorpresa, los rumores indican que Márquez, uno de los portavoces para la paz, podría haberse unido a ellos. El año pasado se calculaban al menos 1200 disidentes de las FARC en contra del Acuerdo de Paz, y parece que el número va aumentando. Distintas investigaciones de medios de comunicación afirman que el número habría llegado a 2.500, con ayuda también de los venezolanos que escapan de la situación de su país. El coronel Arnulfo Traslaviña, comandante de la Fuerza de Tarea Quirón, ha dado declaraciones en las que afirma que esta es una verdadera amenaza para Colombia.

El conflicto en Colombia parece que no acaba, porque, a pesar de que a muchos se les pasa por alto, el ELN sigue activo y aunque hubo intento de buscar la paz sigue sin haber progreso. Las disidencias siguen aumentando o, por lo menos, no bajan y según el partido FARC los homicidios de ex-guerrilleros también crecen, debido a la poca protección que el gobierno de Duque está dando al Acuerdo.

El presidente colombiano había peleado por el no en el referéndum, ahora tampoco apoya todos los sub-acuerdos del Acuerdo para la Paz y tampoco apunta a que la FARC está estable. La tasa de pobreza en Colombia se sitúa entre el 15% y el 25%, con una desigualdad bastante alta que, aunque en los últimos años se ha reducido, sigue siendo un factor relevante para la población. Para la guerrilla esto siempre ha sido uno de sus principales móviles y tampoco parece que vaya a cambiar rápido.

Últimas ideas

En la foto del 2010 se observa a alias "Iván Márquez" (der.) y alias "Jesús Santrich" (izq.). (Globovisión)

En la foto del 2010 se observa a alias “Iván Márquez” (der.) y alias “Jesús Santrich” (izq.). (Globovisión)

Es cierto que el camino hacia la paz ha empezado, pero no parece el final. Los Acuerdos de Paz han desarmado a la guerrilla másimportante. Pero sus disidentes siguen por ahí, desde soldados hasta Iván Márquez. No se sabe su paradero, tampoco el de Sexis Paucias Hernández, alias “Jesús Santrich”, quién después de recibir abucheos por sus acusaciones de narcotráfico en la Cámara de Representantes, no ha comparecido ante una indagatoria por su proceso en la Corte Suprema el pasado 9 de julio. La Interpol ha emitido una circula roja, porque el paradero de este líder es desconocido.

Esta última situación refleja lo complicado de un final simple. El actual gobierno, poco adepto al proceso de paz se refugia en estos hechos para reafirmar su posición de desacuerdo. El presidente de gobierno, Iván Duque, no ha dudado en afirmar que lo que ha hecho Santrich ha dejado a un país indignado que debe censurar este tipo de conducta. Por su lado, Timochenko, el líder de la FARC, ha emitido una declaración pública en la que también condena las acciones de Santrich, diferenciando los actos individuales de los colectivos.

Hay varias teorías alrededor de la desaparición de Santrich, algunos medios colombianos afirman que habría huido a Venezuela junto con Márquez, pero sus abogados comentan que lo que ha pasado es que tenía miedo. Sin embargo, no es la desaparición lo más relevante, sino todo lo que representa. El futuro del conflicto armado en Colombia es incierto, las disidencias, el gobierno uribista de Iván Duque, y la guerrilla que sigue armada pone sobre la mesa factores que pueden llevar el proceso por caminos muy distintos.

Bibiliografía

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