Observatorio de atentados yihadistas de marzo de 2022

Funeral celebrado en recuerdo de una de las víctimas del doble atentado suicida ocurrido en Somalia el 23 de marzo. Imagen: Reuters

1.Análisis

El fenómeno yihadista continúa su incansable expansión a nivel global alejado de toda la atención mediática que ha sido acaparada por la invasión rusa de Ucrania. Las 845 personas que han sido asesinadas a lo largo del último mes de marzo en el centenar de ataques terroristas documentados y analizados como casos de estudio son la mejor muestra empírica de una amenaza que supone un desafío diario real para la supervivencia de millones de personas que habitan países de regiones tan dispares como el Sahel Occidental, el sur de Asia u Oriente Medio.

La actualidad del último mes viene marcada por el anuncio de Daesh en relación al nombramiento de su nuevo líder: Abu al-Hassan al-Hashimi al-Qurashi. En un comunicado de audio emitido por el portavoz de la organización Abu Omar al-Muhajer se afirmaba que el nuevo líder del grupo pertenece a la generación fundacional de Daesh, sin entrar en detalles mayores sobre su trayectoria o su identidad. No obstante, son varias las voces que se han hecho eco sobre posibles vínculos familiares con alguno de sus dos antecesores, apuntando a que el nuevo califa de Daesh podría ser hermano de Abu Bakr al Bagdadi. Sea como fuere, la opacidad de la información de la que se dispone hasta el momento dificulta un posible análisis sobre quién es esta nueva figura que liderará la organización y, lo que es más importante, conocer cuál será la estrategia a seguir en esta nueva etapa. En este sentido, todo apunta a que Abu al-Hassan mantendrá la línea continuista que venía observándose en los últimos dos años, tratando de dar impulso al proceso de reorganización de fuerzas en el que parece estar inmerso la estructura central de Daesh y que le está permitiendo recuperar parte del protagonismo a medida que aumenta su capacidad para cometer nuevas acciones terroristas tanto en Siria como en Irak. Asimismo, y por si había alguna aparente duda sobre el apoyo que el nuevo líder de la organización podía tener, han sido numerosos los grupos afiliados y franquicias regionales que han renovado el necesario juramento de lealtad, también conocido como bay’ah, mostrando así su fidelidad y compromiso inquebrantable hacia la nueva figura de Daesh. Entre estas agrupaciones se encuentran su filial en Egipto, en el Gran Sahara, en África Occidental y en África Central.

En línea con esta creciente muestra de recuperación de capacidad que se desprende durante los últimos tiempos de la estructura central de la organización se encuentran las réplicas que se han dado respecto a lo ocurrido en la prisión de Hasakah en el mes de febrero, cuando numerosos yihadistas trataron de asaltar este centro penitenciario del que lograron huir varios centenares de miembros de Daesh. Así, durante el último mes han sido varios los intentos de ataque y complots terroristas que han sido desbaratos por miembros de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) sobre esta misma prisión. No hay que olvidar que no pocos de los últimos comunicados emitidos por el Estado Islámico durante los últimos años han hecho llamamientos a la liberación de estas cárceles en las que se encuentran centenares de sus integrantes y que han sido bien respondidos por sus simpatizantes con asaltos sobre prisiones de países como República Democrática del Congo, Filipinas o la propia Siria.

Trasladando el foco de atención hacia el Cuerno de África, el desarrollo de los acontecimientos del último año apunta a un incremento de la actividad terrorista del grupo somalí Al Shabaab. El deseo de esta organización de impedir el normal desarrollo de los procesos electorales sumado a la incapacidad y desinterés gubernamental por alcanzar una estabilidad política está generando un importante deterioro en términos de equilibrio y de seguridad para la ciudadanía.

En base al análisis de diferentes parámetros se puede concluir que estamos ante un cambio de paradigma en lo que concierne a la forma en la que Al Shabaab lleva a cabo sus acciones terroristas durante el período más reciente. Si bien se siguen manteniendo los ataques sobre bases e infraestructuras militares a través de asaltos y emboscadas, cada vez es más frecuente el uso de terroristas suicidas para acometer atentados tanto hacia las fuerzas de seguridad como frente a objetivos civiles. Ejemplo de ello lo encontramos el día 23 de marzo, cuando dos terroristas suicidas se hicieron estallar y acabaron con la vida de medio centenar de personas junto a un hospital de la ciudad de Beledweyne que también ejercía como colegio electoral en el que la ciudadanía podía ejercer su derecho a votar (caso de estudio #74).

Por otro lado, los dos atentados de inspiración yihadista acontecidos en Israel en el último mes también requieren que se focalice la atención sobre ello. Tradicionalmente, y al contrario de lo que pueda pensarse, el territorio de este país ha permanecido alejado de oleadas de atentados yihadistas llevados a cabo o bien por Al Qaeda o más reciente por Daesh. No obstante, las dos acciones terroristas acontecidas en las ciudades de Beersheba (#72) y Hadera (#89) en el plazo de apenas cinco días, y donde fueron asesinados cuatro civiles y dos policías, han hecho saltar todas las alarmas por un posible efecto imitación que lleve a otros individuos a cometer nuevos ataques. De hecho, un tercer ataque se produjo días más tarde a los otros dos atentados, siendo perpetrado por un terrorista palestino que no tenía ningún tipo de vinculación organizativa o ideológica con Daesh, como sí había ocurrido con los autores de los otros anteriores ataques, quienes habían mostrado de forma evidente su alineamiento con esta organización.

Por último, es importante que nos detengamos en el que podría ser el primer atentado de inspiración yihadista de 2022 sobre el continente europeo. Este ataque se habría dado en una prisión de la ciudad francesa de Arles a principios de mes con el resultado de un preso muerto días después de haber sido atacado por otro recluso del centro (#4). El asesinado es el conocido separatista corso Yvan Colonna que cumplía condena perpetúa por delitos de terrorismo. Según apuntan las investigaciones habría sido estrangulado en el gimnasio de la prisión por un ciudadano francés de origen camerunés que cumple condena desde hace varías años tras haber sido detenido por fuerzas estadounidenses en Afganistán, país al que se había desplazado para unirse a grupos yihadistas. El motivo que habría llevado al ataque es una blasfemia hacia el islam y hacia el Profeta. La Fiscalía Nacional Antiterrorista se hizo cargo de la investigación al ser considerado como asesinato terrorista.

Para finalizar, los veinte países en los que se ha producido al menos un atentado de inspiración yihadista en el último mes y que se han saldado con al menos una víctima mortal son: Afganistán, Siria, Irak, Pakistán, India, Tailandia, Egipto, Argelia, Mali, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Camerún, República Democrática del Congo, Somalia, Kenia, Mozambique, Israel y Francia.

2. Metodología

La metodología de la presente investigación tiene como base la búsqueda y el análisis de fuentes abiertas, siendo éstas esencialmente noticias de prensa nacionales e internacionales, informes de instituciones gubernamentales, organizaciones no gubernamentales que trabajan sobre el terreno y comunicados emitidos por los propios grupos terroristas (teniendo en cuenta que la información de éstos no siempre es fiable y siendo contrastada previamente). Dichas fuentes son accesibles al lector y pueden ser consultadas a través del enlace adjuntado en los resúmenes que acompañan a los datos extraídos en cada uno de los casos de estudio registrados. No obstante, existen algunas excepciones en las que se ha decidido no añadir el enlace por motivos de sensibilización y respeto a las víctimas, al tratarse de imágenes que no se considera necesario mostrar.

En la sección que hace referencia a la autoría de los atentados, en determinados casos se puede leer “sin confirmar” junto al nombre de la organización terrorista. Esto sucederá en todos aquellos casos donde ningún medio oficial vinculado a la organización autora haya reivindicado dicho ataque. Pese a la falta de esta confirmación, existen vínculos, modus operandi y características comunes con otros antecedentes que pueden ayudar a determinar la autoría, aunque siempre exista el riesgo de equivocarse en el análisis de la información.

El objetivo último de este observatorio es intentar conocer los máximos casos posibles, sabiendo que resulta imposible plasmar todos ellos por la inaccesibilidad de medios o falta de información en determinadas regiones. Debido a esta razón, uno de los criterios que debe reunir un atentado para aparecer en esta investigación es que se produzca alguna víctima, dado el escaso (o nulo) eco mediático que tienen aquellos casos en los que por suerte no se producen muertes, excepto en el caso de países occidentales donde sí se incluyen los atentados que no hayan provocado víctimas, así como aquellos otros que presenten unas particularidades propias que requieran su inclusión. El objetivo último es que los datos representados mes a mes permitan mostrar la evolución del terrorismo yihadista a partir de la actividad de las distintas organizaciones que lo representan a escala global.

Finalmente, se recuerda, como todos los meses, los criterios establecidos a la hora de contabilizar los casos de estudio:

• Atentados que sean perpetrados por organizaciones yihadistas o
• Cometidos por individuos inspirados en su ideología
• Donde al menos se produce una víctima mortal, pudiendo ser el propio terrorista (con las excepciones ya citadas)
• Que estén documentados por fuentes contrastadas

3. Tabla con casos de estudios documentados