Observatorio de atentados yihadistas de agosto de 2024

Policías y servicios de emergencias en las inmediaciones del lugar en el que se produjo el apuñalamiento múltiple en Solingen (Alemania). Imagen: Gianni GATTUS / NonStopNews / AFP

1. Análisis

El aumento de la actividad terrorista de Daesh en Siria e Irak es una tendencia que se está observando desde inicio de año, pero que en los últimos meses ha sido objeto de análisis y de advertencia por parte de diferentes organismos. Sin ir más lejos, el Mando Central de Estados Unidos, más conocido como CENTCOM por su acrónimo en inglés, ya alertó en su informe publicado en julio sobre el hecho de que Daesh había duplicado durante los seis primeros meses de 2024 el número de acciones terroristas en Irak y Siria respecto al mismo período del año anterior. Dicho esto, también es importante señalar que algunas de estas estadísticas son recogidas a partir de comunicados de reivindicación de ataques publicados por la propia organización terrorista. Todo ello sin un mayor respaldo de pruebas empíricas que demuestran la autoría real de estos ataques, lo que implica que el simple hecho de que Daesh emita más comunicados atribuyéndose acciones terroristas, por sí mismo no significa con certeza que estemos ante un aumento real de sus atentados.

No obstante, sí hay otros elementos que también apuntan hacia ese incremento de la actividad terrorista de Daesh. Así se puede apreciar desde el punto de vista de la lucha contraterrorista, ya que durante los últimos meses, tanto Estados Unidos como el gobierno iraquí han realizado grandes esfuerzos en reactivar las operaciones sobre algunos de los bastiones de Daesh. La mejor muestra de ello es que desde que se inició el año, la coalición liderada por Estados Unidos ha realizado más de 200 operaciones contraterroristas, lo que ha permitido abatir a 44 operativos de Daesh y detener a otros 166 miembros.  Muchas de estas operaciones se han dado especialmente sobre el triángulo formado entre Kirkuk-Diyala-Saladino, región que históricamente ha sido considerada como uno de los principales focos de actividad de Daesh. Un ejemplo de ello lo encontramos a finales de agosto cuando se producía una de estas operaciones conjuntas de fuerzas estadounidenses e iraquíes sobre la posición de combatientes de Daesh que acabó con la muerte de una quincena de terroristas. Por su parte, siete soldados estadounidenses resultaron heridos durante la misión.

En cuanto a la forma en la que se está dando esta recuperación de la actividad terrorista de Daesh, cabe señalar que generalmente estos ataques no están siendo ni especialmente sofisticados ni letales, por lo que, si bien es importante tener en cuenta este incremento de la actividad terrorista del grupo, no es necesario ser alarmista ni pensar en una recuperación tal que a corto plazo le permita a la organización terrorista hacerse con el control de alguna gran ciudad.

En otro orden de cosas, Europa ha vuelto a ser escenario una vez más de un ataque de inspiración yihadista. Y de nuevo Alemania ha vuelto a ser el país afectado, al igual que ya ocurrió en el mes de mayo y en junio. En esta ocasión, ha sido la ciudad de Solingen la que ha sufrido un atentado cometido por un joven de 26 años y nacionalidad siria, concretamente nacido en la provincia de Deir-ez-Zor, que apuñaló a varias personas durante un festival de música en el que se celebraba la diversidad, asesinando a tres de ellas (caso de estudio #13). El autor del ataque, quien había solicitado asilo al llegar al país en 2022 y sobre el que la policía ya tenía constancia por sus posicionamientos extremistas, se entregaba a la policía horas después del ataque tras establecerse un complejo dispositivo antiterrorista para dar con él.

Un aspecto especialmente notorio de este ataque es el hecho de que Daesh reivindicase el atentado como una respuesta a modo de venganza por el sufrimiento de la población musulmana en Gaza. Asimismo, la organización terrorista publicó horas después otro comunicado en el que volvía a reivindicar el ataque, acompañándolo en esta ocasión de varias imágenes en las que el supuesto terrorista juraba fidelidad a la organización. Si bien esto apuntaría a una comunicación entre Daesh y el autor del ataque, nada hace pensar una vez más que el grupo terrorista le hubiese instruido o le diese algún tipo de apoyo logístico para perpetrar el atentado.

En cualquier caso, resulta significativo el contexto actual en el que la guerra en Gaza está siendo instrumentalizada por Daesh para atribuirse como propias algunas de las últimas acciones terroristas acontecida durante los últimos meses en Europa, más todavía cuando se ha demostrado que realmente su participación en estos ataques se ha traducido en poco más que el posible influjo ideológico ejercido sobre los verdaderos autores. Tanto es así que precisamente un elemento común en estos comunicados es afirmar que dichas acciones terroristas se dan como respuesta a lo que está ocurriendo en Palestina.

Tanto el repunte de actividad terrorista de Daesh en Siria e Irak como el perfil del atacante del atentado de Solingen apuntan directamente a la estructura central de la organización terrorista, algo que nos obliga a recordar que en estos momentos su franquicia regional en el Khorasan no es la única amenaza existente. Pese a que Daesh Central haya dejado de ser noticia durante los últimos meses, no hay que olvidar que el devenir del grupo tanto en su dimensión local como también en términos globales depende de las decisiones que allí se tomen. Por tanto, es vital que se siga manteniendo el volumen de operaciones contraterroristas tanto en Siria como en Irak para continuar debilitando las estructuras organizativas del grupo, pero sin olvidar que las amenazas más activas y peligrosas residen en estos momentos en África Occidental y en el Khorasan.

Para terminar, a lo largo del último mes se ha producido al menos un atentado de inspiración yihadista que se ha saldado con la muerte al menos de una persona en un total de 15 países, siendo estos: Irak, Siria, Afganistán, Pakistán, Tailandia, Mali, Burkina Faso, Malí, Níger, Nigeria, Camerún, República Democrática del Congo, Somalia, Yemen y Alemania.

2. Metodología

La metodología de la presente investigación tiene como base la búsqueda y el análisis de fuentes abiertas, siendo éstas esencialmente noticias de prensa nacionales e internacionales, informes de instituciones gubernamentales, organizaciones no gubernamentales que trabajan sobre el terreno y comunicados emitidos por los propios grupos terroristas (teniendo en cuenta que la información de éstos no siempre es fiable y siendo contrastada previamente). Dichas fuentes son accesibles al lector y pueden ser consultadas a través del enlace adjuntado en los resúmenes que acompañan a los datos extraídos en cada uno de los casos de estudio registrados. No obstante, existen algunas excepciones en las que se ha decidido no añadir el enlace por motivos de sensibilización y respeto a las víctimas, al tratarse de imágenes que no se considera necesario mostrar.

En la sección que hace referencia a la autoría de los atentados, en determinados casos se puede leer “sin confirmar” junto al nombre de la organización terrorista. Esto sucederá en todos aquellos casos donde ningún medio oficial vinculado a la organización autora haya reivindicado dicho ataque. Pese a la falta de esta confirmación, existen vínculos, modus operandi y características comunes con otros antecedentes que pueden ayudar a determinar la autoría, aunque siempre exista el riesgo de equivocarse en el análisis de la información.

El objetivo último de este observatorio es intentar conocer los máximos casos posibles, sabiendo que resulta imposible plasmar todos ellos por la inaccesibilidad de medios o falta de información en determinadas regiones^[1]. Debido a esta razón, uno de los criterios que debe reunir un atentado para aparecer en esta investigación es que se produzca alguna víctima, dado el escaso (o nulo) eco mediático que tienen aquellos casos en los que por suerte no se producen muertes, excepto en el caso de países occidentales donde sí se incluyen los atentados que no hayan provocado víctimas, así como aquellos otros que presenten unas particularidades propias que requieran su inclusión. El objetivo último es que los datos representados mes a mes permitan mostrar la evolución del yihadismo desde el punto de vista de las organizaciones terroristas suníes que se encuentran bajo el prisma de la yihad global.

Finalmente, se recuerda, como todos los meses, los criterios establecidos a la hora de contabilizar los casos de estudio:

• Atentados que sean perpetrados por organizaciones yihadistas suníes o
• Cometidos por individuos inspirados en su ideología
• Donde al menos se produce una persona fallecida, pudiendo ser el propio terrorista (con las excepciones ya citadas)
• Que estén documentados a través de técnicas OSINT y fuentes contrastadas

3. Tabla con casos de estudio relevantes

[1] A partir del 1 de enero de 2024 únicamente se darán a conocer públicamente aquellos casos de estudio dentro de la base de datos del OIET que resulten relevantes para apoyar las ideas expuestas en los análisis mensuales.