Terrorismo y violencia de extrema derecha en 2018

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1.Metodología 

Este observatorio pretende reflejar el nivel de intensidad de la actividad violenta asociada a la extrema derecha en países occidentales, entendida según los parámetros que aparecen a continuación:

  • “Actividad violenta”se refiere a toda violencia física contra personas, incluyendo
    • atentados terroristas o tentativas frustradas de atentado,
    • agresiones físicas con lesiones o tentativas frustradas de agresión,
    • amenazas de muerte,
    • violencia e instigación a terceros a cometer actos violentos.

Esta definición no incluye:

  • delitos de daños contra infraestructuras (grafitis, aparición de banderas o pegatinas asociadas a movimientos de extrema derecha);
  • incidentes de violencia no física contra personas (insultos, abuso verbal);
  • incidentes relacionados con la extrema derecha en los que no exista riesgo concreto e inmediato de violencia (membresía de grupos terroristas, publicaciones en internet).
  • “Asociada a la extrema derecha” se refiere a aquella actividad que está ligada claramente a una ideología de extrema derecha, identificada a través de:
    • membresía de organizaciones extremistas o terroristas, o
    • reivindicación del ataque como inspirado por dicha ideología, o
    • vínculos directos o indirectos con organizaciones o individuos que representen dicha ideología;
    • admiración de regímenes fascistas, incluidas menciones a Hitler o el Holocausto.

Esta definición no incluye:

  • delitos de odio que no incluyan una referencia clara a una ideología de extrema derecha, pese a que estén motivados por prejuicio.

Este observatorio recoge tanto actos de violencia que ocurran a lo largo del año como detenciones por tentativas de atentados o incitación a la violencia.

 

2.Análisis

En el año 2018 se produjeron ocho ataques considerados como terrorismo de extrema derecha, localizándose siete en Estados Unidos y uno en Italia. Asimismo, aquel año se registraron dos ataques terroristas frustrados. La escalada de los sentimientos de extrema derecha en toda Europa dio lugar a un aumento de las detenciones, alcanzando las 47 (32 de ellas en Francia, 8 en Alemania, dos en Países Bajos, tres en Inglaterra y uno en República Checa e Italia respectivamente). Por otro lado, 15 personas fueron acusadas en Eslovaquia de actividades extremistas, tras haber sido creado un grupo llamado Guerreros de Upland, el cual expresaba odio hacia minorías étnicas. De esta forma, 2018 fue el año en el que más detenciones se habían producido hasta entonces.

Los extremistas de derecha se aprovecharon del temor percibido por una minoría de la población en relación a la islamización de la sociedad y a la pérdida de la identidad nacional para sacar rédito. También, otro tema relevante en su agenda fue la migración, la presencia de centros de refugiados en Europa y la afluencia de inmigrantes, alimentando todo ello el discurso de la extrema derecha. La escena extremista se presentaba de forma muy heterogénea en todos los Estados miembros de la Unión Europea y Norteamérica y variaba significativamente entre cada una de dichas regiones. Las facciones incluyen grupos nacionalsocialistas y neonazis, individuos y grupos revisionistas, grupos racistas y antisemitas, y los llamados Skinheads.

Un elemento importante de este año es la cooperación transnacional entre grupos violentos de extrema derecha. Los Países Bajos informaron de que algunos grupos holandeses, por ejemplo Pegida, mantenía interacciones con organizaciones asociadas en Bélgica, Alemania y en el Reino Unido; y participaban de forma recíproca en las manifestaciones de cada una de ellas. Asimismo, el Movimiento Identitario Bewegung austriaco colaboró con sus homólogos en Europa con el objetivo de contrarrestar la islamización percibida del mundo occidental. En Portugal, Blood and Honour, Portugal Hammer Skins y el recién surgido partido político neonazi Nova Ordem Social (Nuevo Orden Social) también se mostraron activos tanto a nivel nacional como internacional.

Otro aspecto relevante es que los individuos que estaban fuera de la escena extremista, pero que comparten una ideología xenófoba, comenzaron a tener una mayor frecuencia de aparición en la sociedad occidental, manifestándose principalmente en páginas de noticias alternativas en internet que han ido adquiriendo una gran popularidad. En los dos últimos años se ha visto un movimiento hacia grupos extremistas que atraen principalmente a una demografía más joven. Una muestra de ello pudo verse en septiembre cuando dos jóvenes de 15 años fueron detenidos bajo sospechas de estar involucrados en la preparación e instigación de actos terroristas. Asimismo, en diciembre un joven de 17 años fue vinculado a la División Sonnekrieg y acusado de dos cargos relacionados con el fomento del terrorismo. Ambos casos se dieron en Inglaterra.

A continuación, se presentan los incidentes terroristas cometidos en 2018. El primero de ellos fue el atentado ocurrido el 2 de enero, cuando el denominado neonazi Samuel Woodward de 20 años (miembro del grupo extremista Atomwaffen) asesinó a su excompañero de clase, un estudiante universitario que era homosexual y judío. La fiscalía alegó que el perpetrador apuñalo a la víctima más de 20 veces, siendo aclamada esta noticia por los miembros de Atomwaffen[1]. Woodward se enfrenta a una sentencia de cadena perpetua sin libertad condicional si es declarado culpable tras el juicio.

El segundo evento, y el único en Europa considerado como ataque terrorista, se produjo en Italia. El 3 de febrero en Macerata, un hombre llevó a cabo un tiroteo en el que seis personas resultaron heridas. Es relevante mencionar que autor se había postulado sin éxito para las elecciones locales por el partido de la Lega Norte inmigrantes. Dicho individuo, Luca Traini, de 28 años, conducía un automóvil y armado con una pistola hirió de gravedad a seis inmigrantes africanos. Traini también apuntó a la sede local del gobernante Partido Demócrata Italiano. Después del ataque, según los informes, Traini llevaba una bandera italiana sobre sus hombros y levantó el brazo en un saludo fascista.  Por este atentado fue condenado a 12 años de prisión.

El tercer evento se produjo el 14 de febrero, cuando Jacob Cruz de 19 años entró en la Escuela Secundaria Majory Stoneman en Florida con un rifle semiautomático y abrió fuego contra estudiantes y maestros. Según la fiscalía, el perpetrador llevaba iconografía nazi a la hora del atentado. En el tiroteo murieron 17 personas y otras tantas resultaron heridas. Cruz está acusado de 17 cargos de asesinato premeditado. De ser declarado culpable, Cruz se podría enfrentar a la pena de muerte o una cadena perpetua sin libertad condicional. Esta matanza es el tiroteo más letal en una escuela secundaria en la historia de los Estados Unidos. CNN informó que Cruz estaba en un chat grupal privado de Instagram donde expresó opiniones racistas, homofóbicas, antisemitas y xenófobas frente a la población inmigrante. Dijo que quería matar a homosexuales y mexicanos, y habló de mantener encadenados a los negros. Asimismo, afirmó que odiaba a los negros “simplemente porque eran negros” y a los judíos porque creía que “querían destruir el mundo”. También se refirió a las mujeres blancas que tenían relaciones interraciales como traidoras.

El cuarto ataque ocurrió el 23 de abril, cuando un agresor lanzó la furgoneta que conducía contra civiles en la ciudad canadiense de Toronto. Diez personas murieron y 15 resultaron heridas. El autor del ataque, Alek Minassiam, de 25 años y autodenominado como incel declaró: “¡La Rebelión de Incel ya ha comenzado! ¡Vamos a derrocar a todos los Chads y Stacys!

Otro evento relevante fue el arresto de Nicholas Rose, de 26 años, en California, tras amenazar a la comunidad judía. Durante el registro de la casa de Rose, las autoridades encontraron municiones, literatura antisemita, una lista de asesinatos y un documento titulado: “Cómo matar a mi primer judío”.

El quinto evento de naturaleza terrorista se dio el 25 de octubre en Kentucky, donde Gregory Bush de 51 años, asesinó a dos personas afroamericanas después de que hubiese fracasado en su propósito de entrar a una iglesia en la que se congregaban personas mayoritariamente afroamericanas.

Aquel mismo mes, Cesar Sayoc fue arrestado en Florida después de que las autoridades federales lo relacionen con una seria de 16 bombas de correo enviadas a demócratas prominentes, figuras liberales y el canal CNN. La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y otras agencias de aplicación de la ley federales, estatales y locales coordinaron sus investigaciones sobre los intentos de atentado. Las dieciséis bombas enviadas confirmadas eran dispositivos explosivos improvisados, aunque ninguna tenía un mecanismo de activación. Sayoc fue condenado a un máximo de 20 años de prisión. Tras la noticia de los hechos, el hashtag “#MAGABomber” comenzó a ser tendencia en Twitter, en referencia al eslogan de la campaña de Trump de 2016.

El septimo evento -y el más importante por su repercusión- se produjo el 27 de octubre cuando once personas fueron asesinadas y otras siete heridas después de que Robert Bowers de 46 años disparara en la sinagoga del Árbol de la Vida en la ciudad estadounidense de Pittsburgh.  El perpetrador gritó al entrar a la sinagoga “todos los judíos deben morir”. El atentado se materializó durante una ceremonia de nombramiento de un bebé. El autor del ataque fue un usuario activo de la red social Gab, que se desarrolló como una alternativa no moderada a Twitter y rápidamente se convirtió en un centro para los activistas supremacistas blancos y sus admiradores. En su caso, Bowers se involucró con varias figuras principales de alt-right y se radicalizó a partir de la teoría de la conspiración supremacista blanca del “genocidio blanco”. Bowers parecía haber apuntado hacia este objetivo debido a su creencia de que los judíos están permitiendo la destrucción de la raza blanca al ayudar a reasentar a los refugiados no blancos. Bowers reivindicó la responsabilidad antes del ataque a la plataforma de medios sociales Gab, afirmando: “No puedo quedarme sentado y ver cómo matan a mi gente”.

El genocidio blanco es una creencia supremacista blanca a partir de la cual se cree que hay un complot deliberado (a menudo culpando a los judíos), para promover la: 1) reproducción de personas consideradas de diferentes razas; 2) inmigración masiva de no blancos; 3) integración racial; 4) bajas tasas de fertilidad y aborto; 5) confiscación gubernamental de tierras a los blancos; 6) violencia organizada, y 7) la eliminación de gente blanca en países de origen blanco. Todo esto con el fin de provocar la extinción de la raza blanca por asimilación forzada y genocidio violento. Con menos frecuencia, se culpa a los negros, hispanos, y musulmanes, pero simplemente como inmigrantes más fértiles, invasores, o agresores violentos, en lugar de como autores intelectuales de un complot secreto (Moses, 2019).

La versión moderna del “genocidio blanco” esta basada en The Turner Diaries, una novela considerada racista y conspiracionista, publicada en 1978 por William Luther Pierce y escrita bajo el seudónimo de Andrew Macdonald. El libro está ambientado en un futuro Estados Unidos distópico donde las personas de raza caucásica o blanca ha sido desarmada y oprimida por no blancos. El libro culmina con una revolución nacionalista blanca liderada por un grupo llamado The Order, que planea un genocidio global contra las personas no blancas. La teoría fue popularizada y se ha aprovechado como propaganda en Europa, América del Norte, Sudáfrica y Australia. Timothy McVeigh, el terrorista detrás del atentado de Oklahoma en 1995, que mató a 168 personas, ayudó a lanzar la novela a la fama internacional cuando se informó que su ataque tenía el estilo de The Order.

El octavo y último ataque ocurrió el 3 de noviembre. Dos mujeres fueron asesinadas y varias otras resultan heridas cuando Scott Baierle, de 40 años, disparó en un estudio de yoga en Florida. El individuo se autodenominaba como incel. Beierle había adoptado el apodo “Carnifex” – verdugo en latín- e hizo comentarios profundamente misóginos y referencias a la violencia, incluyendo letras de canciones que imaginaban el encarcelamiento y la tortura de una mujer en su sótano. Beierle también se refirió al asesino en masa Eliot Rodger, una figura que se ha convertido en un héroe para la comunidad “incel”, siendo este el segundo evento de esta naturaleza que se dio en 2018. Baierle se suicidó después del ataque.

En conclusión, este año se caracterizó por producirse el mayor número de arrestos relacionados con la extrema derecha, debido a la escalada de los sentimientos más violentos de esta ideología en toda Europa y Norteamérica. Asimismo, es relevante recalcar la cooperación entre grupos de extrema derecha entre los países. Consecuentemente, otro aspecto relevante fue la normalización de las ideas extremistas, como mostró la creciente popularidad de las páginas de noticias alternativas en internet. Por último, el elemento más destacado de este año se concentró en el llamativo aumento de jóvenes involucrados en la escena extremista, ya que de los ocho eventos reportados, en cuatro de ellos los perpetradores tenían menos de 25 años.

3.Base de Datos

Fecha Lugar Tipo de ataque Victimas Objetivo Enlace
#1 02 de enero California

(EE.UU.)

Asesinato 1muertos LGTB/judío NBC
#2 03 de febrero Macerata

(Italia)

Apuñalamiento 2 heridos Africanos NYTIMES
#3 14 de febrero Florida

(EE.UU.)

Tiroteo 17 muertos, 17 heridos Escuela CNN
#4 23 de abril Toronto  (Canadá) Atropello 10 muertos, 15 heridos. Peatones CBC
#5 25 de octubre Kentucky

(EE.UU.)

Asesinato 2 muertos Personas afroamericanas NYTIMES
#6 Octubre EE.UU. Bombas en paquetería 0 Demócratas, y medios liberales NYTIMES
#7 27 de octubre Pittsburg

(EE.UU.)

Tiroteo 11 muertos, 7 heridos Sinagoga NYTIMES
#8 03 de noviembre Florida

(EE.UU.)

Tiroteo 2 muertos Mujeres BBC

 

Bibliografía

Europol. (2019). TE-SAT 2018 EU TERRORISM SITUATION AND TREND REPORT. European Police Office.

Moses, A. D. (2019). “White Genocide” and the Ethics of Public Analysis. Journal of Genocide Research.

 

 

[1] Este Observatorio clasifica este evento como terrorismo y no como un crimen de odio debido a la premeditación y planeación del asesinato y por la pertenencia del miembro a un grupo clasificado como terrorista por el Reino Unido.