Rompiendo con la dinámica establecida en los meses anteriores en el que la actividad terrorista se reducía a la mínima expresión fruto del esfuerzo de los cuerpos de policía y los ejércitos de la región, en el mes de junio, las presencias de diferentes grupos yihadistas se han dejado sentir a lo largo del Sudeste Asiático.
Este repunte coincide con la decisión de diversos países de la región, como Malasia o Indonesia, de aceptar el retorno de centenares de militantes de Daesh detenidos en Siria e Irak junto a sus familias, lo que de cara a futuro supondrá una nueva carga de trabajo para los departamentos de inteligencia y antiterroristas de estos países.
La posible convergencia de militantes de organizaciones, que con una visión regional o global del terrorismo y otros con una visión más local han buscado refugio en países vecinos dada la porosidad de las fronteras, han motivado a Malasia, Indonesia y Filipinas a realizar unas maniobras militares conjuntas como embrión de unas Fuerzas Terrestres Regionales.
Si descendemos a un análisis por países, vemos que incluso un país como Singapur no se ha visto libre de la amenaza yihadista al detener en los compases finales del mes a un ciudadano que pretendía unirse a Daesh en Siria y restringiría los movimientos a otros dos por su peligrosidad fruto de un proceso de radicalización.
Por su parte, Malasia, pese a que sigue en vigor el toque de queda en su costa oriental, ha vuelto a sufrir la actuación de grupos yihadistas de origen filipino, al ser secuestrados en dichas aguas a diez pescadores, que posteriormente fueron liberados en Sulu ante la imposibilidad de cobrar rescate por ellos.
Posteriormente, la policía determinó que los captores contaron con la ayuda de una de las múltiples redes de apoyo a los grupos yihadistas regionales e internacionales asentados en el país y detuvieron a ocho personas por prestar la ayuda necesaria para que se cometiese el secuestro.
A los problemas que genera ser un país en cuyas fronteras se refugian tanto insurgentes que operan en el sur de Tailandia, como yihadistas del Mindanao filipino o del JAD indonesio, en un futuro próximo y tal como alerta el jefe de la policía, habrá que sumar el retorno de los militantes de Daesh desde Oriente Medio, algunos de ellos con ganas de continuar su lucha, esta vez en su país.
La actividad de grupos yihadistas en el sur de Tailandia no se ha detenido en este mes de junio y ya en los primeros compases de este, moría una maestra tiroteada, mientras que su esposo era herido leve, semanas más tarde, era atacado un convoy policial que transportaba maestros a su trabajo, causando 5 heridos.
Como contrapartida, en este mes se ha conocido la muerte de un relevante miembro de Runda Kumpulan Kecil (RKK) en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad y la detención de otro militante de Barisan Revolusi Nasional (BRN) por poner un coche bomba en un centro comercial en 2017.
Este mes, también han sido detenidos los tres autores de la reciente colocación una bomba en un mercado, que causó la muerte de dos personas, así como un miliciano progubernamental acusado de cometer crímenes contra personas vinculadas a BRN y que será juzgado por una corte marcial si las protestas de organizaciones como Human Rights Watch (HRW) no lo evitan.
En Indonesia, Jamaah Ansharut Daulah (también conocida como JAD) ha sufrido en el mes de junio una serie de redadas policiales a lo largo del país, que ha finalizado con la detención de aproximadamente cuarenta personas, entre las que figuran militantes de la organización, así como sus esposas e hijos.
Llama la atención que el contingente más numeroso de detenidos, treinta y uno de treinta y nueve, eran un grupo de militantes de JAD y sus familias que habían huido de la persecución policial en Aceh y habían recalado en Borneo Central, para trabajar como mineros y así conseguir dinero para poder armarse y viajar a Yakarta.
La actividad de Mujahidin Indonesia Timur (MIT) se ha limitado al secuestro y posterior asesinato de dos campesinos de Poso que se negaron a proporcionarles los productos de su campo para comer, lo que a la postre ha provocado la detección del grupo por parte de la policía, que según diversas fuentes como mucho asciende a nueve miembros
Mientras que Jeemah Islamiyah se vio sacudida por la captura de Para Wijayanto a manos de Densus 88, ya que, él que es considerado líder de la organización y responsable del parón, por una década de la actividad terrorista en la organización llevaba dieciséis años huido de la justicia.
Fruto de la presión de las fuerzas policiales y militares indonesias, la actividad yihadista se ha limitado a un atentado suicida a principios de mes, frente a una comisaría de policía de Java Central que no causó daños materiales ni personales, más allá de heridas en el terrorista.
Como resultado de investigaciones posteriores, se determinó que la autoría no correspondía a ninguna de las organizaciones tradicionales que operan en Indonesia, sino que había sido cometido por una célula de personas que se había jurado lealtad directamente al líder de Daesh y había recopilado información de cómo montar los explosivos en internet.
El ataque es inquietante, ya que una vez las fuerzas antiterroristas han conseguido anular el MIT y desarticular numerosas células de JAD, el liderazgo del Daesh o AQ podría sustituir el terrorismo de organizaciones tradicionales, por uno de pequeñas células o individuos solitarios en comunicación directa con la cúpula que son más difíciles de detectar por la policía.
En Filipinas, el acuerdo de paz entre el Frente Islámico de Liberación Mora (MILF) y el gobierno de Duterte se ha demostrado como una acertada estrategia para estabilizar y pacificar Mindanao, ya que pese a que hay pequeños conflictos fruto de dinámicas pasadas, como el tiroteo con miembros de la seguridad de una plantación que causó tres muertes, esto permite a la policía y al ejército centrarse en los grupos yihadistas vinculados a Daesh y el Nuevo Ejército del Pueblo (NPA).
Tanto es así que Dawla Islamiyah Ranao, también conocida como Maute Group, tras su reciente descabezamiento provocado por la muerte de Abu Dar, deja sin tiempo para recuperarse de la derrota de Marawi, asumiendo así una parálisis que le impide elegir líder y reclutar nuevos militantes.
Debido a eso, en junio esta organización solo ha sido noticia por la detención de dos de sus miembros en Quezón, la condena de otro de sus miembros, este de nacionalidad indonesia por tenencia de armas y la deportación de un pakistaní que quería unirse a sus filas para cometer un atentado suicida.
Por lo que respecta a Bangsamoro Islamic Freedom Fighters, se ha permanecido inactivo a lo largo del mes, siendo únicamente noticias porque la fracasada operación conjunta entre la policía y el ejército para detener a uno de sus líderes desembocó en el descubrimiento accidental de uno de sus talleres de armas en Maguindanao.
Con el resto de las organizaciones yihadistas casi neutralizadas, la presión sobre Abu Sayyaf se redobla, siendo la voluntad del nuevo jefe de Comando del Mindanao Occidental, el Mayor General Cirilito Sobejana de acabar con el grupo yihadistas antes de que acabe el año 2019.
Además, la reciente muerte del último rehén que quedaba en sus manos da vía libre al ejército para enfrentarse a los yihadistas sin las precauciones que se necesitan cuando hay escudos humanos de por medio. Este hecho, ha motivado que en el presente mes Abu Sayayf haya sufrido doce bajas en diferentes enfrentamientos armados.
Añadido a lo anterior, continúan las detenciones de familiares de miembros de la cúpula de Abu Sayyaf acusados de apoyo logístico a la organización y de militantes con cuentas pendientes de décadas con la justicia a la vez que facilita la reinserción de aquellos que se han rendido.
Aún así, la organización no está tan mal como el resto y es capaz de causar bajas en combate, secuestrar y asesinar a civiles para amedrentar a la población y burlar el toque de queda en aguas de Malasia para secuestrar a diez pescadores, a fin de pedir un rescate que las familias de los rehenes no se han podido permitir a causa de su extrema pobreza, siendo liberados días más tarde.
Para cerrar el mes, la organización yihadista recurrió al empleo de terroristas suicidas para atacar una base del ejército en la provincia de Sulu, causando los dos atacantes la muerte de tres soldados, dos civiles y heridas a otros veintidós al hacerse estallar en el check-point que protegía la entrada al cuartel.
INCIDENTES REGISTRADOS
Estalla explosivo que llevaba un individuo frente a comisaría de policía en Sukohardjo, Java Central
4 junio Se da a conocer la muerte en enfrentamiento con la policía de Tailandia de un alto cargo de RKK
5 junio Descubierto por el ejército zulo con armas de Abu Sayyaf en Sulu
6 junio Detenidos en Zamboanga tres militantes de Abu Sayyaf responsables de secuestros en 2001
Condecorados por Duterte once soldados heridos en combate contra Abu Sayyaf
Versiones contradictorias entre policía y ejército filipinos sobre número de rehenes de Abu Sayyaf
Batallón de marines filipinos serán desplegados en Sulu para reforzar lucha contra Abu Sayyaf
Tres muertos en un enfrentamiento entre militantes del MILF y vigilantes de una plantación
Desmantelado taller de armas del BIFF en Maguindanao
13 junio Doce militantes de Abu Sayyaf muertos en una serie de enfrentamientos con el ejército en Sulu
18 junio Abu Sayyaf secuestra a diez pescadores en aguas de Borneo
20 junio Fuerzas de seguridad filipinas incrementan la alerta tras el secuestro de diez pescadores en Malasia
Ocho detenidos en Malasia en relación a los diez pescadores secuestrados recientemente
22 junio Abu Sayyaf libera en Sulu a los diez pescadores que secuestró días antes
El MIT posible responsable de la muerte de dos civiles en Poso, Célebes Central
Detectados por la policía los componentes de MIT tras asesinar a dos campesinos en Poso
30 junio Densus 88 captura al líder de Jemaah Islamiyah en Bekasi