Noticia 31/2021
El pasado martes, un terrorista suicida sorprendió al campo de entrenamiento militar General Degabán en Mogadiscio donde colaboran las fuerzas armadas somalíes y turcas, también conocido como Camp Turksom. El ataque se cobró la vida de al menos 15 personas, mientras otra veintena resultaron heridas. El día de los hechos se celebraba la ceremonia de reclutamiento de personal al ejército, estallando el terrorista suicida en el momento en el que docenas de nuevos reclutas pasaban por el control de seguridad. Posteriormente al ataque, el grupo terrorista Al Shabaab reivindicó su autoría, aunque la organización islamista calculó un balance de víctimas mucho mayor: al menos 40 muertos y 50 heridos. Esto no debe sorprender, ya que es un hecho recurrente que los grupos terroristas inflen sus números a la hora de contabilizar las víctimas provocadas en sus ataques, siendo Daesh el mayor exponente en este sentido.
Este campo de entrenamiento ha sufrido anteriormente ataques indiscriminados contra sus bases, llevando abierto desde 2017, por lo que se prevé que aumenten las medidas de seguridad en aquellos emplazamientos donde colaboren fuerzas locales y extranjeras.
El modus operandi corresponde al de Al Shabaab, quien a menudo se sirve del terrorismo suicida contra las fuerzas de seguridad y la población civil para llevar a cabo sus objetivos. De hecho, el ataque ocurre días después de que las fuerzas militares somalíes abatieran a varios militantes de Al Shabaab en las regiones de Hirán y Middle Shabele, en el centro del país.
Este movimiento contra soldados que están a punto de incorporarse al ejército somalí puede traducirse en una estrategia de disuasión de la milicia islamista, avisando de lo que está por venir si deciden unirse a las filas de la armada, en un contexto donde cada vez más jóvenes están voluntariamente ofreciéndose a servir al ejército. También es revelador el hecho de que esta base militar alberga a menudo entrenamientos conjuntos entre la armada local y las fuerzas militares turcas, siendo Turquía un Estado que ha desplegado serios esfuerzos e inversiones en el país del Cuerno de África. Se espera que las relaciones bilaterales intensificadas entre ambos países durante los últimos años permita una colaboración más estrecha en materia de seguridad, en vista de los recientes ataques a bases militares conjuntas donde han fallecido varios soldados de nacionalidad turca. Precisamente Turquía mantiene una muy buena relación con las autoridades somalíes desde hace varios años cuando estableció una alianza tanto en términos comerciales y empresariales como también en lo relativo a la defensa y al terreno militar. Es por este motivo que diferentes intereses y personal turco han sido objetivo de atentados terroristas de al Shabaab durante los últimos tiempos.