Observatorio de atentados yihadistas de septiembre de 2021

Lugar del atentado en Narathiwat (Tailandia) en el que fueron asesinados dos policías tras estallar un IED. Fuente: Thai PBS News.

1.Análisis

Si bien el fenómeno yihadista se caracteriza en la actualidad por mostrar unos niveles de actividad considerablemente elevados en cuanto a la materialización de atentados, el pasado mes de septiembre puede ser visto como una excepción. El nivel de acciones violentas registrado ha sido considerablemente menor al de meses atrás, reflejándose esta realidad tanto en el número de atentados documentados (89) como en el de las víctimas provocadas a causa de ellos (506). Estos datos pueden resultar todavía más llamativos si ponemos en contexto la situación actual, tras varios meses en los que el número de víctimas ha superado el millar, o ha estado cerca de lograrlo, y sumando a ello el preocupante desarrollo que se está dando de la actividad yihadista a lo largo del mes de octubre con ataques que se están produciendo bajo una muy elevada letalidad. Es por esto que no podemos afirmar que el descenso de la actividad registrada en el mes de septiembre vaya a marcar el inicio de una tendencia, sino más bien debe ser entendido como una excepción dentro de las dinámicas actuales que se observan.

Entrando en un análisis pormenorizado de aquellos acontecimientos de mayor relevancia a lo largo del último mes, el foco principal debe ser Afganistán una vez más. La vuelta al poder de los talibán en agosto comienza a tener unas consecuencias más o menos previsibles. La pérdida de los derechos logrados por la mujer afgana durante los últimos años, el establecimiento de un gobierno alejado del elemento inclusivo o el ajusticiamiento hacia aquellos que habían combatido a los talibán eran realidades que tarde o temprano iban a plasmarse, si bien en este caso se han dado más bien pronto. En este sentido, las ejecuciones talibán ya son una tónica habitual. Sin ir más lejos, el día 5 una mujer que había sido policía fue secuestrada y ejecutada (caso de estudio #18). Lo mismo ocurrió con un antiguo militar cinco días más tarde (#35) en un asesinato que fue grabado en vídeo.

Por otro lado, también era más que probable que la rama territorial afgana del Estado Islámico, conocida por sus siglas ISKP, tratara de desestabilizar al nuevo régimen a través de atentados terroristas focalizados tanto hacia los propios miembros talibán como contra la población civil. El objetivo de esta estrategia era mermar a su acérrimo enemigo, por un lado, así como conseguir transmitir esa sensación de inseguridad a la sociedad para que crea que los talibán son incapaces de asegurar su supervivencia y mantener la estabilidad. Así se entiende la decena de atentados documentados a lo largo del mes de septiembre y que han sido reivindicados por ISKP[1].

Dentro de la actividad talibán, pero desplazándonos hacia la que ejerce el grupo hermanado en Pakistán que actúa bajo el nombre de Tahreek-e-Taliban (TTP), desde Islamabad existe una creciente preocupación por el incremento de los ataques perpetrados por este grupo. En el mes de septiembre esta organización ha cometido ocho atentados que han puesto el foco sobre objetivos militares, dándose todos ellos en la región de Waziristán, en Peshawar y en Quetta. Como ya se ha mencionado en anteriores análisis, la reagrupación de TTP, tras irse sumando de nuevo las distintas facciones que se escindieron en el pasado del núcleo central de la estructura, le han dado un amplio impulso a las capacidades de la organización. Tal es la situación de preocupación en el gobierno pakistaní ante este nuevo contexto que decidieron ofrecer una amnistía a TTP.  Sin embargo, la respuesta no ha sido la esperada, y el grupo terrorista la ha rechazado, afirmando que “están orgullosos de su guerra contra el estado”. Aun así, dejan una puerta abierta a la negociación, siempre y cuando se establezca íntegramente la sharía como forma de gobierno en el país.

Partiendo de que el incremento de las capacidades operativas de TTP en Pakistán ya es de por sí un motivo más que suficiente para que la amenaza yihadista sea uno de los principales desafíos para el país, tampoco debemos olvidar la presencia sobre el territorio del Estado Islámico. Si bien es cierto que evidentemente no tiene la misma capacidad que TTP, que en el mes de septiembre hayan reivindicado dos atentados en Peshawar ya es un buen indicio del deseo que tienen de volver a tener allí cierto protagonismo. Es especialmente relevante el tener en cuenta estos atentados porque hacía más de dos años que el Estado Islámico no reivindicaba ninguna acción terrorista en Pakistán.

En cuanto a la situación del Estado Islámico, en lo que refiere a su estructura central ubicada en Siria e Irak, y de acuerdo a lo que ya hemos comentado en anteriores ocasiones, la reagrupación y reaparición del grupo se continúa dando de forma paulatina pero progresiva. Solo a lo largo del último mes, Estado Islámico cometió una quincena de atentados con víctimas entre ambos países. Lo preocupante no es solo la cifra en sí misma, sino que cada vez son más frecuentes los atentados que requieren de un nivel organizativo de cierta complejidad y que se traducen en una mayor letalidad de las acciones, especialmente aquellas cometidas sobre las fuerzas de seguridad. Ejemplos de ello son el atentado llevado a cabo el pasado día 5, en el que fueron asesinados 14 policías en una emboscada cometida en una carretera de Kirkuk (#17) o el ataque sobre un puesto de control en el desierto de Al Badia el día 4, en el que ocho soldados sirios fueron asesinados (#12).

En cuanto a la actividad terrorista de Estado Islámico en otras áreas geográficas, en el mes de septiembre se produjo un acontecimiento realmente importante que puede marcar el inicio de un nuevo escenario sobre el que tiene presencia su marca. El día 28 en la capital de Sudán, Jartum, cinco agentes fueron asesinados por presuntos miembros de la organización terrorista (#79). En cierto modo, puede resultar llamativo que este primer atentado del Estado Islámico haya tardado tanto en llegar cuando es bien sabido que no pocos de sus combatientes han decidido cruzar la frontera sur desde Libia para adentrarse en este país durante los últimos años tras haber sido expulsados de bastiones como el de Sirte. A partir de ahora, será interesante monitorizar la actividad terrorista que pueda desarrollarse en Sudán para saber si Estado Islámico tratará de sembrar allí su semilla con el propósito de germinarla y expandirla o si, por el contrario, las fuerzas de seguridad sudanesas consiguen eliminar los focos incipientes de actividad de Daesh que puedan existir[2].

Si ponemos el foco de atención en países considerados como occidentales, es preciso mencionar el ataque ocurrido en Nueva Zelanda a principios de mes cuando en un centro comercial de la ciudad de Auckland fueron heridas varias personas tras ser apuñaladas por un individuo que se había radicalizado bajo el influjo de la ideología de Estado Islámico (#8). La rápida respuesta de los agentes propició que el terrorista fuese abatido sin que se produjeran víctimas mortales.

Para finalizar, los veintiún países en los que se ha producido al menos un atentado de inspiración yihadista en el mes de septiembre y que se han saldado con al menos una víctima son: Afganistán, Siria, Irak, Pakistán, India, Tailandia, Filipinas, Egipto, Libia, Sudán, Mali, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Camerún, República Democrática del Congo, Somalia, Kenia, Mozambique y Nueva Zelanda.

2. Metodología

La metodología de la presente investigación tiene como base la búsqueda y el análisis de fuentes abiertas, siendo éstas esencialmente noticias de prensa nacionales e internacionales, informes de instituciones gubernamentales, organizaciones no gubernamentales que trabajan sobre el terreno y comunicados emitidos por los propios grupos terroristas (teniendo en cuenta que la información de éstos no siempre es fiable y siendo contrastada previamente). Dichas fuentes son accesibles al lector y pueden ser consultadas a través del enlace adjuntado en los resúmenes que acompañan a los datos extraídos en cada uno de los casos de estudio registrados. No obstante, existen algunas excepciones en las que se ha decidido no añadir el enlace por motivos de sensibilización y respeto a las víctimas, al tratarse de imágenes que no se considera necesario mostrar.

En la sección que hace referencia a la autoría de los atentados, en determinados casos se puede leer “sin confirmar” junto al nombre de la organización terrorista. Esto sucederá en todos aquellos casos donde ningún medio oficial vinculado a la organización autora haya reivindicado dicho ataque. Pese a la falta de esta confirmación, existen vínculos, modus operandi y características comunes con otros antecedentes que pueden ayudar a determinar la autoría, aunque siempre exista el riesgo de equivocarse en el análisis de la información.

El objetivo último de este observatorio es intentar conocer los máximos casos posibles, sabiendo que resulta imposible plasmar todos ellos por la inaccesibilidad de medios o falta de información en determinadas regiones. Debido a esta razón, uno de los criterios que debe reunir un atentado para aparecer en esta investigación es que se produzca alguna víctima, dado el escaso (o nulo) eco mediático que tienen aquellos casos en los que por suerte no se producen muertes, excepto en el caso de países occidentales donde sí se incluyen los atentados que no hayan provocado víctimas, así como aquellos otros que presenten unas particularidades propias que requieran su inclusión. El objetivo último es que los datos representados mes a mes permitan mostrar la evolución del terrorismo yihadista a partir de la actividad de las distintas organizaciones que lo representan a escala global.

Finalmente, se recuerda, como todos los meses, los criterios establecidos a la hora de contabilizar los casos de estudio:

• Atentados que sean perpetrados por organizaciones yihadistas o
• Cometidos por individuos inspirados en su ideología
• Donde al menos se produce una víctima mortal, pudiendo ser el propio terrorista (con las excepciones ya citadas)
• Que estén documentados por fuentes contrastadas.

 3. Tabla con casos de estudios documentados

[1] Esta dinámica se está acentuando de forma considerable en el mes de octubre, donde ISKP ha cometido varios atentados que han dejado decenas de víctimas entre la población civil. Asimismo, sus acciones violentas sobre miembros talibán también están teniendo un importante incremento.

[2] A principios de octubre, y en respuesta al ataque de finales de septiembre, se estableció un dispositivo de búsqueda que desembocó en un enfrentamiento entre fuerzas de seguridad sudanesas y miembros de Daesh en el que murieron cuatro terroristas y un agente.