Observatorio de la actividad yihadista en el Magreb y el Sahel Occidental de mayo 2020

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MAP

Casos de estudio Magreb y Sahel occidental mayo 2020

Observatorio Magreb y Sahel Occidental mayo 2020 (PDF-320 KB)

En el mes de mayo, el Magreb y el Sahel Occidental, especialmente este último, han continuado siendo sacudidos por el terrorismo yihadista. En líneas generales, la situación se ha agravado respecto a abril: tanto el número de ataques como de víctimas mortales a consecuencia de ellos han aumentado, rompiendo con la tendencia positiva que venía registrándose desde principios de año. El total de ataques registrados asciende a 71, y 320 civiles y militares han perdido la vida en los mismos. Esta cifra ascendería hasta 1044 si se contabilizasen las muertes de miembros de grupos terroristas, que reflejaría un fuerte incremento de las operaciones antiterroristas, como se analizará posteriormente.

FIG1Siguiendo la tendencia habitual, exceptuando dos atentados reivindicados por Daesh en Libia y operaciones antiterroristas desplegadas por las autoridades tunecinas, la actividad terrorista se ha concentrado en la región del Sahel, repartiéndose de forma prácticamente equitativa entre la región occidental –en la zona de la triple frontera entre Malí, Burkina Faso y Níger— y la cuenca del Lago Chad, en el este. El gráfico 2 muestra a continuación la comparativa regional por países, que una vez más está encabezada por Burkina Faso tanto en número de ataques como de víctimas mortales, seguida de Níger y Nigeria. Puede apreciarse un notable agravamiento en la situación de estos dos últimos, que han sufrido muchos más atentados que en el mes de abril.

FIG2Por otro lado, en cuanto a los enfrentamientos entre la coalición JNIM –de la que forma parte al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI)— y el Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS, por sus siglas en inglés, que ya adquirieron notoriedad durante el mes de abril), han continuado produciéndose, extendiéndose hacia el este de Burkina Faso y el suroeste de Níger, tal y como se aprecia en el mapa inicial[1]. En el primer caso, miembros de JNIM vencieron al EIGS, mostrándose un resultado contrario en Níger. A principios de mes, Daesh reconocía oficialmente estos choques en su última publicación, acusando a los líderes de JNIM de apostasía por sus relaciones con “grupos pro-gubernamentales”. Además, el 28 de mayo, el portavoz oficial de Daesh, Abou Hamza al-Mouhajir, lanzaba un mensaje en el que hacía plenamente responsable a la coalición JNIM del recrudecimiento de los enfrentamientos entre ambos grupos.

En cuanto a las misiones internacionales presentes en la región, el ejército alemán incrementará el número de efectivos destinados en Malí como parte de la EUTM, que además será prorrogada durante al menos un año más, hasta verano de 2021. La primera semana de mayo fallecieron además dos legionarios franceses que pertenecían a la fuerza Barkhane, tras participar en distintas operaciones en territorio maliense. Además, tres cascos azules chadianos fallecieron en Aguelhok, después de que su convoy activase un IED en la carretera.

A continuación, se realiza un análisis pormenorizado de la actividad de carácter yihadista en las zonas de estudio.

Sahel Occidental

Como ya se indicaba anteriormente, Burkina Faso mantiene el primer puesto en la comparativa regional de ataques y víctimas mortales, que se acercan nuevamente hacia las cifras registradas en enero y febrero. Además, se aprecia un notable deterioro del contexto de seguridad en comparación con mayo 2019, donde se tuvo constancia de 32 muertes de civiles y militares causadas por terrorismo yihadista, tal y como se aprecia en el gráfico 3.

FOG3El ataque más mortífero tuvo lugar el día 30 en Kompienbiga, municipio fronterizo con Togo que ya fue atacado el pasado mes de abril. En esta ocasión, el atentado tuvo lugar contra el mercado de la localidad, donde multitud de atacantes dispararon indiscriminadamente contra la población que se encontraba allí, persiguiendo a los que intentaron huir. Ningún grupo lo ha reivindicado oficialmente, pero dos días antes tuvieron lugar combates entre miembros de JNIM y del EIGS en Pama, a pocos kilómetros al este, en los que el EIGS habría sido vencido, y en otras ocasiones en los que esto ha sucedido los miembros del grupo, enfurecidos por la derrota, han llevado a cabo ataques en localidades cercanas.

Además, JNIM reivindicó un ataque en la localidad de Faramana, en el suroeste del país, fronteriza con Malí, en el que murieron dos militares. Formó parte de un triple ataque perpetrado en la noche del 25 de mayo, que también afectó a las localidades de Magduba y Sollé. Si bien no fue de gran envergadura, es el primer atentado que se registra en esta zona sur.

Destaca también la operación conjunta de los ejércitos de Burkina Faso y Costa de Marfil, que destruyeron localizaciones terroristas en la frontera entre ambos países. Neutralizaron a ocho miembros y detuvieron a casi otros 40, además de incautarse de numerosas armas y materiales.

Por otro lado, las autoridades se han enfrentado a numerosas denuncias por parte de población civil y defensores de los Derechos Humanos por la muerte en dependencias policiales de 12 detenidos en una operación antiterrorista[2] y el fallecimiento de un joven a manos de un policía durante los disturbios sociales registrados en la ciudad de Kayes el 12 de mayo.

En Malí continúa registrándose un número decreciente de víctimas mortales –30 personas, en comparación con las 151 del mes de marzo—. Ningún atentado registrado en el mes de mayo ha provocado más de siete víctimas, contrariamente a lo ocurrido en meses anteriores. Tampoco se han registrado confrontaciones entre miembros de JNIM y el EIGS que, como se indicaba anteriormente, se han trasladado al este de Burkina y suroeste de Níger. Sí destacan numerosas operaciones antiterroristas en territorio maliense y fronterizo con Burkina Faso: las tropas de Barkhane, apoyadas por Estados Unidos, han abatido a más de 60 terroristas en la región de Gourma y en Oudalan (Burkina Faso). Por su parte, las Fuerzas Armadas de Malí (FAMA) abatieron a otros 30 en la región de Mopti, cerca de la frontera con Burkina Faso.

El alcalde de Koumaïra, Amadou Kolossi, que fue secuestrado junto al líder opositor Soumaila Cissé al tratar de negociar su rescate, fue liberado a principios de mayo. Según la información que proporcionó, pese a que no tuvo contacto con él, Cissé se encontraría en buenas condiciones.

Por último, en la zona suroeste de Níger se han producido numerosos ataques de baja intensidad, a excepción del perpetrado en Anzourou el 7 de mayo, donde murieron al menos 20 personas, presuntamente a manos del EIGS, aunque esto no ha sido oficialmente confirmado. El resto de actividad terrorista se ha concentrado en la región de Diffa, en los alrededores del Lago Chad, como se detallará en la siguiente sección.

Lago Chad

En la cuenca del Lago Chad, las fuerzas de seguridad han continuado llevando a cabo numerosas operaciones antiterroristas, como ya hicieron en el mes de abril. En Nigeria, el ejército habría neutralizado a más de 300 terroristas, 134 de ellos en un gran dispositivo desplegado en el estado de Borno. Destacan también dos de ellas desarrolladas en la frontera con Níger en Chad, en la zona del Lago, concretamente en Abadam y la isla de Tumbu Fulani, en las que casi 100 militantes habrían sido abatidos. En uno de los dispositivos desplegados en la zona del bosque de Sambisa, bastión de Boko Haram, un grupo de luchadores de Shekau se habrían rendido ante las autoridades.

Pero no todas las cifras son positivas: el número de atentados prácticamente se ha duplicado en mayo, destacando un ataque mediante un IED contra una patrulla del ejército en Buni Yadi (estado de Borno) y otro en Gajiganna, donde terroristas de Boko Haram habrían lanzado cohetes a la población de manera indiscriminada, con ocasión de la ruptura del ayuno del día.FIG4

Además, el aumento de la actividad criminal ha desatado protestas ciudadanas. Aunque estos ataques no sean reivindicados oficialmente por grupos terroristas, un reciente informe de International Crisis Group alerta de la presencia de grupos yihadistas en la región, que habrían afianzado su presencia dado el deterioro del contexto de seguridad local y aprovecharían la porosidad de las fronteras para obtener armas y captar a nuevos miembros. El gobierno respondió a las demandas de la población con el despliegue de una operación de envergadura en los estados de Zamfara y Katsina.

Por otro lado, la región sureste de Níger ha sido objeto de repetidos atentados por parte de ISWAP, que habrían atacado la ciudad de Diffa y sus alrededores en hasta cinco ocasiones. A excepción del registrado contra el puesto fronterizo de Blabrine, en el que murieron 12 militares, estos acometimientos habrían sido repelidos por las fuerzas de seguridad sin apenas registrar bajas propias. Estos ataques fueron respondidos duramente por miembros de la Fuerza Multinacional Mixta (FMM) en las cercanías de Komadougou.

Destaca además el secuestro de 12 niños en la zona de Gueskerou, con el que los terroristas tratarían de sumar nuevos combatientes a sus filas. Esto podría evidenciar los daños que las numerosas operaciones antiterroristas recientes habrían infligido a los grupos terroristas de la zona. Si bien la información no deja claro de qué facción de Boko Haram se trataría, todo apunta hacia el grupo de Shekau –subgrupo de Bakura, teniendo en cuenta el lugar—.

En Camerún se ha registrado el primer ataque perpetrado por ISWAP, ya que hasta ahora solo se tenía constancia de atentados obra de la otra facción de Boko Haram, liderada por Shekau. En esta ocasión, los terroristas habrían atacado una posición militar en el extremo norte del país, en la zona de Fotokol, matando a dos militares.

Por último, en Chad se han registrado dos únicos atentados. Pese a no haber sido reivindicado oficialmente, es probable que el primero de ellos, cometido en Ngouboua, hubiese sido cometido por miembros del grupo de Bakura, perteneciente a Boko Haram y operativo en la región del Lago Chad. De madrugada, numerosos terroristas a bordo de lanchas motoras atacaron la posición militar, matando a al menos 12 militares y dos civiles. Por otro lado, miembros de ISWAP habrían atacado otro puesto del ejército chadiano en Kaiga, aunque no se tiene constancia del balance final.

Magreb

Como se indicaba al inicio del documento, se han registrado dos ataques terroristas de carácter yihadista durante el mes de mayo en el Magreb, en esta ocasión en Libia. Tras varios meses sin actividad en el país, Daesh ha reivindicado, a través de su publicación semanal de propaganda, un ataque contra un puesto de las fuerzas del mariscal Hafter en la región de Murzuq, al sur del país. Además, aseguran haber perpetrado otros tres en la provincia de Fezán, aunque solo se ha registrado información sobre uno de ellos, que tuvo lugar en Umm el Aranab el día 23.

Por otro lado, las autoridades argelinas y tunecinas han continuado llevando a cabo operaciones antiterroristas. En Argelia, un hombre fue detenido en Jijel, acusado de realizar actividades de apoyo para grupos terroristas. En el caso de Túnez, se han registrado tres operativos, todos ellos en el centro del país: en Sfax, desmantelaron una célula terrorista leal a Daesh, muy activa en redes sociales y que ya habría iniciado la fabricación de explosivos; en Jilmah otra célula, presuntamente preparada para atacar a las fuerzas de seguridad del país, fue desmantelada.

FIG5

Perspectiva regional

Los enfrentamientos entre los grupos locales afines a Al Qaeda (coalición JNIM) y Daesh (ISGS) en el Sahel central suponen, un mes más, un cambio en la situación de seguridad regional. Por el momento no se ha identificado a un claro vencedor, por lo que se espera que estos choques continúen en el corto plazo, especialmente tras ser alentados desde la matriz central de Daesh en el comunicado de finales de mayo, en los que ambas partes tratarán de llegar a un nuevo reparto territorial.

Por otro lado, las tensiones sociales irán aumentando en la práctica mayoría de los países de estudio, espoleadas principalmente por el deterioro económico causado por la crisis sanitaria, como se viene advirtiendo durante los últimos meses. En el caso del Sahel, problemas como los registrados en Burkina Faso, Malí o Nigeria por el trato de las fuerzas de seguridad a la población civil durante protestas o detenciones influirán directamente en el poder que los grupos terroristas ostentan en la región: una mayor pérdida de confianza en las autoridades y las fuerzas de seguridad por parte de la ciudadanía hace que la población opte por las soluciones alternativas a sus problemas que los terroristas les ofrecen. Por otro lado, en el Magreb se espera que el incremento de las tensiones socioeconómicas acentúe las diferencias dentro de sociedades ya desiguales. En Túnez, tras la relajación de algunas de las restricciones de movimientos a la población, han tenido lugar diversas protestas y sentadas en industrias que ya se han visto fuertemente afectadas por la situación sanitaria. Además, pese a la continuidad del confinamiento ciudadano, en Argelia se están registrando multitud de protestas a través de redes sociales por la privación de derechos de manifestación y expresión.

[1] Para mejor comprensión de estos datos, una nueva leyenda ha sido incluida en el mapa inicial, donde se pueden apreciar las localizaciones de estos enfrentamientos.

[2] Por el momento, se desconocen las causas de estos fallecimientos. El total de detenidos fue de 25, y 12 de ellos murieron durante la primera noche de custodia policial. La Fiscalía General burkinesa ha abierto una investigación para tratar de averiguar lo sucedido.