Análisis jóvenes investigadores 9/2020
David Martí
La Oficina de Contraterrorismo estadounidense publicó el 24 de junio del presente año el informe sobre terrorismo en 2019 de Afganistán. Este informe declaraba, entre otros temas, que los Talibán y la Red Haqqani incrementaron los ataques terroristas dirigidos a la población afgana, oficiales del gobierno y miembros de la comunidad internacional. Asimismo, se afirmaba que la franquicia regional de Daesh en este país continuó atacando a civiles, en especial a miembros de religiones minoritarias, y se concluía que distintas organizaciones, tales como Al Qaeda y su filial Al Qaeda en el Subcontinente Indio (AQSI) o el brazo pakistaní de los grupos talibán conocido como Tehrik e Taliban Pakistan (TTP) continuaron utilizando la región fronteriza entre Afganistán y Pakistán como refugio.
Bajo un clima de crecimiento exponencial de la violencia y con cada vez una mayor presencia de grupos terroristas sobre el país, el pasado 29 de febrero de 2020 en Doha se firmó el “Acuerdo para llevar la paz a Afganistán” que establecía cuatro pilares fundamentales para el futuro del país:
El acuerdo se divide en tres partes en la que se detallan ampliamente los puntos esenciales anteriormente nombrados:
Desde el primer momento, uno de los principales problemas que se achacó a este acuerdo era que los talibán no iban a conseguir romper las relaciones con grupos terroristas tan fácil. La Red Haqqani es un socio muy importante de los talibán y la relación con Al Qaeda ha existido durante décadas. Asimismo, AQSI está tan mimetizado con los grupos talibán hasta el punto de que varias de las detenciones que han sufrido sus miembros se ha producido sobre el suelo afgano[2]. Estas preocupaciones acabaron por confirmarse cuando la ONU en junio afirmó que los talibán seguían manteniendo lazos con el grupo terrorista Al-Qaeda y que altos cargos seguían presentes en Afganistán a pesar de los compromisos firmados anteriormente. Además, comunicaron que los grupos talibán habían consultado regularmente con Al-Qaeda durante las negociaciones con Estados Unidos y les ofrecieron garantías de que honrarían sus lazos históricos. Los Talibán respondieron al informe declarándolo como falso y afirmando que estaban comprometidos a cumplir con el acuerdo firmado en Doha[3].
Por otro lado, y al igual que Estados Unidos firmó un acuerdo con los talibán, el 9 de marzo de 2020 se publicó una declaración conjunta entre la República Islámica de Afganistán y los Estados Unidos para conseguir la paz en dicho país. En ella se plasma que tanto el gobierno afgano como el estadounidense estaban comprometidos a trabajar conjuntamente para alcanzar un acuerdo de paz sólido que finalice la guerra en Afganistán y beneficie al país, contribuyendo a la estabilidad regional y seguridad global. Esta declaración conjunta presenta tres partes en las que se plasman los compromisos por parte de ambos gobiernos:
¿Por qué no formó parte Kabul del acuerdo con los Talibán?
Una de las grandes críticas que se ha hecho al papel intermediador de Estados Unidos es que el gobierno afgano presidido por Ashraf Ghani no ha tenido ningún papel en la elaboración del acuerdo con los talibán. Aunque Estados Unidos mantenía a Ashraf Ghani informado acerca de las negociaciones con los talibán, este fue alarmándose al ver que las conversaciones prosperaban y atacaba diciendo que estaban siendo excluidos de las negociaciones por el futuro de su propio país[5].
El primer motivo por el que el presidente afgano no fue partícipe del acuerdo podría estar relacionado con el hartazgo de la Casa Blanca ante las evasivas del gobierno afgano y decidió comenzar las negociaciones con los Talibán motu proprio. El segundo motivo de que se mantuvieran excluidos de este acuerdo bilateral, y con mayor peso, fue que los talibán insistieron en ello y argumentaron que el gobierno por aquel entonces no era legítimo, puesto que era un gobierno títere de Estados Unidos.
La no representación del gobierno afgano en estas negociaciones complicó posteriormente el acuerdo, ya que en él se firmó el intercambio de prisioneros talibán para reforzar la confianza y el gobierno afgano defendió que no estaban obligados a liberar a ningún prisionero puesto que eran terroristas[6].
La evolución del acuerdo
El 28 de septiembre de 2019 se celebraban las elecciones presidenciales en Afganistán. Durante el proceso electoral que se desarrolló se dieron irregularidades, acciones violentas en los centros de votación y fraude electoral. Tras meses de incertidumbre, el 17 de mayo, Ashraf Ghani y Abdullah Abdullah firmaron un acuerdo donde compartían ambos el poder político. Se acordó que Ghani mantendría la posición de presidente, pero nombrarían por igual al mismo número de ministros y Abdullah, que se convertiría en jefe ejecutivo, se encargaría del proceso de paz con los talibán[7].
El Secretario de Estado, Mike Pompeo, felicitó a ambos líderes por llegar a un acuerdo conjunto y pidió que se evitase la demora del comienzo de las negociaciones afganas, así como la liberación de los prisioneros acordados para construir y reforzar la confianza. El acuerdo entre ambos políticos llegó en un momento donde el nivel de violencia era insostenible. En este sentido, la embajadora estadounidense Alice Wells afirmó que cuanto antes se sentasen ambas partes a negociar, antes se reduciría la violencia y antes se liberaría a los prisioneros[8]. El 1 de junio en rueda de prensa, el embajador Zalmay Khalilzad, representante especial para la reconciliación, declaró que desde el cese de las hostilidades durante tres días entre el gobierno afgano y los Talibán que se dio el 24 de mayo, la violencia fue relativamente baja y el número de combatientes e insurgentes liberados hasta ese momento fue de alrededor de 2.400 por parte del gobierno afgano y los Talibán liberaron más de 400 efectivos afganos. En cuanto a la cuestión de cómo Estados Unidos iba a comprobar que los talibán cumpliesen lo acordado y cortasen lazos con Al-Qaeda, Zalmay Khalilzad respondió que un equipo especializado supervisa de cerca a los Talibán comprobando que se estuviese cumpliendo con todo lo estipulado y que estaban luchando contra el Daesh, cumpliendo así con uno de los compromisos firmados en el acuerdo[9]. La realidad parece bien distinta, ya que la muerte de Abu Muhsin al-Masri, uno de los grandes líderes de al Qaeda, tras una operación de las fuerzas afganas en la provincia de Ghazni en el mes de octubre, pone de manifiesto que los talibán continúan dando cobijo a Al Qaeda.
Pasados los meses de verano, el embajador realizó una rueda de prensa el 11 de septiembre para informar que al día siguiente comenzarían las negociaciones afganas en Doha, Qatar. Unas negociaciones que estaban estipuladas para el 10 de marzo y que se inició con medio año de retraso como consecuencia de las dificultades ya comentadas. En esa otra rueda de prensa actualizó numerosos temas que comprometían el acuerdo talibán. En cuanto al proceso de negociación se acordó que no habría ningún mediador internacional y que serían ambas partes únicamente las que negociasen el futuro de su propio país. Por otro lado, tras finalizar con éxito el intercambio de prisioneros, la prensa internacional se preguntaba cómo Estados Unidos había podido convencer al gobierno afgano de la liberación de los 5.000 prisioneros talibán. El embajador eludió la pregunta y justificó este primer proceso como el paso más importante del acuerdo, puesto que el gobierno de Afganistán tenía en sus prisiones más de 13.000 talibán, y afirmó que el intercambio era una medida para demostrar confianza en ambas partes, tal y como se había reiterado en numerosas ruedas de prensa anteriores. En cuanto a las revisiones de las sanciones a los talibán, el embajador declaró que el acuerdo tiene una hoja de ruta que cumplir y que estas no se llevarían a cabo hasta que no comenzasen las negociaciones. Además, comentó que en la primera fase se retirarían 8.600 soldados de Afganistán, incluyendo también a los aliados de la Coalición. Actualmente nos encontramos en la fase dos, que dura hasta finales de noviembre donde retirarán alrededor de 4.500 tropas[10].
Dos semanas después, el embajador dio otra rueda de prensa. En ella explicó que, desde el momento en el que se firmó el acuerdo talibán, dicho grupo ha instruido a sus fuerzas para abstenerse de atacar objetivos estadounidenses o aliados y que no había habido desde entonces ningún americano muerto en territorio afgano por ataque talibán. Por otro lado, manifestó que, en los primeros días de negociación afgana, se comenzaron a construir las relaciones y a establecer las reglas. De igual modo, explicó que no hay ninguna garantía de que se llegue a un acuerdo exitoso, puesto que las diferencias entre los talibán y el gobierno afgano están profundamente arraigadas desde hace años.
¿Por qué los Talibán apoyaron a Trump en las elecciones?
La razón por la que los grupos talibán respaldaron la candidatura presidencial de Trump para la reelección a la presidencia de Estados Unidos no es otra que el deseo de que Washington cumpla con los compromisos de retirarse del país El portavoz de los Talibán, Zabihullá Muyahid, manifestó en la CBS que “Trump va a ganar las próximas elecciones porque él mismo ha demostrado ser un político que cumple las grandes promesas que ha hecho al pueblo estadounidense” y añadió también que “pensamos que la mayoría de la población americana está cansada de los fracasos económicos y las mentiras políticas, y confiamos en Trump porque es eficaz y puede controlar la situación interna del país”[11]. El portavoz de la campaña de Trump, Tim Murtaugh, reaccionó ante tales declaraciones afirmando que “rechazamos el apoyo y los talibán deberían saber que el presidente siempre protegerá los intereses propios por cualquier medio necesario”[12] Por su parte, el pasado septiembre se preguntó a Joe Biden si respaldaba el plan de Trump para retirar las tropas estadounidenses en Afganistán y respondió que sí, siempre y cuando hubiese un plan para lidiar con Daesh.
Tras la victoria de Biden en las elecciones presidenciales podría darse un nuevo escenario para Afganistán, si bien es cierto que la retirada militar completa parece inevitable puesto que sirve a los intereses (elimina riesgos para el personal estadounidense, reduce las cargas y se conservan recursos) de Estados Unidos y presiona, de esta forma, a las potencias cercanas a invertir más en la estabilidad de Afganistán. No obstante, la retirada de los soldados estadounidenses y de sus aliados puede facilitar el avance talibán sobre el territorio afgano. En los últimos años, se ha visto cómo las fuerzas de seguridad locales son incapaces por sí mismas de hacer frente a la amenaza terrorista y los talibán son conscientes de ello. El tiempo juega a su favor y no debería sorprender que lanzaran una ofensiva para conquistar Kabul en el momento en el que las tropas internacionales hayan abandonado el país.
[1] Department of State. Agreement for Bringing Peace to Afghanistan Between the Islamic Emirate of Afghanistan Which Is Not Recognized by the United States as a State and Is Known as the Taliban and the United States of America. 29 de febrero de 2020 [en línea]. 2020.Disponible en: https://www.state.gov/wp-content/uploads/2020/02/Agreement-For-Bringing-Peace-to-Afghanistan-02.29.20.pdf
[2] CALVO, Gaudi. Afganistán: El Talibán y al Qaeda, amistades peligrosas. America Latina en movimiento [en línea]. 2020. Disponible en: https://www.alainet.org/es/articulo/205112
[3] La ONU afirma que los talibanes mantienen lazos con Al Qaeda. Sputnik Mundo [en línea]. 2020. Disponible en:https://mundo.sputniknews.com/oriente-medio/202006021091618131-la-onu-afirma-que-los-talibanes-mantienen-lazos-con-al-qaeda/
[4] Department of State. Joint Declaration Between the Islamic Republic of Afghanistan and the United States of America for Bringing Peace to Afghanistan. 29 de febrero de 2020 [en línea]. Disponible en: https://www.state.gov/wp-content/uploads/2020/02/02.29.20-US-Afghanistan-Joint-Declaration.pdf
[5] IRIARTE, Daniel. No habrá paz en Afganistán: los agujeros del acuerdo entre Trump y los talibanes. El Confidencial [en línea]. 2020. Disponible en: https://www.elconfidencial.com/mundo/2020-03-03/afganistan-los-agujeros-trump-talibanes_2476971/
[6] FARR, Grant. The Afghan Peace Agreement and Its Problems. E-INTERNATIONAL RELATIONS [en línea]. 2020. Disponible en: https://www.e-ir.info/2020/04/06/the-afghan-peace-agreement-and-its-problems/
[7] Afghanistan: Ghani and Abdullah sign power-sharing deal. ALJAZEERA [en línea]. 2020. Disponible en: https://www.aljazeera.com/news/2020/5/17/afghanistan-ghani-and-abdullah-sign-power-sharing-deal
[8] Department of State. Online Press Briefing with Ambassador Alice G. Wells, Acting Assistant Secretary, Bureau of South and Central Asian Affairs [en línea]. Disponible en:https://www.state.gov/online-press-briefing-with-ambassador-alice-g-wells-acting-assistant-secretary-bureau-of-south-and-central-asian-affairs/
[9] Department of State. Briefing with Special Representative for Afghanistan
[10] Department of State. Briefing With Special Representative for Afghanistan Reconciliation Ambassador Zalmay Khalilzad on the Afghanistan Peace Negotiations [en línea]. Disponible en:https://www.state.gov/special-representative-for-afghanistan-reconciliation-ambassador-zalmay-khalilzad-on-the-afghanistan-peace-negotiations/
[11] YOUSAFZAI, Sami. The Taliban on Trump: «We hope he will win the election» and withdraw U.S. troops. CBSNEWS [en línea]. 2020. Disponible en: https://www.cbsnews.com/news/taliban-on-trump-we-hope-he-will-win-the-election-withdraw-us-troops/
[12] SORACE, Stephen. Trump campaign rejects Taliban support for 2020 reelection. FOX NEWS. [en línea]. 2020. Disponible en: https://www.foxnews.com/politics/trump-campaign-taliban-2020-election-afghanistan
*El Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo no se hace responsable de las opiniones vertidas por los autores de los artículos publicados.