Francia ha establecido un dispositivo de seguridad especial para la celebración de los Juegos Olímpicos de Paris. Imagen: AFP - Stefano Rellandini
Francia ha establecido un dispositivo de seguridad especial para la celebración de los Juegos Olímpicos de Paris. Imagen: AFP – Stefano Rellandini
1. Análisis
El mes de julio ha estado marcado por la persistente amenaza terrorista que esta vez sobrevoló especialmente los dos grandes eventos deportivos mundiales que se celebraban en Europa: la Eurocopa de fútbol de Alemania y los Juegos Olímpicos de París. Ambas competiciones ya habían estado marcadas durante los últimos meses tanto por las noticias relacionadas con los amplios dispositivos de seguridad que se habían organizado de cara a estas dos grandes citas como también por las diversas amenazas difundidas por grupos como Daesh y algunas de sus franquicias territoriales, especialmente el Estado Islámico del Khorasan (IS-K).
Afortunadamente, ninguna de las múltiples amenazas terroristas difundidas sobre estos dos macroeventos se ha materializado en forma de atentados terroristas de gran letalidad. Esto ha sido posible gracias, una vez más, a los esfuerzos en materia antiterrorista que se han realizado especialmente tanto en Alemania como en Francia, países que han contado con apoyo internacional para salvaguardar la seguridad de la población y el normal desarrollo de dichas competiciones.
Este trabajo realizado por las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia de diversos países se refleja en la desarticulación de varias células terroristas y en la detención de individuos radicalizados que tenían clara intención de cometer acciones terroristas. En ese sentido, una de las operaciones más significativas fue la que realizaron las fuerzas especiales alemanas en Potsdam pocas horas antes de que se iniciase la final de la Eurocopa de fútbol entre España e Inglaterra el día 14. Por lo que se conoce hasta la fecha, tres individuos vinculados a Daesh, y que estaban siendo monitorizados desde días atrás por las sospechas que habían generado sus actividades y movimientos, fueron detenidos al mostrar su intención de cometer un atentado sobre Breitscheidplatz, la conocida plaza de la capital alemana que, durante las horas previas al partido, se había convertido en el punto de encuentro para los aficionados ingleses. Precisamente, esa misma plaza fue escenario del atentado de 2016 en el que un terrorista atropelló a decenas de personas que se encontraban en el mercado navideño del mes de diciembre, siendo doce de ellas asesinadas.
Apenas transcurrida una semana de estas detenciones, se dio a conocer otra noticia en relación a la desarticulación de una nueva célula terrorista en una macrooperación policial desarrollada en diferentes ciudades belgas y que finalizó con la detención de siete personas vinculadas a IS-K tras realizarse 14 registros. Según apuntan fuentes de la investigación, los implicados habían planeado cometer diferentes atentados yihadistas en Francia durante el desarrollo de los Juegos Olímpicos de París. Pese a que no se sabe a ciencia cierta cuáles eran los objetivos potenciales específicos, las autoridades creen que todos estos ataques se habrían realizado durante la celebración de diferentes competiciones e infraestructuras, incluyendo entre ellos las instalaciones olímpicas establecidas en varias ciudades del país.
El impacto y la envergadura de esta macrooperación contra el terrorismo yihadista desarrollada en Bélgica fue tal que el ministro del interior francés compareció públicamente el día previo a la inauguración de los Juegos Olímpicos para dar más detalles sobre esta operación y agradecer a las autoridades belgas sus esfuerzos en desbaratar los planes de los terroristas detenidos.
Las dos operaciones comentadas son solo dos de los ejemplos dados a conocer a la opinión pública que ponen de relieve los esfuerzos realizados en materia de contraterrorismo para evitar ataques no solo durante la celebración de los dos citados grandes eventos, sino también para tratar de garantizar la seguridad de los ciudadanos en el día a día. No obstante, la seguridad nunca se puede garantizar completamente y muestra de ello es el ataque de inspiración yihadista que sí se materializó a mediados de mes en la ciudad francesa de Le Mans donde un taxista fue secuestrado y apuñalado más tarde por un individuo radicalizado (caso de estudio #17) que posteriormente afirmó haber cometido la acción como “soldado de Estado Islámico”. Afortunadamente, la persona apuñalada consiguió sobrevivir y el terrorista fue detenido pocas horas después tras su intento de huida, quedando a disposición judicial por delitos de terrorismo. Según fuentes de la investigación, el autor del ataque era seguidor de Estado Islámico, y especialmente de la rama del IS-K.
En otro orden de cosas, Daesh sigue mostrando su capacidad para inspirar ataques por todo el mundo. El ataque cometido en la capital de Omán a mediados de mes es el último ejemplo de ello, ya que hasta entonces, este país no había sufrido ningún atentado perpetrado por este grupo yihadista. La acción terrorista ocurrida en la capital de este país donde fueron asesinadas cinco personas durante el asalto y tiroteo en el interior de una mezquita chií fue reivindicada por Daesh a través de redes sociales, aportando evidencias gráficas de ello (#18). Este ataque pone una vez más de manifiesto la forma en la que el grupo terrorista, pese a la desaparición de su califato yihadista sirio-iraquí continúa manteniendo un elevado protagonismo entre los círculos extremistas mientras que también es capaz de seguir mostrando unos niveles elevados de capacidad operativa. Todo ello se traduce en posibilidades de establecer células durmientes en diferentes regiones del mundo, de enviar terroristas sobre determinados objetivos o de conseguir que individuos radicalizados actúen en su nombre pese a no existir vinculación directa con la organización terrorista.
Para terminar, a lo largo del último mes se ha producido al menos un atentado de inspiración yihadista que se ha saldado con la muerte al menos de una persona en un total de 16 países, siendo estos: Irak, Siria, Afganistán, Pakistán, Tailandia, Mali, Burkina Faso, Benín, Malí, Níger, Nigeria, Camerún, República Democrática del Congo, Somalia, Omán y Francia.
2. Metodología
La metodología de la presente investigación tiene como base la búsqueda y el análisis de fuentes abiertas, siendo éstas esencialmente noticias de prensa nacionales e internacionales, informes de instituciones gubernamentales, organizaciones no gubernamentales que trabajan sobre el terreno y comunicados emitidos por los propios grupos terroristas (teniendo en cuenta que la información de éstos no siempre es fiable y siendo contrastada previamente). Dichas fuentes son accesibles al lector y pueden ser consultadas a través del enlace adjuntado en los resúmenes que acompañan a los datos extraídos en cada uno de los casos de estudio registrados. No obstante, existen algunas excepciones en las que se ha decidido no añadir el enlace por motivos de sensibilización y respeto a las víctimas, al tratarse de imágenes que no se considera necesario mostrar.
En la sección que hace referencia a la autoría de los atentados, en determinados casos se puede leer “sin confirmar” junto al nombre de la organización terrorista. Esto sucederá en todos aquellos casos donde ningún medio oficial vinculado a la organización autora haya reivindicado dicho ataque. Pese a la falta de esta confirmación, existen vínculos, modus operandi y características comunes con otros antecedentes que pueden ayudar a determinar la autoría, aunque siempre exista el riesgo de equivocarse en el análisis de la información.
El objetivo último de este observatorio es intentar conocer los máximos casos posibles, sabiendo que resulta imposible plasmar todos ellos por la inaccesibilidad de medios o falta de información en determinadas regiones[1]. Debido a esta razón, uno de los criterios que debe reunir un atentado para aparecer en esta investigación es que se produzca alguna víctima, dado el escaso (o nulo) eco mediático que tienen aquellos casos en los que por suerte no se producen muertes, excepto en el caso de países occidentales donde sí se incluyen los atentados que no hayan provocado víctimas, así como aquellos otros que presenten unas particularidades propias que requieran su inclusión. El objetivo último es que los datos representados mes a mes permitan mostrar la evolución del yihadismo desde el punto de vista de las organizaciones terroristas suníes que se encuentran bajo el prisma de la yihad global.
Finalmente, se recuerda, como todos los meses, los criterios establecidos a la hora de contabilizar los casos de estudio:
3. Tabla con casos de estudio relevantes
[1] A partir del 1 de enero de 2024 únicamente se darán a conocer públicamente aquellos casos de estudio dentro de la base de datos del OIET que resulten relevantes para apoyar las ideas expuestas en los análisis mensuales.