Noticia 37/2021
El presidente francés anunció el pasado 16 de septiembre la muerte del líder del Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS), Walid Abu Al Sarhaoui. Liderando este subgrupo del Estado Islámico en el África Occidental (ISWAP por sus siglas en inglés), la franquicia territorial liderada por Al Sarhaoui ha conseguido erigirse como uno de los grupos terroristas más activos en el continente, operando principalmente en la zona de Liptako-Gourma (entre Burkina Faso, Níger y Mali) en la región del Sahel.
Bajo el mando de Al Sarhaoui, el grupo juró lealtad a Daesh en mayo de 2015 y provocó un conflicto dentro de las filas Al Murabitun, grupo que había surgido de la unión entre el Movimiento para la Unidad y la Yihad en África Occidental o MUJAO y el Batallón Al Mulathamun, habiendo sido de este último Al Sarhaoui alto comandante. Belmokthar[1], entonces líder de Al Murabitun, rechazó este juramento y terminó por jurar lealtad a Al Qaeda, incorporándose como uno de los grupos constituyentes de la coalición del Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM, por sus siglas en árabe). Este enfrentamiento entre ambos bandos explica cómo desde entonces las dos franquicias territoriales tanto de Al Qaeda como de Daesh han empleado serios esfuerzos en mermar la capacidad del contrario. A pesar de la actual rivalidad, los enfrentamientos armados entre la coalición JNIM y EIGS no se dieron inmediatamente. De hecho, hubo un entendimiento entre ambas durante un tiempo e incluso se llegó a producir algún ataque coordinado entre ambas. No obstante, con el tiempo y el solapamiento de intereses y áreas de influencia, ambos actores terminaron por enfrentarse entre ellos.
Con su actual centro de operaciones fijado en la zona del suroeste de Níger, su actividad se ha triplicado desde 2019 a 2020, siendo en este último año el responsable de aproximadamente el 15% de los ataques terroristas totales en el continente africano. EIGS se caracteriza por el ataque sistemático contra la población civil, fuerzas de seguridad locales y tropas internacionales para conseguir sus propios objetivos, encarnados en una ideología salafista que busca conseguir establecer un Estado islámico regido por la Sharía.
El historial de acciones terroristas de EIGS es extenso desde su creación, mermado en parte por las constantes operaciones antiterroristas como la Operación Barkhane liderada por Francia y las bajas causadas por enfrentamientos entre actores rivales. Uno de los ataques que demostró la auténtica capacidad operativa del grupo se dio a finales de 2017, cuando militantes de EIGS tendieron una emboscada a una patrulla en las afueras de la aldea de Tongo Tongo (Níger) y terminaron con la vida de cuatro soldados estadounidenses y cinco nigerianos. Este atentado cobró una especial atención a nivel global y otorgó al grupo terrorista un perfil internacional, que comenzó a tejer su estrategia de expansión regional hacia el noreste de Burkina Faso y a lo largo de la parte central y este de Mali. La población local ha sido víctima de esta expansión geográfica de los ataques de EIGS. El pasado mes de agosto, de hecho, EIGS perpetró una serie de ataques simultáneos contra las aldeas malienses de Karou, Ouatagouna y Daoutegeft (Ansongo, área fronteriza con Níger) donde perdieron la vida más de 50 civiles, mientras que el pasado mes de marzo el grupo terrorista reivindicó la autoría del ataque más mortífero contra fuerzas del ejército maliense en la localidad de Tessit, con un balance de más de 40 víctimas mortales.
Sin embargo, a pesar de actuar como una wilaya (provincia) territorial de Daesh central no es hasta 2019 cuando la organización admite públicamente la vinculación de EIGS a su causa yihadista. En un comunicado público, el propio al-Baghdadi alabó el trabajo de Al Sarhaoui y alentó a EIGS a aumentar los ataques contra tropas francesas y afines.
El grupo terrorista liderado por Al Sarhaoui ha demostrado ser determinante para su matriz durante estos últimos seis años, aprovechando tensiones étnicas preexistentes en su zona de influencia para reclutar adeptos y ampliar su estructura, la cual no resulta muy extensa. Así, en la actualidad, el grupo ha sido capaz de consolidar su presencia en su zona tradicional de operaciones así como preparar su expansión a nuevos escenarios en la parte meridional del continente africano y en las áreas con acceso al mar, con los países del Golfo de Guinea en su punto de mira.
La muerte de su líder abre un punto de inflexión en la evolución y futuro del grupo terrorista, siendo el propio carisma del dirigente lo que ha contribuido en mayor medida a la expansión tanto de territorio como de seguidores. Por tanto, tanto Daesh central como su rama territorial saheliana tendrán el reto de acoger a un nuevo dirigente que permita a EIGS seguir expandiendo su influencia, presencia y militancia en la parte occidental del teatro africano.
[1] Antiguo alto miembro de Al Qaeda, luchó contra las fuerzas soviéticas a finales de los 1980 en Afganistán y en la guerra civil argelina. Ha sido el autor intelectual de numerosos ataques de repercusión internacional, destacando el conocido como la Crisis de los Rehenes en In Amenas (Argelia) de 2013 donde hubo dos tomas de rehenes en una planta de gas al sureste del país y un balance total de 80 víctimas.