Noticia 18/2021
Ana Aguilera
El pasado sábado, la filial de Daesh en Egipto, Wilayat Sina, reivindicó la ejecución de un cristiano copto y de dos líderes tribales a través de un vídeo difundido en su canal de Telegram.
La Iglesia ortodoxa copta, a la que sigue la minoría religiosa más grande de Egipto (alrededor del 10-15% de la población total), lamentó el fallecimiento de Nabil Habashi Salama, un creyente de 62 años cuya muerte de un disparo con una AK-47 fue mostrada en vídeo.
“Para vosotros, cristianos de Egipto, este es el precio a pagar por vuestro apoyo al ejército egipcio” afirmaba uno de los militantes en el vídeo.
Por su parte, dos líderes tribales fueron asesinados por el mismo grupo bajo el mismo pretexto de estar dando soporte a las fuerzas egipcias.
Esta serie de asesinatos suceden pocas semanas después de que la prensa israelí anunciara la muerte de uno de los líderes del grupo, Salim Salma Said Mahmoud al-Hamadin. Este veterano líder fue supuestamente abatido por fuerzas locales beduinas y egipcias, en el marco de las operaciones contra Daesh cerca de la frontera con Israel.
Desde la campaña antiterrorista de 2018 lanzada por el gobierno egipcio contra los islamistas asentados en la Provincia del Sinaí, el ejército ha confirmado la muerte de 970 militantes del grupo a través de varias ofensivas llevadas a cabo por las fuerzas armadas de Egipto, a menudo en coordinación con otras fuerzas locales y con el apoyo de Israel. Aun así, el norte de la Península del Sinaí es todavía un foco de inseguridad para la región, suponiendo un desafío directo para las regiones del Magreb, la Península Arábiga y los países del Cuerno de África.