Observatorio de Atentados Yihadistas de mayo de 2019

Soldados nigerianos muestran una bandera de Daesh.

1. Introducción y metodología

A lo largo del mes de mayo se ha documentado una intensa actividad por parte de organizaciones yihadistas o individuos que operan bajo el influjo de su ideología. El resultado de ello es que al menos han muerto 823 personas en los 151 ataques registrados en 23 países (Irak, Siria, Afganistán, Pakistán, Tajikistán, India, Bangladés, Tailandia, Filipinas, Yemen, Libia, Mali, Burkina Faso, Benín, Nigeria, Níger, Camerún, Chad, Congo, Kenia, Somalia, Mozambique y Francia).

Una posible explicación al auge de la violencia durante este mes puede encontrarse en que en estas últimas semanas ha tenido lugar el Ramadán para la comunidad musulmana, siendo estas aprovechadas tradicionalmente por los grupos yihadistas para hacer un llamamiento hacia sus seguidores con la finalidad de que aumenten sus acciones terroristas durante este mes sagrado. Si atendemos tanto a los datos de años anteriores como a los documentados este mes, se puede afirmar que esta llamada tiene un importante impacto sobre aquellos individuos radicalizados, ya que, durante el periodo del Ramadán, el número de acciones terroristas de carácter yihadista, tiene un considerable repunte respecto a los meses anteriores y posteriores, siendo especialmente llamativo el incremento del número de atentados suicidas.

En cuanto a la actividad terrorista y los principales focos se puede decir que Afganistán e Irak siguen siendo los principales epicentros globales, abarcando cerca del 50% de los atentados documentados este mes. No obstante, en Irak el descenso de las acciones perpetradas por Daesh sigue siendo una noticia destacable y positiva que de alguna forma queda contrarrestada por el efecto que está teniendo la nueva estrategia de la organización liderada por al Bagdadi, la cual tiene como objetivo seguir ampliando sus áreas de influencia a nivel global. El mejor reflejo de ello es que a medida que pasan los meses, mientras su actividad en cuanto a atentados desciende de forma progresiva en los territorios que formaron su califato yihadista sirio-iraquí, esta capacidad para cometer ataques mantiene una trayectoria diametralmente opuesta en regiones donde permanecen establecidas algunas de sus wilayats con grupos que operan bajo sus siglas o en aquellas otras donde estas provincias han sido instauradas recientemente.

Si en abril se había producido la reaparición de al Bagdadi en un vídeo en el que informaba sobre la reestructuración de alguna de sus provincias, así como el establecimiento de su wilayat en África Central, tras reivindicar su primer atentado en la República Democrática del Congo, en mayo se han producido nuevas modificaciones estructurales y administrativas de aquellos territorios sobre los que Daesh tiene presencia. Por un lado, se ha creado Wilayat al-Hind sobre el territorio de Cachemira en la India, mientras que, por otro lado, también se ha creado otra provincia en Pakistán, territorio donde, hasta la fecha, Daesh reivindicaba sus atentados a través de Wilayat Khorasan, que abarcaba tanto el territorio afgano como el pakistaní y parte de Irán.

Esta mutación de Daesh en la que cada vez tienen mayor presencia sus provincias regionales y los grupos que controlan estos territorios en detrimento de aquellos que habían formado su califato yihadista se observa también en cifras, ya que, en estos momentos, casi la mitad de los atentados reivindicados por la organización se están produciendo fuera de su principal área de influencia sobre el territorio sirio-iraquí. Esta tendencia, a partir de la cual sus ramas provinciales adquieren cada vez mayor protagonismo, seguirá prolongándose en el tiempo.

La metodología de la presente investigación tiene como base la búsqueda y el análisis de fuentes abiertas, siendo éstas esencialmente noticias de prensa nacionales e internacionales, informes de instituciones gubernamentales, ONG’s que trabajan sobre el terreno y comunicados emitidos por los propios grupos terroristas (teniendo en cuenta que la información de éstos no siempre es fiable y siendo contrastada previamente). Dichas fuentes son accesibles al lector y pueden ser consultadas a través del enlace adjuntado en los resúmenes que acompañan a los datos extraídos en cada uno de los casos de estudio registrados. No obstante, existen algunas excepciones en las que se ha decidido no añadir el enlace por motivos de sensibilización y respeto a las víctimas, al tratarse de imágenes que no se considera necesario mostrar.

En la sección que hace referencia a la autoría de los atentados, en determinados casos se puede leer “sin confirmar” junto al nombre de la organización terrorista. Esto sucederá en todos aquellos casos donde ningún medio oficial vinculado a la organización autora haya reivindicado dicho ataque. Pese a la falta de esta confirmación, existen vínculos, modus operandi y características comunes respecto a otros antecedentes que pueden ayudar a determinar la autoría, aunque siempre exista el riesgo de errar en el análisis de la información.

El objetivo último de este observatorio es intentar conocer los máximos casos posibles, sabiendo que resulta imposible plasmar todos ellos por la inaccesibilidad de medios o falta de información en determinadas regiones. Debido a esta razón, uno de los criterios que debe reunir un atentado para aparecer en esta investigación es que se produzca alguna víctima, dado el escaso (o nulo) eco mediático que tienen aquellos casos en los que por suerte no se producen muertes. Aun así, los datos representados mes a mes permiten mostrar la evolución del terrorismo yihadista a partir de la actividad de las distintas organizaciones que lo representan a escala global.

Finalmente, se recuerda, como todos los meses, los criterios establecidos a la hora de contabilizar los casos de estudio:

• Atentados que sean perpetrados por organizaciones yihadistas o
• Cometidos por individuos inspirados en su ideología.
• Donde al menos se produce una víctima, pudiendo ser el propio terrorista (excepto en Occidente).
• Que estén documentados por open sources, contrastadas en medios u organizaciones nacionales o internacionales.

2. Tabla con casos de estudios documentados