Observatorio de atentados yihadistas de diciembre de 2020

Estado en el que quedó un vehículo tras producirse un atentado talibán en Kabul. Fuente: The New York Times.

1.Análisis 

El año 2020 ha finalizado con una nueva muestra mensual del enorme potencial que ostenta en la actualidad el movimiento yihadista global. Los 173 ataques documentados en los que han perdido la vida al menos 676 personas no son más que la representación en términos cuantitativos de un fenómeno cuya envergadura e impacto crecen a medida que pasa el tiempo, y pese al riesgo de distorsión de una realidad alejada de focos y portadas.

Con el ánimo de no repetir todo aquello de lo que se ha ido hablando en anteriores análisis a lo largo del año, la atención se va a centrar en aquellos aspectos relevantes que hayan podido ocurrir durante las últimas semanas, comenzando con la utilización de las bombas magnéticas en Afganistán para llevar a cabo atentados selectivos. Durante los últimos meses, parece ser que los grupos talibán están tratando de innovar a la hora de llevar a cabo algunos de sus ataques terroristas. Si en noviembre se hablaba en este mismo Observatorio de la utilización talibán por vez primera de un dron para perpetrar un atentado, este mes se ha recurrido en numerosas ocasiones a las bombas magnéticas, ya utilizadas con anterioridad, pero de forma puntual. La principal novedad a lo largo de diciembre es que este modus operandi ha sido empleado al menos una decena de veces dentro de una campaña que ha tenido como objetivo a diferentes cargos políticos. No hay que olvidar que el mes pasado ya fueron también blanco de diversos atentados terroristas periodistas, doctores o trabajadores de ONGs, entre otras profesiones, más allá de los agentes y los soldados que habitualmente suelen ser las principales víctimas de los grupos talibán. Otro hecho a destacar en este último mes por parte de los talibán fue la acción terrorista a finales de año que acabó con el derribo de un helicóptero militar en la provincia de Kandahar y en la que murió el piloto del aparato (caso de estudio #165).

Por su parte, la situación en el Sahel Occidental y en las inmediaciones del Lago Chad continúa deteriorándose a pasos agigantados y en estos momentos el África Subsahariana ya es la región del planeta que presenta mayores niveles de actividad yihadista. Países como Mali, Burkina Faso, Nigeria, Níger, Chad y Camerún han acabado por abarcar una buena parte de los atentados que se producen a nivel global. En este sentido, la perspectiva de futuro no es nada halagüeña y las previsiones de cara al año próximo apuntan a un empeoramiento en toda la región.

Desplazando la atención al Cuerno de África, en Somalia se ha originado un nuevo enfrentamiento entre al Shabaab y el Estado Islámico en Somalia, ambos grupos aliados de los dos grandes referentes del movimiento yihadista global. La trayectoria reciente de estas dos organizaciones es completamente diferente. Mientras que al Shabaab consolida su posición como referente hegemónico en la región, la franquicia de Daesh presenta serias dificultades, incluso para mantener su área de influencia en Puntland. Los problemas que está teniendo dicha agrupación se están viendo incrementados por las últimas escisiones que se han producido en el seno del grupo, algunas de ellas dadas dentro de sus puestos decisorios a lo largo del mes de diciembre, hecho que debilita todavía más la precaria situación del Estado Islámico en Somalia. De darse en estos momentos el enfrentamiento con al Shabaab, cabe la posibilidad de que el grupo pueda estar cerca de ser erradicado, teniendo en cuenta que actualmente apenas cuenta con unos pocos centenares de integrantes.

En cuanto a Europa Occidental, Francia ha vuelto a ser escenario de un ataque islamista en el mes que cierra el año. Un joven de veinte años, y fichado por los servicios de inteligencia debido a su radicalización, atacó el día 9 a dos policías municipales con un arma blanca, hiriendo levemente a uno de ellos en el cuello antes de ser reducido (#37). De esta forma, se encadenan cinco meses seguidos en los que al menos se ha producido un atentado sobre territorio europeo, siendo el país galo el más golpeado por la violencia yihadista en el año 2020.

Para finalizar, los 19 países en los que se ha producido al menos un atentado de inspiración yihadista en el mes de diciembre son: Afganistán, Siria, Irak, Pakistán, Tailandia, Filipinas, Argelia, Túnez, Mali, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Camerún, República Democrática del Congo, Somalia, Kenia, Mozambique, Rusia y Francia.

2. Metodología

La metodología de la presente investigación tiene como base la búsqueda y el análisis de fuentes abiertas, siendo éstas esencialmente noticias de prensa nacionales e internacionales, informes de instituciones gubernamentales, organizaciones no gubernamentales que trabajan sobre el terreno y comunicados emitidos por los propios grupos terroristas (teniendo en cuenta que la información de éstos no siempre es fiable y siendo contrastada previamente). Dichas fuentes son accesibles al lector y pueden ser consultadas a través del enlace adjuntado en los resúmenes que acompañan a los datos extraídos en cada uno de los casos de estudio registrados. No obstante, existen algunas excepciones en las que se ha decidido no añadir el enlace por motivos de sensibilización y respeto a las víctimas, al tratarse de imágenes que no se consideran necesarias mostrar.

En la sección que hace referencia a la autoría de los atentados, en determinados casos se puede leer “sin confirmar” junto al nombre de la organización terrorista. Esto sucederá en todos aquellos casos donde ningún medio oficial vinculado a la organización autora haya reivindicado dicho ataque. Pese a la falta de esta confirmación, existen vínculos, modus operandi y características comunes con otros antecedentes que pueden ayudar a determinar la autoría, aunque siempre exista el riesgo de equivocarse en el análisis de la información.

El objetivo último de este observatorio es intentar conocer los máximos casos posibles, sabiendo que resulta imposible plasmar todos ellos por la inaccesibilidad de medios o falta de información en determinadas regiones. Debido a esta razón, uno de los criterios que debe reunir un atentado para aparecer en esta investigación es que se produzca alguna víctima, dado el escaso (o nulo) eco mediático que tienen aquellos casos en los que por suerte no se producen muertes, excepto en el caso de países occidentales donde sí se incluyen los atentados que no hayan provocado víctimas, así como aquellos otros que presenten unas particularidades propias que requieran su inclusión. El objetivo último es que los datos representados mes a mes permitan mostrar la evolución del terrorismo yihadista a partir de la actividad de las distintas organizaciones que lo representan a escala global.

Finalmente se recuerda, como todos los meses, los criterios establecidos a la hora de contabilizar los casos de estudio:

• Atentados que sean perpetrados por organizaciones yihadistas o
• Cometidos por individuos inspirados en su ideología.
• Donde al menos se produce una víctima, pudiendo ser el propio terrorista (con las excepciones ya citadas)
• Que estén documentados por fuentes abiertas contrastadas en medios u organizaciones nacionales o internacionales

3.Tabla con casos de estudios documentados