Observatorio de atentados yihadistas de noviembre de 2022

Varios policías se encuentran cerca la Estación del Norte de la capital belga donde otro agente fue apuñalado mortalmente el 10 de noviembre. Imagen: VOA News

1. Análisis

En lo que concierne a la evolución del fenómeno yihadista global, el penúltimo mes del año ha vuelto a tener como principal hito la muerte de un gran líder yihadista. Si a principios de febrero se anunciaba la muerte del heredero de Al Baghdadi al frente de Daesh y en el mes de julio ocurría lo mismo con el líder de Al Qaeda Ayman Al Zawahiri, en noviembre se ha dado a conocer la muerte del recientemente nombrado como nuevo líder de Daesh. La noticia fue comunicada a final de mes por el propio aparato propagandístico oficial de la organización terrorista, siendo su portavoz quien, a través de Al Furqan, confirmó su muerte sin aportar muchos más detalles. Según las informaciones de las que disponemos, Abu al Hassan al Hashimi al Qurashi habría muerto a mediados de octubre durante un enfrentamiento armado con el Ejército Libre Sirio en la ciudad de Daraa, al suroeste de Siria. Asimismo, la muerte del líder de Daesh también fue confirmada pocas horas después del anuncio de Al Furqan por el Comando Central de Estados Unidos, desconociéndose si las autoridades estadounidenses estaban al tanto previamente de la muerte del principal referente de Estado Islámico. No obstante, lo que parece quedar confirmado es que Estados Unidos no ha estado implicado en la operación que ha acabado con la vida del líder de Daesh, algo que sí había ocurrido con las operaciones realizadas durante los últimos años para descabezar tanto a Al Qaeda como a Estado Islámico. En cualquier caso, un aspecto a destacar del mensaje emitido en Al Furqan, por lo poco habitual que resulta, es el nombramiento inmediato de un nuevo califa que obedece al nombre de Abu Al Hussein Al Husseini Al Qurashi y sobre el que se desconoce su identidad real.

La reciente muerte del emir de Daesh no parece que vaya a suponer un nuevo punto de inflexión en la evolución del grupo ni en lo que concierne a su estructura central ubicada en Siria e Irak ni al desarrollo de sus ramas territoriales. El creciente grado de descentralización que caracteriza en la actualidad a las dos grandes marcas internacionales del yihadismo global permite en cierto modo que se mitigue el impacto de la pérdida de las grandes figuras que ejercen el liderazgo del movimiento.

Como ha ocurrido en los análisis de los últimos meses, es importante que nos detengamos una vez más en los acontecimientos que se están desarrollando en Somalia. Desde que a finales de agosto el gobierno somalí declarara la “guerra total” al grupo terrorista Al Shabaab, se han llevado a cabo diversas acciones de gran impacto por ambas partes. Las contundentes operaciones antiterroristas somalíes están siendo respondidas por atentados terroristas de elevada letalidad, como ocurrió sin ir más lejos el pasado mes con el atentado en Mogadiscio en el que fueron asesinadas al menos 120 personas. Estas mismas dinámicas se han desarrollado en noviembre con varias grandes operaciones antiterroristas, como la llevada a cabo a principios de mes en la que, en una única intervención de las fuerzas somalíes apoyadas por tribus locales, se consiguió neutralizar a un centenar de integrantes de Al Shabaab. De la misma forma que había ocurrido en anteriores meses, esta operación fue respondida por el grupo terrorista asaltando el Villa Rose Hotel y tomándolo bajo su control durante más de doce horas (caso de estudio #93). El modus operandi empleado fue muy similar al utilizado en agosto con el Hayat Hotel, también en la capital del país, con una explosión producida por un coche bomba en los accesos al hotel y un posterior asalto por parte de un grupo de terroristas. En el caso del hotel Villa Rose, el lugar tiene un restaurante que es frecuentemente concurrido por autoridades de gobierno y cargos militares somalíes, y en el momento del ataque, entre los presentes se encontraba el Ministro de Defensa Muhammad Ahmed Sheikh Ali, quien resultó herido durante el ataque. Pese a que las fuerzas de seguridad consiguieron poner fin al asalto horas después, ocho personas fueron asesinadas junto a un soldado somalí.

Sin desplazarnos del continente africano, es preciso que situemos también el foco en Egipto, donde opera una de las ramas territoriales de Daesh, especialmente en el este de la península del Sinaí. No obstante, los hechos que requieren de atención giran en torno a la ciudad de Al Qantara, en las inmediaciones del Canal de Suez. Es allí donde se produjo el 18 de noviembre el asalto sobre varios edificios institucionales por parte de un grupo de terroristas de Wilaya Sina, quienes consiguieron hacerse con su control durante un día completo (#59). Pese a que las fuerzas militares egipcias consiguieron retomar los edificios, el balance del ataque fue costoso, ya que perdieron la vida seis soldados y dos oficiales. Asimismo, apenas diez días después de esta acción terrorista, se produjo otra en el mismo escenario de Al Qantara que acarreó un nuevo golpe para las fuerzas militares egipcias. En esta ocasión, un terrorista suicida activó los explosivos adheridos a su cuerpo junto a un puesto de control militar y asesinó de esta forma a otros seis soldados que allí se encontraban (#89).

Ambas acciones terroristas en cierto modo suponen un cambio significativo respecto a los ataques que se vienen dando por parte de la franquicia regional de Daesh en la Península del Sinaí durante los últimos dos años, ya que estos suelen estar caracterizados por ser acciones de un impacto limitado y que suelen ir focalizadas hacia tribus locales progubernamentales. Asimismo, estos ataques, como ya se ha comentado antes, suelen ser llevados a cabo en el este de la región. Sin embargo, los dos atentados acontecidos en Al Qantara, más allá de lo poco común que resulta un ataque sobre esta ubicación al oeste de la Península del Sinaí, muestran una tipología (asalto y atentado suicida) poco frecuente en esta agrupación durante los últimos años. Está por ver si en los próximos meses se produce una continuación de este tipo de ataques en la región inmediata al Canal de Suez de forma paralela a la tradicional actividad terrorista desarrollada en el este de la Península del Sinaí o, en cambio, se está produciendo una evolución en la forma de llevar a cabo sus acciones terroristas que apunte hacia unos ataques más sofisticados y letales sobre objetivos militares.

Poniendo el foco en el continente europeo, el día 10 de noviembre se produjo un apuñalamiento mortal junto a una de las principales estaciones de Bruselas. Allí, un individuo que portaba un arma blanca apuñaló a un policía que acabaría muriendo. Posteriormente, otro agente conseguiría acabar con la vida del autor del ataque. Las primeras pesquisas de la investigación ya apuntaron directamente a la posibilidad de una acción inspirada en el ideario yihadista, algo que pareció confirmarse poco después cuando se supo que el hombre que llevó a cabo el ataque estaba incluido en el listado de personas sospechosas a vigilar por sus vínculos con el extremismo. Lo ocurrido ha suscitado numerosas críticas internas en Bélgica y la investigación será la que confirme qué pudo fallar para que una de las personas listadas por su relación con el extremismo y que debía estar monitorizada pudiera llevar a cabo un ataque de ese tipo sin ser detenida antes.

Para finalizar, los 21 países en los que se ha producido al menos un atentado de inspiración yihadista en el último mes y que se han saldado con al menos una víctima mortal son: Afganistán, Siria, Irak, Irán, Pakistán, India, Tailandia, Filipinas, Egipto, Mali, Burkina Faso, Benín, Togo, Níger, Nigeria, Chad, República Democrática del Congo, Somalia, Mozambique, Rusia y Bélgica.

2. Metodología

La metodología de la presente investigación tiene como base la búsqueda y el análisis de fuentes abiertas, siendo éstas esencialmente noticias de prensa nacionales e internacionales, informes de instituciones gubernamentales, organizaciones no gubernamentales que trabajan sobre el terreno y comunicados emitidos por los propios grupos terroristas (teniendo en cuenta que la información de éstos no siempre es fiable y siendo contrastada previamente). Dichas fuentes son accesibles al lector y pueden ser consultadas a través del enlace adjuntado en los resúmenes que acompañan a los datos extraídos en cada uno de los casos de estudio registrados. No obstante, existen algunas excepciones en las que se ha decidido no añadir el enlace por motivos de sensibilización y respeto a las víctimas, al tratarse de imágenes que no se considera necesario mostrar.

En la sección que hace referencia a la autoría de los atentados, en determinados casos se puede leer “sin confirmar” junto al nombre de la organización terrorista. Esto sucederá en todos aquellos casos donde ningún medio oficial vinculado a la organización autora haya reivindicado dicho ataque. Pese a la falta de esta confirmación, existen vínculos, modus operandi y características comunes con otros antecedentes que pueden ayudar a determinar la autoría, aunque siempre exista el riesgo de equivocarse en el análisis de la información.

El objetivo último de este observatorio es intentar conocer los máximos casos posibles, sabiendo que resulta imposible plasmar todos ellos por la inaccesibilidad de medios o falta de información en determinadas regiones. Debido a esta razón, uno de los criterios que debe reunir un atentado para aparecer en esta investigación es que se produzca alguna víctima, dado el escaso (o nulo) eco mediático que tienen aquellos casos en los que por suerte no se producen muertes, excepto en el caso de países occidentales donde sí se incluyen los atentados que no hayan provocado víctimas, así como aquellos otros que presenten unas particularidades propias que requieran su inclusión. El objetivo último es que los datos representados mes a mes permitan mostrar la evolución del terrorismo yihadista a partir de la actividad de las distintas organizaciones que lo representan a escala global.

Finalmente, se recuerda, como todos los meses, los criterios establecidos a la hora de contabilizar los casos de estudio:

• Atentados que sean perpetrados por organizaciones yihadistas o
• Cometidos por individuos inspirados en su ideología
• Donde al menos se produce una víctima mortal, pudiendo ser el propio terrorista (con las excepciones ya citadas)
• Que estén documentados por fuentes contrastadas

3. Tabla con casos de estudio documentados