Se inaugura el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo en Vitoria

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El Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, por dentro. Fuente: RTVE

Noticia 27/2021

El Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, por dentro. Fuente: RTVE

En el día de ayer, 1 de junio, tuvo lugar la inauguración del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, una fundación que se ampara en la Ley de Reconocimiento y Protección Integral de las Víctimas del Terrorismo de 2011. Contó con la asistencia del Presidente del Gobierno Pedro Sánchez, el lehendakari Iñigo Urkullu y fue presidido por los Reyes Felipe VI y doña Letizia. El objetivo del Centro, según la ley, está basado en la necesidad de “preservar y difundir los valores democráticos y éticos que encarnan las víctimas del terrorismo, construir la memoria colectiva de las víctimas y concienciar al conjunto de la población para la defensa de la libertad y de los derechos humanos y contra el terrorismo”. Se trata de un organismo público con la figura del Rey Felipe VI como presidente de honor, y que contempla la participación de las víctimas a través de un Consejo Asesor de Víctimas del Terrorismo.

La creación de este Centro es fruto de una serie de iniciativas tanto estatales como autonómicas que han perseguido incesantemente la creación de un espacio donde pudieran confluir todas las sensibilidades acerca de los diferentes tipos de violencia política que han sacudido durante tantos años al pueblo español. Por su parte, el País Vasco cuenta con Gogora, el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, que busca poner de relieve el uso injustificado de una violencia política y un terrorismo que atentó durante años contra tantos derechos humanos, contra la democracia y contra unas víctimas a las que esta fundación pretende recordar.

Tal y como se ha puesto de manifiesto, el Memorial de las Víctimas del Terrorismo es tan incómodo como necesario. Es un recordatorio de que los diferentes tipos de violencia política no responden a un problema sectario sino a un desafío general, cuyas raíces políticas están enfrascadas en una falta de empatía y autocrítica tan intensas que han impedido exponer de una manera sistemática el daño causado. Por ello, este acto resulta imprescindible. Sin duda, su inauguración en la ciudad de Vitoria es un gesto simbólico, de gran carga emocional en nuestros más profundos y sinceros pensamientos y con un alto componente de sensibilización hacia una sociedad que fue testigo de las formas más perversas e inhumanas de llevar a cabo un proyecto político. Es un ejemplo de que el pasado vivido merece ser recordado e interiorizado, admitiendo que no todo es válido con tal de llevar a cabo un determinado fin. El Centro es la ejemplificación de lo conveniente que es aprender de nuestra historia, sin intención de reconciliar sino de recordar, para que las decisiones tomadas en el futuro, especialmente en lo concerniente al porvenir del pueblo vasco, mantengan nítidamente en la memoria lo que hace un tiempo significó escoger una oscura senda de violencia política. También, en cierta manera, subyace la idea de que denunciar unas experiencias históricas relacionadas con el terrorismo de una manera parcial no es suficiente, precisando de una lucha general contra lo que se debería considerar una causa común; la democracia, los derechos fundamentales y la convivencia pacífica. Quizá esta fundación, recientemente inaugurada, permita recuperar una memoria colectiva de épocas que necesitan no ser repetidas, para conseguir que entre un rayo de luz entre la más absoluta oscuridad. El recuerdo y la dignidad de las víctimas lo merece.