Observatorio de atentados yihadistas de abril de 2020

Poblado de la provincia norteña de Cabo Delgado (Mozambique) arrasado tras el paso de terroristas. Fuente: Arab News

1.Resumen

La alerta sanitaria mundial provocada por la COVID-19 no solo no ha frenado el desarrollo de los grupos yihadistas, sino que ha provocado un incremento de la actividad desempeñada por estos. En el mes de marzo ya se comprobó el importante aumento de acciones terroristas dadas a escala global, manteniéndose esta misma línea en abril con los 159 nuevos ataques documentados en los que han perdido la vida al menos 620 personas.

Las tendencias que se vienen analizando durante los últimos meses continúan acentuándose. Afganistán sigue concentrando gran parte de la actividad terrorista de carácter yihadista, dándose en el mes de abril al menos 77 ataques en los que como mínimo se ha producido una víctima, siendo prácticamente esta cifra la mitad de los atentados recogidos en este período. Esta cifra pone de manifiesto que la paz para el país, anunciada tras los recientes acuerdos de Doha, dista mucho de la realidad a día de hoy. Por otro lado, la región del Sahel Occidental se consolida como el segundo gran epicentro de actividad yihadista, manteniendo unos niveles considerablemente elevados durante los últimos meses en países como Nigeria, Burkina Faso o Mali.

Es importante poner el foco de atención en estos dos últimos países porque abril ha sido el mes que podría marcar un punto de inflexión en cuanto a la relación que mantienen el Estado Islámico del Gran Sahara (EIGS) y JNIM, franquicias de Daesh y de al Qaeda, respectivamente. Si bien es cierto que en momentos puntuales se produjo un entendimiento entre ambas a la hora de establecer sus zonas de influencia, los enfrentamientos esporádicos no tardaron en darse. Estos, han ido sido más frecuentes con el paso del tiempo, aumentando las tensiones entre ambas facciones y llegando a una situación insostenible que ha derivado en grandes enfrentamientos directos con la participación de al menos un centenar de terroristas por cada lado durante el último mes. Hasta el momento, se observa cómo EIGS es más fuerte en Burkina Faso, mientras que JNIM lo es en Mali, aunque es más que probable que esta situación solo marque el inicio de un choque entre dos de las mayores organizaciones vinculadas a los dos grandes referentes del fenómeno yihadista, choque cuyas consecuencias pueden ser de gran relevancia para el futuro de la región.

Desplazando el eje hacia zonas más meridionales del continente africano, Mozambique hace meses que se situó como el principal foco emergente en cuanto a actividad yihadista se refiere. La presencia de una insurgencia local favorecida por la expansión de la influencia de Daesh a escala global ha permitido que el movimiento yihadista cuente con una presencia visible desde octubre de 2017 en este país. En estos momentos, el grupo Ansar al Sunna, también conocido como al Shabaab, tiene una capacidad tal como para llegar a hacerse con ciudades de varias decenas de miles de habitantes, algo que ocurrió en el mes de marzo. Se desconoce exactamente cuál es el grado de influencia que ejerce Daesh a través de su provincia en África Central en este grupo local, sin embargo, algo que queda de manifiesto es que el yihadismo en este país continúa expandiéndose, como muestran los ataques ocurridos junto a la frontera con Zimbaue (caso de estudio #41), alejado de la principal área operativa de Cabo Delgado, donde, entre otras acciones, se produjo la ejecución de 52 jóvenes que se negaron a sumarse a las filas yihadistas (#51).

En cuanto a la actividad terrorista de Daesh sobre los territorios que hasta no hace mucho formaban parte del califato yihadista sirio-iraquí, se observa cómo durante el mes de abril se ha producido un repunte importante de la actividad, especialmente en el caso iraquí, a través de atentados cometidos mediante IED’s sobre las fuerzas de seguridad y tropas militares. Solo en este país, Daesh ha llevado en abril un total de 12 atentados con víctimas mortales, siendo una cifra superior a la registrada durante los últimos meses, algo similar respecto a lo ocurrido en Siria, donde en este mismo período de tiempo se han producido al menos otros 8 atentados por parte de este mismo grupo. Observando estos datos, será importante comprobar si esta tendencia se mantiene y apunta directamente a un resurgir de la insurgencia del grupo, aprovechando la excepcionalidad del momento actual en el que nos encontramos.

Europa sigue siendo escenario de acciones que aparentemente mantienen una estrecha relación con la influencia que ejerce el movimiento yihadista global. En abril, Francia ha vuelto a ser territorio sobre el que se han cometido dos ataques que podrían estar inspirados por la ideología salafista yihadista, siendo asumida la investigación de ambas acciones por la fiscalía antiterrorista. La primera de ellas ocurrió el 4 de abril en Romans-sur-Isere, donde un joven presuntamente radicalizado habría apuñalado mortalmente a dos personas en un estanco y una panadería (#17), mientras que el segundo ataque sucedió el día 27 y tuvo como blanco del ataque a los agentes de seguridad, siendo tres de ellos atropellados por un individuo, que dejó un manuscrito en el que juraba fidelidad a Daesh, mientras se encontraban en un control policial (#148).

Por último, diecisiete han sido los países que han sido escenario de al menos un atentado de inspiración yihadista durante el mes de abril: Afganistán, Siria, Irak, Pakistán, India, Filipinas, Indonesia, Egipto, Mali, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Camerún, Chad, Somalia, Mozambique y Francia.

2. Metoología

La metodología de la presente investigación tiene como base la búsqueda y el análisis de fuentes abiertas, siendo éstas esencialmente noticias de prensa nacionales e internacionales, informes de instituciones gubernamentales, ONG’s que trabajan sobre el terreno y comunicados emitidos por los propios grupos terroristas (dando como válida solo aquella que ha sido contrastada por otras fuentes). Dichas fuentes son accesibles al lector y pueden ser consultadas a través del enlace adjuntado en los resúmenes que acompañan a los datos extraídos en cada uno de los casos de estudio registrados. No obstante, existen algunas excepciones en las que se ha decidido no incluir el enlace por motivos de sensibilización y respeto a las víctimas, al tratarse de imágenes que no se considera necesario mostrar.

En la sección que hace referencia a la autoría de los atentados, en determinados casos se puede leer “sin confirmar” junto al nombre de la organización terrorista. Esto sucede en todos aquellos casos donde ningún medio oficial vinculado a una determinada agrupación haya reivindicado dicho ataque. Pese a la falta de esta confirmación, existen vínculos, modus operandi y características comunes con otros antecedentes que pueden ayudar a determinar con una probabilidad alta la autoría, aunque siempre exista el riesgo de equivocarse en el análisis de la información.

El objetivo último de este observatorio es intentar conocer los máximos casos posibles, sabiendo que resulta imposible plasmar todos ellos por la inaccesibilidad de medios o falta de información en determinadas regiones. Debido a esta razón, uno de los criterios que debe reunir un atentado para aparecer en esta investigación es que se produzca alguna víctima, dado el escaso eco mediático que tienen aquellos casos en los que por suerte no se producen muertes, excepto en el caso de países occidentales donde sí se incluyen los atentados también que no hayan provocado víctimas. El objetivo último es que los datos representados mes a mes permitan mostrar la evolución del terrorismo yihadista a partir de la actividad de las distintas organizaciones que lo representan a escala global.

Finalmente, se recuerda, como todos los meses, los criterios establecidos a la hora de contabilizar los casos de estudio:

• Atentados que sean perpetrados por organizaciones yihadistas o
• Cometidos por individuos inspirados en su ideología.
• Donde al menos se produce una víctima, pudiendo ser el propio terrorista.
• Que estén documentados por fuentes abiertas contrastadas en medios o instituciones nacionales o internacionales.

3.Tabla con casos de estudios documentados