Observatorio de atentados yihadistas de noviembre de 2020

Imagen del dispositivo policial establecido durante el atentado de Viena. Fotografía: AFP

1.Análisis

La actividad terrorista de carácter yihadista vuelve a arrojar un mes más cifras realmente preocupantes. Muestra de ello son los 161 atentados documentados y las 841 personas que han perdido la vida como consecuencia de estos ataques en un total de veinte países, siendo estos: Afganistán, Siria, Irak, Pakistán, India, Indonesia, Tailandia, Egipto, Mali, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Camerún, Chad, República Democrática del Congo, Somalia, Arabia Saudí, Mozambique, Suiza y Austria.

A lo largo de noviembre se han observado un mes más las distintas dinámicas que se enmarcan dentro del panorama yihadista global de los últimos años. Entre estas dinámicas se encuentran la cada vez mayor descentralización del movimiento, la consolidación de los focos de Afganistán y el Sahel occidental como principales epicentros de actividad, el alarmante desarrollo que el fenómeno terrorista está teniendo en otros escenarios (como es el caso de Mozambique o la República Democrática del Congo) o los ataques individuales inspirados por la ideología yihadista que están sufriendo los países europeos.

En cuanto a los acontecimientos de especial relevancia acaecidos a lo largo del último mes, se puede hacer mención a varios de ellos. En primer lugar, en Irak se ha podido ver cómo Daesh ha tratado de mostrar músculo a través de dos emboscadas en las que cerca de una veintena de miembros de las fuerzas de seguridad locales perdieron la vida. En la primera de ellas, ocurrida el día 9, once integrantes de una milicia progubernamental fueron atacados por varios terroristas que actuaron de forma sincronizada en la capital del país (caso de estudio #51). Dos semanas más tarde, en la provincia de Saladino, un nuevo ataque planificado en una carretera acabó con la vida de seis policías y cuatro civiles tras producirse el estallido de un IED al paso del vehículo policial y darse a continuación una emboscada (#118). Si bien es cierto que este tipo de ataques está lejos en cuanto a capacidad de aquellos que cometían hasta hace escasamente tres años, en los que su grado de letalidad era considerablemente superior, un repunte de este tipo de acciones terroristas puede ser un indicador del paso hacia adelante que trata de dar el grupo, abandonando así el perfil bajo que se viene observando hasta fechas recientes tras haberse retirado a zonas rurales utilizadas a modo de refugio.

Por otro lado, que la actividad terrorista en Afganistán continúa en expansión de la mano de los grupos talibán es algo incuestionable en base al desarrollo de los acontecimientos que se está viendo durante los últimos años. Pese a las negociaciones y los acuerdos de paz firmados, lo cierto es que los talibán continúan manteniendo unos niveles de actividad terrorista muy elevados, lo que resulta incompatible con cualquier tipo de acercamiento que pueda poner fin a la violencia. El último ejemplo en relación a ello se ha manifestado en el mes de noviembre en el atentado ocurrido en Bamiyán el día 24, cuando dos artefactos explosivos improvisados estallaron junto a un bazar, asesinando a 17 civiles (#135). Lo más significativo de esta acción terrorista es que, hasta la fecha, Bamiyán era considerada como una de las provincias más seguras de Afganistán, dado que la presencia de grupos terroristas era prácticamente nula.

El seguimiento y la monitorización realizada sobre la actividad yihadista durante los últimos años permite afirmar que el Sahel occidental ya ha superado con creces a Oriente Medio como el área geográfica en la que el terrorismo tiene mayor impacto. Más allá del informe detallado y pormenorizado de la situación en toda la región, se puede destacar la continuación de la campaña que distintos grupos yihadistas, como es el caso de Boko Haram o las franquicias de al Qaeda y Daesh que operan en Mali y Burkina Faso, están llevando a cabo en aquellos lugares en los que tienen presencia sobre el territorio. Dicha estrategia consiste en crear vacíos de autoridad y de poder en poblados y pequeñas aldeas en las que asesinan a líderes locales e imanes que puedan ejercer influencia sobre los habitantes. Muestras de todo ello se pueden ver en los asesinatos de distintos imanes el día 2 en una localidad de Mali (#14) o en Chinagodar, Níger, el día 11 (#72). También en Mora donde un líder tribal y sus tres hijos fueron asesinados a manos de Boko Haram en un ataque a una aldea de esta región camerunesa (#105).

Por su parte, el continente europeo sigue siendo escenario de ataques individuales inspirados por la ideología del salafismo yihadista, tal y como se refleja en los atentados ocurridos en Viena y en Lugano. El ocurrido en la capital de Austria presenta una particularidad respecto al resto de ataques dados sobre suelo europeo en los últimos años, ya que, a diferencia de estos muchos otros en los que es frecuente el uso de objetos punzantes, se utilizaron armas con munición. Asimismo, este atentado, cometido por un individuo que ya había intentado viajar a Siria para unirse a Daesh y que le juró fidelidad previamente a perpetrar el atentado, ha puesto de manifiesto las conexiones existentes dentro del movimiento yihadista entre los Balcanes y los países centroeuropeos. En cuanto al ataque en la ciudad suiza de Lugano, posteriormente al atentado se dio a conocer públicamente los vínculos con círculos yihadistas que había mantenido desde 2017 la persona que llevó a cabo el atentado el día 24 en un centro comercial en el que apuñaló a varios ciudadanos (#133). El elemento más característico de este ataque es que fue cometido por una mujer de 27 años. Si bien es cierto que la presencia de mujeres a la hora de materializar atentados es considerablemente inferior a la de los hombres, su simple presencia es un buen ejemplo del papel activo que estas están adoptando dentro del movimiento yihadista global  durante el último lustro.

2.Metodología

La metodología de la presente investigación tiene como base la búsqueda y el análisis de fuentes abiertas, siendo éstas esencialmente noticias de prensa nacionales e internacionales, informes de instituciones gubernamentales, organizaciones no gubernamentales que trabajan sobre el terreno y comunicados emitidos por los propios grupos terroristas (teniendo en cuenta que la información de éstos no siempre es fiable y siendo contrastada previamente). Dichas fuentes son accesibles al lector y pueden ser consultadas a través del enlace adjuntado en los resúmenes que acompañan a los datos extraídos en cada uno de los casos de estudio registrados. No obstante, existen algunas excepciones en las que se ha decidido no añadir el enlace por motivos de sensibilización y respeto a las víctimas, al tratarse de imágenes que no se considera necesario mostrar.

En la sección que hace referencia a la autoría de los atentados, en determinados casos se puede leer “sin confirmar” junto al nombre de la organización terrorista. Esto sucederá en todos aquellos casos donde ningún medio oficial vinculado a la organización autora haya reivindicado dicho ataque. Pese a la falta de esta confirmación, existen vínculos, modus operandi y características comunes con otros antecedentes que pueden ayudar a determinar la autoría, aunque siempre exista el riesgo de equivocarse en el análisis de la información.

El objetivo último de este observatorio es intentar conocer los máximos casos posibles, sabiendo que resulta imposible plasmar todos ellos por la inaccesibilidad de medios o falta de información en determinadas regiones. Debido a esta razón, uno de los criterios que debe reunir un atentado para aparecer en esta investigación es que se produzca alguna víctima, dado el escaso (o nulo) eco mediático que tienen aquellos casos en los que por suerte no se producen muertes, excepto en el caso de países occidentales donde sí se incluyen los atentados que no hayan provocado víctimas, así como aquellos otros que presenten unas particularidades propias que requieran su inclusión. El objetivo último es que los datos representados mes a mes permitan mostrar la evolución del terrorismo yihadista a partir de la actividad de las distintas organizaciones que lo representan a escala global.

Finalmente, se recuerda, como todos los meses, los criterios establecidos a la hora de contabilizar los casos de estudio:

• Atentados que sean perpetrados por organizaciones yihadistas o
• Cometidos por individuos inspirados en su ideología.
• Donde al menos se produce una víctima, pudiendo ser el propio terrorista (con las excepciones ya citadas).
• Que estén documentados por fuentes abiertas.

3.Tabla con casos de estudios documentados