Observatorio de atentados yihadistas de mayo de 2020

Funeral celebrado este mes en Irak tras un atentado de Daesh.

1.Resumen

El fenómeno yihadista continúa manteniendo un mes más los altos niveles de violencia observados durante todo 2020. El número de ataques, un total de 180, representa un nuevo máximo este año, mientras que el de víctimas, al menos 904, se encuentra entre los más elevados.

El vacío de poder surgido en determinados territorios como consecuencia de la crisis sanitaria mundial ha favorecido que las organizaciones terroristas tengan una mayor capacidad de movimiento durante estos últimos meses, algo que favorece el incremento de opciones para perpetrar acciones terroristas, como así se está manifestando. Asimismo, la mayor exposición de policías y soldados en controles de movilidad como consecuencia de la Covid-19 en algunos países, también los expone en mayor medida ante posibles ataques, como ocurrió en Tailandia el día 5 en el que fueron asesinados dos soldados en un puesto de vigilancia (caso de estudio #30). A ello, habría que sumarle que durante el mes de mayo se ha prolongado el Ramadán, siendo de sobra conocido que, durante los últimos años, las organizaciones yihadistas han aprovechado esas semanas tan señaladas para hacer un llamamiento a cometer atentados. Este mensaje es escuchado por no pocos individuos y grupos que deciden pasar a la acción por el incentivo que conlleva realizar ataques durante el mes sagrado.

En cuanto a un análisis pormenorizado de lo ocurrido en el mes de mayo, Afganistán y el Sahel, especialmente su parte occidental, continúan siendo los grandes epicentros de actividad yihadista global. En el país del sur de Asia, pese a los anuncios puntuales en el mes de abril que comentaban la posibilidad de que los talibán no decidiesen iniciar su conocida ofensiva de primavera de cada año como muestra de su deseo de buscar una paz duradera, lo cierto es que la virulencia de sus ataques en mayo sobre fuerzas afganas y población civil ponen muy en cuestionamiento esta idea. Los 89 ataques atribuidos a este grupo son un ejemplo de ello. Asimismo, la situación actual es lo bastante frágil como para que, a todo ello, haya que sumar los intentos de sabotear cualquier atisbo de entendimiento entre las autoridades afganas y los talibán por parte de la franquicia regional de Daesh para este país, que opera bajo el nombre de Wilayat Khorasan, a través de atentados deleznables. Pese a que este grupo no asumió la autoría, con la clara idea de que existan dudas que vinculen a los talibán con esta acción, todo apunta a que fue tres terroristas de este grupo fueron los responsables de la matanza ocurrida en una sala de maternidad en la capital de Kabul el día 12, donde un total de 24 personas, la mayoría de ellas madres y bebés recién nacidos, fueron asesinadas (#63). Algo similar ocurre con los repetidos ataques que se han dado a lo largo del mes en el exterior de varias mezquitas, siendo asesinadas decenas de personas que esperaban a la hora del rezo o a la salida del mismo. Pese a que existen mayores evidencias de que estos ataques son perpetrados por miembros talibán, también cabe la posibilidad de que se trate de una estrategia de la franquicia de Daesh para desestabilizar la situación.

En cuanto al Sahel, el área de la trifrontera entre Burkina Faso, Mali y Níger continúa siendo el foco principal de esta región. La presencia y capacidad expansiva de dos de las mayores franquicias regionales tanto de al Qaeda, a través de JNIM, como de Daesh, con el Estado Islámico del Gran Sahara (EIGS), es un serio problema en términos securitarios. Los enfrentamientos armados que se produjeron en el último mes entre ambas facciones han seguido dándose en mayo, aunque a una escala considerablemente menor. Mientras, en la región del lago Chad preocupa especialmente el resurgir de Boko Haram, un grupo que durante los últimos años se había limitado a llevar a cabo incursiones sobre poblados y aldeas. Sin embargo, en lo que ha transcurrid de 2020 se observa cómo han incrementado los ataques contra las fuerzas policiales y militares de países como Nigeria, Níger, Chad y Camerún. Esta situación ha obligado a las fuerzas antiterroristas a llevar a cabo operaciones de gran envergadura en la que cientos de terroristas vinculados con este grupo han sido abatidos o arrestados durante los últimos meses.

Por último, si bien Europa no ha sido escenario de ninguna acción terrorista inspirada en la ideología del salafismo yihadista durante este último mes, Estados Unidos sí que parece haber sufrido una, la ocurrida el 21 de mayo en la base aérea de Corpus Christi en Texas (#132). Un joven disparó contra varios soldados en una de las puertas de acceso a la base, siendo abatido por estos y sin llegar a provocar víctimas. Las autoridades estadounidenses están investigando como terrorismo lo ocurrido y todo apunta a que este joven era un simpatizante de al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), como muestran algunas de sus publicaciones en redes sociales. No hay que olvidar que en diciembre de 2019 se produjo un ataque similar en la también base estadounidense de Pensacola, siendo reivindicada la acción por AQPA.

Dieciocho han sido los países que han sido escenario de al menos un atentado de inspiración yihadista durante el mes de mayo: Afganistán, Siria, Irak, Pakistán, India, Filipinas, Tailandia, Mali, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Camerún, Chad, Somalia, República Democrática del Congo, Mozambique y Estados Unidos.

2.Metodología

La metodología de la presente investigación tiene como base la búsqueda y el análisis de fuentes abiertas, siendo éstas esencialmente noticias de prensa nacionales e internacionales, informes de instituciones gubernamentales, ONG’s que trabajan sobre el terreno y comunicados emitidos por los propios grupos terroristas (teniendo en cuenta que la información de éstos no siempre es fiable y siendo contrastada previamente). Dichas fuentes son accesibles al lector y pueden ser consultadas a través del enlace adjuntado en los resúmenes que acompañan a los datos extraídos en cada uno de los casos de estudio registrados. No obstante, existen algunas excepciones en las que se ha decidido no añadir el enlace por motivos de sensibilización y respeto a las víctimas, al tratarse de imágenes que no se considera necesario mostrar.

En la sección que hace referencia a la autoría de los atentados, en determinados casos se puede leer “sin confirmar” junto al nombre de la organización terrorista. Esto sucederá en todos aquellos casos donde ningún medio oficial vinculado a la organización autora haya reivindicado dicho ataque. Pese a la falta de esta confirmación, existen vínculos, modus operandi y características comunes con otros antecedentes que pueden ayudar a determinar la autoría, aunque siempre exista el riesgo de equivocarse en el análisis de la información.

El objetivo último de este observatorio es intentar conocer los máximos casos posibles, sabiendo que resulta imposible plasmar todos ellos por la inaccesibilidad de medios o falta de información en determinadas regiones. Debido a esta razón, uno de los criterios que debe reunir un atentado para aparecer en esta investigación es que se produzca alguna víctima, dado el escaso (o nulo) eco mediático que tienen aquellos casos en los que por suerte no se producen muertes, excepto en el caso de países occidentales donde sí se incluyen los atentados también que no hayan provocado víctimas. El objetivo último es que los datos representados mes a mes permitan mostrar la evolución del terrorismo yihadista a partir de la actividad de las distintas organizaciones que lo representan a escala global.

Finalmente, se recuerda, como todos los meses, los criterios establecidos a la hora de contabilizar los casos de estudio:

• Atentados que sean perpetrados por organizaciones yihadistas o
• Cometidos por individuos inspirados en su ideología.
• Donde al menos se produce una víctima, pudiendo ser el propio terrorista.
• Que estén documentados por fuentes abiertas contrastadas en medios u organizaciones nacionales o internacionales.

3. Tabla con casos de estudios documentados