Observatorio de violencia y terrorismo de extrema derecha (enero 2023)

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Este análisis se centra en los eventos más relevantes del mes de enero de 2023 relacionados con el extremismo y terrorismo de extrema derecha, siendo los acontecimientos más importantes los ataques que se han producido en los edificios de las instituciones gubernamentales de Brasil. Aunque actualmente el país no ha clasificado estos actos como terrorismo, los hechos tienen una clara similitud con el asalto al Capitolio estadounidense de 2021, que ha sido clasificado como terrorismo por el FBI (Congresional Research Service, 2022; The Guardian, 2021). Además, a medida que avanzan las investigaciones es posible que se apliquen cargos de terrorismo a las personas que participaron en los ataques a las instituciones brasileñas. Por otro lado, tras la revisión de información publicada en enero de 2023 por medios de comunicación, think tanks como el Centro Internacional de Lucha contra el Terrorismo (ICCT, por sus siglas en inglés) y organizaciones dedicadas a analizar la polarización, el extremismo y la desinformación como el Instituto para el Diálogo Estratégico (ISD), este análisis también muestra la creciente preocupación que existe por la propagación a través de Internet de contenido extremista que incita a la violencia y a cometer actos terroristas, y que afecta especialmente a los jóvenes que reciben este tipo de contenidos en línea. Por último, el análisis menciona las posibles tendencias que se esperan en el horizonte 2023 relacionadas con el terrorismo y el extremismo de extrema derecha.

Brasil: Ataque a las instituciones democráticas

El pasado 8 de enero de 2023, en Brasilia, capital de Brasil, miles de partidarios del expresidente brasileño de extrema derecha Jair Bolsonaro asaltaron las sedes de la Presidencia del Gobierno, del Congreso y del Tribunal Supremo. Estos sucesos recuerdan claramente al asalto del Capitolio de Estados Unidos que tuvo lugar en 2021 (Galarraga Gortázar, 2023). En un ejemplo más de cómo el extremismo de derecha se encuentra sumido en un proceso de internacionalización, las personas que asaltaron los edificios en Brasil pudieron inspirarse en el ataque al Capitolio de EE.UU. Según afirma el experto en terrorismo Matthew Levitt, Estados Unidos se ha convertido en el principal exportador del extremismo violento de derecha (Levitt, 2023). En ambos casos, el detonante de los ataques fue el resultado de las elecciones presidenciales, donde los asaltantes que son partidarios del candidato político perdedor cuestionan los resultados electorales. Inspirados por una serie de teorías conspirativas (como QAnon), están convencidos de que hubo irregularidades en las elecciones y, por tanto, fraude electoral, con lo que protestan violentamente para evitar la transferencia del poder político. Además, también en ambos casos, los líderes políticos (Trump en EE.UU. y Bolsonaro en Brasil) ayudaron a sembrar dudas sobre las elecciones (Ware, 2023). El problema que plantean este tipo de líderes políticos que pertenecen a lo que puede denominarse como “populismo reaccionario de derecha” es que su normalización crea un contexto fértil para la violencia política, como se ha evidenciado en este tipo de ataques a las instituciones democráticas de los países (Casey & Nexon, 2023).

Vista de los daños causados tras los disturbios antidemocráticos en Brasil, en el edificio del Tribunal Supremo en Brasilia, 9 de enero de 2023. Fuente: Reuters.

Cabe destacar que, ya desde noviembre, partidarios de Bolsonaro se agruparon en una especie de campamentos improvisados a lo largo del país, incluso cerca de bases militares, exigiendo al ejército que interviniese para hacer frente al supuesto fraude electoral. Además, es relevante mencionar que también hubo dos intentos de ataques tras los resultados electorales: un hombre fue detenido por intentar irrumpir con un cuchillo en la ceremonia de investidura de Lula da Silva (Europa Press, 2023) y otro hombre (que previamente había estado acampado frente al cuartel general del ejército junto a cientos de partidarios de Bolsonaro) fue detenido por intentar realizar un atentado con bomba en el aeropuerto internacional de Brasilia, afirmando que pretendía “crear el caos” para impedir que Lula volviera a ser presidente y evitar “el establecimiento del comunismo en Brasil” (Reverdosa & Ehlinger, 2023). Además, afirmó ante la policía que había planeado el ataque con personas que había conocido en las protestas (Associated Press, 2023).

Por su parte, tras los ataques violentos en las sedes del poder de Brasil, las autoridades brasileñas detuvieron a más de 1.500 personas (Pedroso, 2023). Aunque no hubo muertos, estos ataques contra los edificios de las instituciones de Brasil tuvieron como resultado importantes daños materiales y más de setenta personas (entre los que se encuentran policías y periodistas) resultaron heridas (Ware, 2023). Las investigaciones más recientes muestran que los ataques a las instituciones democráticas del país fueron preparados meticulosamente durante días a través de aplicaciones de mensajería instantánea como Telegram y Whatsapp (Saccone, 2023).

Personas acampadas frente a un cuartel militar portando una pancarta que dice: “El pueblo pide ayuda al ejército”. Fuente: Valor Económico.

Tras esta contextualización de los sucesos ocurridos el 8 de enero en Brasil y la similitud expuesta con el asalto al Capitolio de EE.UU., cabe preguntarse si estos ataques serán clasificados por Brasil como terrorismo. Es relevante mencionar que el FBI, siguiendo las definiciones legales de terrorismo vigentes en el Código de Reglamentos Federales (Code of Federal Regulations) y en el Título 18 del Código de EE.UU. (Title 18 of the U.S. Code), clasificó en 2021 el asalto al Capitolio de EE.UU. como un incidente de terrorismo doméstico y a los que participaron en este ataque como “extremistas violentos” (Congresional Research Service, 2022). Sin embargo, a pesar de las similitudes entre estos ataques de extremistas de derecha contra las instituciones democráticas en ambos países, en Brasil las acusaciones hasta el momento no incluyen cargos de terrorismo, aunque es posible que se busque aplicar estos cargos a medida que avanza la investigación. Las primeras acusaciones que se han formulado incluyen cargos desde la destrucción de propiedad pública hasta actividades golpistas. La ausencia de cargos por terrorismo se debe a que la legislación de Brasil no incluye los actos violentos con motivación política en la tipificación penal del terrorismo, sino que esta definición se enfoca en ataques realizados por motivos de “xenofobia, discriminación o prejuicio basado en raza, color, etnia o religión” cuando se cometan con el objetivo de provocar terror social o generalizado (The Soufan Center, 2023).

Resulta interesante que describan de esta manera el terrorismo en Brasil, ya que, aunque no hay una definición globalmente aceptada de “terrorismo”, muchos países están de acuerdo en que el acto debe tener motivación u objetivos políticos y la definición que usa Brasil para el fenómeno terrorista se asemeja más a lo que en países europeos o en EE.UU. se clasifica como delito de odio (Congresional Research Service, 2022; Members’ Research Service, 2022). Sin embargo, dada la gran similitud que estos ataques a las instituciones tienen con el asalto al Capitolio de EE.UU., podría pensarse que bajo legislación estadounidense estos actos podrían ser considerados como terrorismo por parte del aparato judicial. También, siguiendo la Directiva 2017/541 de la Unión Europea, los ataques serían también clasificados como terroristas si se considerasen “destrucciones masivas de las instalaciones estatales o públicas” con la motivación bien de obligar indebidamente a los poderes públicos a realizar un acto o a abstenerse de hacerlo, o bien de desestabilizar gravemente o destruir las estructuras políticas y constitucionales del país. Además, en caso de ser clasificados como terroristas, los actos violentos se enmarcarían dentro del terrorismo de extrema derecha, ya que, según la Europol, este tipo de terrorismo se define como el uso de la violencia terrorista por parte de extremistas de derecha para promover sus objetivos ideológicos o políticos. Aplicado al caso de Brasil, sería el uso de la violencia por parte de seguidores de extrema derecha de Bolsonaro, que realizan estos actos violentos para promover sus objetivos ideológicos o políticos.

Partidarios del expresidente brasileño Jair Bolsonaro destruyen una ventana del pleno del Tribunal Supremo en Brasilia, 8 de enero de 2023. Fuente: Getty Images.

Propagación de contenido extremista violento en línea: una amenaza creciente que afecta más a los jóvenes

Las autoridades advierten de la vulnerabilidad a la que están expuestos los adolescentes en línea, dado el aumento de jóvenes influenciados por el extremismo de extrema derecha y del peligro que supone el contexto actual, ya que la pandemia del Covid-19, la crisis económica y el acceso a contenidos extremos en línea, podrían empujar a más adolescentes hacia la extrema derecha violenta (Davies, 2023). Los extremistas de derecha, incluidas comunidades de supremacistas blancos y misóginas, se han aprovechado de la pandemia para reclutar a personas más vulnerables (Chan, 2023). Por ejemplo, en enero de 2023, Luca Benincasa, de 20 años y nacional de Reino Unido, fue encarcelado tras admitir que era miembro de un grupo neonazi. Durante el confinamiento establecido por el Covid-19, éste se había involucrado cada vez más con ideologías de extrema derecha (Davies, 2023). Los agentes de seguridad nacional británicos han investigado a adolescentes de hasta 13 años por presuntas creencias supremacistas (Murphy, 2023).

Los extremistas aprovechan toda inestabilidad política, social y económica para impulsar ciertas narrativas y teorías de conspiración para influir en los jóvenes que están expuestos a recibir contenido de ideologías que promueven el odio a través de plataformas online.  La policía antiterrorista británica ha afirmado que filtrar el enorme volumen de contenido extremista en línea y detectar lo que podría convertirse en un ataque terrorista es un gran desafío. Además, afirman que Internet es una herramienta “excepcionalmente significativa” para la extrema derecha (Davies, 2023).  Cada vez más, el odio en línea se está convirtiendo en violencia fuera de línea (Chan, 2023; Cunliffe, 2023).

También en el Reino Unido, según muestran las estadísticas oficiales, ha habido un gran aumento en el número de hombres jóvenes y adolescentes que están siendo atraídos por la ideología “incel”[1] que promueve el odio hacia las mujeres. Un alto funcionario antiterrorista describió a la ideología incel como un “riesgo emergente” que aumenta su difusión en gran parte a través de Internet (Dodd, 2023) y está bastante relacionada con ideas sobre dominación masculina y la supremacía blanca (Chan, 2023). Además, otro desafío al que se enfrenta el Reino Unido, así como otros países occidentales, es que muchos de los programas de prevención del extremismo están muy enfocados en el extremismo yihadista, y por ejemplo, en el caso del movimiento incel no se dispone del enfoque adecuado para prevenir que estas personas se radicalicen (Dathan, 2023).

Aunque en ocasiones los casos de violencia motivados por la ideología incel se han tratado como aislados y separados del extremismo violento organizado, se ha demostrado que la naturaleza estructural de las comunidades online sirve como forma de apoyo social que inspira, anima y alienta a las personas a cometer actos de violencia, sobre todo a aquellas personas que se sienten aislados de la sociedad y encuentran en estas comunidades un sentimiento de colectividad y lealtad comunitaria. Por tanto, los foros en línea proporcionan ideas, una motivación y un apoyo cruciales para incitar a los actores a realizar tales actos. Desde la pandemia del Covid-19, la participación en las comunidades incel ha aumentado, ya que, con el incremento de la inestabilidad económica, el deterioro de las condiciones de salud mental y el aislamiento, muchas personas (sobre todo jóvenes) han recurrido a Internet para encontrar soluciones. Los analistas han pronosticado niveles crecientes de violencia motivada por la ideología incel (Chan 2023). Además, los actos violentos realizados por personas motivadas por incel, se están tratando en varios países como ataques terroristas de extrema derecha dada su conexión con la supremacía blanca (Castro, 2020).

El Centro Internacional de Lucha contra el Terrorismo (ICCT) publicó en enero de 2023 una investigación en la que sugiere que los responsables políticos deberían ser conscientes de las prácticas de captación que los grupos misóginos usan en Internet para exponer narrativas radicalizadoras y atraer seguidores y adeptos. Además, la investigación expone que no solo los atentados terroristas motivados por la misoginia y el supremacismo son cometidos por incels, sino que existen más comunidades, siendo aquellas en las que se observan los niveles más altos de discurso violento las afiliadas a grupos chovinistas de extrema derecha, seguidas de MGTOW (Men Going Their Own Way), MRA (Men’s Rights Activists) e Incels (Perliger et al., 2023).

Por otro lado, el Instituto para el Diálogo Estratégico (ISD), que fue fundado en 2006 para abordar el extremismo, al principio se centraba principalmente en la amenaza de la radicalización yihadista, pero actualmente atiende también al extremismo relacionado con la supremacía blanca, la desinformación, la extrema derecha, la homofobia extrema y el odio a las mujeres. El ISD alerta sobre las influencias que pueden crear en línea personas como Andrew Tate, que ha acumulado millones de seguidores en redes sociales como Twitter y expone ideas misóginas e incluso se ha llegado a autoproclamar como misógino públicamente. Las redes sociales son claves para permitir que tales ideas se difundan, ya que funcionan con algoritmos que recompensan las publicaciones más provocativas y dirigen a los usuarios contenido cada vez más extremo. Esto las convierte en los espacios ideales para la radicalización, por lo que el ISD propone que una estrategia principal para evitar la difusión de ideas extremistas que hacen que las personas se radicalicen y puedan llegar a cometer actos terroristas debe centrarse en que las empresas tecnológicas asuman más responsabilidad no solo por el contenido que alojan sus plataformas sino también por los algoritmos que promueven. Otra estrategia importante para el ISD se centra en la educación y en tener conversaciones preventivas sobre todo con jóvenes y adolescentes, antes de que estos puedan verse atraídos o convencidos por el contenido extremista en línea. Además, el ISD argumenta que habría que centrarse también en identificar los factores sociales que hacen a las personas más vulnerables a ideologías extremistas violentas y las expone al riesgo de ser captadas para la radicalización. Ejemplos de tales factores podrían ser situaciones económicas deficientes, falta de educación y de fondos para salud mental, ausencia de modelos masculinos positivos, entre otros (Cunliffe, 2023).

Tendencias en el horizonte 2023

El informe sobre el ataque al Capitolio de Estados Unidos ha revelado información clave sobre la dinámica contemporánea de la extrema derecha violenta y la amenaza que supone para la democracia. El informe destaca el papel cada vez más relevante de los eventos de protestas masivas, que suponen para los extremistas de derecha una oportunidad para relacionarse con personas afines a sus ideas, establecer contactos para mejorar sus capacidades organizacionales, movilizar a personas y conseguir nuevos adeptos. Por ejemplo, se ha demostrado que mítines y manifestaciones anti-BLM y relacionados con el Covid-19 facilitaron el aumento de grupos de extrema derecha y además aceleraron una creciente convergencia organizativa y operativa. Igualmente, el informe destaca la importancia de destinar más recursos para luchar contra el extremismo de derecha, desarrollar procesos que reduzcan la polarización política y social, y abordar de manera más eficaz la difusión de la desinformación, el discurso de odio y las ideas extremistas en Internet (Perliger, 2023).

Según los análisis de tendencias del terrorismo para el horizonte 2023, la característica más definitoria del terrorismo internacional será su diversidad, ya que reflejará una amplia gama de ideologías que motivarán los complots y ataques. Según el Director de Política e Investigación de Soufan Group, para los analistas de terrorismo el año 2023 será “uno de los años más impredecibles de la historia reciente” y afirma que, con el ascenso del terrorismo de extrema derecha, podría haber más ataques de extremistas violentos con motivos raciales y étnicos, antigubernamentales, antiautoridades y misóginos (Clarke, 2023), algo que también afirmaba el Director del FBI en 2021 como amenaza creciente para los próximos años (Wray, 2021). También será importante el papel de los actores solitarios que se radicalizan en Internet, en un contexto en el que crece la irrelevancia de la estructura organizativa. Los terroristas solitarios suponen un reto para las fuerzas del orden y agencias de inteligencia, ya que no hay una organización en la que infiltrarse, pero, por otro lado, también carecen de las redes de apoyo y de la logística que brinda una organización terrorista estructurada, por lo que suelen tener más limitaciones en la cantidad de daño que pueden causar. Una tendencia que probablemente continúe es la publicación y el uso de manifiestos en Internet, que a menudo acompañan a un ataque de extrema derecha y que sirven para radicalizar a personas, así como para exponer descripciones detalladas de la preparación del ataque, las armas usadas y la ideología que motivó el ataque (Clarke, 2023).

Referencias

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Casey, J., & Nexon, D. (2023). The Vexing Rise of the Transnational Right. Lessons From Interwar Europe. Foreign Affairs. https://www.foreignaffairs.com/world/vexing-rise-transnational-right?check_logged_in=1&utm_medium=promo_email&utm_source=lo_flows&utm_campaign=registered_user_welcome&utm_term=email_1&utm_content=20230202

Castro, R. (2020). Documento OIET 12/2020. Observatorio Internacional de Estudios Sobre Terrorismo. https://observatorioterrorismo.com/actividades/movimiento-incel-una-nueva-forma-de-terrorismo/

Chan, E. (2023). Offline and Online Gender-Based Violence: Extremism Risk Assessment Tools and the Rise of the Incel Rebellion. Global Network on Extremism & Technology. https://gnet-research.org/2023/01/12/offline-and-online-gender-based-violence-extremism-risk-assessment-tools-and-the-rise-of-the-incel-rebellion/

Clarke, C. (2023). Trends in Terrorism: What’s on the Horizon in 2023. Foreign Policy Research Institute. https://www.fpri.org/article/2023/01/trends-in-terrorism-whats-on-the-horizon-in-2023/

Congresional Research Service. (2022). Sifting Domestic Terrorism from Domestic Violent Extremism and Hate Crime. https://fas.org/sgp/crs/terror/IN10299.pdf

Cunliffe, R. (2023). “There are thousands of Andrew Tates out there”: The battle against online extremism. The New Statesman. https://www.newstatesman.com/social-media/2023/01/andrew-tates-battle-against-online-extremism-social-media-hate-speech

Dathan, M. (2023). Prevent anti-extremist scheme must tackle incels, MP warns. The Times. https://www.thetimes.co.uk/article/prevent-anti-extremist-scheme-must-tackle-incels-mp-warns-j5ptk7b2l

Davies, J. (2023). Terrorism: Police concern over teen far-right extremism. BBC News. https://www.bbc.com/news/uk-wales-64399335

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Ware, J. (2023). America the Exporter: Far-Right Violent Extremism in Brazil and Beyond. Council on Foreign Relations. https://www.cfr.org/article/america-exporter-far-right-violent-extremism-brazil-and-beyond

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[1] Aunque el movimiento incel no se considera una ideología terrorista, tiene la capacidad de inspirar y alentar actos de violencia (Dodd, 2023). Además, las personas motivadas por el movimiento incel pueden desarrollar explicaciones sobre su falta de relaciones sexuales que fomentan el extremismo de derecha (Europol, 2021).