El movimiento Muslim Interaktiv, o cuando el califato “es la solución”

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Imagen de la manifestación del 27 de abril en Hamburgo convocada por Muslim Interaktiv Fuente: IMAGO/Blaulicht News

Imagen de la manifestación del 27 de abril en Hamburgo convocada por Muslim Interaktiv Fuente: IMAGO/Blaulicht News

La sahada (profesión de fe), uno de los cinco pilares del Islam («Yo atestiguo que no hay más Dios que Dios y atestiguo que Mahoma es el profeta de Dios») se puede ver escrita en pancartas o banderas. Estas, a priori, no destacarían en exceso en actos en los que también se portasen carteles con lemas como: «El califato es la solución» y en las que hombres y mujeres, estas últimas ataviadas con el hiyab o con el niqab estuvieran separadas de los hombres.

Lo llamativo en este caso es que la escena expuesta se desarrolló el 27 de abril de 2024 en la ciudad alemana de Hamburgo. Durante esa jornada, unas 1.100 personas, de las cuales unas cincuenta eran mujeres, marcharon por la ciudad alemana denunciando también que en el país se está viviendo una «Werte diktaur» (Dictadura de Valores). El acto fue convocado por una organización denominada Muslim Iteraktiv (MI).

Este grupo, fundado en el año 2020, tiene al frente a un individuo de 25 años llamado Joe Adade Boateng, también conocido como Raheem Boateng. De madre alemana y padre de Ghana estudia en Hamburgo para ser maestro. Según él mismo declaró, conoció el islam no hace muchos años a través de un compañero de clase. Vestido habitualmente como una estrella del deporte, en una entrevista declaró: «Tenemos muchas mezquitas. Solo que cuando somos atacados públicamente, ¿quién se yergue? Los musulmanes alemanes precisan una institución para el activismo político. la Umma nos respalda». Sobre las posibilidades de éxito de MI señaló «El potencial de Alemania es increíble. Simplemente nunca se aprovechó».

El círculo más cercano a Joe Adade Boateng estaría compuesto por unas veinte personas pero en las distintas redes sociales virtuales sus seguidores se cuentan por millares: más de 24.000 en TikTok; más de 17.000 en YouTube; más de 5.500 en Instagram; más 4.400 en Twitter y más de 1.000 en Facebook .

A través de esos canales, MI trata temas como la situación de los musulmanes uigures en China, las quemas del Corán en Suecia, la posibilidad de que Alemania prohíba el hiyab en los espacios públicos y, más recientemente, la campaña militar israelí en la Franja de Gaza.

Según la BfV (Bundesamt für Verfassungsschutz / Oficina Federal de Protección de la Constitución), que realiza tareas de inteligencia interior, el discurso de MI y de otros grupos similares «desempeñan un papel importante para el proceso de reclutamiento de organizaciones islamistas y preparan el caldo de cultivo para la radicalización de los jóvenes musulmanes». La BfV considera que el grupo mantiene «cercanía ideológica» con el Hizb ut-Tahrir (HuT, Partido de la Liberación).

De carácter panislámico, HuT fue fundado en Jerusalén en 1953 por el palestino Taqi ad-Din an-Nabhani, ex miembro de los Hermanos Musulmanes. En sus inicios promovió el derrocamiento de los gobiernos del mundo musulmán y su reemplazo por un Estado Islámico bajo la forma de un Califato regido únicamente por la sharia. HuT rechaza el sistema democrático y de manera general la violencia, si bien en parte de su literatura aparece cierta justificación ideológica de la misma y contempla su empleo en conflictos en curso donde los musulmanes están oprimidos.

En 2003, el Ministerio del Interior alemán disolvió HuT y ordenó la confiscación de sus bienes así como los de algunos miembros de su organización.  En 2006, el FSB, Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa, publicó una lista de 17 organizaciones terroristas en la que se incluía a HuT. En enero de 2024 sus actividades fueron prohibidas en el Reino Unido.

Voces en Alemania piden la ilegalización de MI, si bien es una tarea compleja. Navid Wali, de la ONG Violence Prevention Network, que lucha contra el extremismo político, opina que jurídicamente el grupo está bien posicionado y, de la misma manera que los grupos de extrema derecha, conoce las «líneas rojas» de la legislación por lo que busca la mayor proyección posible y que su hipotética ilegalización influiría en la narrativa de «victimización» que promueve MI. Por su parte, Andreas Jacobs, jefe del Departamento para la Cohesión Social de la Fundación Konrad Adenauer, considera que su proscripción sería beneficiosa: «En primer lugar, enviaría un mensaje importante y, en segundo lugar, daría a las agencias de seguridad algo de tiempo para examinar más de cerca sus estructuras y planificar cómo tratar con organizaciones de reemplazo». Asimismo, Andy Grote, senador de Interior y Deportes de la ciudad de Hamburgo, afirmó: «Haremos pleno uso de todos los medios legales, pero las opiniones extremistas no son fundamentalmente ilegales. Es doloroso pero esa es la esencia del Estado de derecho».

El grupo convocó una nueva marcha en Hamburgo el sábado 11 de mayo de 2024, que dio comienzo sobre las cuatro de la tarde de ese día. Los convocantes explicaron que las autoridades les habían prohibido la destrucción de banderas de Israel al no reconocer el derecho a existir de ese país, e hicieron un llamamiento a la instauración de un califato en Alemania y a la segregación por sexos. Tal vez por esto último al evento asistieron únicamente hombres (1.500 según la policía, 6.000 según MI). Estos exhibieron banderas negras sin ningún tipo de inscripción, y pancartas con los lemas: «Verboten» (Prohibido en alemán); «Banned» (Prohibido en inglés); «Zensiert» (Censurado en alemán) y «Censored» (Censurado en inglés).

A través de las redes sociales virtuales compartieron el hashtag #KalifatImNahenOsten (Califato para el Oriente Medio) señalando que el Califato fue «una orden política que condujo a la estabilidad y coexistencia pacífica entre diferentes pueblos del mundo islámico durante 1.300 años» y que «¡ninguno de los gobernantes musulmanes del mundo islámico tiene derecho a existir!». Sutil forma cuanto menos de no sobrepasar las «líneas rojas» de la legislación, defendiendo a su vez la instauración de un califato, aunque sin pedirlo expresamente para Alemania, y planteando el principal postulado de HuT, aunque sin nombrar al grupo.

Casos como el de Muslim Iteraktiv vuelven a poner de manifiesto la complejidad de un sistema que permite movimientos que buscan precisamente la destrucción no solo del propio sistema, sino de todo aquello en lo que se sustenta.

Karl Popper en su obra «La sociedad abierta y sus enemigos» subrayaba: «…la tolerancia ilimitada debe conducir a la desaparición de la tolerancia… Tenemos por tanto que reclamar, en nombre de la tolerancia, el derecho a no tolerar la intolerancia».