Casos de estudio Magreb y Sahel junio 2024
Disminución cuantitativa de los ataques en África Occidental durante el mes de junio que contrasta con el aumento cualitativo de estos a consecuencia de varios ataques a gran escala por parte de JNIM y sus afiliados, especialmente en Burkina Faso. La amenaza sigue siendo alta, incrementándose más de un 8% el número de víctimas tanto civiles (273) como militares (731).
Las claves del mes:
Análisis de las regiones de estudio
A continuación, se ofrece un análisis de la actividad de carácter yihadista en cada una de las zonas de estudio a lo largo del mes de junio de 2024.
Sahel Occidental
A pesar de la disminución en la frecuencia de ataques, Burkina Faso lidera en términos absolutos el volumen de acciones terroristas durante el mes de junio (49). De particular gravedad es la cifra del número de fallecidos en esta ocasión, que ha ascendido en más de un 20% hasta situarse en las 725 víctimas mortales, más de un 70% del total de víctimas en la región.
Burkina Faso se ha enfrentado a un mes extremadamente violento con graves consecuencias en términos de bajas humanas y pérdidas materiales. Ha registrado hasta ocho ataques de impacto alto, cuya media ha sido de más de 57 víctimas mortales contra objetivos esencialmente de fuerzas de seguridad y milicias de autodefensa. El ataque más significativo tuvo lugar el 11 de junio, cuando militantes de la Katiba Hanifa (JNIM) asaltaron la base militar de Mansila en Yagha, al noreste del país (caso de estudio #41). Esta acción resultó en la muerte confirmada de al menos 114 soldados y varias decenas de heridos y desaparecidos. Los elementos de JNIM se apoderaron de una gran cantidad de armas y equipo, dejando en entredicho la labor de las fuerzas del orden y evidenciando una gran vulnerabilidad de éstas en la zona. Hasta la fecha, este ataque constituye uno de los más violentos perpetrado por JNIM. La organización no solo reclamó la responsabilidad del ataque sino que, en un video no oficial, mostró las armas capturadas y a siete soldados prisioneros.
Además de Mansila, otras acciones significativas incluyeron múltiples ataques en Djibo y Partiaga. En este último, ocurrido varias semanas después del asalto a Mansila, cientos de terroristas, también de la Katiba Hanifa, perpetraron un ataque contra la base militar y de los VDP en Partiaga (Tapoa), que se saldó con la muerte de más de 78 personas entre soldados, milicias de autodefensa y civiles (caso de estudio #111). El daño contra la localidad fue considerable, evidenciando cómo los diferentes subgrupos de AQMI/JNIM cuentan con una capacidad cada vez más fuerte a la hora de ejercer un daño masivo a fuerzas de seguridad y personal civil.
En esta ocasión, Mali cuenta con un volumen mayor de ataques en términos comparativos con el análisis anterior, aunque con menor letalidad si se compara con las dinámicas burkinesas. Se registraron un total de 27 ataques, la mayoría de ellos de bajo impacto, dirigidos principalmente contra personal civil en las regiones de Mopti y Gao. Una de las acciones más destacadas tuvo lugar el 14 de junio en Delimane, donde militantes de Estado Islámico en el Sahel llevaron a cabo un ataque complejo que incluyó un coche bomba suicida contra una patrulla de las fuerzas armadas malienses (FAMa) y las fuerzas de Wagner. Las fuerzas malienses lograron destruir el vehículo bomba a distancia, aunque cinco soldados resultaron heridos, dos de ellos de gravedad. Operaciones posteriores cosecharon un éxito considerable, abatiendo a 32 militantes e incautando armamento y equipo explosivo improvisado.
Otro hecho destacable ocurrió el mismo día, al anunciar JNIM una operación contra Abdel Aziz Maza, uno de los comandantes de EI Sahel en Fitili (Gao), a través de un vídeo donde también se mostraba un dispositivo de la empresa Starlink, propiedad de Elon Musk.
En Níger, el escenario de seguridad experimenta una mejoría con respecto a análisis anteriores, disminuyendo a más de la mitad el número de ataques (6). Estado Islámico capitaliza la mayoría de las acciones violentas, aunque es JNIM el autor del ataque que se ha saldado con la mayor parte de las víctimas mortales. Al menos 47 fuerzas de seguridad habrían perdido la vida en un ataque perpetrado por cerca de 200 terroristas de la Katiba Hanifa en Tassia, Tillabéri (caso de estudio #94). El número de fallecidos podría aumentar ya que se encontraban 150 personas presentes en el campo durante el ataque y varias familias todavía no cuentan con información sobre algunos de sus seres queridos.
La evolución de JNIM, especialmente de su rama Katiba Hanifa, a lo largo de gran parte del espacio fronterizo entre Burkina Faso y Níger plantea serias dudas sobre la efectividad de las fuerzas antiterroristas desplegadas en la zona. Todos los ataques regionales de alto impacto registrados en este análisis han sido atribuidos a JNIM y sus afiliados, lo cual indica un riesgo significativo de que un solo grupo pueda capitalizar la violencia en la amplia región fronteriza compartida por ambos países. Además de representar una amenaza inmediata para la seguridad, estos eventos apuntan a una creciente instrumentalización del poder y la capacidad de gobernanza por parte de JNIM en áreas que tradicionalmente no estaban bajo su influencia directa o se encontraban en disputa, extendiéndose más allá del eje de influencia que tradicionalmente se había concentrado en buena parte de Mali y Burkina Faso.
Lago Chad
Nigeria vuelve a ver intensificadas sus dinámicas de violencia, casi doblando el volumen de ataques (13) con respecto al mes anterior (7). El balance de víctimas repunta considerablemente a consecuencia del aumento de las acciones violentas, ascendiendo hasta los 87 muertos y casi duplicando también el registro de fallecidos del análisis anterior (48).
Los recientes acontecimientos en el flanco noreste evidencian la complejidad del escenario de seguridad nigeriano, caracterizado por operaciones militares continuas contra ISWAP y Boko Haram. En esta ocasión, el ejército ha continuado su campaña de limpieza de combatientes terroristas en torno al lago Chad y el bosque de Sambisa en el estado de Borno. Entre los logros recientes se incluyen incursiones en campamentos de ISWAP en las áreas de Bama, Marte y Ngala, que se saldaron con un número significativo de bajas entre los insurgentes. Las tropas también lograron destruir varios campamentos de ISWAP y rescataron a rehenes en operaciones cerca del lago Chad.
A pesar de estos avances, ISWAP sigue representando una amenaza por su elevada letalidad tanto contra objetivos militares como contra civiles, llevando a cabo acciones de gran envergadura para mantener su influencia en la zona. Uno de los ataques más notorios tuvo lugar en Doro Naira (Kukawa, Borno), donde elementos de ISWAP congregaron aproximadamente a 100 civiles para posteriormente abrir fuego contra ellos (caso de estudio #29).
Por su parte, el ataque de mayor importancia cualitativa para este análisis, presumiblemente perpetrado por combatientes de ISWAP, tuvo lugar en la localidad de Gwoza a través de cuatro suicidas (tres mujeres y un hombre), que hicieron estallar artefactos explosivos en varios puntos de la localidad y acabaron con la vida de al menos 32 civiles (caso de estudio #108). Las explosiones coordinadas apuntaron a una boda, al funeral posterior de las víctimas y a un hospital, causando conmoción y una condena generalizada. El presidente Bola Tinubu denunció los ataques como actos de terrorismo y prometió tomar duras represalias contra los responsables.
La actividad yihadista se estabiliza en Camerún, tanto en número de ataques (16) como en volumen de víctimas (24). El groso de las acciones violentas se concentra contra civiles, aunque la totalidad de éstas son de impacto bajo. Esencialmente, el fin de estas acciones busca abastecer de recursos a los combatientes operativos en la división Extremo-Norte, lo cual no está resultando una tarea sencilla teniendo en cuenta las constantes contraofensivas de las fuerzas de seguridad camerunesas a los ataques terroristas, cuyas fuerzas de intervención rápida han conseguido abatir a algunos militantes en el momento de las emboscadas en esta ocasión.
En el Golfo de Guinea, se han sucedido hasta tres ataques que han causado un total de 12 víctimas mortales. Benín lidera la comparativa regional, registrando dos ataques que se han saldado con un total de siete y una víctimas mortales (casos de estudio #14 y #54 respectivamente). El de mayor letalidad se produjo a principios de mes en forma de emboscada a manos de JNIM a seis kilómetros al sur de la base de Yangouali, muy cerca de la frontera con Burkina Faso, de donde procedían los combatientes. Los siete soldados que patrullaban la zona perdieron la vida, y los terroristas les sustrajeron armas, las motocicletas con las que se desplazaban y equipamiento. Por su parte, Togo sufrió un atentado en forma de artefacto casero que estalló en la localidad de Bonzougou, cerca de Mango (Savanes). Perdieron la vida los cuatro civiles que se toparon con el artefacto a su paso, incluyendo dos niñas y un maestro. El hecho de que las incursiones y ataques se hayan registrado en áreas como Oti, al sur de la región de Savanes, puede indicar una expansión geográfica de la actividad terrorista, que se podrá ver confirmada o desmentida con el tiempo.
Magreb
Continúa una baja actividad yihadista registrada en el Magreb. El único evento destacable sucedió el 24 de junio en Meshtat Al-Gara (región de Ain Defla), durante una operación de limpieza en la que militares abatieron a un presunto militante de AQMI e incautaron un AK-47, una revista y unos binoculares.
Perspectiva regional
El escenario de seguridad en el Sahel se reconfigura a pasos agigantados por los múltiples actores externos que interactúan, persiguiendo su propia cartera de intereses estratégicos y políticos. La reciente visita del ministro de Relaciones Exteriores de Rusia Sergei Lavrov a Uagadugú confirma el compromiso de Moscú de fortalecer militarmente a la región y mantenerse como su socio estratégico, lo cual contrasta sustancialmente con la retirada diplomática de Suecia tanto de Uagadugú como de Bámako hacia Dakar. Occidente continúa ajustando su estrategia regional en un entorno donde Mauritania y Senegal son los únicos países que todavía mantienen lazos estrechos con sus socios occidentales. El acercamiento a Rusia del trío del Sahel compuesto por Mali, Níger y Burkina Faso -a través de acuerdos en distintos ámbitos, especialmente en seguridad y defensa-, la salida de Estados Unidos de Níger y la inminente salida de Francia de Chad determinan la actual geopolítica regional.
En el entorno político, la Alianza de Estados del Sahel, liderada por el coronel Assimi Goïta, rechazó recientemente regresar a la CEDEAO e inició un nuevo capítulo en la cooperación militar entre estos tres, mientras que la CEDEAO reafirmó su influencia en Abuja renovando el mandato del presidente nigeriano Bola Tinubu. Esta dinámica de alianzas y agrupaciones no busca reflejar la búsqueda de seguridad colectiva sino competir por la influencia regional en un entramado donde cada vez se admite menos acuerdos puntuales o intereses comunes entre las dos partes.
Parte de este problema de entendimiento bilateral también tiene su explicación en la presencia de empresas militares privadas como Sadat en el Sahel, operativa en Mali y potencialmente en Níger, así como la consolidación de actores como Wagner en Libia y la llegada de fuerzas militares de África Oriental a la zona. Sadat, al igual que Wagner, emplea mercenarios que aseguren activos económicos y apoye a regímenes aliados, mostrando cómo las empresas privadas se han convertido en extensiones útiles de las políticas exteriores de sus países de origen.
Finalmente, digno de mención es la extensión del conflicto en Ucrania a través del fortalecimiento de la presencia diplomática ucraniana en varios países de África Occidental. Siendo entendida como una propuesta para contrarrestar la influencia rusa en la región, esto acaba de evidenciar la competencia global que experimenta el Sahel en estos momentos.